Buena Voluntad, Responsabilidad Ética y los Objetivos del Desarrollo Sostenible: Desafio del Siglo

Mintze van der Velde, Buena Voluntad Mundial, Ginebra

Conferencia de apertura del Seminario de Buena Voluntad, Sede de la ONU, Ginebra, 28 de octubre de 2016

Empecemos con el silencio: el silencio no es inusual en los recintos de las Naciones Unidas

En el Preámbulo de la Constitución de la UNESCO podemos leer: “Puesto que las guerras nacen en las mentes humanas, es en las mentes humanas donde deben erigirse los baluartes de la paz”. En otras palabras y ampliando un poco esa idea, si queremos que los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) lleguen a materializarse, deben ser abordados primero en nuestras mentes. Buena Voluntad Mundial, a través de la energía de la buena voluntad y del establecimiento de correctas relaciones humanas, trata de contribuir con su parte a ese proceso. Y esperamos que las conferencias y conversatorios de esta tarde también puedan aportar su pequeña parte.

En el clamor y el ruido del mundo actual, conectados por redes sociales que funcionan a la velocidad de la luz y producen discusiones políticas de un tipo nunca antes visto, podría haber también una cualidad o tema de interés útil para nuestras conferencias y eventos de hoy. Se trata del silencio. Para que surjan ideas, para que las formas de pensamiento tengan la oportunidad de manifestarse en nuestras mentes, el silencio es un requisito previo.

La sede de las Naciones Unidas en Nueva York tiene lo que se denomina una Sala de Meditación, dedicada al silencio en el sentido exterior y a la quietud en el sentido interior. La sala del silencio de Nueva York fue creada por el segundo Secretario General Dag Hammerskjöld. Al referirse a esta sala él dijo: “Queremos que en este espacio pueda recuperarse la quietud que hemos perdido en nuestras calles y en nuestras salas de conferencias, y lograr que esta quietud regrese a un entorno en el que ningún ruido afecte nuestra imaginación”. El Secretario General Ban Ki-moon, cuyo cargo culmina a finales de este año, comenzó su primer día de labores en 2007 visitando esa Sala de Meditación. Aquí en Ginebra todavía no se tiene una sala así, pero para el próximo proyecto de renovación del recinto de las Naciones Unidas en Ginebra se ha lanzado una petición para que también aquí se tenga una sala del silencio.

Las sesiones anuales de la Asamblea General en Nueva York comienzan con la invitación que hace el Presidente a los representantes para que guarden un minuto de silencio dedicado a la oración o a la meditación. Por lo tanto, el silencio no es algo tan inusual en los recintos de las Naciones Unidas. Por consiguiente, les invitamos a guardar un minuto de silencio, en el que puedan meditar, orar o simplemente permanecer en silencio. Pueden permanecer sentados. Así que hagamos un minuto de silencio.

La Buena Voluntad como una de las Cualidades Espirituales más Esenciales

Como algunos de ustedes quizá saben, me desenvuelvo en el mundo de las Matemáticas y la Física Teórica, así que cuando muestro la siguiente tabla:

la mayoría de ustedes dirán: “Vaya, no necesitas un doctorado para ver que en la primera línea cometiste un error”. Y sí, tienen razón. ¡Pero lo que ustedes no hicieron fue felicitarme por el hecho de que nueve de las diez líneas estaban correctas! Esto es típico en el ser humano. Tenemos la tendencia a centrarnos en cosas que no funcionan, en lugar de centrarnos en las cosas buenas que sí funcionan. Hacemos esto en nuestra sociedad como seres humanos o en nuestra familia, pero muy a menudo también lo hacemos con nosotros mismos como individuos. A menudo los hechos no cambian, pero la forma como los vemos y los interpretamos, marca una gran diferencia.

La buena voluntad es una de las cualidades espirituales más esenciales del ser humano y el gran recurso no aprovechado en el corazón de cada comunidad humana. Esta energía es potencialmente una fuerza poderosa para el cambio social y, sin embargo, en gran medida, su poder no es reconocido y permanece subutilizado. Buena Voluntad Mundial fomenta la comprensión de esta energía y el papel que está desempeñando en el desarrollo de una nueva humanidad.

La pensada y planeada acción de las redes de buena voluntad es la que está impulsando la respuesta a todos los problemas de nuestra época: desde la pobreza, las relaciones raciales envenenadas, la migración, los refugiados y la destrucción ambiental hasta la espiritualidad sentimental, la desesperación al pensar en el futuro y las crisis del materialismo y del egoísmo. Las personas de buena voluntad de todas las culturas, credos y profesiones están creando, a través de sus palabras y acciones, un mundo nuevo donde el compartir, la cooperación y las correctas relaciones se están arraigando y extendiendo. Nunca antes en la historia del planeta la buena voluntad había estado tan activa.

La diversidad y variedad de iniciativas significa que las personas de buena voluntad no pueden ser organizadas en un movimiento unitario o red. Cada comunidad tiene su gente de buena voluntad. La bondad y el amor, en sus expresiones humanas más esenciales, son las que están impulsando el cambio, desafiando todos los hábitos de pensamiento y acción separatista. El reconocimiento de la intensificada acción de la buena voluntad tal como existe hoy en día y los innumerables movimientos que se basan en la energía de la buena voluntad cambian la forma como vemos lo que está sucediendo en el mundo. Esto genera poder y nos ofrece bases sobre las cuales pueden crecer la esperanza y la fe en el futuro. En verdad, la buena voluntad tiene el potencial de convertirse en la nota clave de una nueva civilización de la totalidad.

Para forjar el nuevo día y el bienestar humano, que es nuestro derecho de nacimiento, necesitamos un sentido más profundo de la realidad basado en valores espirituales y una nueva percepción de la humanidad como unidad de la vida divina dentro de un universo ordenado y con propósito. Es difícil para el hombre moderno imaginar una época en la que no haya ninguna forma de conciencia racial, nacional ni religiosa separatista en el pensamiento humano. Fue igualmente difícil para el hombre prehistórico concebir una época en la que existiera el pensamiento nacional y esto es un buen logro humano que debemos tener en cuenta. La época en que la humanidad podrá pensar en términos universales todavía está muy distante, pero el hecho de que podamos hablar de esto, desearlo y planificarlo es seguramente la garantía de que no es imposible. La humanidad siempre ha progresado de etapa en etapa de iluminación y de gloria en gloria. Estamos hoy en camino hacia una civilización mucho mejor de la que el mundo ha conocido y hacia condiciones que asegurarán una humanidad mucho más feliz y en la que se verá el fin de las diferencias nacionales y de las distinciones de clase (basadas en ascendencia o en situación financiera) y en la que se asegurará una vida más completa y más rica para cada uno.

El contexto histórico de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS)

Para sentar las bases de las conferencias y conversatorios de esta tarde, permítanme describir brevemente el contexto histórico de cómo llegamos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y por qué son el reto de este siglo. Esto, al mismo tiempo, dejará claro por qué la buena voluntad y las responsabilidades éticas desempeñan un papel fundamental en todo el proceso.

El problema del desarrollo sostenible, visto desde una perspectiva socioeconómica y ambiental, se ha disparado por el extraordinario crecimiento de la especie humana (de 5 millones de personas hace 10.000 años, cuando comenzó la agricultura, a 7.400 millones hoy, cuyo aumento podría llegar a unos 11.200 millones al final de este siglo) y el aumento simultáneo (en más de 100 veces) de los recursos utilizados por cada persona.

La primera señal importante de preocupación fue dada a conocer en el informe del Club de Roma (1972) o informe Meadows: “Los límites del crecimiento”1. Esto causó un gran impacto debido a su claro mensaje: En un sistema básicamente cerrado como la Tierra es imposible que la población, la producción de alimentos, la industrialización, la explotación de los recursos naturales y la contaminación del medio ambiente puedan seguir creciendo en forma exponencial sin que tarde o temprano colapsen. (El informe pronostica que esto ocurrirá alrededor de la segunda mitad de este siglo). El informe concluyó que para evitar este desastre sería necesario un compromiso colectivo para frenar el crecimiento indiscriminado de la economía y lograr el equilibrio global. El informe fue bien recibido por los ambientalistas, pero negado rotundamente por los políticos y por el mundo de los negocios. Aún así, un estudio del año 2011 enfocado en la misma línea de pensamiento, muestra que “seguimos haciendo las cosas de la misma manera”. Si bien el informe estableció ciertos límites, no proporcionó políticas ni estrategias para cumplir con estos límites. La confirmación adicional de las consecuencias inminentes del crecimiento exponencial se puede encontrar en el documento 2012 Nature elaborado por Elizabeth Hadly y Anthony Barnosky 2. Este documento confirmó las conclusiones básicas del Informe Meadows antes mencionado y condujo al despertar de algunos responsables en la toma de decisiones.

En el desarrollo de políticas para limitar el crecimiento indiscriminado, el concepto de objetivos de desarrollo sostenible quedó bien definido en 1987 en el informe final de la Comisión de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, denominado “Nuestro Futuro Común”, dirigido por Gro Harlem Brundtland 3. Allí se afirma que “la humanidad tiene la posibilidad de desarrollarse en forma sostenible, es decir, de asegurar que se satisfagan las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades. El concepto de desarrollo sostenible conlleva límites, pero no absolutos, ya que se imponen sobre los recursos económicos por el estado actual de la tecnología y la organización social y por la capacidad de la biosfera para absorber los efectos de las actividades humanas. Sin embargo, la tecnología y la organización social pueden ser manejadas y mejoradas para dar paso a una nueva era de crecimiento económico”.

En una reunión informativa en 2015 para las ONG en la sede de la ONU en Ginebra, el Asesor Especial del Secretario General, Dr. David Nabarro, enfatizó que la implementación de esta agenda concierne a todos y cada uno: gobiernos, empresas, académicos, pero también a ti y a mí. Estamos hablando aquí de “ciudadanía global” así como de “responsabilidad global”, y debe tenerse en cuenta que no hay plan B. Los ODS no son un conjunto vacío de proposiciones para mantener ocupado a un club de diplomáticos. El Dr. Nabarro también admitió que los aspectos éticos de cada uno de los diecisiete ODS se deben tener muy en cuenta.

Desde una cierta perspectiva estamos hablando de la construcción de formas de pensamiento y de invocación y evocación. En la práctica, uno de los primeros objetivos de la ONU es que alrededor de 2000 millones de personas sepan de la existencia de estos ODS (de ahí sus logos). En sus materiales impresos por idiomas de este Seminario (disponibles a la entrada de esta sala) ustedes encontrarán tarjetas postales en diferentes idiomas con los 17 logos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Al hacer un análisis sobre si es posible un cambio económico sin caer en el colapso, un informe reciente del Club de Roma 4, señala: “Así que la sociedad debe ganar tiempo. Puede hacerlo moviéndose hacia una economía circular y transformando gradualmente el sistema económico mediante la reestructuración de las finanzas y los negocios, pasando a las energías renovables, reformando la producción de alimentos y redefiniendo la naturaleza del trabajo, para generar puestos de trabajo y garantizar los medios de vida. La tecnología y la comprensión para hacer estos cambios ya existen. Es una cuestión de voluntad social y política”. Esto hace que surja el aspecto voluntad, el cual está un paso más allá de la simple buena voluntad.

Todos sabemos que no es fácil cambiar las cosas en la Tierra. Se nos dice que “La planificación humana es hoy uno de los primeros indicios de la aparición del aspecto de la Voluntad”5. Esta voluntad no es una cuestión individual: cuando una o dos personas tienen una buena idea, el desafío es transferir esa idea a las masas humanas. Aquí surgen dos enfoques al mismo tiempo, a veces compitiendo, a veces cooperando:

Uno es el enfoque ascendente (bottom-up), el cual ha sido destacado, por ejemplo, en la película “Mañana”6, que también ha sido publicada como un libro. En cada uno de los diecisiete objetivos de la Agenda 2030 de los ODS existen hoy en día muchas, numerosas iniciativas, incluyendo agricultura local, sistemas monetarios alternativos, políticas energéticas, educación, iniciativas para hacer que las democracias funcionen, etc. Este enfoque ascendente ya está activo hoy en día.

A menudo no sentimos desanimados y abrumados por pensamientos como: “Esto nunca sucederá”, “Sí, pero ya sabes cómo son esos cabildeos”, “Eso es responsabilidad de los políticos”, “Esto es demasiado pequeño para que realmente funcione”, “¿Qué quieres que hagamos?”, “De todos modos, esto va a cambiar muy poco”. Pero con ese tipo de pensamientos nadie ha cambiado nada en el mundo. A medida que más y más personas toman conciencia de los verdaderos desafíos de este siglo, más y más personas se abrirán a la energía de la buena voluntad y fomentarán las correctas relaciones humanas, las cuales son fundamentales para encontrar las soluciones correctas. Un pequeño proyecto tal vez no haga una gran diferencia, pero cuando surgen muchos, muchísimos proyectos pequeños, sea cual sea el lugar del planeta Tierra donde se realicen, eso hará una diferencia.

El otro enfoque es el descendente (top-down). Es aquí donde las Naciones Unidas desempeñan un papel crucial. Las Naciones Unidas son uno de los pocos lugares donde los gobiernos y la sociedad civil –por ejemplo, a través de muchas organizaciones no gubernamentales– se reúnen, hablan y tratan de construir un mundo mejor. Nadie es perfecto, ninguna organización lo es, ni tampoco la ONU es perfecta. Recordando la tabla de multiplicación con la que empecé, es fácil criticarla. Y sin embargo, la ONU está en la raíz de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de muchas resoluciones y acuerdos posteriores, ratificados y aceptados por la mayoría de los países del mundo. E incluso vale la pena tener en cuenta la Carta de las Naciones Unidas. Al referirse a “Nosotros, los pueblos de las Naciones Unidas”, la Carta se refiere a la buena voluntad como algo inherente a todos los pueblos de este planeta. Uno de los resultados más recientes del enfoque descendente es la Conferencia de París COP21 o la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático que se llevó a cabo y fue ratificada por muchos países en un tiempo sin precedentes. También los gobiernos son conscientes de la urgencia de las cuestiones en juego en los ODS.

La palabra “ético” proviene de “ética”, cuya raíz es la palabra griega “ethos”, que significa el estudio de la filosofía moral. En este terreno se plantean preguntas como: “¿Qué se considera bueno y malo?”. “¿Cuál es la diferencia entre lo correcto y lo erróneo?”. Cuando miramos esto desde el punto de vista del intelecto, vemos que se han escrito volúmenes enteros sobre el tema. Sin embargo, cuando elevamos el tema del intelecto a la intuición, ¿tenemos claro de qué se trata? Leer los ODS en forma más detallada puede parecer un ejercicio intelectual. Sin embargo, como lo reconoció el Dr. Nabarro, los aspectos éticos de los ODS también son importantes y esto le da un significado más profundo a todo el concepto. Este significado lo exploraremos juntos esta tarde con varias conferencias.

El cambio siempre comienza como una idea. Es en ese nivel, es decir, en el mundo de las ideas, donde la ética y el bien desempeñarán un papel crucial. En el enfoque descendente, los gobiernos y las administraciones tendrán que hacer frente a la acción de los grupos de presión que tratarán de conducir las decisiones hacia una dirección que no necesariamente sea de interés común. Esto requerirá que los involucrados escuchen a sus corazones más que sus cabezas. Así surgirá el cambio global. En el enfoque ascendente, cualquier persona que escucha a su corazón no puede menos que ayudar a establecer el cambio en el nivel local, en su entorno inmediato (viviéndolo primero en sí mismo). Cuando ambos enfoques –el ascendente y el descendente– trabajan juntos en lugar de entrar en conflicto, los ODS dejan de ser una ficción y pueden convertirse en una parte real no sólo de nuestras vidas, sino también de las generaciones venideras. Si vamos más allá de nuestras limitaciones y divisiones y definimos la espiritualidad como “algo que hace posible que la humanidad dé un paso adelante”, entonces todo este análisis tiene una profunda naturaleza espiritual.

Marco Toscano-Rivalta abordará el papel de la ética en la cooperación internacional, como la ejemplificó Dag Hammarskjöld, Secretario General de la ONU desde 1953 hasta su muerte en 1961, y Vita de Waal examinará más de cerca la relación entre los ODS y los valores humanos. Patrice Brasseur arrojará luz desde el punto de vista de la conciencia y explorará cómo los diferentes niveles de conciencia en la humanidad y en nosotros mismos pueden ayudarnos a entender lo que está sucediendo en el mundo de hoy. Judith Hegedus desarrollará un enfoque similar, aunque más en el contexto de las Naciones Unidas. No hemos hablado mucho de la educación, que es una parte muy importante –por no decir crucial– de los ODS, porque abordaremos este tema mañana en la segunda parte de este Seminario.

 

1. The Limits to Growth, 1972, Donella H. Meadows, Dennis L. Meadows, Jorgen Randers William W. Behrens III, Universe Books, ISBN 0-87663-165-0.

2. Approaching a State Shift in Earth’s Biosphere, Nature 486, June 2012, p52-58, E. Hadly, A. Barnosky.

3. Our Common Future, 1978, Gro Harlem Brundtland, http://www.un-documents.net/our-common-future.pdf.

4. Is Systemic Economic Change Possible without Collapse? http://www.clubofrome.org/project/systemic_economic_change_without_collapse/

5. Discipleship in the New Age, 1955, Alice A. Bailey, Lucis Press, NY.

6. Demain – Un Nouveau Monde en Marche, 2105, Cyril Dion, Actes Sud, ISBN 978-2-330-05585-1. See also: http://www.demain-lefilm.com.

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