En Medio del Caos, Semillas de Esperanza: la ONU, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y BVM

Huffington Post UK

Por Alex Ratcliffe

En los últimos tiempos la palabra "unidos", lo que significa y las instituciones a las que representa, han sufrido un severo revés. Organizaciones e ideales sobre los que yo solía aprender y jurar lealtad como niña, apoyar como adulta joven y enseñar como educadora, incluidos los Estados "Unidos" de América y la "Unión" Europea (UE), hoy parecen ser cualquier otra cosa menos sinónimos de unidad. Abraham Lincoln se refirió a esta situación en 1858 cuando advirtió que "una casa dividida no se puede sostener". En vista de los acontecimientos actuales, esa casa parecería estar vuelta añicos.

Una razón de más, quizá, para creer o esperar que la única opción que nos queda, desde el punto en que estamos, sea seguramente levantarnos. ¿Pero cómo? ¿Cómo cambiar esa trayectoria? No quiero sonar como una niña chillona (aunque vale la pena citar una frase de Rodney King: "¿No podemos llevarnos todos bien?", y él no era un niño) pero la historia ilustra claramente todas las razones por las que no podemos (llevarnos bien). Y sin embargo, sin embargo…

Pocos días antes de las elecciones del 28 de octubre de 2016, asistí a un seminario en medio de los salubres alrededores del Palacio de las Naciones, en Ginebra, "la capital de la paz y la libertad". Digo "salubres" (saludables, placenteros, beneficiosos, suntuosos) porque eso es lo que es toda esta zona de Ginebra, así sea una ciudad de contrastes. Sede en la Cruz Roja Internacional, de más de 200 organizaciones internacionales y de las Naciones Unidas, en cuya entrada se encuentra la enorme “Silla Rota”, recordándonos que ‘llevarse bien’ no es una tarea fácil. Y sin embargo en toda el área el siente la intención de trabajar juntos y sanar, incluso en medio del caos, la competencia, las agendas políticas egoístas y todos los inconvenientes concomitantes inherentes a cada organización.

El tema del seminario, que atrajo a 150 personas de una amplia gama de campos, profesiones y nacionalidades, fue: "Buena Voluntad Mundial, Responsabilidad Ética y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas". Esta iniciativa de la ONU, los ODS y sus 17 metas –que entraron en vigor a principios de este año– son "un llamado universal a la acción para acabar con la pobreza, proteger el planeta y asegurar que todas las personas disfruten de paz y prosperidad”. Proporcionan objetivos que todos los países deberían adoptar para afrontar nuestros problemas globales crecientes, incluyendo la pobreza, el cambio climático, la desigualdad, los conflictos internacionales, junto con las directrices para abordarlos hoy. Estos objetivos para el futuro se conocen oficialmente como "Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible".

En vista de la expansión de la industrialización y del crecimiento exponencial de la población, sabemos que es imposible que el actual uso y abuso del medio ambiente y de los recursos de la tierra permitan continuar sin resultados desastrosos. Como ha dicho el Secretario General Ban Ki-moon: "No existe un Plan B, porque no existe el Planeta B".

La nota clave del seminario en Ginebra fue que podemos tener un desarrollo sostenible, pero esto requiere la cooperación global y la responsabilidad global, la asociación entre los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y los ciudadanos, reconociendo la urgencia y poniendo en marcha los planes con la mirada puesta en las generaciones futuras. Pero se hizo énfasis en que esta acción implica la necesidad de una voluntad social y política, detrás de lo cual hay, y debe haber, una disposición para el bien mayor en oposición a las agendas individuales.

¿Es esto una fantasía? Creo que no. Nada ocurre si no hay deseo ni voluntad, ni siquiera nuestro café de la mañana. Es sólo una cuestión de en qué dirección nos llevará la "voluntad". ¿Y es por el bien mayor? (El café de la mañana probablemente lo es). Y el numeral 101 para la Resolución de Conflictos enseña que primero ambas partes tienen que querer sentarse a la mesa.

Así que en este seminario, en la charla introductoria, se nos recordó algo que nunca veremos en las primeras páginas: que la Buena Voluntad es una de las cualidades más básicas y mejores del ser humano, "un gran recurso no aprovechado en el corazón de cada comunidad". Su poder sigue siendo "en gran parte no reconocido" aunque es de hecho "la acción pensada y planificada de las redes de la buena voluntad la que está generando la respuesta a todos los problemas de nuestra época….  Las personas de buena voluntad de todas las culturas están creando un mundo nuevo donde el compartir, la cooperación y las correctas relaciones están arraigándose y extendiéndose". Se afirmó además: "Nunca antes en la historia del planeta la buena voluntad había estado tan activa". ¿De veras? Un pensamiento único para hoy, pero digno de consideración.

A pesar de la política regresiva de la derecha alternativa que a diario infunde miedo en nuestros corazones, considérese el trabajo de decenas de miles de organizaciones benéficas, muchas de ellas internacionales, ya sean grandes o pequeñas, compuestas de millones de personas impulsadas por la buena voluntad, el deseo de cambio social progresista, la disposición a "llevarse bien", y el querer una vida mejor para nosotros individual y colectivamente (y aquí me pronuncio por los héroes no reconocidos del NHS quienes, a mi juicio, merecen el estatus de santos por el trabajo dedicado que realizan diariamente en medio de las condiciones adversas que soportan).

Estudios psicológicos y todas las instituciones que trabajan en pro de la rehabilitación y la reconstrucción humana, reconocen que podemos entrenar y dirigir nuestra voluntad. En el proceso, podemos seguir canalizando, con esperanza y en forma útil, esta buena voluntad innata en grupos, acciones y sistemas, y con el apoyo a organizaciones como las Naciones Unidas, las cuales –pese a todos sus fracasos y fallas– existen como medio para manifestar la buena voluntad de todos nosotros. A pesar de todas sus imperfecciones, no existe todavía ninguna otra organización de tal envergadura como, por ejemplo, la ONU, a la que el mundo pueda mirar con más esperanza, con sus objetivos de desarrollo sostenible, sus innumerables iniciativas y su Carta de constitución que declara la intención de "Nosotros los pueblos ... para vivir juntos en paz".

Una muestra de buena voluntad: me acuerdo del caballero desconocido que encontró en la calle mi kit de llaves de la casa y del coche, y se tomó la molestia de llevarlas a la biblioteca local –pues en el anillo vio un pequeño rótulo de la biblioteca– con la esperanza de que ellos pudieran localizarme, poniendo fin a mis horas de búsqueda frenética. No creo que esté siendo indebidamente optimista, como la niña Pollyanna, cuando digo que necesitamos buenas noticias, y la buena noticia es que este lado de la naturaleza humana sigue vivo y bien y se está manifestando en millones de personas, haciendo que su voz se escuche más fuerte y más clara en zonas inhóspitas, en innumerables formas y caminos, empezando por el hombre en la calle que (literalmente) se abre paso por todo el mundo y de muchas maneras.

¿Qué podemos hacer? Podemos dedicar nuestro tiempo, dinero y atención a esto, a esta cualidad en la naturaleza humana, en nuestras propias naturalezas, en estas instituciones, y a los millones de personas anónimas que trabajan para el bien mayor. Así, nosotros y nuestros hijos podremos ver el momento en que el fénix se levanta de las cenizas. Por lo tanto, le invito a tomar ese pensamiento del día con su café de la mañana. Donde hay voluntad, todavía podemos encontrar el camino.

Alex Ratcliffe es escritora independiente, educadora e integrante de UNA-UK
Documento en inglés en www.huffingtonpost.co.uk
Alex Ratcliffe en Twitter: www.twitter.com/AlexandraBeetle