El Poder Creativo del Sonido

(Triángulos Boletín 193)

El material que compone nuestro mundo físico está en constante movimiento vibratorio. Cada átomo oscila con vida; desde los micro-organismos, las vidas de animales y plantas, hasta la humanidad e incluyendo a ésta, todas las vidas cumplen activamente sus diversos destinos dentro de la biosfera; mientras incontables planetas giran alrededor de sus soles, las galaxias, en lo que nuestros telescopios pueden ver, rotan misteriosamente en el espacio profundo cuyas vastas dimensiones nos sobrecogen.

Estas observaciones nos recuerdan que los diferentes mitos de la creación de todo el mundo tienen un hilo común – Dios, el absoluto, la causa sin causa, el inmóvil que mueve, la síntesis detrás de la multitud exterior de formas, pone toda la panoplia del universo en movimiento a través del sonido. “En el principio era la palabra”, porque Dios, la Vida Una, habla y así crea y sostiene todas las formas.

Hechos como estamos a imagen de esta síntesis, reproducimos el diseño a nuestro nivel humano limitado. El uso individual del sonido, o de la palabra, para generar y atraer lo que se desea y repeler lo no deseable es omnipresente. El uso del sonido para promulgar el pensamiento y las ideas está haciéndose más extendido. A un nivel mayor es la “frase pagadiza” y las consignas publicitarias las que impulsan, aunque no totalmente, a las personas pensantes a pautas de voto y compras que ponen a los políticos en posiciones de poder y aumentan las ganancias de la industria. Visto de este modo el poder del sonido como transmisor de ideas y deseos es enorme. Sin embargo, lo fascinante es que el sonido no tiene más sustancia material que los fugaces cambios de presión en la atmósfera. En realidad es un puente creativo entre el mundo material y las dimensiones más espirituales.

Quizás el uso más sublime del sonido hecho por la humanidad está en el mundo de la música. Aquí la combinación de timbre, melodía, ritmo, disonancia y armonía refleja la condición humana de la diversidad con el conflicto y la tensión que finalmente debe lograr la solución en la armonía. Quizás es esto lo que da a la música su poder para producir la experiencia de unidad, de emoción compartida, de pensamiento y de propósito. En un sentido muy real el desenvolvimiento de la vida de la humanidad es una improvisación musical del tema del Plan a medida que juntos tejemos gradualmente los elementos en conflicto y finalmente producimos — ¿quién sabe qué? — nada menos que un climax adecuado y una revelación de verdad y belleza tal que nuestras mejores conjeturas se quedan cortas.

Este final, obviamente, aún está a eones en el futuro. Nuestra tarea espiritual ahora es usar las tensiones y disonancias de la situación del mundo actual para generar un futuro mejor de rectas relaciones humanas. Mucho ya se ha hecho. Aún más se está haciendo silenciosamente detrás de la escena ya que personas de todo el mundo consagran sus vidas a alcanzar y captar las nuevas realidades que están a punto de manifestarse y ayudan a precipitarlas como un tema nuevo e importante para tocar en la vida planetaria. Triángulos es una contribución importante en este esfuerzo planetario.