Según Alice Bailey, “la clave al problema de la humanidad… ha sido tomar y no dar, recibir y no compartir, acaparar y no distribuir”. La explotación irresponsable de los recursos de la tierra no es sostenible e interfiere con el “flujo circulatorio divino”; la tarea de la humanidad ahora es restaurar este flujo creando un equilibrio entre espíritu y materia.

La relación de la humanidad con el terreno está siendo analizada a medida que más y más personasdel mundo en vías de desarrollo abandonan sus tierras y se mudan a las ciudades. En las naciones industrializadas los pequeños agricultores están atrapados entre las grandes multinacionales del sector alimentario y los supermercados y también ellas están abandonando la tierra. Y los habitantes de la ciudad, al estar desconectados de la tierra, tienen un entendimiento menor acerca de los orígenes de los alimentos, que consideran simplemente productos en las estanterías del supermercado. La industrialización de la agricultura ha traído economías de escala y ha conducido a unos alimentos baratos para los consumidores; la productividad adquiere una importancia crucial, pero depende del uso extensivo de agentes químicos. Aunque esto implica más “seguridad de producción” debido a la resistencia de las cosechas a plagas y enfermedades, el empleo de sustancias químicas daña y altera los ecosistemas y contamina el suelo, el agua y los alimentos que consumimos. Además, existe la preocupación de que los últimos brotes de “vacas locas” y fiebre aftosa sean indicadores de prácticas agrícolas imprudentes. El ganado es engordado artificialmente con el empleo de hormonas, inyectadas regularmente junto con antibióticos, y animales que son por naturaleza herbívoros son alimentados con piensos que incluyen componentes procedentes de los huesos de otros animales.Todas estas prácticas pueden comprometer la resistencia natural a la enfermedad.

La agricultura industrial y el agrarianismo *

[* “Agrarianism” no tiene traducción].

En el sistema agrícola industrial, muchos animales son criados en condiciones horrorosas e inaceptables. Aunque existe una mayor consciencia de que los humanos tienen la responsabilidad moral de no infligir un sufrimiento cruel o innecesario a los animales, especialmente a las mascotas domésticas, la paradoja es que en la cadena alimenticia el bienestar de los animales se oculta a la vista del público tras las puertas cerradas de los mataderos, fábricas de matar en donde los animales –sean vacas, ovejas o cerdos– son considerados como unidades de producción y tratados en consecuencia. Y, según Bruce Friedrich de People for the Ethical Treatment of Animals (PETA), los pollos se han ganado el título de animales peor tratados de la faz del planeta. Es interesante que actualmente haya surgido un debate en la opinión pública sobre la conveniencia de dedicar recursos escasos –como la tierra de cultivo y el petróleo– a la producción carne, cuando es mucho más eficiente desde el punto de vista energético utilizar las cosechas directamente para alimentar a las personas.

Wendell Berry, poeta, escritor y agricultor, habla de un conflicto esencial entre los motivos y métodos de la agricultura industrial, y la agricultura tal como la define el agrarianismo: “la agricultura como el uso adecuado y el cuidado de un regalo inconmensurable”. Desde su punto de vista, la economía industrial es de naturaleza violenta y no considera la “idea de la devolución” basada en una buena tutela. Considerar el producto de la tierra como un regalo, y no como un derecho, significa que existe una consideración adecuada de los escasos recursos de la Tierra –hay un recibir, y un devolver; entonces podemos “…ser merecedores de los regalos que recibimos y utilizamos”. (1) En los textos sagrados de la India, “quien da el alimento es quien da la vida”. “No damos como un extra, damos debido a nuestra interdependencia con la vida entera”. (2)

Según Berry, la agricultura industrial intenta que la tierra produzca sin labranza–que es “el nombre de todas las prácticas que sustentan la vida a base de conectarnos conservadoramente a nuestros emplazamientos y a nuestro mundo; es el arte de mantener atados todos los hilos de la red viva que nos sustenta”. La agricultura moderna depende de métodos mecánicos y del uso de agentes químicos pero “la realidad de los organismos y raíces bajo la superficie es ignorada en su mayor parte”. En cambio, una buena labranza significa una “agricultura que debe mediar entre la naturaleza y la comunidad humana, con vínculos y obligaciones en ambas direcciones. Practicar una buena agricultura requiere ejercer una cortesía elaborada hacia todas las criaturas, animadas e inanimadas… Vamos a tener que volver a las viejas cuestiones sobre naturaleza, capacidad de transporte y necesidades locales. Y vamos a tener que reanudar los cultivos y crianzas apropiadas a la región y la granja”. (3)

Berry también comenta la importancia de nutrir el suelo. El suelo es algo que damos por sentado a nuestro propio riesgo y existe un punto de vista que considera que el ascenso y subida de las civilizaciones está vinculado a la calidad y gestión del suelo. “Un suelo sano es ‘una maleza, en su mayor parte desconocida y sin estudiar, pero llena de vida… [es] a la vez una comunidad viva de criaturas y su hábitat”. El suelo de una granja no es una superficie poco profunda sobre la que se ejecutan diversas operaciones mecánicas y a la que se aplican diversos productos químicos”, es un sistema vivo integrado que es, a su vez, una parte integral del reino de la naturaleza. El suelo necesita a la ciencia pero también requiere una labranza sabia. (4)

La labranza del suelo puede prevenir desastres ecológicos –como la erosión causada por el viento en los terrenos semi-desérticos de Norteamérica en los años 30. Esta catástrofe enseñó a los agricultores la necesidad de cuidar la tierra y conservar el suelo para minimizar los extremos climáticos –las inevitables sequía y tormenta. También, aunque la tala y quemado de bosques para producir terreno agrícola– ha ocurrido durante milenios, se piensa que este método es insostenible en los bosques tropicales del mundo, que generalmente tienen suelos muy frágiles. En Madagascar, por ejemplo, una población relativamente pequeña ha destruido la integridad de los bosques, debido a la erosión a gran escala producida por una escorrentía superficial adversa, que tiene como consecuencia una lenta regeneración y la amenaza a las especies en peligro de extinción. Así, la mayoría de la meseta central de Madagascar es ahora infértil e improductiva. (5)

La dependencia de fuerzas externas

Otra práctica reciente dudosa de la agricultura industrial es el monocultivo, esto es, la práctica de cultivar grandes áreas con una cosecha con el mismo patrón de crecimiento (debido a la similaridad genética). Esta práctica fomenta la estandarización, puede lograr una mayor producción, simplifica la cosecha, e implica que los cultivos individuales pueden adaptarse a localizaciones específicas. Sin embargo, contra estos beneficios deben sopesarse algunas desventajas: el monocultivo depende enormemente de añadidos artificiales, tales como fertilizantes y pesticidas; cosechar a mayor escala puede requerir más maquinaria; y las variedades de simientes empleadas posiblemente tengan que adquirirse en una empresa, más que almacenarse en la forma tradicional. Todos estos factores hacen que los agricultores dependan más de agentes externos, tanto en cuanto a material como a financiación. El agricultor ya no controla su propio destino como parte integral de la comunidad local; en su lugar está atrapado en el medio, aprisionado entre las grandes multinacionales del agribusiness y los supermercados. Y debido a la falta de diversidad en los cultivos, el riego de fracaso catastrófico en la cosecha debido a plagas o enfermedades aumenta. La así llamada “Revolución Verde” (desde finales de los años 40 a los 70) promovió la práctica del monocultivo en países donde previamente existían sistemas más diversificados y de menor escala.

Prácticamente todos los aspectos del sistema moderno alimentario dependen del petróleo. Se habla de un nuevo régimen energético pero todavía no ha llegado; mientras tanto nos enfrentamos a un futuro incierto con la inestabilidad de los suministros petrolíferos, las fluctuaciones de los precios y una adicción a su empleo prolongado en la producción, envase y distribución de alimentos. Actualmente se están planteando preguntas sobre cómo reducir las emisiones debidas a los sistemas de producción, procesado y distribución de alimentos mediante el empleo de fuentes de energías renovables y el desarrollo de un enfoque más “bioregional” –en el que los productos sean, en la medida de lo posible, seleccionados dentro de la bioregión del consumidor (una zona de terreno que comparte una combinación de características físicas y medioambientales, incluyendo límites de cuencas acuíferas, ecosistemas típicos, y características del suelo y el terreno).

La mecanización de la agricultura –de nuevo un factor que depende del petróleo– ha reducido los costes laborales, pero el lado malo es que esto también implica un menor empleo en áreas rurales, con la emigración de las personas a las ciudades. Para los países en vías de desarrollo esto implica la necesidad de crear numerosos trabajos adicionales, no-agrícolas, para quienes abandonan sus tierras. Citando la página web People and Planet, “Se espera que la fuerza laboral agrícola siga descendiendo durante la primera mitad de este siglo, a medida que la revolución agrícola que ha reducido la necesidad laboral en granjas y plantaciones se extienda por todo el mundo en vías de desarrollo. A mediados de los 90, se estimaba que había cerca de 1,1 miles de millones de granjeros y trabajadores en granjas de pequeña escala por todo el mundo. Si un tercio de ellos fuesen desplazados durante el próximo medio siglo, como algunos estudios prevén, los países en vías de desarrollo tendrían que crear tantos puestos de trabajo no agrícolas como existen ahora en todos los países desarrollados juntos. Satisfacer esta necesidad recaería principalmente sobre las economías urbanas, como principal motor en la creación de trabajos para las poblaciones rurales desplazadas”. (6)<

Control de la cadena alimentaria

Un pequeño número de supermercados controlan ahora gran parte de lo que el mundo come; según el New Internationalist en Australia dos empresas alimentarias, Woolworths y Coles, venden un tercio de todos los alimentos consumidos. En Gran Bretaña, los cuatro grandes venden el 75% de la comida del país, con tan sólo Tesco controlando un 30% del mercado. En USA, Wal-Mart, el mayor minorista del mundo, controla un gran porcentaje del mercado. 7 Según Catherine Ainger, “el control de la ‘cadena alimentaria’ va concentrándose en cada vez menos manos… corporaciones gigantes controlan simientes, fertilizantes, pesticidas, la financiación de las granjas, la variedad de granos, el procesado del grano, el procesado de los piensos para el ganado, la producción y matadero, así como las marcas de comida procesada”. 8 Y Ted Nace, autor de Gangs of America: The Rise of Corporate Power and the Disabling of Democracy, “los directores de unos pocos centenares de grandes corporaciones [tienen] el poder de tomar muchas de las grandes decisiones que darán forma al futuro –en qué tecnología energética se debería invertir… con qué grado de agresividad deberían extraerse los recursos madereros o minerales…” Estos niveles de control corporativo son una de las razones de que exista oposición a las simientes genéticamente modificadas (GM) –que necesitan “herbicidas de su misma marca e incluso agentes químicos de ‘disparo’ de esa misma marca que el agricultor tiene que aplicar para que la semilla germine”. (9)

Sin embargo, las grandes empresas no siempre se salen con la suya: cuando Monsanto propuso introducir trigo de primavera Roundup Ready como “la joya de la corona de las cosechas de modificación genética”, los granjeros de Dakota del Norte (cuya superficie de terreno dedicado al cultivo de trigo de primavera suma el 47% de Estados Unidos) entraron en acción. La cuestión fundamental era si las decisiones debían tomarlas las grandes corporaciones o si el futuro del trigo debía estar “en manos de personas que tienen que rendir cuentas a los ciudadanos de Dakota del Norte”. La situación llegó a su cenit en 2004 , y tras una larga campaña por parte de los agricultores de USA, el sentimiento político viró en contra de las cosechas GM. Una de las cuestiones básicas era la idea de que las corporaciones pueden patentar las reservas de semillas y demandar a quienes infrinjan sus derechos –incluso cuando los campos han sido contaminados accidentalmente por semillas caídas de camiones en tránsito.

Señales de vida nueva

Sin embargo, a pesar de que existen numerosos desafíos en agricultura, hay señales de nueva vida en el horizonte, por ejemplo, la agricultura biodinámica, la permacultura y la creciente demanda de alimentos de origen ecológico; y en el mundo en vías de desarrollo –La Vía Campesina– “un movimiento internacional de campesinos, productores de pequeña y mediana escala, sin tierras, mujeres rurales, pueblos indígenas, juventudes rurales y trabajadores agrícolas… un movimiento autónomo, pluralista y multicultural, independiente de cualquier política económica, u otros tipos de afiliación”. Los miembros de este movimiento provienen de 56 países de Asia, África, Europa y las Américas. Promueven un modelo de agricultura campesina o familiar basada en una producción sostenible con los recursos locales y en armonía con la cultura y tradiciones del lugar. Los campesinos y agricultores confían en su prolongada experiencia respecto a los recursos de que pueden disponer localmente y son capaces de producir la cantidad y cualidad óptima de alimentos con poca aportación externa. La producción se destina, en su mayor parte, al consumo familiar y los mercados domésticos. (10)

La agricultura biodinámica se erige sobre el trabajo de investigación pionero llevado a cabo por Rudolf Steiner y se basa en una comprensión holística y espiritual de la naturaleza y del ser humano. La agricultura biodinámica se basa en la autosuficiencia en compost, abono y piensos para el ganado, con un mínimo de aportaciones externas. El compost se trata con preparaciones especiales basadas en hierbas, y la calidad de las cosechas se mejora empleando abono natural y preparaciones basadas en el cuarzo. La diversidad ecológica es un objetivo de la gestión del paisaje y se utiliza un calendario astronómico para determinar las épocas favorables a la siembra, cultivo y cosecha. (11) Los métodos biodinámicos se utilizan por todo el mundo, por ejemplo, en los jardines de té de Darjeeling, en India, donde “los fertilizantes químicos han sido sustituidos por compost natural de lombriz, abonos y preparaciones biodinámicas hechas con plantas como milenrama y ortiga, con resultados impresionantes. Cuando aparece el menor síntoma de la temida mosca del té, la zona afectada se fumiga con un insecticida natural, derivado del árbol de neem”. (12)

La permacultura trata de “crear hábitats humanos sostenibles siguiendo los patrones de la naturaleza”. Utiliza la diversidad, estabilidad y capacidad de recuperación de los ecosistemas naturales para proporcionar un marco de referencia y una guía que permita a las personas desarrollar sus propias soluciones sostenibles a los problemas a los que se enfrentan en su mundo, a escala local, nacional o global. Se basa en la filosofía de la cooperación con la naturaleza y el cuidado de la tierra y sus pueblos. Es un “sistema de diseño” con “un máximo de contemplación; un mínimo de acción”; consiste en pensar antes de actuar; no es un conjunto de normas; es “un proceso de diseño basado en principios que se encuentran en el mundo natural, de cooperación y de relaciones mutuamente beneficiosas, y en convertir estos principios en acciones”. Estas acciones pueden ir desde elegir qué comes, cómo viajas, el tipo de trabajo que haces y dónde vives, a trabajar con otros para crear un proyecto comunitario de cultivo de alimentos.Es acerca de tomar decisiones que te relacionan con todas tus demás decisiones; de manera que ningún área de tu vida esté yendo en contra de otra. Por ejemplo, si estás planificando un viaje, tiene en cuenta otras tareas que puedan completarse en el camino hacia tu destino (combinar un viaje a un centro de ocio con comprar comida en el camino a casa, por ejemplo). Significa pensar acerca de tu vida o proyectos como un sistema integral –resolviendo la forma más efectiva de hacer las cosas que implique el menor esfuerzo y el menor daño a los demás, y buscar formas de hacer que las relaciones resulten más beneficiosas. (13)

La Soil Association es la mayor organización del Reino Unido en cuanto a hacer campaña y a certificación de la alimentación y el cultivo orgánico, y desde 1946 ha estado trabajando para elevar la consciencia acerca de los beneficios positivos en salud y medioambiente de la alimentación y cultivos orgánicos. La Asociación trabaja activamente con cuestiones que incluyen: el bienestar de los animales; los antibióticos en la comida y la agricultura; los recursos de alimentos orgánicos locales; la alimentación en los colegios; la ingeniería genética; los pesticidas en la agricultura; y la vida salvaje en el campo. La comida orgánica está ahora ganando popularidad especialmente gracias a los problemas de salud.

En medio de la complejidad de nuestras relaciones con la tierra, las palabras que siguen del la Carta de la Tierra parecen simplificar con belleza el desafío al que todos nos enfrentamos: “ El espíritu de la solidaridad humana y de la relación con toda vida se fortalece cuando vivimos con reverencia el misterio de ser, con gratitud por el don de la vida, y con humildad respecto al emplazamiento humano en la naturaleza”. (14)

  1. “The Agrarian Standard” de Wendell Berry. Orion Summer 2002. www.orionmagazine.org
  2. “Gift of Food” de Vandana Shiva. Resurgence No. 228, 2005. www.resurgence.org
  3. “Renewing Husbandry” de Wendell Berry. Orion, Sept. / Oct.2005.
  4. Ibid. (adapted)
  5. http ://en.wikipedia.org/wiki/slash_and_burn
  6. www.peopleandplanet.net/doc.php?id=1054§ion=5
  7. “Don’t Believe the Hypermarket” de Sarah Irving. New Internationalist November 2006. www.newint.org
  8. “The New Peasants Revolt” de Katherine Ainger.www.countercurrents.org/glo-ainger120503.htm
  9. “Breadbasket of Democracy” de Ted Nace. Orion May/June 2006.
  10. www.viacampesina.org
  11. www.biodynamic.org.uk/FAQ.htm
  12. “The hottest cuppa in the world” de Joanna Blythman. The Observer April 29 2007.http ://observer.guardian.co.uk/
  13. www.permaculture.org.uk/mm.asp?mmfile=whatispermaculture
  14. www.earthcharter.org

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