Triángulos en un Mundo de Dualidad - Marzo de 2018


“El problema de la dualidad”, comenta la filosofía espiritual, es “el problema de la existencia misma”. La dualidad, los pares de opuestos, (tales como lo correcto y lo incorrecto, la paz y la guerra, la felicidad y la infelicidad, lo interno y lo externo, lo alto y lo bajo, la luz y la oscuridad, y la vida y la forma, para nombrar sólo algunos) confronta al ser humano en cada estado de desarrollo. A través de los tiempos, las escrituras sagradas han aludido a esta dicotomía. Por ejemplo, el Bhagavad Gita, descrito como “una visión sinfónica de Dios en todas las cosas y de todas las cosas en Dios”, describe el conflicto entre lo espiritual y lo material. Presenta la lucha sin fin de Arjuna, el cansado pero valeroso discípulo, en su solemne diálogo con su Yo Ser espiritual, el Señor Krishna. Pero hay un nexo permanente e inalterable que conecta estas dos polaridades inconfundibles, la vida y la forma, y es la consciencia. En un caleidoscopio  de modelos, presiones, pensamientos y deseos que cambian constantemente, la consciencia relaciona lo interno y lo externo, el espíritu y la materia. A medida que la vida y la forma son separadas, nace la consciencia, y desaparece cuando ellas se unen y sintetizan. Eterno e inmutable, el ritmo cíclico de vida y muerte, de manifestación y pralaya, y de inspiración y expiración , representa su danza universal y mágica.

Los estudiantes de las ciencias espirituales también habrán oído los términos unidad y triplicidad, que además de la dualidad, describen unidades de energía, puntos focales de expresión en el siempre cambiante panorama del desarrollo humano.   En las ciencias espirituales, la triplicidad de la Trinidad ha sido definida como: Vida, Consciencia, y Forma (personalidad); Shiva, Vishnu, y Brahma en el Hinduismo; y Padre, Hijo y Espíritu Santo en la Cristiandad. Pero, cualquiera que sea el nombre que usemos, de todos modos son todos uno y el mismo. Esta trinidad de elementos esenciales o partes del Todo es fundamental para una comprensión más profunda de la evolución misma.

En los primeros albores de la vida manifestada, la consciencia en evolución está vagamente conectada como una triplicidad. La personalidad es de naturaleza embrionaria, casi nebulosa, y los reinos del alma y el espíritu están todavía muy lejos y distantes. Durante incontables eones, el ser humano vive ciclos dentro y fuera de la encarnación. Sin embargo, llegará un tiempo en que la personalidad comience a tomar forma; se añaden color y textura, la individualidad y la autoafirmación tienen preponderancia.   La chispa de la mente se activa, haciendo que las naturalezas sensible y física se pongan en conformidad con la voluntad inteligente de la consciencia que evoluciona. Debe transcurrir mucho tiempo, y cosecharse experiencia en el mundo de la forma, antes de que la queda y distante voz del alma pueda ser escuchada en medio del torbellino y el clamor de la vida exterior.

Susurros del Alma

Sin embargo, todo el tiempo se escucha la voz de la consciencia, que ha sido descrita como “susurros del alma”. Y, pese a que a menudo se ignora, de todos modos sirve como una brújula moral, como un indicador de lo correcto e incorrecto (relativo). A medida que su influencia crece, el sentido de dualidad llega a ser incluso más agudo y preocupante. La personalidad que evoluciona y la naturaleza espiritual interior están cara a cara, cada una buscando ejercer su influencia sobre la otra.

En una escala planetaria, es posible que este sea el nivel actual de la consciencia humana.   Dividida entre dos grandes líneas de fuerza, la humanidad inquieta y desconcertada, el discípulo mundial se está haciendo adulto. El duro contraste entre la inspiración del entrante nuevo ciclo de Acuario y las viejas formas separativas de materialismo arraigado es claramente visible. Las fallas son profundas y amplias, y de linaje antiguo. Pero llega un momento en que el movimiento del péndulo entre los dos extremos de las dualidades, no oscilará tanto en cada una de las direcciones, sino que tenderá a la estabilidad, el equilibrio y la armonía. En algún momento, y probablemente antes de que nos demos cuenta, comenzará un período de paz duradera, reforzada por una efusión de buena voluntad universal, que comenzará a envolver a la familia humana. Un espíritu de amor descenderá, invocado profundamente desde dentro de una cansada y probada humanidad. De la oscuridad del viejo materialismo, emergerá una época de luz y de quietud, nacida de luchas, sufrimiento y experiencia.

La Creciente Oleada de Evolución

No fue hace tanto tiempo que se afianzó demasiado bien el impulso hacia la separación y la división, para poder virar fácilmente la corriente contra estas fuerzas insuperables. Pero, hoy, incluso cuando estas fuerzas están muy activas en el mundo, no sería una exageración sugerir que su influencia y potencia en el plano físico está lentamente declinando. El creciente ímpetu hacia la libertad, el compartir, la justicia, la cooperación y un sentido de la Totalidad están en ascenso. Sólo tenemos que ser testigos de la oleada de opinión pública educada contra los sucesos que están basados en el pensamiento separativo e intolerante. La opinión se está volviendo informada y motivada, y se caracteriza por un espíritu de buena voluntad. Esta nota está empezando a cambiar el curso y dirección de los asuntos humanos.

Hace muchos años, se indicó que las fuerzas del materialismo estaban activas y organizadas, y que las fuerzas de la luz estaban igualmente activas, pero no tan bien organizadas. Es probable que hoy se haya dado un cambio profundo en esta ecuación; que las fuerzas de la luz no sólo están activas y organizadas, sino que también están coordinando sus esfuerzos y trabajando de una forma más cohesiva e integrada que nunca. Esto marca un punto de inflexión significativo.

¿Se podría decir que los obstáculos para el nuevo impulso de Acuario (ideas y valores) no son tanto falta del público general u opinión pública, sino más inclinadas hacia las cristalizadas formas externas de los estamentos e instituciones religiosas y políticas atrincheradas y los intereses materiales creados, los que son incapaces y no desean ceder ante la creciente oleada de evolución? A este respecto, se nos recuerdan las profundas palabras del Cristo: “no puedes verter vino nuevo en odres viejos”. La filosofía espiritual enseña que “todas las formas existen para expresar la verdad”. Los principios y valores espirituales que están emergiendo en las mentes de pensadores iluminados e intuitivos requieren una forma, un vehículo para poder revelarse y anclarse para el bien del Todo. Esta es una ley básica del universo y, finalmente, nada puede oponerse al flujo de evolución y su impacto en el mundo de la forma.

La Vida Dual del Discípulo

En el momento preciso, llega un punto de inflexión en la vida de cada ser humano en su sendero sagrado, y también para la humanidad el discípulo mundial. La voz del alma no sólo es sentida, sino que se compromete activamente con ella; la triplicidad es reemplazada por un creciente reconocimiento de la dualidad, alma-personalidad y espíritu, que inevitablemente conduce a esa etapa que se ha llamado “la vida dual del discípulo”.  Este punto de logro, descrito como “una vida de actividad externa y de sensibilidad interna”, es un camino que expande al discípulo, el servidor del mundo, en muchos niveles de conciencia.

No es sorprendente entonces, a causa de su naturaleza avanzada, que “la vida dual del discípulo” sea un nuevo y relativamente desconocido “estado mental” psicológico en la consciencia en expansión de la familia humana. En este estado de percepción espiritual, en última instancia, todo sentido de dualidad tiene que ser entendido, resuelto y realizado en el escenario del mundo en la “consciencia del cerebro físico”. Y, aunque se esté comprometido en muchas direcciones – interna y externamente – tales como sirviendo en algún aspecto del Plan divino, manteniendo una actitud interior enfocada en los planos divinos de consciencia y, construyendo conscientemente el puente de arco iris que une las mentes superior e inferior, al mismo tiempo que atiende a las responsabilidades familiares y profesionales, sin embargo, el servidor permanece impasible. Esto marca un avanzado estado de desarrollo evolutivo. Para aquellos que están preparados, se da la oportunidad del servicio planetario consagrado y más  profundo,  lo  cual  es  siempre  la  recompensa de aquellos que están transcendiendo los confines de la experiencia estrictamente humana.

Unidad

En algún punto del gran sendero de Vida, termina el período de la “vida dual del discípulo”, las últimas fronteras de la experiencia humana auténtica hacen su llamada, la dualidad da paso al concluyente final de completa unidad, el deseo de encarnación desaparece, las ataduras del karma se rompen y sobreviene la liberación. El alma y la personalidad han sido perfeccionados, combinados e integrado; delante están los reinos puros y amorfos del Espíritu, la Mónada, el Uno, la Presencia. Todo lo que queda en la consciencia del iniciado es materia espiritual, la consciencia individual fusionada y absorbida dentro del TODO. Nada queda excepto Dios.

La Humanidad: el Discípulo Mundial

La humanidad, el discípulo mundial, huella exactamente el mismo camino que el servidor individual. Al permanecer hoy en una encrucijada, el familiar y cómodo entorno de antiguas prácticas, rituales y líneas de pensamiento están desapareciendo. Por delante hay un terreno desconocido. Un espectro de lo desconocido para la mayoría, una visión de esperanza para algunos, y para unos pocos un reconocimiento de que estamos saliendo de un gran ciclo zodiacal divino y entrando en otro que presenta mayores oportunidades de apoyar la evolución de la raza.

El nacionalismo, el pensamiento separativo y el peso del materialismo todavía obstruyen parcialmente el libre flujo de la divina energía a través de la Totalidad planetaria. Por tanto, el reto ante nosotros es claro e inequívoco: ayudar a la familia humana a responder con mayor plenitud a la luz y el amor de la Jerarquía y, como consecuencia, ayudar a las pequeñas vidas de los reinos inferiores a hacer lo mismo.

A través de la meditación, de la palabra escrita o hablada y del trabajo de Triángulos, podemos ayudar a concretar lo abstracto, a anclar las realidades internas, y a dar vida, forma, textura y cualidad a las nuevas inspiraciones, las semillas de esperanza que emanan de los reinos iluminados. Nada puede detener su descenso, aparición y expresión última en el mundo externo, pero sí pueden ser retrasadas si la vida mental de la humanidad está demasiado polarizada hacia lo material. El libre albedrío humano decidirá el resultado de estos profundos temas, y el grupo de servidores del mundo jugará un papel crucial en estos acontecimientos que se están desarrollando. La buena voluntad es la clave que liberará a la humanidad hacia una edad de oro de creatividad, belleza y luz.

Con cada generación que pasa, el campo de batalla del conflicto humano se aleja de los reinos físico/etérico y astral y se está centrando en los niveles mentales. El reino de las ideas visionarias y de verdad, y la cruda propaganda y falsedad son las nuevas herramientas en el arsenal de ambas fuerzas, la progresiva y la materialista. Desde cierta perspectiva, esto es sano, pero el peligro acecha, puesto que la potencia del plano mental es inmensurable y es usada en igual medida por las fuerzas progresivas y las materialistas para fines específicos. Y, a no ser que haya una buena voluntad y voluntad al bien enfocada, que pueda neutralizar la tendencia hacia la expresión de las fuerzas materialistas, las consecuencias podrían ser verdaderamente graves, lanzando la humanidad a una época de oscuridad, y materialismo craso. Triángulos ayuda a impulsar el peso de la triple naturaleza del alma sobre los asuntos del mundo. El avance de la luz, el amor, y el poder en la consciencia humana está elevando la mirada de la humanidad hacia el Avatar mundial, el Cristo, el Señor del Amor.

“Grandes determinaciones” y “profundos asentamientos dentro de la Voluntad de Dios” también están pavimentando el camino para Su retorno. Hace dos mil años, clara e inequívocamente, el Cristo aseveró: “quien no está conmigo está contra mí”. Dentro de la familia humana, se tienen que hacer elecciones y los asuntos nunca han sido más claros. El trabajo de Triángulos consiste en aclarar en las mentes humanas, aquellos principios y valores necesarios para el progreso humano, para trasladar el peso de la opinión pública al lado de valores progresivos y visionarios.

No hay arreglo rápido para estos problemas profundamente asentados No hay una tecla crtl+z para deshacer el daño y los errores de antaño. Solamente el continuado e incesante trabajo de todos aquellos que aman a sus semejantes y reconocen la nobleza y la santidad de la vida humana, pueden actuar como una fuerza magnética y constructiva para el bien y ayudar con el tiempo a cambiar la dirección del pensamiento humano de lo material a lo espiritual. En su momento, muchos verán la vida, la humanidad y el mundo como “un todo unido, interrelacionado, cooperativo y armonizado”. Hasta entonces hay mucho que hacer.