Señales de la Iniciación de la Humanidad: Los Desarrollos Recientes en las Naciones Unidas

¡Saludos amigos! Es una alegría estar aquí con ustedes nuevamente y sentir las vibrantes energías que caracterizan a estas reuniones. Traigo saludos y amor de mis compañeros en las oficinas de Lucis Trust en Nueva York, Londres y Ginebra, y felicitaciones a la Junta Directiva del Instituto de los Siete Rayos por el maravilloso logro de treinta años de trabajo a la luz de las enseñanzas esotéricas contenidas en los libros azules.

Es especialmente alentador participar en la construcción de una forma mental sobre La Iniciación como Fuego del Cielo. De una u otra manera, la iniciación es el enfoque fundamental de varias redes dentro de la comunidad de estudiantes de las enseñanzas de Bailey. La Conferencia Subjetiva de la Escuela de Estudios Esotéricos (School of Esoteric Studies) sin duda explora la iniciación en el tema: El trabajo ashrámico y la correcta palabra. Y la iniciación es el tema fundamental para el grupo mundial de estudiantes de la Escuela Arcana: Que el grupo se esfuerce por lograr esa síntesis subjetiva y ese intercambio telepático, que, al final, aniquilarán el tiempo.

Dentro de diez días, en el flujo de las energías de Wesak, en la primera de las tres conferencias de la Escuela Arcana que se llevará a cabo en Nueva York, se estará reflexionando en esta nota clave de síntesis subjetiva. Nos gustaría ver a algunos de ustedes allí, y para quienes no puedan hacerlo, el evento será transmitido por vídeo en directo tal como se está haciendo aquí durante esta semana.

Iniciación

La iniciación es un proceso de crecimiento que tiene lugar en todos los niveles de conciencia en nuestro tiempo. Cada sistema de nuestra vida planetaria está implicado en un proceso interdependiente de prueba que precede a la iniciación. Esto es lo que significa vivir en tiempos de transformación. Nuestras identidades individuales y grupales están en un horno ardiente, y esto se refleja en todas las áreas de las relaciones personales y grupales, relaciones étnicas y nacionales, económicas, políticas y jurídicas. El fuego ardiente se experimenta en las dinámicas conversaciones nacionales sobre educación, relaciones raciales, pobreza, cuestiones de género, el cuidado de la salud y, en un nivel fundamental, en la relación de la especie humana con los animales, plantas y minerales.

A medida que este Fuego iniciático del Cielo resplandece a través de la conciencia, los seres humanos quedamos abrasados por la revelación de la unicidad de la vida. Es incómodo, desestabilizador y desconcertante, y perturba los hábitos establecidos de pensamientos y sentimientos separatistas, divisorios y de competencia.

Los libros de Bailey sugieren que el proceso iniciático grupal se puede entender en dos fases totalmente interdependientes. Primero, la humanidad como especie está en proceso de convertirse en el discípulo mundial; está pasando las pruebas de preparación para la primera iniciación. Dentro de la matriz del tiempo y del espacio, en la realidad existencial de nuestra época en la historia, a través de nuestras vidas y de las vidas de nuestras naciones, el alma se está liberando del control y la adicción a los apetitos físicos y a la constante búsqueda de más riquezas, posesiones y cosas materiales. Al mismo tiempo y en completa sincronía, cientos de miles, quizás millones de hombres y mujeres reflexivos de todas las naciones, culturas y credos se preparan individualmente y en grupos para la segunda iniciación, el bautismo. Las pruebas aquí conciernen al plano astral donde el alma establece su capacidad para estar presente en el mundo encarnado de la personalidad, relativamente libre del deseo. A medida que se aquieta el plano astral, la personalidad aumenta su capacidad de amar. Las pruebas de la segunda iniciación queman todos los velos que nos impiden amar aquello que no se refiere a uno mismo, con desapego, con ese amor desinteresado que se olvida de sí mismo.

Las pruebas que anteceden a estas dos iniciaciones se manifiestan en los asuntos mundiales, lo que significa algo así como una conclusión de la gran batalla de la Segunda Guerra Mundial cuando, a un costo enorme, las naciones y sus pueblos tomaron las armas contra el odio y la separación, inspirados en las posibilidades futuras de tener libertad para todos en todas partes. Una fase importante de esa batalla concluyó con la famosa Declaración Universal de los Derechos Humanos. La Declaración presentaba una visión de la segunda iniciación, de un mundo basado en principios de unidad en la diversidad, de amor y buena voluntad en las relaciones de las comunidades y las naciones. Era una señal de que una nueva visión de futuras posibilidades, en consonancia con la emergente visión de unicidad, se presentaba firmemente ante toda la humanidad. Durante casi setenta años, desde cuando se formuló la Declaración, la historia ha consistido en enfrentar toda clase de pruebas y decisiones involucradas en la implementación de esa visión.

Los espasmos de dolor y sacrificio de la Segunda Guerra Mundial continuaron, en una octava menor, en los procesos evolutivos de la posguerra: las luchas por la independencia a lo largo de los imperios coloniales, seguidas por décadas de sufrimiento a medida que nuevas naciones lucharon para abrirse camino en un mundo muy dividido entre ricos y pobres, mientras el espíritu de libertad comenzaba a echar raíces. Estos espasmos del nacimiento de una nueva humanidad podrían estar simbolizados por el movimiento contra el apartheid en Suráfrica –que culminó triunfalmente con los fines no violentos del mismo, por la increíble valentía de decenas, si no centenas de miles de personas en el movimiento de derechos civiles en este país–, por el final de la Guerra Fría y los más recientes esfuerzos visionarios de clamor por la libertad de la Primavera Árabe y el Movimiento Occupy. Y, en otros lugares, y por las explosiones más oscuras de separatismo extremo en los movimientos conformados en torno a su oposición al amor. En cierta medida, los movimientos como el Estado Islámico o movimientos extremos y a veces violentos contra los musulmanes o los cristianos o los judíos, reflejan una última embestida de las antiguas identidades piscianas, profundamente amenazadas por la inclusividad de Acuario. Y en cierta medida, estos movimientos desafían a las identidades acuarianas a ir más allá de los apegos sentimentales a la universalidad y a establecer realmente el principio del compartir y la justicia en cuestiones de economía, educación, salud y vivienda.

Es como si a través de todos los trastornos que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, las Fuerzas de la luz estuvieran trayendo la entrante revelación de totalidad asestando un golpe a los antiguos velos de la ilusión, el espejismo y maya. Vuelan chispas y están surgiendo inquietantes costumbres antiguas; pero todo el tiempo se están destruyendo y rasgando los sutiles velos que nos ocultan las Realidades de la belleza y la bondad, dejando penetrar la luz en infinidad de formas diferentes a medida que la comprensión incluyente, la síntesis, el amor y la inteligencia creadora comienzan a anclarse en la mente, en el corazón y en las realidades etéricas del ser humano.

En este contexto creo que los desarrollos recientes en las Naciones Unidas pueden ser vistos como señales de la Iniciación de la Humanidad, señales de que como especie, y a pesar de todas las apariencias, nos estamos moldeando por las pruebas impuestas por el alma y poco a poco estamos asumiendo una mayor responsabilidad en la construcción de correctas relaciones.

Objetivos de Desarrollo Sostenible

La decisión de todos los Estados integrantes de las Naciones Unidas de aprobar en septiembre del año pasado la declaración: Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible (que incluye los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible), la adopción en diciembre del Acuerdo de Cambio Climático en París, y el próximo proceso de selección de un nuevo Secretario General de las Naciones Unidas, quien tomará posesión en enero de 2017, me parece que son signos importantes de que, como especie y como redes de buena voluntad, estamos dando nuevos pasos para implementar las rectas relaciones.

Raramente pensamos que los grandes encuentros políticos, como lo son las Cumbres de las Naciones Unidas, contienen un significado mítico. Pero hubo señales celestiales en septiembre que acompañaron la adopción de la Agenda para el Desarrollo Sostenible en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Se llevó a cabo durante los tres primeros días de la luna llena de Libra (culminando el día de luna llena). La luna estaba inusualmente cerca a la tierra (una 'super Luna') por lo que parecía mucho más grande de lo habitual y era más dominante en el cielo. Y hubo un eclipse lunar total, dando a la luna un brillo rojo. Y la ceremonia de firma del Acuerdo sobre Cambio Climático alcanzado en París en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, será el día de la luna llena de Wesak, el 22 de abril.

Otra muestra de que algo espiritualmente importante estaba sucediendo es que el primer día de la Cumbre, el día en que la Agenda se aprobó formalmente, comenzó temprano en la mañana con una visita del Papa Francisco a la Asamblea General. Él trajo a la Asamblea una ola de transparente sencillez y humildad, una increíblemente rara presencia de autoridad espiritual y autenticidad que tocó los corazones de los delegados de todos los credos, haciendo que surgieran lágrimas en los rostros de diplomáticos experimentados. Su discurso aportó una dimensión vertical a las discusiones que generalmente están preocupadas con la planificación lógica y la argumentación racional. El Papa habló en la sala recientemente restaurada de la Asamblea General, recordando a los delegados que aunque los compromisos y las declaraciones de los Objetivos de Desarrollo Sostenible son un paso necesario hacia las soluciones, no son en sí mismos suficientes. Existe el peligro, sugirió, de que se conviertan en un simple “nominalismo declaracionista para calmar nuestras conciencias”. Francisco recordó a los delegados –y por ende a todas las personas de buena voluntad en todo el mundo– que “la definición clásica de justicia... contiene como uno de sus elementos esenciales, una voluntad constante y perpetua... Nuestro mundo demanda que todos los líderes de gobierno demuestren una voluntad que sea eficaz, práctica y constante, pasos concretos y medidas inmediatas para preservar y mejorar el medio ambiente natural y así acabar lo antes posible con el fenómeno de la exclusión social y económica, con sus nefastas consecuencias”.

Esta evocación clara de la voluntad es, en mi opinión, el punto crítico de la Agenda y de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible incluidos en ella. Posteriormente fue reforzada por el acuerdo alcanzado en la Cumbre del Clima de París, en diciembre, en un momento en que el corazón de la humanidad estaba dolido y triste por los ataques terroristas que tuvieron lugar un par de semanas antes. Algo ocurrió en esas dos Cumbres de dirigentes de naciones soberanas. El espíritu de la Declaración de los Derechos Humanos y el creciente sentido de relación con la madre tierra tomaron forma en una serie de metas y objetivos específicos. Los acuerdos que surgieron de esas Cumbres marcan el reconocimiento de que la globalización ha sido salvaje, con demasiada frecuencia explotada por las fuerzas del materialismo egoísta, y que ha llegado el momento de actuar global y localmente para administrar la globalización creativamente con el objetivo de acabar con la pobreza, reducir las desigualdades y enfrentar el cambio climático asegurando que nadie quede excluido.

Aunque en las Cumbres de Nueva York y París participaron los gobiernos, estuvieron acompañadas por reuniones asociadas que atrajeron a miles de representantes del Grupo de Servidores del Mundo. En otras palabras, no se celebraron aisladamente. Redes de buena voluntad estuvieron presionando a los líderes de gobierno para que salieran de su zona de confort. En tanto que el drama de la conferencia para la fundación de las Naciones Unidas y la negociación de la Declaración de Derechos Humanos fueron en gran medida asuntos gubernamentales, la energía dinámica de las dos últimas cumbres fue creada por redes de ciudadanos, empresas, organismos profesionales y académicos que representan grupos constituyentes de todas partes del mundo junto con las energías de los gobiernos. Se trataba de la humanidad –el Grupo de Servidores del Mundo y los movimientos de buena voluntad– manifestándose en nombre de todas las personas de todas partes.

Los Objetivos del Milenio (ODM), declarados en la víspera del nuevo milenio, se volvieron mucho más sustanciales y realistas con la declaración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los ODM representaron una visión de lo que era posible en África, Asia y América Latina. Los ODS son política y económicamente desafiantes para los países de Europa y América del Norte respecto a las Naciones del Sur. Por ejemplo, el Objetivo 2, presentado en la tarjeta como 'Hambre Cero' consiste realmente en “acabar con el hambre, lograr la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y promover la agricultura sostenible”. Mejorar la nutrición y promover una agricultura sostenible representan enormes desafíos políticos para este país y para todos los países industrializados. Pensar en acabar con el hambre nos lleva a pensar en la creciente demanda rápida de cocinas comunitarias locales, bancos de alimentos y despensas de alimentos. Alcanzar esta meta en 15 años sólo ocurrirá mediante una actividad dinámica de personas de buena voluntad y liderazgo visionario. Otro objetivo que es muy difícil aquí es el Objetivo 12: “Asegurar patrones de producción y consumo sostenibles” o el Objetivo 10: “Reducir las desigualdades dentro de cada país y de los países entre sí”.  

Los ODS hacen que los principios de las Cuatro Libertades y la Declaración de los Derechos Humanos sean un asunto práctico, políticamente realista y realizable, pero muy desafiante para cualquier persona que los tome en serio. Ellos trazan un camino para alcanzar los principios idealistas. Cada Objetivo se asocia con metas medibles a fin de que cada país y comunidad puedan medir anualmente sus progresos. La prueba, la prueba iniciática si se quiere, es cómo utilizarán la información las personas de buena voluntad. La visión es que si se presentan informes regulares anualmente sobre los progresos nacionales en el logro de cada objetivo, ello estimulará una voluntad constante y perpetua en la vida política de cada país. 

Los problemas de la globalización incontrolada y no gestionada nunca pueden ser abordados bajo las reglas del llamado mercado libre. Para erradicar la pobreza se necesitan leyes, regulaciones y alguna forma de acción afirmativa; las causas del cambio climático se deben abordar adecuadamente, la agricultura debe cambiar por métodos sostenibles y debe reducirse la desigualdad social. Sin embargo, los Objetivos dejan libre a cada país para determinar cómo avanzar hacia el logro de dichos objetivos: las democracias liberales, las democracias participativas, las dictaduras, los sistemas socialistas y excomunistas y los sistemas comunistas, cada uno es libre para determinar cómo alcanzar los objetivos de su país. Lo que importa es que haya progresos verificables en el cumplimiento de ellos.

Cumbre del Cambio Climático

El Acuerdo del Cambio Climático de París es el segundo de los tres desarrollos en la ONU que debe considerarse a fin de comprender el proceso de iniciación de la humanidad. Creo que es importante porque por primera vez marca un compromiso de los gobiernos en la toma de medidas para transformar la emisión de carbono en los patrones de desarrollo basados en el consumo moderno. El acuerdo impulsará significativamente el cambio hacia las fuentes de energía renovables. Incluso puede tener un impacto en inesperados nuevos avances tecnológicos como los sistemas de movimiento perpetuo que aprovechan las energías del cuerpo etérico, tal como lo predijeron DK y otras fuentes de la Sabiduría Eterna. Pero lo más importante de este acuerdo es que proporciona un ambiente mental en el que las ciudades y las comunidades pueden concentrar su creatividad en la construcción de formas más amistosas de relacionarse con la tierra y de convivencia simple que mejoran las cualidades de esta relación. En tanto que la reducción de las emisiones de carbono promueven el desarrollo humano, al mismo tiempo se están convirtiendo en un foco de investigación, reflexión e innovación. En este proceso podemos esperar encontrar innumerables ejemplos de maneras creativas en que las comunidades están cambiando a fin de lograr la meta de los ODS hacia una producción y un consumo responsables.

Un Nuevo Secretario General para la ONU

El último desarrollo en la ONU que se debe considerar es el proceso de selección de un nuevo Secretario General este año, quien reemplazará a Ban Ki-moon, el primero de enero de 2017. Esto es importante ya que determinará el liderazgo y dará un rostro humano a los complejos procesos multilaterales para avanzar con los ODS y con el Cambio Climático. También es importante porque el Secretario General tiene el potencial de ser un símbolo, alguien que nos inspire a ‘nosotros los pueblos’ de las Naciones Unidas con la visión de la humanidad en su conjunto hacia un orden mundial interdependiente que trabaje para las pequeñas comunidades y culturas, así como para la gran cantidad de marginados, desposeídos y desfavorecidos, al igual que funciona para comunidades y culturas más favorecidas. Tradicionalmente los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad habían hecho la selección del Secretario General a puertas cerradas. Por costumbre (no a través de una normativa) se elegía a una persona de alguna región del mundo, y sobre esta base, 2017 será el turno de Europa del Este. Al mismo tiempo hay un sentido ampliamente aceptado que sería bueno tener a una mujer como Secretaria General.

Pero como una señal del creciente espíritu de libertad y democracia en el mundo, el proceso de selección de este año tendrá más transparencia que nunca. Por ejemplo, la página web del Presidente de la Asamblea General enumera a todos los candidatos que han sido nominados formalmente por los gobiernos, de tal manera que cualquiera los puede ver. Ahora mismo hay 8 candidatos, 6 de Europa del Este, 1 de Portugal y 1 de Nueva Zelanda. Cuatro de los seis candidatos son mujeres. Esta semana, a partir de ayer, por primera vez cada candidato se presenta y presenta su visión de las Naciones Unidas a los Estados integrantes en la Asamblea General en una sesión de diálogo que incluye a representantes de la Sociedad Civil. Estas sesiones de diálogo están siendo televisadas. Quien quiera seguir este proceso puede visitar la página web de la sociedad civil: http://www.1for7billion.org/ .

Leyendo a DK podríamos creer que tras el fin de la Segunda Guerra Mundial la humanidad actuaría rápidamente para abordar las causas de los problemas más importantes del mundo: que habría desarme, empezaría una economía basada en el principio del compartir y se pondría fin a la discriminación racial. El hecho es que esto no ha sucedido y a menudo es citado como una fuente de decepción y desesperación: que el grupo de servidores fracasó en su tarea.

Mi propia lectura de las enseñanzas es diferente. El establecimiento de rectas relaciones está estrechamente vinculado con el paso de la humanidad a través de las pruebas que culminan en la primera y segunda iniciaciones. Estos son los procesos de la historia. Los velos de la ilusión, espejismo y maya son la fuente de todos los problemas de la humanidad y a medida que estos antiguos velos se están abordando (individual y colectivamente) es cuando vemos avances significativos en campos tales como el compartir económico, el desarme y las rectas relaciones entre las razas.

Las pruebas impuestas por el Fuego Iniciático del Cielo, esencialmente son la evocación y el desarrollo de la voluntad, incluyendo aspectos de la voluntad que no se suelen abordar: la voluntad de amar, la voluntad de contribuir a la liberación de todos los seres, y la voluntad de alinearse con fuentes superiores de sabiduría y compasión, de forma que afirmen la vida y enriquezcan a la personalidad. Esto toma generaciones, vidas completas.

Creo que la medición del progreso está en la manera práctica y realista en que las fuerzas de buena voluntad identifican, definen y comprenden claramente los objetivos transformadores y luego actúan para llevar los objetivos a la expresión. La cuestión de si los ODS son simples gestos simbólicos insustanciales de parte de los gobiernos o, en palabras del Papa Francisco, declaraciones vacías “para calmar nuestras conciencias”, realmente depende de usted, de mí y de toda persona de buena voluntad inteligente en el mundo. Los Objetivos presentan un desafío, una prueba iniciática: crean una oportunidad para que las fuerzas de buena voluntad usen el dinamismo de la voluntad para cumplir con cada meta, tanto en nuestras ciudades y comunidades locales, como en nuestras naciones y en todo el mundo. Hay señales de que esto está sucediendo. Una pregunta más importante es: ¿Dónde estamos en este proceso? ¿Estamos preparados para responder a las pruebas y ser parte (no importa cuán pequeña sea) de la movilización de la voluntad, alineándonos y comprometiéndonos con el cumplimiento de objetivos específicos, o preferimos apoyar a las fuerzas de la indiferencia, el pesimismo y la negatividad?

Quiero terminar con un pasaje de las Enseñanzas sobre la Iniciación del libro Discipulado en la Nueva Era, II. Se refiere a una Insinuación dada a quienes se preparan para la iniciación. Se nos dice que las Insinuaciones “conciernen mayormente al deber ashrámico”. Buen número de páginas está dedicado a la Insinuación Dos: “La actual planificación humana constituye la primera indicación del surgimiento del aspecto voluntad”. Esta sección en las páginas 359-362 (en inglés) proporciona una clave para acercarse a los ODS y a la cuestión central de garantizar que los planes y programas asociados con los ODS permanezcan fieles a los objetivos de construcción de relaciones económicas, sociales y culturales que reflejen el espíritu de unidad que ha sido revelado a la mente y al corazón modernos. La fórmula extendida asociada con la Insinuación Dos merece mucha reflexión:

"Cuando el que busca el aspecto interno observa la corriente que dirige, entonces el Maestro le indica el diseño; luego debe esperar los resultados. Esto puede tomar tiempo. Los resultados no vienen por la acción de uno solo; aparecen cuando los muchos responden en la Tierra a lo que llega del Centro superior a través del Uno. Lo hacen ciegamente cuando están en la primera etapa; después avanzan con cuidado en la correcta dirección. Así se cambian los asuntos en la Tierra”. [Discipulado en la Nueva Era II, p. 359 edición en inglés]