Navegar por los Capítulos de este Libro

LIBRO I - EL PROBLEMA DE LA UNIÓN - Parte 5


51. Cuando este estado de percepción se ha refrenado o es reemplazado, se alcanza el estado puro de samadhi.

El gran instructor Patanjali, después de guiarnos por las distintas etapas de la conciencia en expansión, desde la meditación "con simiente" a ésa donde los sentidos y la mente son reemplazados, nos conduce a ese estado del que no tenemos terminología adecuada para describirlo. El yogui de Oriente aplica la palabra samadhi a ese estado de conciencia en que hace contacto, ve y conoce el mundo donde actúa el hombre espiritual y los planos y campos amorfos de nuestro sistema solar. El vidente, empleando el instrumento que se le ha proporcionado, hace contacto, a voluntad, con el campo de conocimiento de los tres mundos, el reino de maya y de la ilusión, pero se le abre un nuevo mundo en el cual ve que su conciencia es una con todas las demás energías o expresiones conscientes de la Vida divina. Se descorre el último velo de la ilusión; ve la gran herejía de la separatividad en su naturaleza real, y el vidente puede decir con Cristo:

"Pero no ruego solamente por éstos, sino también por quienes han de creer en mí a través de su palabra; para que todos sean uno, como Tú, oh Padre en mí y yo en ti, que también ellos sean uno con nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste. La gloria que me diste [i111] yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos y Tú en mí, para que sean perfectos en la unidad, para que el mundo conozca que Tú me enviaste y que los has amado a ellos como también a mí me has amado." (Jn. 17: 20-2,3).