Las Naciones Unidas: Reflejo del Mundo, Reflejo de Nosotros mismos

Judith Hegedus
Alocución en el Seminario de Buena Voluntad Mundial, sede de las Naciones Unidas, Ginebra, 28 de octubre de 2016

 

Cualquier proceso para implementar una idea es complejo. ¿Cómo pasamos del pensamiento a la acción? En realidad, no queda mucho tiempo antes de 2030. ¿Cómo podemos garantizar la aplicación efectiva de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible? Es encomiable que estos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hayan sido formulados, y este es un ejemplo del reconocimiento de nuestra interconexión global como una sola humanidad. No es fácil implementar algo como esto, pero podemos hacerlo creando un alineamiento vertical entre los pensamientos, las palabras y las acciones de los individuos y de los gobiernos. También necesitamos un alineamiento horizontal y enfocado entre los esfuerzos individuales de los ciudadanos, los gobiernos nacionales y las Naciones Unidas. Esta es una tarea para todos los miembros de la familia humana y para todos los gobiernos nacionales responsables. Las Naciones Unidas están singularmente calificadas como la organización que lidera la implementación de los ODS e inspira a la humanidad. Ya tenemos publicados los pensamientos y las palabras en la forma de la Agenda 2030. Solo necesitamos asegurarnos de que les sigan las acciones apropiadas, alineadas con los pensamientos y las palabras. ¿Qué roles tienen los ciudadanos individuales, los gobiernos y las propias Naciones Unidas para una aplicación efectiva? 

Hace diez años trabajé como consultora interna de gestión en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. El mandato de mi pequeña unidad era ayudar a los departamentos de las Naciones Unidas a operar más eficientemente en el sentido organizativo y financiero, teniendo en cuenta sus mandatos. Fue una gran oportunidad para conocer a la organización, aunque me ha llevado muchos años entender realmente la naturaleza del trabajo que hice y cómo manejar los retos organizacionales y encontrar soluciones a ellos. Debo admitir que al comienzo de mi trabajo en la ONU encontré una frustración diaria. Por lo general, debida a la implementación de otros proyectos bien diseñados que no tuvieron éxito, o no lo suficientemente rápido. Con el tiempo me di cuenta de que esto simplemente reflejaba el mundo en que vivimos: a menudo los individuos y los gobiernos tienen agendas estrechas y egoístas, frecuentemente junto con aspiraciones más holísticas basadas en la buena voluntad global para la humanidad en su conjunto. A veces ambos tipos de motivaciones pueden estar presentes al mismo tiempo, una más débil y la otra más fuerte. ¿Cuál gana? La respuesta es: el lado que fortalezcamos conscientemente. Cada ser humano tiene ahora la responsabilidad de fortalecer la capacidad y la voluntad de practicar la resolución de problemas desde una perspectiva holística y altruista, independientemente de su posición económica y geográfica. Los gobiernos nacionales, a su nivel, también tienen una responsabilidad similar ya que tienen la capacidad de hacer que los ODS se conviertan en una realidad a través de sus políticas.

Cuando hablamos de implementar los ODS, nos enfocamos principalmente en gobiernos, individuos y el sector civil, pero las empresas también son muy importantes. Ellas también tienen la responsabilidad de actuar más en aras del todo global, de una manera sostenible, en lugar de servir al estrecho propósito de aumentar el valor para un número limitado de individuos: sus accionistas. Pero ¿hay un incentivo para que esto suceda ahora? Probablemente todavía no, aunque estamos llegando lentamente a ese punto.

Desafortunadamente los líderes empresariales con buena voluntad y con una visión global no serán suficientes para cambiar el enfoque actual: necesitamos un sistema económico que recompense una asignación de recursos sostenible y todavía no lo tenemos. En cambio, tenemos un sistema económico global que recompensa sólo el crecimiento a cualquier costo. Yo señalaría esto como una prioridad para crear esta Nueva Economía tan rápido como podamos. A menudo las empresas tienen más recursos a su disposición para crear cambios que algunos gobiernos nacionales. Sin embargo, el cambio está llegando más rápido de lo que pensamos: hace una década, cuando yo estaba en la escuela de negocios, se consideraba revolucionario el hecho de que uno de nuestros profesores nos pidiera escribir en clase un documento sobre cómo dirigir una empresa para beneficio de todos los involucrados. Esto incluía a proveedores, empleados, inversionistas, consumidores y la comunidad local. Actualmente, con el surgimiento del emprendimiento social, hay mentes empresariales fuertes que piensan en esto todos los días y crean empresas que funcionan para el beneficio de todos los interesados. Creo que esta es también una analogía útil para el mundo: necesitamos dirigir nuestro mundo para el beneficio de toda la humanidad, sean cuales sean los roles y funciones que cumplen las naciones.

Algunas personas podrían debatir este punto, pero creo que las Naciones Unidas están plenamente a la altura de su potencial como un foro en el que diferentes naciones pueden discutir sus problemas entre sí. Cuando los asuntos se combaten a través de discusiones, con palabras, hay menos propensión a combatir con armas en enfrentamientos que ocasionan la pérdida de vidas humanas, aunque esto último todavía sucede. ¿Pero cómo puede la ONU liderar el camino para la implementación de la Agenda 2030 con mayor eficacia? ¿Debería hacerlo? La ONU de hoy es la ONU de los gobiernos, principalmente: a menudo los gobiernos la ven como un lugar para obtener más influencia política y económica en el escenario mundial, a expensas de otras naciones. Todos ellos deben entender que este no es un juego de suma cero. En lugar de esto, la ONU proporciona un foro donde todos podemos empezar a pensar de manera diferente por el bien de la humanidad.

Una vez más, tenemos ambas perspectivas presentes al mismo tiempo: ¿la ONU como un lugar de cooperación internacional? ¿o la ONU como un lugar de lucha por piezas cuya suma es cero, un pastel limitado? Espero que mis antiguos colegas en la ONU puedan realmente fortalecer a los primeros y ayudar a la organización a mantener esa línea. La verdad es que al cooperar con los demás y centrarnos en los beneficios de todos, podemos cambiar los resultados, para que en realidad nunca sea un juego de suma cero. Esto es cierto en los niveles individual, nacional y global.

Es muy importante establecer claramente las expectativas: la ONU no existe para solucionar directamente los problemas de los países. En realidad, a primera vista esos problemas se amplifican cuando se echa un vistazo a la organización, porque están al aire libre para que todos los vean. Atribuyo mi frustración inicial como integrante del personal recién llegado a la ONU en parte a esto. Recuerdo haber pensado: ¿por qué no podemos simplemente reelaborar presupuestos, reasignar roles y hacer que las cosas sucedan, como lo haríamos en cualquier otra organización pública o privada? La verdad es que el cambio real sólo puede suceder de abajo hacia arriba de una manera sostenible, nunca de arriba hacia abajo. Esto es desordenado por definición porque incluye el complejo proceso de construcción de consenso y esto, por supuesto, lentifica la implementación. Sin embargo, necesitamos el liderazgo de la ONU: la ONU es la única organización mundial con el mandato y la capacidad de liderar eficazmente los procesos de cambio para el mundo. Puede acelerar los procesos de cambio ascendentes poniendo los temas en foco, compartiendo información y educando a otros. Las tecnologías del siglo XXI son herramientas muy eficaces para esto. La otra cara de la moneda es que pueden propagar el odio y las mentiras con la misma facilidad. De nuevo, depende de nosotros: elegimos qué información queremos compartir con otros.

La verdadera importancia de los ODS es que son una oportunidad para promulgar un cambio sostenible de abajo hacia arriba, y ya tenemos consenso sobre las metas a nivel del pensamiento. Esta es la belleza de este momento: al tener un consenso mental sobre los ODS, y al tener el acuerdo de todos los países, tenemos una buena posibilidad de hacer que esto suceda, y este cambio no será prematuro: por lo tanto será sostenible y puede tener un impacto duradero.

Si la ONU refleja el mundo tal y como es hoy en día, por definición los individuos necesitan exhibir ciertos rasgos en su vida cotidiana para que la ONU funcione mejor y más eficazmente. ¿Quizá esta sea la manera de iniciar la reforma real de la ONU? De hecho necesitamos reformar primero la forma en que actuamos como individuos antes de exigirlo a los demás. Sin embargo, tiene que haber un paralelo con los gobiernos: nosotros como individuos podemos y debemos exigir cambios en el comportamiento, pero creo que sólo después de implementar primero el cambio como individuos. El cambio en el comportamiento individual es la base real de cualquier cambio duradero en el mundo. Como Gandhi dijo: "Sé el cambio que deseas ver en el mundo". Es muy importante tomar decisiones conscientes sobre las cosas que controlamos como ciudadanos individuales. Pero el cambio individual no es suficiente, es sólo el primer paso: una condición necesaria, pero no suficiente, para seguir avanzando y lograr la implementación exitosa de los ODS.

Vale la pena reflexionar en las siguientes preguntas para nosotros individualmente como ciudadanos globales:

¿Cuál es mi motivación? ¿Estoy trabajando por el bien de la humanidad en el sentido holístico, sea cual sea mi posición en la vida? ¿Estoy mostrando buena voluntad hacia otros en un nivel práctico? ¿O estoy trabajando para obtener tantas posesiones materiales o influencia para mí como me sea posible?

¿Trato de lograr el cambio coaccionando a otros y compitiendo, o cooperando? ¿Actúo en el espíritu de unidad más que en el de fragmentación, mirando los temas desde las perspectivas de todos los involucrados?

¿Qué significa compartir en el plano práctico? ¿Tenemos todos la obligación de compartir lo que tenemos con los demás? ¿En qué medida? ¿Pienso conscientemente en lo que necesito como individuo, y cuánto de esto para mí mismo? ¿Creo sinceramente que todos los seres humanos, mis congéneres, tienen derecho a la seguridad económica?

¿Tengo una buena idea de qué habilidades poseo que pueden ser útiles para el mundo? ¿Me puedo mirar con desapego para evaluar esto? Creo que el sello distintivo de la época en que vivimos es que la buena voluntad por sí sola no es suficiente para ser eficaz, ni a nivel de individuos ni a nivel de naciones. Necesitamos habilidades en la acción para lograr resultados, además de la buena voluntad. Una actitud desapegada que examina los resultados es esencial, y todos nos beneficiaríamos al cultivarla, al igual que la humanidad en su conjunto. Al implementar los ODS, será muy importante durante las revisiones nacionales hacer la pregunta: ¿está funcionando? ¿Qué resultados estamos viendo?

Otra cuestión importante es la responsabilidad. ¿Me siento responsable tanto como mi gobierno? ¿Cumplo lo que me propongo hacer? Cuando no hice algo, ¿cuál fue la razón? ¿Cómo afectó esto a otros?

También me gustaría mencionar el papel del miedo en nuestras vidas como ciudadanos individuales. A menudo el miedo nos impide cambiar para mejor. Esto es cierto para los individuos en diversos grados, pero es aún más cierto con los gobiernos. Hay cierta inercia en las grandes organizaciones. Los políticos establecidos son raramente agentes naturales del cambio. El miedo a menudo nos impide tomar la decisión correcta. Tememos perder lo que ya tenemos, y tener que lidiar con lo desconocido. Incluso si mentalmente entendemos que el cambio es mejor, emocionalmente nos resulta difícil comprometernos con el cambio. Esto es muy natural, pero ¿realmente necesitamos el miedo? ¿No nos está reteniendo? ¿No nos estamos volviendo prisioneros si dejamos que el miedo domine nuestra toma de decisiones? Al mismo tiempo, tenemos que reconocer que el miedo es natural. A menudo hay razones psicológicas muy fuertes por las que nos sentimos cómodos principalmente con personas como nosotros, por ejemplo, o dentro de nuestra propia cultura. Sin embargo, tenemos que superar el miedo al tomar conciencia de los factores que lo crean. Los gobiernos responsables y los creadores de opinión deben ayudar a las personas a manejar sus temores, no a atizarlos y explotarlos. ¿Podríamos dirigir cursos de gestión del cambio para los ciudadanos, de la manera en que las organizaciones lo hacen para sus empleados? Esta podría ser una tarea maravillosa para el sector de la educación.

El sentimiento opuesto al miedo es en realidad el amor: el tipo de amor que viene del reconocimiento de que nosotros como especie humana somos uno, y cada ser humano comparte este rasgo en común con cualquier otro ser humano en la Tierra, sin importar el color de la piel, el idioma nativo o la cultura. ¿Podemos darle al amor una oportunidad frente al miedo en nuestra vida cotidiana, así como en la toma de decisiones políticas como ciudadanos globales? Tenemos un tiempo único ahora para dejar que nuestras voces sean escuchadas y presionar a los gobiernos para que promulguen políticas en el espíritu de los ODS. La opinión pública está viva y bien, pero manejarla requiere una cuidadosa reflexión.

Las naciones pueden reflexionar sobre las mismas preguntas que los individuos. Todas las naciones tienen la responsabilidad de asegurar un futuro sostenible para la humanidad en conjunto. La opinión pública, los esfuerzos individuales de los ciudadanos y el sector civil mundial deberían ayudar a este proceso de reconocimiento. Con la proliferación y el fortalecimiento del sector civil en todo el mundo, la necesidad de coordinación también crece. La comunicación oportuna y apropiada entre los involucrados es muy importante. La ONU puede permanecer como ancla coordinadora, pero este es esencialmente un proceso de abajo hacia arriba.

Quisiera mencionar el papel de la educación, un área clave para la implementación exitosa de los ODS. Erradicar la pobreza y alcanzar un futuro sostenible para nuestro planeta, sin educar adecuadamente a las generaciones futuras, no es posible. La educación es la variable clave que puede conducir directamente a la paz. La paz sostenible sólo es posible cuando los seres humanos comprenden en profundidad cómo mantener relaciones humanas apropiadas entre sí. No es posible legislar la paz. Tampoco es apropiado considerar la paz como el producto único de las negociaciones. La paz es una actitud mental y un enfoque para la acción. Un requisito previo para una paz duradera es el reconocimiento de la unidad fundamental de la humanidad y la igualdad de todos los seres humanos. La educación puede y debe hacer posible este reconocimiento por parte de todos. En términos prácticos, esto permitirá en el futuro una resolución mucho más efectiva de los problemas por parte de los ciudadanos individuales y de los gobiernos.

He estado trabajando en el campo de la educación internacional durante los últimos siete años, abogando por el acceso a la universidad y la movilidad global de estudiantes. Hemos visto avances tremendos en educación en las últimas décadas en todo el mundo. Es importante recordar que los puntos de partida de los países eran muy diferentes; en algunos países el enfoque en las últimas décadas ha sido la erradicación del analfabetismo, en otros lo ha sido la expansión del acceso a la universidad. Es el progreso desde la propia posición inicial lo que importa. La proliferación de la tecnología en el siglo XXI, así como las crecientes facilidades de viaje, podrían permitir que la educación cambie drásticamente.

Sin embargo, la educación a nivel nacional no está cambiando tan rápidamente como debería: a menudo los gobiernos nacionales tratan esta área de la manera más conservadora, con el fin de mantener un estrecho monopolio sobre la creación de ciudadanos nacionales apropiados.

A menudo nos enteramos de que el foco está en la creación de ciudadanos productivos y empleables, y de ahí el enfoque en cosas como Pisa y otros resultados de competencias específicas de cada materia. Esto olvida completamente el objetivo de fondo.

La educación es la clave para liberar el potencial individual. En el espíritu de nuestro mundo interconectado, la educación debe ser cada vez más interdisciplinaria, global, y debe incluir múltiples perspectivas, en todas partes del mundo. Esto ya está sucediendo. Una evidencia es el aumento anual de dos dígitos en los últimos años en el número de colegios internacionales que enseñan algún tipo de currículo internacional. Otra evidencia es la explosión en el número de colegios de Bachillerato Internacional (International Baccalaureate ­– IB) en todo el mundo. Estos colegios enseñan un plan de estudios global. También vemos crecer la demanda de educación bilingüe. Debido a que los gobiernos son relativamente lentos para acomodar estas perspectivas en su currículo nacional, a menudo los proveedores educativos con o sin fines de lucro llenan el vacío.

La movilidad global de estudiantes ha ido en aumento desde la década de 1990, y a pesar de algunos reveses, sigue aumentando, especialmente a nivel universitario. Más y más estudiantes cruzan sus fronteras nacionales al menos para alguna experiencia educativa en otro país. Esto ayuda a fortalecer la identidad de las futuras generaciones como ciudadanos globales, por lo que es muy importante mantener y expandir estos programas si queremos que los ciudadanos de todo el mundo comprendan por qué necesitamos implementar los ODS y enfocarnos en un mundo sostenible más allá de la implementación de los ODS.

Un gran ejemplo que quisiera citar aquí es la opción bilingüe del Baccalauréat francés. El programa se basa en acuerdos bilaterales con otras naciones. La estructura del programa es así: Francia y la nación asociada esencialmente "toman prestadas entre sí" sus perspectivas e idiomas en temas como historia, geografía y literatura. En el programa franco-alemán llamado AbiBac, los estudiantes franceses aprenden historia alemana (en alemán), y los estudiantes alemanes aprenden historia francesa (en francés). El programa está disponible en cerca de 70 instituciones educativas en Francia, y aproximadamente el mismo número de instituciones en Alemania. Existen programas binacionales similares con otras naciones, incluyendo uno con los Estados Unidos. Este tipo de programas son una gran manera de enseñar diferentes perspectivas desde el principio. Enseñar a los niños en sus primeros años que los demás pueden estar en lo cierto, y que todos tenemos nuestras perspectivas, es esencial.

Otro ejemplo educativo realmente orientado hacia el futuro es LEAF Academy, un nuevo internado secundario sin ánimo de lucro que acaba de abrirse en Bratislava, Eslovaquia. La misión de la escuela se centra en la ética, la excelencia, el liderazgo empresarial y el compromiso cívico en la propia comunidad. Hay un hilo de carácter y de autodescubrimiento entretejido en el currículo internacional. La escuela se centra en la región centroeuropea, atrayendo a la mayoría de sus estudiantes de países de esa región. Una parte esencial del currículo es un Programa de Estudios Centroeuropeos para todos: los estudiantes aprenden la historia de Europa Central desde las perspectivas de las diferentes naciones de la región. Dadas las cuestiones históricas de la región con problemas étnicos durante siglos, esta es una gran iniciativa y seguramente ayudará a crear la comprensión de los ciudadanos y la implementación de las correctas relaciones humanas en la región.

Ha habido un gran aumento en los últimos años en los programas educativos globales complementarios ofrecidos por organizaciones sin fines de lucro. Este es un acontecimiento bienvenido y espero que continúe. La tecnología permite a las escuelas de todo el mundo utilizar estos programas. Un gran ejemplo de mi trabajo en la educación internacional es la organización canadiense WE.org, proveedora de servicios de programas de aprendizaje. Recientemente se han asociado con College Board, proveedor de cursos de Ubicación Avanzada (Advanced Placement) en las escuelas secundarias americanas. Los estudiantes en cursos selectos pueden desarrollar un proyecto de aprendizaje de un año de duración. Aplican las habilidades de clase a los retos del mundo real. Se espera que los estudiantes completen un proyecto local y otro global. Esto permite a los estudiantes concentrarse en abordar un reto desde abajo hacia arriba en su propia comunidad, así como aprender acerca de la interconexión global. Esta es una combinación muy eficaz y es exactamente lo que el mundo necesita. También hay un énfasis explícito en las habilidades que se deben aprender y en los resultados del proyecto, de modo que los estudiantes aprendan habilidades prácticas en la acción y también practiquen la responsabilidad. Vale la pena destacar la enorme escala a futuro de este programa: potencialmente esto incide en los más de 2 millones de estudiantes que el año pasado tomaron cursos de Ubicación Avanzada en cerca de 20 000 colegios en los Estados Unidos y en más de otros 120 países.

Esto es lo que WE.org dice sobre sí misma en su página web: "Somos idealistas osados que creemos que hay una versión superior de nuestro ser, alcanzable cuando llevamos una vida de legados diarios". Esta frase es muy elocuente: una elección consciente para aplicar en ella la energía de nuestro ser y las opciones que esto implica. La voluntad de ser conducidos por ideales y de implementar algo cada día para dejar huella. Un gran ejemplo para todos nosotros: practicar con persistencia y sentido del humor.

Gracias.