Boletín 2018 #1 - De lo Irreal a lo Real: Parte 1 Periodismo, Medios de Comunicación y Educación


Los Seminarios de 2017 en Londres, Ginebra y Nueva York exploraron el tema: De lo Irreal a lo Real. Los encuentros contienen ciertas reflexiones profundas sobre la naturaleza e importancia de la verdad en cuatro áreas principales: periodismo/medios de comunicación; educación; ciencia; y arte. Dada la riqueza de material, y las interesantes conexiones entre los pensamientos de los ponentes, el informe sobre el seminario ocupará dos Boletines consecutivos. Hay un resumen de las ideas desarrolladas por cada ponente y se han destacado ciertas citas clave. La totalidad de las presentaciones de los ponentes está disponible en vídeo en worldgoodwill.org/video. En este número se reflexiona sobre la verdad en los campos del periodismo/medios de comunicación y de la educación. En el siguiente número haremos lo mismo con la ciencia y el arte. Esperamos que este enfoque les resulte esclarecedor – le rogamos nos haga saber su opinión.

Antes de considerar los pensamientos de los ponentes, tenemos algunas ideas iniciales para ayudar a orientar nuestra indagación. Al igual que una gema de múltiples facetas, la verdad puede enfocarse desde muchos ángulos. Un lugar natural desde el que comenzar sería considerar el idioma como una de las principales formas con las que tratamos de transmitir la verdad. Después de todo, ¿qué puede resultar más claro que las palabras? Sin embargo, en cuanto recurrimos a los diccionarios del mundo comprendemos el dilema –porque las palabras en sí están limitadas respecto a su capacidad de contarlo todo sobre un acontecimiento. Cada definición es ya un ‘festivo trasladable’, donde los significados de muchas palabras varían a lo largo de los siglos. Y distintos idiomas dividen el mundo de forma diferente.  De manera que en un sentido importante, las palabras sólo señalan el camino hacia la verdad. Aún así, las palabras son la principal herramienta con la que intentamos atrapar la verdad, (aunque las imágenes están convirtiéndose rápidamente en otra vía importante) así que debemos prestar una cuidadosa atención a quién las emplea y por qué razón.

Una consecuencia importante de la forma en que los significados de las palabras evolucionan naturalmente a lo largo del tiempo es que deberíamos ponernos en guardia siempre que un individuo o grupo insista en que sólo existe un ‘verdadero’ significado para una palabra o idea. En esa dirección se encuentra el peligro del pensamiento dogmático que ha contaminado instituciones de todo tipo, no sólo las religiosas, desde el principio de los tiempos. Proclamar que se conoce el único significado verdadero cierra instantáneamente la puerta a un debate civilizado y un desacuerdo amigable, constriñendo los posibles futuros que esperamos habitar. Desde la perspectiva del esoterismo, todo nuestro universo es un campo de vida, consciencia y forma en constante evolución, de manera que sería muy raro que una idea, expresada mediante una palabra o un conjunto de palabras, alcanzase repentinamente su forma definitiva mientras que todo lo demás sigue cambiando.  En lugar de esto, es casi un axioma de la perspectiva esotérica que las verdades  profundas y espirituales que subyacen en nuestras vidas cotidianas se revelan progresivamente en contextos cada vez más ricos y con matices cada vez más finos, a medida que aumenta nuestra capacidad de registrar los niveles sutiles de la existencia. Posiblemente, confundir los Ideales eternos de lo Bueno, lo Verdadero y lo Bello con las definiciones específicas que han recibido a lo largo del tiempo sea un error comprensible. Pero ese error se magnifica si entonces los individuos o grupos creen que tienen el derecho, o incluso el deber, de imponer esas definiciones a otros. El remedio para este enfoque divisivo surge a través de la amorosa sabiduría del alma, que siempre es inclusiva.

Aparte de la rigidez del dogma, está también el peligro de un empleo poco escrupuloso del lenguaje, con la intención de manipular o incluso engañar a otros con fines egoístas. Esto suele darse más frecuentemente en los campos de la política y el comercio. Una de las palabras para este fenómeno es Espejismo1 –y aunque la definición común de esta palabra sugiere frivolidad y decadencia, una perspectiva más esotérica lo considera el intento de velar lo real y lo verdadero a niveles físicos, emocionales y mentales. Sin lugar a dudas, el esfuerzo deliberado por ver ‘a través’ del espejismo mediante la luz del alma y de la intuición, es uno de los principales retos para todos cuantos buscan seguir este sendero espiritual.

Pasando del lenguaje en sí a las personas a quienes se encomienda su empleo en los medios de comunicación, surge otra dimensión de la lucha en el avance de lo irreal a lo real –la sinceridad. Confiamos en que los periodistas actúen como testigos de casi todos los grandes acontecimientos que conforman nuestras vidas diarias. Sin embargo, reconocemos la posibilidad de que exista en nosotros cierto error y distorsión en nuestra percepción de todo lo que no sea un evento físico básico. Del mismo modo, debemos contar con la falibilidad de los periodistas en sus esfuerzos por transmitir al público lo que realmente ha sucedido. Y los periodistas a menudo no sólo se basan en sus propias percepciones, sino también en las percepciones y palabras de sus fuentes, que tendrán sus propias falibilidades, y sus propósitos conscientes e inconscientes. Todos estos factores pueden influir sobre qué enfatizan los periodistas en su informe, cómo presentan sus observaciones, y qué deciden omitir. Existe un eslabón final en la cadena entre un evento y su comprensión, que es el propósito consciente o subconsciente en la mente de la audiencia. Si un propósito está lo bastante arraigado, algunas audiencias sólo querrán oír lo que quieren oír, por muy habilidosos o convincentes que sean los argumentos en contra o los hechos que se presenten. El lingüista y crítico social Noam Chomsky ha identificado cinco filtros más presentes en los medios de comunicación, que considera ayudan a promover un clima de miedo y desigualdad enquistada: la excesiva concentración de medios de comunicación en manos de unas pocas figuras poderosas; la financiación de medios de comunicación por parte de publicidad comercial; un exceso de confianza en la veracidad de las fuentes oficiales; las críticas de los políticos a los medios de comunicación a fin de mantenerlos a raya; y, finalmente, la tendencia de los principales medios de comunicación a emplear sólo las creencias y opiniones establecidas, el ‘status quo’.

Recientemente ha surgido un velo oscurecedor más –la influencia atomizadora de los medios sociales sobre el consumo de noticias. En contraste con la ‘posición’ tradicional de un periódico, que puede compararse con una perspectiva personal, los medios sociales sueltan historias de cualquier posición editorial reconocible, con poco o ningún énfasis en la fiabilidad de la información o las fuentes. Cuestiones globales serias se dispersan al azar a través de la misma línea que fotos de gatos y excentricidades de famosos. De esta manera, todo adquiere la misma ‘importancia’ y la verdad está en peligro de convertirse únicamente en lo que te haga sentir bien.

Finalmente, la cuestión de la verdad conecta fundamentalmente con la cuestión de la libertad. Como se observó anteriormente, ciertas prácticas de los medios de comunicación pueden crear un clima de miedo e incertidumbre. Pero sólo somos verdaderamente libres cuando estamos libres del miedo, por muy democráticas que parezcan nuestras sociedades. El miedo puede asfixiar la expresión del amor. Así, todos tenemos la responsabilidad de observar nuestra sociedad con lucidez, y parte de esto implica depurar nuestras propias percepciones. Por lo tanto, lo que se necesita es volver al verdadero ser por medio de la meditación, para llegar a la capacidad de discriminar entre verdad y falsedad. La discriminación sólo es posible cuando la mente está alineada con el alma y se somete a la luz de la intuición mediante un corazón humilde y sencillez de mente. Esto nos permite reconocer que nuestra imagen de la verdad está siempre limitada, que el paisaje de la verdad es, de hecho, infinito. La meditación nos permite progresar desde la verdad contenida en palabras, a aquellas veladas por símbolos, y la verdad espiritual más elevada que sólo puede experimentarse en silencio.

Hay diversas formas en las que las ideas de nuestros ponentes podrían haberse organizado –probablemente, cada una habría hecho brillar una luz distinta sobre nuestro tema. A continuación van algunas sugerencias para crear conexiones entre ellas.

Christopher Schwartz se centra en las responsabilidades del periodista individual al reportar la verdad, en cómo distintos tipos de periodista podrían interpretar esta tarea, y en las dimensiones filosóficas y espirituales de intentar ser un ‘espectador imparcial’. Judy Rodgers desarrolla un tema relacionado: empoderar a los periodistas y a otros creadores de los medios de comunicación para que presenten una forma positiva de estructurar narrativas difíciles. La organización fundada por Judy, Images and Voices of Hope, implica a cientos de profesionales de los medios de comunicación en un esfuerzo por descubrir una capa más profunda de la verdad mediante un enfoque espiritual de los eventos externos, y ello resuena con los pensamientos finales de Christopher sobre cómo un periodismo responsable tiene mucho en común con los esfuerzos espirituales de los meditadores del Sufismo y el Budismo Tibetano.

Gabriel Jaraba reflexiona sobre la necesidad de una alfabetización mediática más profunda en nuestra era tecnológica, en la que la mente colectiva de la humanidad ha obtenido una forma física a través de Internet. La alfabetización mediática es un medio para defender las libertades democráticas y, en última instancia, para lograr una sociedad planetaria basada en la buena voluntad y el correcto compartir. Alexandra Ratcliffe da un breve resumen de la historia del intercambio de información, destacando la reciente aparición de técnicas de propaganda organizada, y la importancia fundamental de educar en una alfabetización mediática para contrarrestar esta tendencia, para defender la libertad de pensamiento. Como Gabriel, Alexandra se centra en la protección de la democracia. También destaca la importancia de enseñar meditación, para dar a las personas una forma de sintonizar con medios de comunicación en los que se muestre lo bueno, lo verdadero y lo bello. Esto conecta tanto con Judy como con Christopher, y proporciona un vínculo con la ponencia final de Andreas de Bruin, que comparte sus experiencias positivas introduciendo una variedad de técnicas de meditación a estudiantes universitarios, y su último proyecto, que concierne el uso de la meditación para revelar el significado más profundo del arte de los Grandes Maestros. Ambos proyectos apuntan al objetivo mayor de permitir al meditador servir al bien mayor.

 

El Periodismo Moderno Refleja un Cambio de Consciencia

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Christopher Schwartz es un investigador y periodista norteamericano. Actualmente está realizando la investigación para su doctorado en KU Leuven’s Institute of Philosophy en Bélgica, al tiempo que imparte clases en la American University of Central Asia en Kirguistán, donde también trabaja como periodista. Es miembro de la fe Baha’i. Citó al fundador de la fe bahá’i, Bahá’u’lláh, quien a finales del siglo XIX  escribió que el periodismo era una de las características distintivas de la era moderna: “Las páginas de periódicos que surgen rápidamente son, de hecho, el espejo del mundo. Reflejan los actos y los objetivos de diversos pueblos y linajes… [los periodistas deberían] ir ataviados con las vestiduras de la justicia y la equidad. Deberían investigar las situaciones tanto como sea posible y comprobar los hechos, poniéndolos luego por escrito”. (énfasis añadido). El periodismo, propuso Christopher, representa “una nueva capacidad humana que ha sido desbloqueada y está siendo utilizada por seres humanos. Es el cambio de consciencia subyacente lo que constituye la verdadera historia”.

Christopher exploró a continuación la etimología de ‘periodismo’  señalando que, en última instancia, proviene del verbo ‘brillar’. Así, “la verdadera tarea de un periodista es iluminar –iluminar tanto en un sentido cognitivo intelectual como en un sentido espiritual, un sentido moral”. Otro tema que quiso abordar es la diferencia entre una perspectiva subjetiva y una objetiva, de las que sugirió que no son opuestas, como suelen representarse. Más bien, la objetividad se preocupa de ser el foco o sujeto de la atención de otro, y está conectada con el ideal periodístico del ‘espectador imparcial’.Encontrar la forma de ser imparcial y comunicar toda la verdad es un reto difícil para los periodistas, como demuestra la conocida parábola de los ciegos y el elefante. Para ilustrar este punto, Christopher compartió los resultados de una encuesta exhaustiva sobre actitudes periodísticas que identificaban cuatro formas principales en las que los periodistas se ven reflejados. La primera es como ‘Divulgador populista’. Ello implica una identificación muy estrecha con la audiencia a la que se dirige el periodista. La idea es servir al ‘pueblo’, y un periodista de este tipo es fundamentalmente neutro respecto al poder, excepto cuando los intereses o acciones de éste entran en conflicto con las del ‘pueblo’. Un ‘Divulgador populista’ cree que su principal tarea no es convencer al público con la verdad, sino edificarlo. El segundo tipo de periodista es un ‘Facilitador oportunista’, estrechamente identificado con el poder dominante. Al igual que el ‘Divulgador populista’, no está demasiado centrado en descubrir la verdad: en cambio, desea apoyar el programa de las autoridades.  De manera que no le interesa persuadir a su público de algo a no ser que lo considere parte de los intereses del poder. Este tipo de periodista puede encontrarse en un dilema respecto a cómo actuar cuando se produce un cambio importante en el poder político, como resultado de unas elecciones o debido a una revolución. El tercer tipo de periodista es el ‘Agente de cambio crítico’, que desea afectar activamente la agenda socio-política, e inspirar a su público a actuar por el cambio. El ‘Agente de cambio crítico’ suele ser crítico con el poder, de manera que si su trabajo tiene éxito y se adoptan sus recomendaciones para el cambio, se encuentran en el dilema opuesto al del ‘Facilitador oportunista’ –cómo evitar incorporarse al poder. El cuarto tipo de periodista es el ‘Vigilante desapegado’, que valora la ‘imparcialidad’ y la ‘objetividad’ por encima de todo. Estos periodistas creen que la dura realidad puede ser necesaria para el progreso social, y aunque son característicamente hostiles hacia el poder, dado que el poder no suele dar la totalidad de la información a la población, es posible que también cuestionen si los activistas sociales están yendo demasiado lejos, o si van en pos de una agenda encubierta. Como consecuencia a menudo entran en conflicto con su sociedad y puede que se vean a sí mismos como una ‘oposición leal’.

Christopher invitó a los asistentes a dar su opinión respecto a qué tipo de periodista les parecía mejor. El resultado fue ampliamente a favor del ‘Vigilante desapegado’. Comentó que él mismo se identificaba principalmente con este tipo, poniendo el énfasis en ‘desapegado’, en parte porque como bahá’i no creía en relaciones de enfrentamiento, y también porque ha presenciado cómo colegas que se identificaban con esta posición se volvían muy negativos y pesimistas. Sin embargo, también cree que cada periodista tiene características de los cuatro tipos presentes en él –por ejemplo, su ‘Divulgador populista’ interno definiría al ‘pueblo’ como la totalidad de la raza humana –y cada tipo está dedicado a una versión de la verdad. Y, por supuesto, cada tipo puede desviarse de esa dedicación, por intimidación o corrupción.

Christopher retomó la cuestión de qué significa realmente ‘objetividad’. Sugirió que implica salir de tu marco de referencia personal, para lograr una perspectiva que está fuera de las perspectivas, una ‘vista desde ninguna parte’. Una forma de entenderlo sería considerar distintos niveles de verdad. En el ámbito cotidiano de lo físico, tenemos la verdad de los datos empíricos; mientras que en el ámbito atemporal de la moralidad y la espiritualidad tenemos verdades perennes, profundas intimaciones de lo que es correcto o no, verdadero o falso. La objetividad está relacionada con este último ámbito de la verdad –según Christopher, “en última instancia la objetividad sería, en su nivel más elevado de verdad potencial… una posición de pura y absoluta compasión”.

Para dar un ejemplo de este tipo de consciencia, invitó a los asistentes a pensar durante unos momentos en un desacuerdo o conflicto serio en el que eventualmente se lograse un punto de consenso. A continuación, les pidió que no pensasen en los datos concretos del desacuerdo, sino en el proceso de sincronización de puntos de vista, el momento de ‘ahh’ cuando surge la simpatía y la comprensión respecto a la otra perspectiva, y después el deseo de reconciliación –incluso si la conclusión fuese que se ‘estaría de acuerdo en discrepar’. Solicitó a los asistentes que “recordasen en cambio el proceso de negociación y sincronización de sus puntos de vista”. Ese proceso es la experiencia de la objetividad, la ‘vista desde ninguna parte’, en el que dos personas avanzan desde su subjetividad de ser ‘alguien’ para, juntas, convertirse en ‘nadie’, un tercer vértice en el triángulo entre ellas. Este punto de vista puede identificarse con el ‘espectador imparcial’, que históricamente es un concepto introducido por los periodistas, empezando con los periódicos. Esta noción de convertirse en un ‘espectador imparcial’ también se encuentra en los textos del misticismo sufí y el budismo tibetano. Como Christopher comentó: “¿Qué quiere decir convertirse en nadie, convertirse en el Espectador Imparcial? Quiere decir convertirse en un espejo”. Ello resuena con las reflexiones de Bahá’u’lláh respecto a los periódicos convirtiéndose en espejos del mundo. Sin embargo, deberíamos recordar que incluso un espejo está sometido a imperfecciones. Desde luego, Bahá’u’lláh se mostraba escéptico respecto a las declaraciones de algunos místicos sufíes que decían haber alcanzado la unión completa con Dios y ser, por tanto, completamente imparciales en sus puntos de vista. La cuestión es que, no sólo como periodistas –aunque esta sea una parte específica de su vocación– sino simplemente como humanos, debemos esforzarnos por lograrlo. Y al mismo tiempo, deberíamos reconocer la sutil trampa de orgullo que acompaña esta empresa mística, de creernos que lo hemos conseguido, y que sabemos lo que son la objetividad y LA verdad. worldgoodwill.org/video#cs

 

Restaurar la Esperanza a través de los Medios de Comunicación

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Judy Rodgers es la fundadora de Images and Voices of Hope (Ivoh), una comunidad global de periodistas, realizadores de documentales y profesionales de los medios de comunicación que se centran en el potencial de los medios de comunicación para ser agentes del cambio positivo y de la mejora del mundo. Propuso que lo irreal podía identificarse con el mundo material externo, mientras que lo real o verdadero se correspondía con la energía que es intrínseca a la vida. Comentó: “La verdad, en su punto más elevado, es aquello que es inmutable, inmortal, persistente y restaurador”.

Se plantearon dos cuestiones clave: ¿cómo pueden avanzar los medios de comunicación desde un enfoque en lo irreal a un enfoque en las energías y cualidades reales de la vida? Y como ciudadanos y consumidores de los medios de comunicación, ¿cómo podemos apoyar este cambio? Para ilustrar la distinción entre real/irreal, y cómo tendemos a poner el énfasis en lo irreal, Judy citó un ejemplo dado por el escritor David Brooks, sobre la diferencia entre las virtudes de currículo vs las virtudes dignas de elogio: “Las virtudes de currículo son las que pones en tu cv, las que contribuyen a un éxito externo. Las virtudes dignas de elogio son más profundas: si eres amable, valiente, honrado, o leal; qué tipo de relaciones has creado” (énfasis añadido). Lamentablemente, tendemos a dedicar más tiempo a pensar en las virtudes de currículo.

Por medio de Images and Voices of Hope, los creadores de medios de comunicación comprometidos con el servicio están trabajando para cambiar esto. “Ivoh es parte de un vasto movimiento en fortalezas positivas que abarca múltiples sectores. Los que están trabajando en el campo de las fortalezas positivas en educación, sanidad, dirección empresarial y medios de comunicación afirman que cuando reforzamos lo que es intrínseco, positivo, y revitalizante, fortalecemos a los individuos y a los sistemas en los que viven y trabajan”. A Judy le surgió la inspiración para hacer este trabajo en los medios de comunicación siguiendo a los pioneros en otros campos de ‘fortalezas positivas’. En 1999, decidió convocar una conversación con tres socios: la facultad de empresariales de Case Western Reserve University; la fundación Visions for a Better World; y la Organización espiritual mundial Brahma Kumaris. Estos tres socios creen que “…la forma de crear un mundo mejor no consiste en localizar los problemas del mundo, sino en visualizar el mundo que más quieres”. Esta conversación condujo a una proposición clave: cuando las historias de los medios de comunicación destacan hechos de valor, compasión y esperanza en aquellos que han sido derrumbados, nos sentimos inspirados y animados para comprometernos de formas que anteriormente no habíamos considerado”.

Desde 1999, Ivoh ha celebrado foros y encuentros regularmente para ahondar en la comprensión de su misión. Luego, como consecuencia de la masacre de Sandy Hook, el hecho de que Curtiss Clark (editor del Newton Bee) propusiera la idea de una ‘narrativa redentora’, condujo a Judy junto con Ivoh, al concepto de una ‘narrativa reparadora’ que “permanece con la historia a lo largo del desorden central arrojando luz sobre la resiliencia en individuos y comunidades. Al cambiar el foco desde las víctimas a los supervivientes, al enfocar en ‘¿qué da vida?’ y al recurrir a la resiliencia del espíritu humano, empezamos a ver la historia de la verdad que subyace bajo la superficie”.  Cuando nos recuerdan las virtudes humanas que se exhiben, nos volvemos más fuertes, más creativos, y más capaces de reconstruir. Judy compartió un ejemplo en vídeo de unos supervivientes a la drogadicción que han decidido, con el apoyo de la comunidad, cambiar el curso de sus vidas*. Ivoh está comprometido con este trabajo de relatar una calidad distinta de historia. Para restaurar la esperanza, “los narradores de historias tienen que ser observadores con discernimiento, ver la profunda resiliencia de las comunidades bajo el glamour superficial”.

En los foros anuales de Ivoh, se anima a los creadores de los medios de comunicación a que investiguen el significado más profundo de las historias de nuestros tiempos. Judy cree que “Si somos discernidores –si estamos despiertos a lo que es más profundo y persistente en el espíritu humano– podemos sentir la voluntad de la vida y los cimientos de la virtud moviéndose bajo la superficie. El periodista, realizador de cine, profesional de la publicidad, o desarrollador de videojuegos perspicaz reconocerá esta profunda verdad y empleará sus habilidades para animar y elevar las sociedades a las que sirve”. Nos anima a todos a buscar ese tipo de historia y, cuando la encontremos, a escribir a los creadores de medios de comunicación para hacerles saber que valoramos ese tipo de historia. worldgoodwill.org/video#jr

* https://www.youtube.com/watch?v=viUJVC5ykR4  sobre distintos estereotipos en el estado de Alabama, utilizando Song of Myself, de Walt Whitman.

 

Construir un Diálogo Universal a través de la Alfabetización Mediática

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Gabriel Jaraba es profesor en la Universidad Autónoma de Barcelona, y presidente mundial de alfabetización mediática y diálogo intercultural en UNESCO. Gabriel comenzó observando la importancia decisiva de la alfabetización mediática tal como la identifica UNESCO. Sugirió que sin alfabetización mediática no puede haber una verdadera democracia. El siglo XXI es una era de comunicación total, condicionando cada aspecto de la vida. Así, nos encontramos en medio de un período de alteración de los medios, que describió como un “cambio de civilización en todos sus aspectos”. Cabe plantearse entonces cómo actuar responsablemente en esta era.

Poseemos una civilización tecnológica, basada en la digitalización de las comunicaciones, combinada con una cultura mediática organizada en torno a los medios de comunicación y su convergencia. Esto produce tres impactos esenciales: sobre la energía necesaria para comunicarse; sobre el tiempo; y sobre el espacio. El resultado es que vemos comunicaciones mundiales instantáneas y ligeras. ¿Cómo impacta esto sobre nuestra responsabilidad colectiva de establecer unas correctas relaciones humanas? Podríamos sentir la tentación de reaccionar con miedo y tratar de ahogar esta poderosa tendencia, pero la realidad es que es una gran oportunidad para avanzar la consciencia planetaria, con capacidad para difundir extensamente la Antigua Sabiduría a través de la red universal de la Web, que es la manifestación física de una verdadera ‘noosfera’ o esfera de pensamiento humano, tal como predijo Teilhard de Chardin.

La existencia de esta manifestación física del plano mental implica nuestra responsabilidad de preservar y nutrir su correcto crecimiento de manera que se convierta en un vehículo útil para las correctas relaciones humanas. Para ello, Gabriel sugirió que deberíamos protegerla cuidadosamente del peligro de caer exclusivamente en manos de las grandes corporaciones. Las grandes plataformas corporativas tienden a restringir la comunicación activa de opiniones a favor de un consumo de información pasiva. Por eso es esencial educar sobre los medios de comunicación en la escuela, aunque no es suficiente. Debe responder al dinamismo del panorama tecnológico, a las nuevas condiciones creadas por las redes sociales, y a la aparición de algoritmos informáticos que toman decisiones sobre lo que vemos. Así, el gran desafío es que la educación sobre medios de comunicación saque a la luz el poder oculto de las grandes plataformas, y les exija responsabilidad por su impacto en la economía y la sociedad. Sin embargo, para preservar la democracia no basta con estar a la defensiva. La alfabetización mediática debe convertirse en un ejemplo práctico de aplicación de correctas relaciones humanas –“Las correctas relaciones humanas no son un deseo benévolo ni una utopía irrealizable sino una imperativa ética que necesita actualizarse”. Y la alfabetización mediática puede expresarse tanto en contextos formales como informales, en instituciones pedagógicas y por medio del activismo social.

Gabriel compartió sus reflexiones sobre los nuevos valores que inspiran la alfabetización mediática. En primer lugar, está la defensa de individuos autónomos que tienen derecho a información que pueden evaluar críticamente. En segundo lugar, creer en el valor constructivo de un diálogo abierto y participativo, en la capacidad de las multitudes y los colectivos organizados para generar información de calidad, evaluación crítica y procesos de toma de decisiones, y la importancia esencial de compartir conocimientos. En tercer lugar, el poder de la imaginación creativa, que debería alimentar una democracia comunicativa activa con igualdad de participación y expresión de opinión. Y en cuarto lugar, un respeto por la diversidad cultural y el diálogo intercultural. “la nueva alfabetización mediática respeta la autonomía de cada cultura y su singularidad, porque construye puentes para la edificación de un diálogo universal entre ellas, para la construcción de valores compartidos”.

La alfabetización mediática debería fortalecer el pensamiento crítico y la capacidad de manejar la información difundida por los medios. Los elementos clave de esto son:

“• Saber cómo encontrar y acceder a la mejor información disponible empleando las fuentes mas adecuadas, diversas y fiables
 • Saber cómo evaluarla con criterios precisos y rigurosos
 • Contextualizar y comprender la información de acuerdo a su procedencia
 • Ser consciente del contexto ideológico y cultural desde el que se promueve la información
 • Integrar todo lo anterior en un conjunto de información y conocimiento previo y obtener un resultado significativo”.

Desarrollar estas habilidades permite la solución significativa de problemas en áreas tales como: conflictos interculturales; trabajar por el fin del prejuicio y la discriminación; crear redes de intereses y valores compartidos; participación democrática; limitar el poder estatal; transparencia corporativa; libertad de expresión; y acceso a la información.

Por último, Gabriel observó: “Ya no se trata de promover el patriotismo nacional mediante la alfabetización y la educación, sino de promover, a través de la alfabetización mediática, el sentimiento de ciudadanía universal orientado a una pertenencia cosmopolita. Los medios de comunicación son, en la actualidad, constructores activos de la visión que cada grupo humano tiene de sí mismo y de los demás… La comunicación pone en manos de cada individuo la posibilidad de… crear por primera vez en la historia una nueva consciencia planetaria que realiza el principio de ‘las almas de los hombres son una’”. worldgoodwill.org/video#gj

 

Llamar la Atención a lo Bueno, lo Verdadero y lo Bello

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Alexandra Ratcliffe es educadora, pensadora y escritora independiente. Su trabajo ha aparecido en The Huffington Post (huffpost.com) y tiene su propia página web en www.soulfulconnections.uk. Comenzó reflexionando sobre la existencia de muchos niveles y significados de la verdad, desde lo concreto a lo sutil y lo Absoluto. Sin embargo, en la actualidad hay una sensación de que toda verdad es relativa al individuo: ‘Post-verdad’ fue la palabra del año en 2016 del Oxford Dictionary, y la definición contiene la implicación de que los sentimientos personales son más importantes que la racionalidad y los hechos. Otro término relacionado que ha ganado popularidad recientemente es ‘hechos alternativos’.

Para establecer los hechos relativos a un acontecimiento los historiadores distinguen entre fuentes primarias, que son relatos de primera mano o evidencias, y fuentes secundarias. Cuanto más nos alejamos de un acontecimiento en tiempo o espacio, más posible es que se distorsione; y una lamentable verdad del periodismo es que la información directa de fuentes primarias es cara. Esta presión económica en el panorama de los medios de comunicación modernos implica que la información de segunda y tercera mano tiende a proliferar, alejándonos de la verdad. Un agravante de ello es el hecho de que “Puesto que la humanidad está programada con Inteligencia Activa, tendemos a ser Recopiladores de Información. Y dado que la información está disponible a un clic, y puede compartirse por todo el planeta en segundos, cada uno puede reunir toda la información que quiera y determinar sus propias verdades ajustándose a su versión personal de la realidad”.

Alexandra dio una breve historia de la circulación de información, empezando con los oradores en la antigua Grecia y pasando a la distribución de panfletos en Roma, que fue facilitada por la construcción de calzadas y viaductos. Las gacetas y boletines diarios, los precursores de los periódicos, empezaron a aparecer en Roma. En el siglo XVII, los periódicos comenzaron a aparecer en Europa, y la idea de ‘propaganda’, definida como información utilizada para influenciar o avanzar una agenda, empezó a arraigar. Esta manipulación intencionada de la opinión pública ha crecido desde entonces, y el intercambio electrónico ha acelerado la tendencia, junto con las nuevas olas de información deliberadamente falsa o engañosa. “Ahora, en la era de internet, tenemos un mundo virtual de información y desinformación, lado a lado, girando incesantemente alrededor de la ciberesfera”.

La diseminación de desinformación tiene implicaciones significativas para la democracia, como el profesor de historia de Yale, Tim Snyder, ha observado: “Abandonar los hechos es abandonar la libertad. Y si nada es verdad, entonces nadie puede criticar al poder porque no existe base alguna sobre la que hacerlo”. Esto subraya la necesidad fundamental de sistemas educativos que enseñen discernimiento y discriminación, y ayuden a integrar las facultades físicas, emocionales y mentales, conduciendo al contacto con la intuición, “el máximo discernidor de la verdad”. La educación secundaria debería incluir la alfabetización mediática, civismo, ética y reflexión sobre el impacto de la tecnología. Un programa que ella utilizó, llamado ‘Valores vivos para un mundo mejor’, introducía a los estudiantes a los conceptos y vocabulario de paz, empatía, respeto y tolerancia. Tanto para un niño como para un adulto, la educación sobre la fiabilidad de las fuentes de información debería ser permanente. Esto nos ayudaría a decidir qué compartir y qué no. Es necesario reflexionar sobre la intención de nuestras palabras, y sobre cómo las intenciones y el pensamiento puros clarifican la atmósfera mental.

Es útil acercarse a las historias en los medios de comunicación preguntándonos si dirigen nuestra atención hacia lo bueno, lo bello y lo verdadero. Cada uno de nosotros es responsable de contribuir su parte de estas cualidades a la vida mental y emocional de la humanidad. Una herramienta esencial en este trabajo es la meditación, porque nos permite contactar con las verdades eternas que subyacen a toda confusión externa, las verdades que pueden liberarnos; verdades como el hecho de que el amor es verdaderamente el tejido que entrelaza a la humanidad; y hasta que no escuchemos esto emitiéndose en las noticias no estaremos escuchando la historia al completo. Sólo con rozar estas verdades eternas podemos alejarnos un paso del confuso y desconcertante mar de información y desinformación, liberándonos. worldgoodwill.org/video#ar

 

Los Cursos Universitarios sobre Meditación Pueden Despertar la Intuición

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Professor Dr. Andreas de Bruin de la University of Applied Sciences, Munich, fundó el Modelo de Munich “Meditación en la universidad” en 2010. Actualmente está impartiendo clases de meditación en nueve campos de estudio en cuatro facultades. Andreas comenzó indicando que su intención al crear el ‘Modelo de Munich’, basado en la meditación, fue lograr la introducción de la intuición en las universidades. Los problemas globales que hemos creado se han realizado con la aplicación del intelecto, y necesitamos la ayuda de la intuición para resolverlos.

Andreas se refirió al trabajo del biólogo, filósofo y neuro-científico Francisco Varela y al psicólogo Daniel Goleman, quienes llegaron a la conclusión de que la contribución más importante de la ciencia al siglo XXI sería abordar las emociones destructivas, que son la causa subyacente de la mayoría de los problemas planetarios. Iniciaron un diálogo con el Dalai Lama y otros monjes budistas sobre el valor de la meditación y la atención plena, y los resultados de su investigación están disponibles en www.mindandlife.org. Andreas ve su trabajo como la simiente de la explosión en la investigación sobre el valor de la atención plena. Cree que la atención plena es la etapa previa a la verdadera meditación, que sólo tiene lugar cuando hay una integración con la personalidad, permitiendo que el vínculo con el alma empiece a construirse. En este punto puede empezar a establecerse un control real sobre la mente, y muchos de los estudiantes que han seguido sus cursos dicen que quieren mejorar el control de sus mentes. Aunque hay numerosos programas introduciendo la atención plena a las universidades y empresas para lograr capacidad de concentración y estrategias para lidiar con el estrés, para él el doble propósito, más profundo, es permitir a los estudiantes conectar con sus almas, para después expresar estas energías del alma en un servicio creativo a la sociedad. “…era importante introducir la meditación…, para poder ayudar a los estudiantes a estar más en contacto con ellos mismos y quizá también para sacar al exterior lo que tienen en su interior, y también para la sociedad”.

El Modelo de Munich ha crecido desde sus pequeños inicios en 2010, cuando se ofrecieron 15 plazas –ahora, en 2017, hay 9 campos de estudio en 4 facultades, con 150 alumnos por semestre. El modelo también está siendo adoptado en otras universidades. Los cursos enfatizan la participación activa. Cada estudiante escribe un diario sobre cómo incorpora la meditación a su vida cotidiana. Esto les permite explorar cómo puede incorporarse significativamente la meditación a su propio campo de estudios, por ejemplo, la formación de profesorado. Los ejercicios prácticos incluyen comunicación con atención plena, alimentarse y cocinar conscientemente, atención y respiración, sonido en meditación, etc. También hay referencias a la investigación que se está llevando a cabo en la actualidad sobre la meditación en diversas áreas, por ejemplo, cómo puede aplicarse la meditación en las prisiones, hospitales y otros lugares. Los estudiantes practican diferentes técnicas de meditación, y los que están interesados en desarrollar más una técnica concreta pueden seguir con expertos externos. También hay debates más filosóficos, y visionado de películas sobre tópicos relacionados con la meditación.

Andreas concluyó comentando su último proyecto, centrado en utilizar la meditación para apreciar el arte de los grandes maestros. Algunas investigaciones indican que la meditación permite una percepción más profunda del arte. Andreas ha conducido pequeños experimentos grupales sobre ello en el Rijksmuseum de Amsterdam, caminando hacia la pintura con atención plena, seguido por una observación con atención plena, con sub-grupos considerando distintos aspectos de la imagen. Para él, la aplicación de la meditación en el contexto de la apreciación del arte, y en las universidades, es parte de su aplicación más general a nuestras vidas, permitiéndonos estructurarlas inteligentemente en el servicio a la totalidad. worldgoodwill.org/video#ab

 

En nuestro próximo número, exploraremos De lo irreal a lo real en su relación a la ciencia, la filosofía y las artes.

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