Creación de Consenso en la 68a Conferencia de la Sociedad Civil de las Naciones Unidas


La reciente Conferencia de la Sociedad Civil de la ONU celebrada en Salt Lake City, EE. UU., contó con más de 6.000 asistentes de más de 138 países. Los representantes de la Sociedad Civil participaron durante tres días en cientos de talleres, cabildos, mesas redondas, presentaciones culturales y musicales, y en negociaciones sobre los documentos finales. Las salas del Centro de Convenciones de Salt Palace estuvieron plenas de actividad y, literalmente, se podía ver que la red global de las ONG, compuesta por miles de personas apasionadas por hacer el bien, se reforzaba y fortalecía ante nuestros ojos.

El tema de la conferencia: “Construcción de Ciudades y Comunidades Incluyentes y Sostenibles”, resume un tema especialmente pertinente para la comunidad de las ONG: la necesidad de implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a nivel local. La mayoría de las 1.500 ONG afiliadas al Departamento de Comunicación Global de las Naciones Unidas hacen un trabajo “de campo” llevando agua potable, saneamiento, alimentos, refugio, electricidad, Internet, educación y derechos humanos básicos a los pueblos marginados de todo el mundo. Su trabajo está adaptado a las necesidades de su comunidad, y al mismo tiempo forma parte del movimiento mundial de las Naciones Unidas y los ODS, cuyo objetivo es construir un mundo mejor para todos.

A partir del mes de julio, se establecieron planes y se iniciaron consultas a nivel global para producir un paquete de resultados que pudiera ejemplificar las aspiraciones, afirmaciones y compromisos de la sociedad civil mundial con respecto al tema de la conferencia. Se realizaron numerosas consultas en todo el mundo, presenciales y virtuales, que culminaron en dos cabildos finales celebrados en la conferencia. También se enviaron electrónicamente casi mil comentarios. Todos los comentarios pertinentes fueron compilados por un comité de diez miembros y presentados al público en tres borradores progresivos. El documento final fue leído en voz alta y aprobado por aclamación en la sesión plenaria de clausura de la conferencia. Los jóvenes también participaron en negociaciones paralelas con representantes de la juventud en todo el mundo, lo que dio lugar al Pacto Climático Juvenil el cual fue adoptado como parte de los Resultados de la conferencia. Ambos documentos le fueron presentados a S.E. María Fernanda Espinosa Garcés, Presidenta de la Asamblea General, quien luego los presentó a los Representantes Permanentes de toda la Asamblea General.

La construcción del documento final no estuvo exenta de cierta polémica. Con miles de piezas de retroalimentación y una circunscripción tan diversa, sólo podían incluirse las declaraciones más relevantes y universales. Esto hizo que algunos se sintieran marginados y exigieran que se incluyeran sus voces. Durante las sesiones finales de la conferencia, muchos participantes locales expresaron su deseo de un documento que destacara el papel esencial de la familia en la construcción de comunidades fuertes. Muchos de esos mismos grupos también abogaron por eliminar el lenguaje que afirmaba la inclusión de las personas LGBT. Aunque la familia se mencionaba dos veces en el documento, los participantes no estaban satisfechos y continuaron presentando fuertes objeciones. Después de la primera ronda de consultas, un grupo llegó a crear un documento alternativo con los resultados de su propia elaboración y sus integrantes distribuyeron copias en todo el centro de convenciones. Esto fue problemático, porque el documento debía ser un documento de consenso, no mayoritario, y como tal, las disidencias tenían el potencial de frustrar todo el proyecto.

Sin embargo, la contienda se resolvió en gran medida en el cabildo final, menos de 24 horas antes de la adopción definitiva del documento. Presidiendo el cabildo estaba la Presidenta de la Conferencia, Maruxa Cardama, quien recordó que el principio de armonización está en el centro del trabajo de las Naciones Unidas. Ella disipó la discordia y construyó puentes entre los intereses de quienes propusieron un documento dominado por la familia y los que abogaban por la gran comunidad global.

Uno podría preguntarse: “¿Cómo se llevó a cabo esto exactamente?”. Cardama permaneció serena y mantuvo una visión clara para fusionar las disidencias en un acuerdo. Estaba claro que ella concebía la crisis no como un dilema, sino más bien como una oportunidad para la integración y la cohesión. En consecuencia, su discurso omitió cualquier palabra que avivase las llamas de la división: seguía siendo una clara expresión de inofensividad e inclusión, y se encontraron principios comunes que unieron ambas posiciones. También se construyó la confianza. En última instancia, los participantes estaban convencidos de que el comité de redacción no sólo los había escuchado, sino que los entendía, y que, en su última sesión esa noche, volverían a trabajar en el documento de manera que estuviera en consonancia tanto con las posiciones de ese grupo de participantes como con el conjunto.

El conflicto surgió de la falsa creencia de que una visión conservadora del papel de la familia en la comunidad sería vista como incompatible dentro de un marco global (presumiblemente más progresista), pero de hecho no era así. Los valores más importantes de cada cultura son universales y reflejan los deseos, necesidades y aspiraciones humanas básicas, pero cada cultura también es específica a su manera. Cuando se recuerda el propósito que subyace bajo la diversidad de las formas, se reconocen los puntos en común y la unidad de la experiencia humana surge a la luz.

El texto del resultado final se centra firmemente en la sostenibilidad en un sentido ecológico y también llama la atención sobre los grupos perseguidos, desfavorecidos y abandonados, con el fin de garantizar que las comunidades locales sean justas y prósperas. El éxito final del documento, sin embargo, se demostrará durante el próximo año a través de la inspiración y el impulso que le infunda la comunidad global de las ONG. A medida que se fortalece su trabajo, la luz y la buena voluntad presentes en las ciudades y comunidades de todo el mundo se fortalecen e intensifican.

Este trabajo de reconciliación, reconstrucción, rehabilitación y redención a nivel local afirma que la verdadera gloria de la familia humana se expresa a través de su diversidad. Ha llegado el momento para que esta diversidad, esta gloria, alcance una expresión más plena.

El representante de Buena Voluntad Mundial en la conferencia, Michael Galloway, fue integrante del subcomité de redacción del documento final.

 

Sitio web de la Conferencia  ●  Documento Final  ●  Pacto Climático Juvenil