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7. El Rayo del Ego


Al empezar el estudio sobre el rayo del Ego o Alma, podrían exponerse brevemente ciertas premisas principales y agruparlas en la serie de catorce proposiciones que daré a continuación:

1.

Los egos de todos los seres humanos pertenecen a uno de los siete rayos. [i402]

2.

Todos los egos que pertenecen al cuarto, quinto, sexto y séptimo rayos, eventualmente, después de la tercera iniciación, tienen que fusionarse con los tres rayos principales o monádicos.

3.

El rayo monádico de cada ego es uno de los tres rayos de aspecto, y los hijos de los seres humanos son mónadas de poder, de amor o de inteligencia.

4.

Para nuestro propósito específico concentraremos la atención sobre los siete grupos de almas que pertenecen a uno de los siete rayos o corrientes de energía divina.

5. Durante la mayor parte de nuestra experiencia racial y de la vida, estamos regidos correlativamente y después simultáneamente por:
 
a. El cuerpo físico, dominado por el rayo que rige a la totalidad de átomos de ese cuerpo.
b. La naturaleza del deseo emocional influido y controlado por el rayo que colora la totalidad de los átomos astrales.
c. El cuerpo o naturaleza mental, cuya calidad y cualidad de rayo determinan su valor atómico.
d. Posteriormente, en el plano físico, el rayo del alma comienza a actuar en y con la suma total de los tres cuerpos, lo cual constituye -cuando están delineados y actuando al unísono- la personalidad. El efecto de esta integración general produce la encarnación y las encarnaciones, en donde el rayo de la personalidad emerge con claridad y los tres cuerpos o yoes, constituyen los tres aspectos o rayos del yo inferior personal.


6.


Cuando el rayo de la personalidad se destaca y predomina y los tres rayos del cuerpo están subordinados a él, entonces tiene lugar la gran lucha entre el rayo egoico o del alma, y el rayo de la personalidad. La diferencia se hace más notable y el sentido de dualidad se establece más definidamente. Las experiencias detalladas en El Bhagavad Gita se convierten en experiencias [i403] en el sendero del discipulado; Arjuna se halla en el “punto intermedio” en el campo del Kurukshetra, entre las dos fuerzas opuestas y, debido al humo de la batalla, es incapaz de ver con claridad.

7.

Oportunamente el rayo o influencia del alma llega a ser el factor dominante y los rayos de los cuerpos inferiores se trasforman en subrayos de este rayo controlador. Esta última frase es de fundamental importancia, porque indica la verdadera relación que existe entre la personalidad y el ego o alma. El discípulo que comprende esta relación y se ajusta a ella está preparado para hollar el sendero de iniciación.

8.

Cada uno de los siete grupos de almas responde a uno de los siete tipos de fuerza, y todos responden al rayo del Logos planetario de nuestro planeta, el tercer Rayo de Inteligencia Activa. Por lo tanto todos pertenecen a un subrayo de este rayo, pero nunca debe olvidarse que el Logos planetario también pertenece a un rayo, subrayo del segundo rayo de Amor-Sabiduría. Por eso tenemos: [i404]
  

Debe recordarse que nuestro Logos planetario, que actúa a través del planeta Tierra, no se considera que haya producido uno de los siete planetas sagrados.

9. El trabajo de cada aspirante es, por lo tanto, llegar a comprender cuál es:
 
a. Su rayo del alma o egoico.
b. Su rayo de la personalidad.
c. El rayo que rige su mente.
d. El rayo que rige su cuerpo astral.
e. El rayo que influye a su cuerpo físico.
  Cuando ha logrado este quíntuple conocimiento, ha cumplido el mandato délfico: “conócete a ti mismo” y puede, en consecuencia, pasar la Iniciación.

10.

Todo ser humano está regido también por ciertos grupos de rayo: [i405]
 
a. Los rayos del cuarto reino de la naturaleza. Éstos producirán efectos, distintos efectos de acuerdo al rayo de la personalidad o del alma. El cuarto reino tiene:
         1. El cuarto rayo como rayo egoico.
         2. El quinto rayo como rayo de la personalidad.
b. En la actualidad los rayos raciales para nuestra raza Aria son el tercero y el quinto, y afectan poderosamente a todos los seres humanos.
c. El rayo cíclico.
d. El rayo nacional.
 


Todos ellos controlan la vida de la personalidad de cada ser humano. El rayo egoico del individuo además del rayo egoico del cuarto reino, contrarrestan gradualmente los rayos que rigen la personalidad a medida que el ser humano se acerca al sendero de probación y del discipulado.

11. Por lo tanto, el ser humano es un conglomerado de fuerzas que en forma separada y conjunta lo dominan, coloran su naturaleza, producen su cualidad y determinan su “apariencia”, empleando esta palabra en el sentido oculto de la exteriorización. Durante épocas ha sido manejado por una de dichas fuerzas y es simplemente su producto. A medida que llega a una comprensión más clara y puede comenzar a discriminar, elige definidamente cuál de ellas debe dominar, hasta que oportunamente es controlado por el rayo del alma, y los otros rayos quedan subordinados a ese rayo, empleándolo a voluntad.

12.

Al estudiar el rayo egoico del ser humano debe ser captado:
 

a.    El proceso a seguir................................ exteriorización.
b.    El secreto que se debe descubrir......... manifestación.
c.    El propósito que se debe conocer......... realización.

También hay que comprender las influencias de quinto rayo que predominan en el reino de las almas, y son:

1. El quinto rayo……….… que actúa a través de la personalidad.
2. El segundo rayo……… que actúa por medio de la intuición. [i406]

13.

El rayo de la Personalidad tiene su principal campo de actividad y expresión en el cuerpo físico. Determina la tendencia, el propósito, la apariencia y la vocación de su vida. Selecciona la cualidad, cuando está influido por el rayo egoico.

El rayo Egoico tiene acción directa y específica sobre el cuerpo astral. Por eso el campo de batalla de la vida siempre se encuentra en el plano de la ilusión; a medida que el alma trata de dispersar la ilusión astral, el aspirante podrá caminar en la luz.

El rayo Monádico ejerce su influencia sobre el cuerpo mental después de lograrse la integración de la personalidad. Esto hace que la mente obtenga la clara visión que culmina en la cuarta iniciación y que el ser humano se libere de la limitación de la forma. Existe una analogía de esta triplicidad y una interesante relación simbólica en los tres Iniciadores.

a.    El primer Iniciador es el alma del ser humano. Controla gradualmente la personalidad.
b.    El segundo Iniciador es el Cristo. Libera la naturaleza del amor.
c.    El tercero y último Iniciador es el Logos Planetario. Ilumina la mente.

14.

 En cuanto se ha alcanzado el alineamiento, el rayo del ego o alma, comienza a hacer sentir activamente su presencia por intermedio del cuerpo astral. El proceso es el siguiente:

a.    Actúa externamente sobre el cuerpo astral.
b.    Lo estimula internamente para que adquiera mayor tamaño, mejor color y cualidad.
c.    Lo pone en actividad y le controla todas las partes de la vida física.

Las anteriores proposiciones podrían resumirse en la afirmación de que el rayo de la personalidad provoca una actitud separatista y hace que la personalidad se desapegue del grupo de almas, del [i407] cual la personalidad es una exteriorización, con el consiguiente apego al aspecto forma de la manifestación. El rayo egoico fomenta la conciencia grupal y el desapego a las formas externas, produciendo el apego al aspecto vida de la manifestación y al todo subjetivo. El efecto del rayo monádico sólo puede ser comprendido después que el ser humano ha pasado la tercera iniciación.

Ahora dividiré en cuatro partes lo que tengo que decir en el segundo tomo de este tratado, que trata sobre el rayo egoico:

I.    El Crecimiento de la Influencia del Alma.
II.    Las Siete Leyes de la Vida Egoica.
III.    Los Cinco Grupos de Almas.
IV.    Las Reglas para Inducir el control del Alma.