Laurence Newey es Vicepresidente de Lucis Trust.
Desde los albores de la era industrial, el avance de la ciencia y la tecnología ha traído grandes regalos a la humanidad, pero ha socavado aún más la relación espiritual instintiva que los seres humanos tenían antes con la tierra, la fauna y la flora. La quema a gran escala de combustibles fósiles para alimentar nuevas máquinas increíbles desencadenó el comienzo de lo que sólo puede llamarse una visión desintegradora del mundo, que ahora se refleja directamente en nosotros a través de los ecosistemas contaminados y disfuncionales de la Tierra.
Aun así, sólo la percepción de una amenaza vital para toda la humanidad –un enemigo común en forma de calentamiento global– ha causado la alarma suficiente para que las naciones del mundo empiecen a unirse en torno a la nueva mentalidad del "desarrollo sostenible". Y aunque podríamos decir que esto representa a la humanidad despertando de su estado de sueño desintegrador, todavía tiene que ajustar su visión al amanecer de un nuevo día y ver las cosas bajo una luz diferente. Porque la noción de desarrollo sostenible sigue vinculada a la mentalidad que colocó a la humanidad en esta situación calamitosa en primer lugar: la mentalidad concreta y científica de la medición y el control, que tan fácilmente puede aislarse de la energía equilibradora y femenina de la mente intuitiva. Podríamos considerar el enfoque científico actual como un periodo de transición que puede ayudar a limitar los daños, pero todavía no contiene ninguna visión impulsora, ninguna narrativa digna de formar una nueva cosmovisión integrada que una la ciencia masculina con la Naturaleza femenina.
Vídeo y transcripción en: https://bit.ly/3tiuRiY
