Conferencia del Festival de Piscis

Festival de Piscis - Nueva York 2015

El texto que sigue fue una conferencia dada por un miembro del personal de la Sede Central de Lucis Trust en una de nuestras reuniones públicas. El propósito de estas breves charlas es preparar y sembrar la mente grupal para el trabajo real a ser realizado –la meditación grupal. Esta charla puede ser usada por individuos y grupos que deseen cooperar con este servicio.

Festival  de  Piscis:    Londres 2016 |
  Nueva York 2015  |  Ginebra 2016

El misterio de los peces y el Salvador Mundial

Siempre es útil comenzar nuestro acercamiento al trabajo de meditación de luna llena con un momento de alineamiento.

  • Alineamiento con la familia planetaria, con aquellos que están meditando como un servicio mundial durante este período de la luna llena.
  • Alineamiento con la red de todos los que aman y sirven (podemos pensar en la benignidad de esta red, en la radiación que emana de los seres humanos que están desarrollan las habilidades de la compasión, la inofensividad, el olvido de sí mismos y el propósito deliberado).
  • Alineamiento con el grupo esotérico (el grupo de hombres, mujeres y niños de diferentes credos, culturas, enseñanzas espirituales y filosofías cuyas mentes y corazones son puntos focales de ardiente amor inteligente).
  • Alineamiento con los Grandes Seres en el aspecto interno de la vida. Pensemos por un momento en la radiación del Cristo, una radiación que abarca a todos los seres en la vida planetaria. Pensemos en la radiación de los Maestros de Sabiduría, una radiación que permea la red de servicio en todas sus dimensiones internas (sanación, meditación, fe, gracia, perdón) y sus aspectos exteriores más álgidos (derechos humanos, leyes, economía, organización). Pensemos en la radiación del Bodhisattva (Avalokiteshvara, el Bodhisattva de Compasión y su compañera, Tara Blanca, impregnando la conciencia con sus dones de paz, prosperidad, larga vida y buena fortuna; en Manjushri, el Príncipe de Sabiduría). Y pensemos en el Hogar del Padre, ese centro de silenciosa y apacible voluntad en la morada oculta y secreta de Shamballa.


Y mientras mantenemos este hilo de sustancia viva, iluminada, que se extiende hacia el interior de los reinos conocidos de la conciencia humana, a través de las redes de servicio y los grupos de meditación de la humanidad, a través de los ashramas internos de los Grandes Seres, el Cristo y el Buda, hasta Shamballa y más allá, podemos pronunciar suavemente la plegaria más antigua, el Gayatri:

Oh Tú, sustentador del Universo,
De Quien todas las cosas proceden,
A Quien todas las cosas retornan,
Revélanos el rostro del verdadero Sol Espiritual,
Oculto por un disco de luz dorada,
Para que conozcamos la verdad,
y cumplamos con todo nuestro deber,
Mientras nos encaminamos hacia Tus sagrados pies.

Piscis evoca todo tipo de imágenes en la mente moderna. Está la imagen de los dos peces nadando juntos, dos peces que no se pueden separar, que están atados uno al otro, incapaces de escapar; dos peces en una relación desigual de cautiverio, dominación y sumisión. También está la imagen de Piscis como ‘la vieja era’, como representación del pasado en contraposición con la nueva y abierta Era de Acuario. Cuando decimos que algo es ‘pisciano’, tendemos a significar que ya pasó su día, que es autoritario, carente de síntesis, de universalidad y de inclusividad; en otras palabras, que no es moderno. Y está la imagen, particularmente para aquellos que tienen una vaga familiaridad con las enseñanzas de Bailey, de Piscis como el Salvador del Mundo, el Mesías, como el Cristo potencial en su abundancia y plenitud. Entonces, ¿qué podemos sacar de todas estas imágenes?

El famoso mítico par de peces que nadan uno al lado del otro en las aguas del tiempo y del espacio representa los dos aspectos del Yo: el alma y la personalidad. En el sentido más básico, es un símbolo de la dualidad; los dos peces son incapaces de liberarse uno del otro, están atados. En este momento, cuando nos preparamos para entrar en una era de libertad y plenitud, difícilmente esto suena como una imagen inspiradora. Pero lo interesante de la imagen es que ofrece una visión completa de la trayectoria evolutiva de la humanidad, desde los pasos iniciales de la psique inmadura, hasta llegar al triunfante surgimiento de un Salvador Mundial, un Cristo, un Buda o alguien perteneciente a una serie de Salvadores menores.

Se dice que Piscis rige los pies. El sendero evolutivo, visto a la luz de Piscis, trata de la redención y la transformación total de la materia: cabeza, corazón y pies son liberados en Piscis. El voto del Bodhisattva de no buscar liberarse del ciclo de renacimientos hasta que todos los seres sensibles hayan sido liberados, es la verdadera oportunidad de este signo. 

Piscis es un signo de agua, los dos peces viven en un ambiente acuático. En los primeros ciclos de encarnación uno de los peces, el alma, está completamente ciego y aprisionado en un mar de incertidumbre. El pez personal es quien ve por los dos y el que domina totalmente en la relación. No obstante, esta no es la dominación de la personalidad fuerte, fija y arrogante, sino el aspecto personal irreflexivo, abierto a la impresión psíquica y que no controla la procedencia de la impresión. Es un enfoque fluido, instintivo, primitivo y astral, sensible a todos los impulsos y deseos del ámbito subjetivo. Tal vez la atracción moderna de los jóvenes por las drogas refleja un retroceso a esta conciencia psíquica/astral primitiva, porque es de allí de donde venimos todos y es parte de la memoria profunda, de la conciencia elemental que trae consigo el recuerdo de la comodidad de estar en el vientre, sumergido en el agua, sin tener ninguna responsabilidad consigo mismo ni con nada más. El instinto rige. El Alma está prisionera en este mundo y duerme cumpliendo el tiempo, aunque en su propio plano sabe que se trata de un proceso de encarnación con el propósito de experimentar, y que es necesario, vital e importante como cualquier otro proceso o etapa.

El yo superior está literalmente preso. En la ronda interminable de encarnaciones se construye el yo inferior y la prisión se vuelve más definida, más concentrada, con deseos precisos, con un intelecto, metas personales y ambiciones despiertos. Esta es la dualidad, pero en ningún sentido es consciente porque hay un pez que es totalmente dominante, toma todo el alimento y se nutre, mientras que el otro está indefenso y simplemente tiene que esperar su momento oportuno. Pero finalmente llega la hora en la que la voz del otro comienza a ser escuchada. La gran ilusión, la forma mental de que este mundo de las apariencias externas es la realidad total, comienza a percibirse como falsa. Las voces de la conciencia y la intuición comienzan a cantar sobre otra realidad, y míticas regiones del espacio adquieren importancia y se convierten en elementos importantes en la vida. Ahora la dualidad trata de la relación entre los dos peces y hay conflicto, tensión e interacción dinámica.

Sospecho que Piscis está mucho más vivo actualmente, en una vuelta más alta de la espiral, porque la mente ha despertado y se ha dado una concentración de la voluntad y el propósito, y todas las tensiones implicadas en el reconocimiento de la presencia del Yo superior y divino por parte del yo personal han comenzado a propiciar cambios radicales en la forma de pensar y comportarse. El alma, el Cristo oculto, comienza entonces a dominar. Los dos peces nadan aún en un medio acuoso, pero en aguas muy diferentes.

Ahora Piscis estimula los niveles más elevados de los mundos acuosos, un entorno donde la mente y el corazón se unen, donde las aguas de Buddhi, de la intuición, se convierten en una fuente de iluminación y donde la mente se vuelve sensible a la impresión superior. Este es un psiquismo muy diferente al de las etapas anteriores, porque las impresiones ahora conciernen a los principios universales, la ley divina y la penetración en la mente de Dios. Ahora todas las potencias de la mente se vivifican y pueden interpretar la impresión intuitiva, discriminar y aprehender el significado divino.

Este cambio de dualidad inconsciente a dualidad consciente es un momento crítico en la evolución de la conciencia. Es difícil, desafiante y agotador, pero maravilloso. En términos astrológicos se denomina la reversión de la rueda, un cambio en la tendencia involutiva de la psique de construir los vehículos de la personalidad y del ego.

Los retos que enfrenta nuestro mundo interdependiente de hoy, en la cúspide entre Piscis y Acuario, y los retos que muchos de nosotros enfrentamos en nuestras vidas individuales, son retos de significado, de la altitud de nuestra visión y, en última instancia, del propósito. Tenemos que utilizar la intuición para entender, o más bien para encontrar una forma de relacionarnos y alinearnos con los misterios de lo que le está sucediendo a la especie humana. Piscis nos muestra a dónde nos dirigimos y nos da las oportunidades de una mayor sensibilidad y una nueva forma mítica y cosmológica de saber.

Es paradójico que a medida que avanzamos desde la ‘antigua’ era de Piscis a la ‘nueva’ de Acuario somos impulsados a las potencialidades superiores de Piscis; obligados a extraer lo más sublime, los néctares más dulces del antiguo orden para avanzar completamente a lo nuevo.

Hay una interesante referencia en el libro Astrología Esotérica de Alice Bailey, sobre un triángulo importante en los cielos. Se dice que existe una ‘tríada de energía cósmica de suprema importancia en nuestro planeta’. Se nos dice que la ‘influencia unida de sus tres constelaciones eventualmente hará que el Logos Planetario reciba la iniciación’, lo que convertirá a la Tierra en un planeta sagrado. Las tres constelaciones son Leo, Virgo y Piscis. Se dice que su influencia tiene efecto en los reinos de Shamballa e impresiona a toda la humanidad. Esta importante tríada de energías condiciona la conciencia humana en tres aspectos: (1) las energías de Leo conducen al desarrollo de la autoconciencia. (2) Virgo estimula el alma dentro de la forma, incluyendo el alma dentro de cada átomo de la forma. (3) La nota más elevada de Piscis despierta la conciencia grupal, del todo y del universo: la comprensión intuitiva. La combinación de esta trinidad de impulsos conduce a la iniciación en Piscis.

El constante impacto de la fuerza pisciana ha llevado finalmente a la humanidad, el discípulo mundial, al portal de la iniciación. Durante más de dos mil años, la influencia pisciana ha estado actuando sobre el género humano, dando lugar a la demanda de un reajuste mundial, desarrollando el espíritu internacional, conduciendo a la formación de grupos en cada sector del vivir humano y erigiendo así la base para la futura síntesis en Acuario. La influencia de este triángulo se expresa simbólicamente en la vida del individuo autoconsciente que logra la autopercepción en Leo, la cultura en Virgo y la autoliberación final en Piscis. A.E. p. 472-3.

Piscis no es un signo que normalmente asociamos con la crisis. Su influencia profunda, perturbadora, oculta, acuosa y mística a menudo parece expandir la consciencia sin que la persona haga nada, casi como un acto de gracia. Y, sin embargo, cuando pensamos en relación con este triángulo de Leo, Virgo y Piscis, vemos que la iniciación prometida en Piscis y la iniciación de la humanidad en la era de Acuario, depende de todas las crisis anteriores. Es una influencia que culmina y surge de las crisis precedentes.

Esto nos obliga a considerar el propósito de las crisis del alma y la razón por la que estar encarnado como ser humano a menudo implica la experiencia repetida de las crisis. En ciertas vidas las crisis prueban el temple de la mente y el corazón en desarrollo y evocan “el máximo esfuerzo posible”.

DK nuevamente en Astrología Esotérica:

No rehuyan estas crisis por duras y difíciles que parezcan ser. Son difíciles, pero no olviden que el hábito de enfrentar las crisis ha estado largamente establecido en la conciencia de la humanidad. El hombre tiene el “hábito de las crisis”, si puedo denominarlo así. Sólo son puntos para analizar la fortaleza, el propósito, la pureza, el móvil y la intención del alma. Cuando son superadas evocan confianza y producen una amplia visión. Fomentan la compasión y la comprensión, porque el dolor y el conflicto interno que han engendrado nunca se olvidan, pues extraen su fuerza de los recursos del corazón y liberan la luz de la sabiduría dentro del campo del conocimiento, enriqueciéndose el mundo. p. 477.

En última instancia, como mito y símbolo, la luz superior de Piscis conduce al surgimiento del Salvador Mundial. Seguramente se trata de un proceso colectivo, a medida que maduran los misteriosos planes y propósitos de Dios y la conciencia humana crece en sabiduría, equilibrio y en capacidad para organizar los mundos del tiempo y del espacio de acuerdo con la ley universal, para que surja un Salvador con todo el impulso de Piscis, marque la transición hacia una nueva era y toque el tañido de muerte a la antigua civilización. Se asemeja a la danza del delfín cuando se eleva sobre el agua, se sumerge y luego se eleva nuevamente, dando origen a la alegría, la sorpresa, la velocidad, la precisión y la belleza. ¿Podría ser ésta la nota que acompaña el surgimiento del Salvador en la Era de Acuario?

Cuando reflexionamos en la nota clave de Piscis en la mediación: ‘Abandono el hogar del Padre y, retornando, salvo’, lo que buscamos es el proceso colectivo. De todas las corrientes burbujeantes del proceso evolutivo, de todo el crecimiento que se produce a través de las crisis de vida individual y de las crisis de los acontecimientos que son la sustancia de los libros de historia, de toda la energía dinámica de estas crisis, surge un Salvador en Piscis. Aquel que Viene se encuentra adelante de nosotros, vigilando, esperando el espacio, las condiciones y el ambiente adecuados, mirando todos los dramas de la modernidad como peldaños que llevan al Retorno y la Reaparición.

Cuando pensamos en los grandes salvadores, pensamos en el Cristo y el Buda Cuyas luces continúan brillando con gracia salvadora. Pero pensemos en la multitud de salvadores menores que han vivido de tal manera que inspiran a otros, liderando algún área de los derechos humanos, para ayudarnos a ver y experimentar la visión de totalidad en términos humanos. Pensemos, por ejemplo, en Nelson Mandela, cuyo sacrificio incluyó la prisión y cuyo ser se impregnó de tal perdón que pudo revelar esta potencia del alma a la humanidad de una manera totalmente nueva e inolvidable. Pensemos en su Santidad el Dalai Lama que comunica algo de la esencia de la bondad amorosa en lo que se refiere a la vida personal y a la vida de las comunidades, las naciones y el mundo, de tal manera que millones de personas sean profundamente afectadas. Esta es la fuerza salvadora.

Todos los servidores iluminados en el planeta están destinados a crecer así en su habilidad para servir, a ser influenciados y transformados en un grupo salvador. En la Gran Invocación nos referimos al retorno de Cristo y una de las posibilidades futuras que el Tibetano explora se refiere a una aparición simultánea de tres vidas salvadoras: el Avatar Cósmico, el Cristo o Salvador Mundial y, al mismo tiempo, “un salvador grupal, conformado por los discípulos y servidores del mundo” que han sabido responder. [Exteriorización, p. 308 en inglés]. En este momento de la luna llena de Piscis podemos visualizar provechosamente el papel que podrían desempeñar estos aspectos del salvador del mundo en la humanidad.

Hoy, bajo la influencia de Piscis, es útil considerar nuestro mundo y nuestros procesos históricos como si los estuviéramos viendo desde el punto de vista de la espera del Mesías: el grupo Salvador y el Salvador Mundial como Uno. El tiempo se está acelerando. Los ciclos y procesos de la historia se están moviendo hacia el poderoso surgimiento del delfín a medida que genera la energía para volar por el aire e internarse en el agua. Aunque el ritmo de vida es intenso y muchos sufren el estrés que esto implica, hay belleza en la concentración de energía a medida que todos continuamos con nuestra vida en medio de la oleada que nos lleva hacia Acuario. Hay belleza en el despertar y la profundización que están ocurriendo en la mente colectiva. El Resucitado, el Cristo viviente, es el Maestro de este tiempo, el director de orquesta, el supervisor. Él está comprometido y participa, independientemente de si lo vemos o no. A medida que todos nosotros desempeñamos nuestra parte –tomando con cierta ligereza cada día con sus miríadas de oportunidades, dando lo mejor y de vez en cuando percibiendo la belleza del espíritu humano y la belleza de la vida en la que vivimos y nos movemos mientras pasamos por la encarnación– paso a paso nos vamos integrando a un camino que conduce inevitablemente a un punto omega en evolución. Un punto que estará marcado por la presencia histórica de un Salvador Mundial junto con el Grupo Salvador, y que será reconocido en la literatura, la música y el arte como el acto final del surgimiento de una nueva cultura y civilización.

PLENILUNIO DE PISCIS
4 de Marzo de 2015 - Nueva York
Steve Nation