El Principio de Cooperación - Septiembre de 2016


El Espiritu de Cooperación es una fuente latente de energía que puede ser aprovechada para crear colaboraciones constructivas y fértiles. En el proceso de manifestación, la colaboración permite que las ideas e ideales tomen forma, uniendo los mundos subjetivos y objetivos. El Espíritu de Cooperación se expresa en la belleza de las frutas maduras de verano y en las brillantes ideas que fructifican en la vida. La Naturaleza prospera a través de la cooperación, igual que nosotros los humanos prosperamos cuando estamos alineados con nuestra fuente divina y en relación unos con otros.

Un ejemplo destacado del Espiritu de Cooperación es el cultivo biodinámico. Los ingenieros biodinámicos inspeccionan cuidadosamente la tierra, incluso antes de ararla, para crear jardines fértiles y en armonía con el entorno natural. Así se conserva la integridad vital de las estructuras subyacentes de la tierra y la de todas las pequeñas vidas que contienen.

El visitante que va por primera vez a una granja biodinámica puede fácilmente confundir su exuberancia con un exceso salvaje. Este error de percepción está condicionado por las formas modernas de cultivo que producen monótonas líneas rectas de campos sembrados y sin maleza. Las granjas biodinámicas no satisfacen esta expectativa, sino que alineándose con un orden saludable escondido, crecen y sostienen la vida.

De la misma manera, a través de su trabajo creativo, los trabajadores de Triángulos son los ingenieros biodinámicos de los campos etéricos. Ellos cultivan la más fina sustancia de luz para producir frutos celestiales. Trabajan en el viñedo de la Vida, y aunque sus manos pueden no estar inmersas en la tierra como las de los granjeros tradicionales, de hecho, están inmersas en la arena de la experiencia humana, transmutándola en sabiduría a través del Espíritu de Cooperación.

El aprovechamiento de esta energía transforma el panorama interior y exterior. El Espíritu de Cooperación atrae para entremezclar e infiltrar el silencioso sistema de circuitos de la Vida y también afluye externamente a través de las ideas y acciones para restaurar el equilibrio y la armonía del mundo. Cuando las corrientes internas y externas se unen, y los mundos subjetivos y objetivos actúan en cooperación, la sabiduría reflexiva del alma fluye a través de la personalidad para producir acciones fructíferas. Al reunirnos en el aspecto interno de la vida cada día, alineándonos en y con el Espíritu de Cooperación, los triángulos florecen en un vivir unitivo y preparan los corazones y las mentes de la humanidad para todo lo bueno que ha de venir.

Pero, ¿que remedio hay para el actual panorama mundial? La devastación y el caos parecen reinar, profanando víctimas inocentes, fragmendo unos paises y aislando a otros. La explotación y el miedo parecen controlar a las masas, y muchos trabajadores bien intencionados desesperan. Los sucesos actuales pueden ser desgarradores, y cada persona de corazón sensible y de buena voluntad siente esto. Pero, en medio de este desenfreno, el potencial constructivo y creativo del Espíritu de Cooperación está siempre presente.

Día a día, podemos aprovechar esta energía transformadora preguntándonos: “¿Mantuve el necesario espíritu de colaración amorosa?” Donde se conserva este espíritu, seguramente los jardines de Dios darán su fruto.

 1. Discipulado en la Nueva Era, Vol.1, p.739