MD es un diplomático con 12 años de experiencia, que trabaja actualmente en asuntos nucleares y de desarme.
"Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres y de las mujeres, es en la mente de los hombres y de las mujeres donde deben erigirse los baluartes de la paz"
Constitución de la UNESCO
El desarme como visión
Vivimos en un mundo en el que la visión y las aspiraciones espirituales siguen estando por detrás de la realidad, y el desarme forma parte de esa dinámica.
La Carta de las Naciones Unidas contiene la visión al respecto:
“Artículo 1
Los propósitos de las Naciones Unidas son:
1. Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz;
2. Fomentar entre las naciones relaciones de amistad […]
3. Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales […]
4. Servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes.
Más concretamente, uno de los documentos más relevantes del desarme mundial es el documento final de la (primera) Sesión Especial sobre Desarme o SSOD-1 (1978). A pesar de la Guerra Fría, los países acordaron objetivos concretos de desarme que años más tarde dieron lugar a varios tratados, como los relativos a las armas químicas, las armas biológicas, el comercio de armas, la no proliferación nuclear o los ensayos nucleares, etc. Hoy en día existen nuevos retos (por ejemplo, la violencia con armas de fuego, la inteligencia artificial o un tratado de desarme nuclear), pero gran parte de lo que se puede negociar ya ha sido identificado y debatido hace años. La Agenda para el Desarme del Secretario General de la ONU es un ejemplo más contemporáneo de lo que se puede hacer.
La crisis actual
Sin embargo, como es bien sabido, el sistema de la ONU se enfrenta a una crisis de poder, al igual que la humanidad, lo que condiciona la obtención de resultados efectivos en materia de desarme. Como la diplomacia sigue organizada en torno a las naciones, casi todos los diplomáticos asisten a las reuniones con instrucciones de sus gobiernos, instrucciones que forman parte de una estrategia nacional más amplia que no cambia mucho a lo largo del tiempo. Se deja mucho espacio a la mente y las declaraciones pre-estructuradas, y poco al corazón. Los intereses nacionales se anteponen a un enfoque más global. Las naciones siguen considerando que están al mando y que los problemas deben resolverse en su dimensión.
El resultado es lo que vemos hoy: en el mundo se libran al menos 101 conflictos armados1, prácticamente uno de cada dos países. El gasto global militar va en aumento, con un récord de 2,13 billones de dólares en 20212, concentrado en su mayor parte en un puñado de países, cuyas armas bastarían para hacer estallar el planeta varias veces. La Conferencia de Desarme no ha sido capaz de llegar a un consenso sobre las negociaciones desde 1997, y la guerra de Ucrania ha extendido las diferencias políticas y el estancamiento a casi todos los foros de desarme. Más recientemente, incluso la supervivencia humana se ha puesto en juego, cuando funcionarios de estados poseedores de armas nucleares han mencionado la idea de una guerra atómica. Las motivaciones que subyacen a esta realidad pueden comprenderse: se trata del miedo a la supervivencia de las naciones y de la "defensa" construida para hacerle frente. En la raíz está la ilusión de separación, donde la desconfianza da espacio a un sentimiento de amenaza, ante el cual, más poder militar parece la respuesta más "razonable".
Por el contrario, el diálogo en reuniones bilaterales (tanto técnicas como políticas), foros regionales o multilaterales, visitas de alto nivel, medidas de creación de confianza y negociaciones de desarme parecen perder terreno. Las soluciones siguen estando ahí, pero la energía para catalizar el cambio no. Todo ello da cuenta de una crisis sin solución tradicional al alcance de la mano, algo que perturba a todos los corazones humanos sensibles.
¿Hacia la Paz?
Una perspectiva espiritual nos dice que, para salir de este estancamiento, necesitamos desvelar una perspectiva más profunda, con el Amor y la Paz en el centro de un impulso radical hacia el cambio y la Paz.
Posiblemente, ninguna negociación de desarme puede resolver esto por sí sola. Necesitamos un plan integral que aborde el desarme, la justicia, el medio ambiente, la deuda global, el hambre y otros, temas que pueden resumirse en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Un plan que tal vez podría acordarse en una Conferencia Global de la ONU, de la que el Foro de la Paz de París es un interesante ejemplo a nivel nacional3.
En cualquier caso, para alcanzar esa "asignación energética", el contacto interno debe encender los corazones humanos y despertar la buena voluntad. En el plano diplomático, hay que buscar y apoyar espacios de diálogo, donde la gente pueda encontrarse y se produzcan cambios.
Si no pueden celebrarse reuniones directas, debemos estar abiertos a que terceros países, organizaciones o mediadores faciliten medidas de confianza y transparencia que puedan disipar gradualmente la negatividad y manifestar la luz del alma.
Las complejidades mentales y el estancamiento diplomático en torno al desarme no deben decepcionarnos. Las posibles soluciones están ahí y los implicados las conocen.
Para los interesados, el apoyo interno a tales acontecimientos es un servicio importante. Para los que sirven en el campo diplomático, la intuición y el amor son tan importantes como las instrucciones y las formas, y cada acontecimiento es una oportunidad para que las energías entren y dinamicen todo el campo, desencadenando compromisos y progresos invisibles.
Al final, la humanidad es Una y anhela la Paz. Permitamos que eso ocurra. §
1. The Geneva Academy of International Humanitarian Law and Human Rights, Today’s Armed Conflicts
2. Stockholm International Peace Research Institute, World military expenditure passes $2 trillion for first time
3. Paris Peace Forum
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