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LIBRO III - LA REALIZACIÓN DE LA UNIÓN Y SUS RESULTADOS - Parte 6


48. Como resultado de esta perfección se obtiene rapidez de acción, como la de la mente, la percepción interdependiente de los órganos y el dominio sobre la sustancia raíz.

Hemos considerado los diversos resultados del proceso de [i353] la meditación cuando se perfecciona y llega al punto culminante. El vidente ha llegado a la consumación del proceso de alineamiento. Su triple yo personal ha sido purificado, reajustado y controlado. Cada uno de los tres cuerpos vibra a tono con la nota del ego o yo superior, que a su vez está en proceso de sincronizarse con la mónada o yo divino, el espíritu en su propio plano. El gran "Hijo de la Mente", el pensador en los niveles superiores del plano mental, es ahora el factor dominante; el resultado de este dominio es triple, y cada efecto se manifiesta en todos los planos, pero principalmente en uno. Tales resultados son:

1. Rapidez de acción como la de la mente. Empleamos frecuentemente la frase “rápido como el pensamiento” cuando queremos dar idea de la máxima rapidez. La actividad del yogui en el plano físico sincronizada con sus procesos mentales, sus decisiones instantáneas y sus fines rápidamente alcanzados, hacen que su vida en el plano físico se caracterice por una actividad muy sorprendente y por sus asombrosos resultados. De él puede decirse lo mismo que decimos del Creador: "Dios meditó, visualizó, habló, y los mundos fueron hechos".

2. Percepción independiente de los órganos. El adepto no depende de los órganos de los sentidos ni del sexto sentido, la mente, para adquirir conocimiento.

La intuición se ha desarrollado en él, hasta convertirse en instrumento utilizable; la directa captación de todo conocimiento, independiente de la facultad [i354] de conocimiento o mente razonadora, es su privilegio y derecho. Ya no necesita emplear la mente para comprender la realidad, ni los sentidos como medio de contacto, empleará los seis, pero de manera diferente. Utilizará la mente para trasmitir al cerebro los deseos, planes y propósitos del Maestro, el Cristo interno, los cinco sentidos trasmitirán distintos tipos de energía a los objetivos elegidos. Se abre aquí un vasto campo de estudio para el investigador interesado. El ojo es uno de los transmisores más potentes de energía y este conocimiento dio pábulo, en la antigüedad, a la creencia acerca del mal de ojo. Mucho debe descubrirse respecto a la vista, porque incluye no sólo la visión física, sino el desarrollo del tercer ojo, la clarividencia, la visión espiritual perfecta, y así sucesivamente hasta el inconcebible misterio que encierran los términos: "el Ojo que todo lo ve" y "el Ojo de Shiva".

Las manos son factores potentes en todo trabajo mágico de curación, y la utilización del sentido del tacto es una ciencia esotérica. La sublimación del sentido del oído y su empleo para oír la Voz del Silencio o la música de las esferas, es un sector de la enseñanza oculta del tipo más profundo, y esos adeptos que se han especializado en las ciencias de la vista y del sonido son algunos de los más eruditos y avanzados de la Jerarquía.

Los otros sentidos son también susceptibles de profundo desenvolvimiento, pero están peculiarmente ocultos en [i355] los misterios de la iniciación y nada más puede decirse acerca de ellos. Los tres sentidos, oído, tacto y vista, son las tres características de las tres razas humanas y de los tres planos de nuestros tres mundos.

1.   Oído ............. Lemuria  ........ Plano físico ........ Oreja ....  Respuesta al sonido.
2.   Tacto ............ Atlante ........... Plano astral ........ Piel .......  Respuesta al tacto o vibración.
3.   Vista .............. Aria ................ Cuerpo mental ... Ojo ........ Respuesta a la visión.

El tercer sentido afecta principalmente a nuestra raza, de allí las palabras del profeta: "Donde no hay visión los pueblos perecen". El desarrollo de la vista y el logro de la percepción espiritual constituyen el gran objetivo de nuestra raza y de todo el Raja Yoga. El místico llamará a esto "iluminación", el ocultista "visión pura", siendo una y la misma cosa. Los otros dos sentidos están todavía velados; su verdadero significado aparecerá en el transcurso de la sexta y séptima razas, que seguirán a la nuestra, y su verdadera relación es con el plano búdico o intuitivo y el átmico o espiritual respectivamente.

3. Dominio sobre la sustancia raíz. Esta sustancia raíz es el pradhana; a veces se la denomina la raíz de todo, sustancia primordial, materia raíz. Rama Prasad, en su traducción y comentario, dice lo siguiente: "Dominio sobre pradhana significa el poder de controlar todas [i356] las modificaciones de prakriti. Estas tres realizaciones... se obtienen venciendo la apariencia sustantiva de los cinco instrumentos independientes de sensación".

Es interesante observar que estas tres realizaciones demuestran:

a. La incapacidad de la materia y de la forma para esclavizar al yogui.
b. La imposibilidad de la sustancia para impedir que el yogui conozca cualquier aspecto de la manifestación.
c. La incapacidad de la materia para resistir la voluntad del yogui.

Estos tres factores explican por qué el adepto puede crear a voluntad. La liberación de las limitaciones de la materia es la base de la magia blanca.

Para finalizar, podría observarse que esta capacidad es en sí relativa, porque el adepto está liberado de las limitaciones en los tres mundos del esfuerzo humano. El Maestro tiene perfecta libertad de acción en los tres mundos y también en el plano búdico, mientras que Cristo y quienes han alcanzado una iniciación similar, tienen esta libertad en los cinco mundos de la evolución humana.

49. El hombre que puede discriminar entre alma y espíritu, alcanza la supremacía sobre todas las condiciones y llega ser omnisciente.

El comentario de Charles Johnston sobre este aforismo, describe muy bien al hombre que puede lograr esto, y la belleza de su [i357] pensamiento se descubrirá al analizar sus palabras:

"El ser humano espiritual está envuelto en la red de sus emociones, deseos, temores, ambiciones, pasiones y obstaculizado por formas mentales de separatividad y de materialismo. Cuando estas redes se rompen y se superan totalmente dichos obstáculos, entonces el hombre espiritual surge fuerte, poderoso y sabio de su propio y amplio mundo. Utiliza sus poderes divinos con alcance y energías divinas, actuando conjuntamente con los seres divinos, diciéndosele: “Eres ahora un discípulo capaz de permanecer, oír, ver y hablar. Has vencido el deseo y logrado el autoconocimiento, has visto a tu alma en su florecimiento y la has reconocido, y has oído la Voz del Silencio".

La maravillosa síntesis de la enseñanza en ninguna parte es más evidente que en este aforismo, porque el punto alcanzado es de un orden más elevado que el mencionado en el Libro II, Af. 45, es una condición intermediaria entre la mencionada en este último y la del Libro IV, Afs. 30 al 34.

En el Libro I, Af. 4, vimos que el verdadero ser humano está atrapado en las redes de la naturaleza psíquica, y la luz que hay en él está velada y oculta. Al aprender a discriminar entre el verdadero yo y el yo personal inferior, se desenreda y ve la luz en él, quedando liberado. Lograda la liberación, desarrollados los poderes del alma y alcanzada la maestría, se abren ante él experiencias y conocimientos más vastos y amplios. Empieza a expandir su conciencia de lo planetario a lo solar, y la conciencia [i358] grupal puede desarrollarse en conciencia divina. El primer paso para ello está indicado en el aforismo que estamos considerando; el mismo paso es señalado y tratado más extensamente en el Libro Cuarto. No se dan las reglas para esta expansión porque conciernen al desarrollo del Maestro y al desenvolvimiento del Cristo, hasta alcanzar ese estado superior del ser que Le es posible obtener; pero el Libro Cuarto se ocupa de las etapas preparatorias e insinúa otras posibilidades. En el que ahora tratamos, se mencionan requisitos básicos: la discriminación entre alma o el Cristo interno y el aspecto Espíritu o Padre. La actividad inteligente ha sido demostrada, basada en el desenvolvimiento de la naturaleza amor. Entonces podrá desarrollar sin peligro el espíritu o aspecto voluntad y entregar el poder en manos de Cristo.

Tres palabras servirán para proyectar luz sobre este proceso de desenvolvimiento.

El primer gran conocimiento que el aspirante debe obtener es la omnipresencia, comprender su unidad con todo y la unicidad de su alma con las demás almas; descubrir a Dios en su propio corazón y en cada forma de vida. Luego, como iniciado, alcanzar la omnisciencia, es decir, el omniconocimiento, y las Aulas del Aprendizaje y de la Sabiduría le entregan sus secretos. Deviene un Cristo, un conocedor de todas las cosas, que sabe lo que hay en el corazón del Padre y en el corazón de los hombres. Finalmente, con el tiempo, alcanza la omnipotencia u omnipoder, entonces cuando las llaves del Cielo se entregan al Hijo del Hombre, todo poder será suyo. [i359]

50. La desapasionada actitud hacia esta realización y todos los poderes del alma, hace que quien está libre de las semillas de la esclavitud, alcance el estado de unidad aislada.

La unidad aislada, que aquí se refiere, es la total separación de todos los aspectos de la forma y la obtención de la unicidad espiritual. Significa apartarse de la conciencia material y vivir en la conciencia espiritual. Es armonía con el espíritu y desarmonía con la materia. Implica identificación con el Padre en los Cielos, y la verdadera comprensión de las palabras del Maestro de Maestros: "Yo y Mi Padre somos Uno".

Un adecuado sentido de valores ha sido establecido y los poderes desarrollados y las percepciones alcanzadas contienen "las semillas de la esclavitud", por lo tanto, el verdadero yogui no se ocupa de ellas. Prestando servicio a voluntad, percibirá lo que necesita y también empleará a voluntad los poderes ocultos, permaneciendo desapegado y libre de toda limitación kármica.

51. Debe haber rechazo absoluto de las tentaciones de todas las formas, incluso la celestial, pues aún es posible la repetición de contactos malignos.

La traducción de Rama Prasad es iluminadora y digna de mención. Dice: "Cuando las deidades que presiden invitan, no debe [i360] haber apego ni una sonrisa de satisfacción, pues el contacto con lo indeseable es nuevamente posible".

La interpretación de Dvivedi nos da otro punto de vista: "Debería establecerse la diferencia entre el placer o el orgullo ante el llamado de las potestades de distintos lugares, pues existe la posibilidad de que se repita el mal".

El yogui o discípulo ha alcanzado su objetivo. Se ha desligado (por medio del desapasionamiento y de la discriminación) de las redes de la forma y está libre y emancipado. Pero debe mantenerse en guardia, porque "quien cree que está firmemente de pie debe tener cuidado de no caer". La vida de la forma siempre atrae, y las seducciones de la gran ilusión están siempre presentes. El alma emancipada debe apartar sus ojos del llamado de las "deidades que presiden" (esas vidas que en los tres mundos forman la totalidad de la vida del plano) y fijarlos en esos aspectos más espirituales que constituyen la vida de Dios mismo.

Hasta el reino del alma y la "Voz de los Dioses", como se la denomina, contiene latente las simientes del apego, por lo tanto, apartándose de todo lo adquirido y abandonando todo pensamiento de las perfecciones alcanzadas y poderes desarrollados, el Hijo de Dios, el Cristo en manifestación, nuevamente avanza hacia una meta más elevada. En cada etapa del sendero se enuncia el precepto: "Olvidando las cosas que quedan detrás, sigue adelante". (Fil. 3:13). Cada nueva iniciación marca simplemente [i361] el comienzo de un nuevo ciclo de esfuerzo.

Los comentadores de este aforismo señalan que hay cuatro clases de chelas o discípulos, y son:

1. Aquellos cuya luz recién comienza a iluminar, denominados "cumplidores de las prácticas" porque recién han entrado en el sendero, siendo los probacionistas y aspirantes.

2. Aquellos cuya intuición va despertando y manifiestan el correspondiente desarrollo del poder psíquico. Esta etapa es muy peligrosa, porque los discípulos son susceptibles de ser seducidos por las posibilidades de adquirir el poder que brinda la facultad psíquica. Tienden a alucinarse y a creer que el poder psíquico indica crecimiento y desenvolvimiento espiritual, y no es así.

3. Los discípulos que han vencido las atracciones de los sentidos y no pueden ser engañados por el aspecto forma en los tres mundos. Han vencido los sentidos y han conquistado la naturaleza forma.

4. Aquellos que han trascendido todo lo anterior y se mantienen firmes en la verdadera conciencia espiritual. Éstos son los iluminados que han progresado a través de las siete etapas de iluminación. (Véase Libro II, Af. 27).

Si el estudiante relee el Af. 26 de este Libro Tercero y su comentario, obtendrá alguna idea del carácter de los mundos, de la forma y de las deidades que los presiden, cuyas voces tratan de desviar al aspirante del camino y llevarlo al reino de la ilusión. Además hallará interesante establecer el contraste y comparar los cuatro primeros tipos de espíritus, enumerados [i362] en ese aforismo, con los cuatro tipos de discípulos. Lo que existe en los tres mundos es un reflejo de lo que existe en las regiones celestiales, y mucha comprensión se obtendrá del gran aforismo hermético "como es arriba, así es abajo". Ese reflejo es lo que constituye el mal; ese aspecto inverso de la realidad constituye la gran ilusión, de lo cual no se ocupan los hijos de Dios. Constituyen el mal en lo que a ellos concierne, pero no en otro sentido. Las formas de vida en estos mundos y las vidas que animan a estas formas son buenas y correctas en sí, y siguen su propio sendero evolutivo; pero su objetivo inmediato y estado de conciencia no están sincronizados con los del discípulo en evolución, por lo tanto no debe haber intercambio con ellos.

52. El conocimiento intuitivo se desarrolla por el empleo de la facultad discriminadora, cuando hay concentración enfocada en los instantes y su continua sucesión.

Se ha dicho que la total comprensión de la Ley de los Ciclos llevaría al ser humano a un elevado grado de iniciación. Esta Ley de Periodicidad subyace en todos los procesos de la naturaleza; su estudio sacará al hombre del mundo de los efectos objetivos y lo llevará al de las causas subjetivas. Se ha dicho también que el tiempo es simplemente una sucesión de estados de conciencia, y esto es verdad respecto a un átomo, un ser humano o un Dios. Esta verdad subyace en los grandes sistemas de la ciencia mental, de la Christian Science de Occidente y en muchas [i363] filosofías de Oriente. Este aforismo da la clave de la relación que existe entre materia y mente o entre sustancia y el alma que la anima, lo cual se comprenderá si consideramos las palabras de un comentador hindú, que dice:

"Así como el átomo es una sustancia en la cual lo diminuto alcanza su límite, así un instante es una fracción de tiempo en que lo diminuto alcanza igualmente su límite, o un instante es el tiempo que tarda un átomo en abandonar la posición que ocupa en el espacio y llegar al punto siguiente. La sucesión de instantes es la no cesación de su resplandor".

Cuando nos damos cuenta de que un átomo y un instante son una y la misma cosa, y que detrás de ellos está el conocedor de ambos, tenemos el indicio de todos los estados de conciencia y de la naturaleza de la energía. También habremos alcanzado la verdadera comprensión del Eterno Ahora y la exacta apreciación del significado del pasado, presente y futuro. Se dice que todo ello puede obtenerse por la meditación concentrada en el tiempo y sus unidades.

Será oportuno indicar que las distintas clases de concentración a que se refiere este Libro Tercero, no son aplicables o apropiadas a todos los tipos de aspirantes. Los seres humanos pertenecen a siete tipos principales, cuya característica y naturaleza distintivas y cualidades precisas, los predisponen a ciertos y definidos aspectos del sendero de retorno. Algunos se inclinan por las matemáticas y tienen tendencia a la geometría divina y a los conceptos de espacio y tiempo, los cuales sabiamente seguirán el método de desarrollar el conocimiento [i364] intuitivo de que trata este aforismo. Otros lo hallarán muy difícil y harían bien en ocuparse de otros tipos de meditación concentrada.

53. De este conocimiento intuitivo nace la capacidad de distinguir (entre todos los seres) y de conocer su especie, sus cualidades y el lugar que ocupan en el espacio.

Las dificultades de este aforismo serán obviadas si damos una paráfrasis libre.

"Mediante el desarrollo de la intuición surgirá el conocimiento exacto de las fuentes de la vida manifestada, de las características o cualidades, y del lugar que ocupa dentro del todo".

Del principio al fin, Los Aforismos de la Yoga ponen de manifiesto que las triplicidades divinas se hallan en todas partes, y que cada forma que anima una vida (nada más hay en manifestación) debe ser conocida como:

1. Vida. La vida de Dios emana de su fuente por medio de siete corrientes, emanaciones o “alientos"; cada forma en el mundo objetivo es la expresión de una vida de una de estas corrientes. El desarrollo de la intuición permite al vidente conocer la naturaleza del átomo de la vida. Esto se deduce de la palabra "género". El ocultista moderno preferiría la palabra "rayo" y el cristiano neuma o espíritu, pero la idea es la misma.

2. Conciencia o alma. Todas estas formas vivientes de vida divina son conscientes, aunque todos los estados de conciencia no son los mismos, sino que varían desde la vida del átomo de sustancia, según está limitado y [i365] circunscripto, hasta la vida de un Logos solar. El estado de respuesta consciente de todas las formas a su medio ambiente, exotérico e invisible, produce las diversas características además de las diferencias, debidas al

a. rayo,
b. plano de manifestación,
c. grado de vibración,
d. etapa de desarrollo,

y estas características forman la cualidad a que hace referencia este aforismo. Éste es el aspecto subjetivo, en contraposición a lo objetivo y a lo esencial.

3. Forma o cuerpo. Es el aspecto exotérico que surge del subjetivo, como resultado del anhelo espiritual. El lugar que ocupa en el espacio es esa parte, en el cuerpo del Hombre celestial, donde un átomo o forma está ubicado. Aquí debe recordarse que para el estudiante ocultista "el espacio es una entidad" (Doctrina Secreta, Tomo II) y esta entidad es la misma que el Cristo cósmico, el "cuerpo de Cristo", mencionado por San Pablo en I, Co. 12:27.

Por lo tanto este aforismo aclara que el yogui liberado, que ha desarrollado la intuición, puede conocer todo acerca de las formas de la vida, lo cual implica el conocimiento de:

1. Género                  2. Cualidad                        3. Lugar en el Espacio.

Rayo                           Carácter.                             Lugar en el cuerpo del Hombre celestial
Espíritu                      Alma.                                   Cuerpo.
Aspecto vida             Conciencia.                         Forma.
Esencia                      Naturaleza subjetiva.        Forma objetiva.

[i366] A este conocedor podemos aplicarle las palabras del Instructor, cuyas obras se encuentran en el archivo de la Logia:

“Él, que permanece ante la Chispa, ve tanto la llama como el humo”.
“Para él, la sombra vela el reflejo y, sin embargo ve la luz".
“Para él, lo tangible demuestra meramente lo intangible, y ambos revelan el espíritu, mientras que la forma, el color y el número pronuncian en voz alta la palabra Dios".

54. Este conocimiento intuitivo, el gran liberador, es omnipresente y omnisciente y abarca el pasado, el presente y el futuro, en el Eterno Ahora.

La única parte de este aforismo que no está clara es el significado de las palabras Eterno Ahora. No es posible comprenderlas hasta haber desarrollado la conciencia del alma. Decir que el tiempo es una sucesión de estados de conciencia y que el presente se pierde instantáneamente en el pasado y se fusiona en el futuro, a medida que se experimenta, es de poca utilidad para el estudiante común. Decir que llega un momento en que la vista se pierde en la visión (cuando la suma total de las esperanzas de la vida se cumplen) en el momento de la realización, y que esto persiste siempre, e indica un estado de conciencia en el que no hay sucesión de acontecimientos ni realizaciones, es hablar en lenguaje misterioso. No obstante así es y será. Cuando el aspirante llega a su meta, conoce el verdadero significado de su inmortalidad y la verdadera naturaleza de su liberación. [i367] Espacio y tiempo son para él términos sin sentido. La única Realidad verdadera es la gran vida central de fuerza, permaneciendo inmutable e inamovible en el centro de las formas temporarias, cambiantes y evanescentes.

"Yo soy", dice la unidad humana, y se considera como el yo y se identifica con la forma cambiante. Tiempo y espacio son para él verdaderas realidades. "Yo soy Ese", dice el aspirante, y trata de conocerse como realmente es, una palabra viviente, parte de una frase cósmica. Para él el espacio ya no existe, se conoce como omnipresente. "Yo soy Ése Yo soy", dice el alma liberada, el ser humano libre, el Cristo. Ni tiempo ni espacio existen para él, y omnisciencia y omnipresencia son cualidades características.

Charles Johnston al comentar este aforismo cita a Santa Colomba y dice:

"Existen aquellos, aunque muy pocos, a quienes la gracia divina les ha otorgado ver con toda claridad y nitidez en un mismo momento, como bajo un rayo de sol, toda la esfera del mundo, incluyendo el océano y el firmamento que los rodea, y la parte más interna de su mente se expande maravillosamente."

Sería de valor citar el breve comentario de Dvivedi, pues está bien expresado y compendia concisamente el estado de conciencia alcanzado:

En el Af. 33 de este Libro Tercero se ha descrito la naturaleza del Taroka-Jnana, el conocimiento que libera de las ataduras del mundo. El conocimiento discriminador descrito [i368] da por resultado Taraka, el conocimiento que es el fin y objetivo de la yoga. Se relaciona con todos los objetos, desde pradhana (espíritu-materia, A.A.B.) hasta los bhutas (elementos, formas, A.A.B.), y también con todas las condiciones de esos objetos. Además trae conocimiento de todas las cosas simultáneamente y es completamente independiente de las reglas comunes del conocimiento. Por lo tanto es el conocimiento más elevado que puede desear el yogui, y un índice seguro de Kaivalya (estado de absoluta unicidad, A.A.B.) cuyo resultado se describirá en el siguiente aforismo.

55. Cuando las formas objetivas y el alma han logrado igual pureza, se alcanza la unificación, que trae como resultado la liberación.

Lo que oculta la luz del alma se ha purificado; así surge la luz de Dios. Lo que era un impedimento y un obstáculo para la plena expresión de la divinidad en manifestación, ha sido tratado en tal forma que ahora sirve como medio de expresión y de servicio adecuados. El alma puede ya actuar libre e inteligentemente en los tres mundos porque se ha llegado a la completa unidad entre el hombre inferior y el superior.

El alma y sus vehículos forman una unidad y están unificados. Se ha alcanzado el completo alineamiento de los cuerpos y el Hijo de Dios puede actuar libremente en la Tierra. Así ha obtenido el gran objetivo y, aplicando los ocho métodos de la yoga, el alma, por medio del [i369] triple ser humano inferior, puede manifestarse y a su vez constituir un medio de expresión para el espíritu. Se ha llevado la materia a un estado en que su vibración puede sincronizarse con la del alma; el resultado es que, por primera vez, el espíritu puede hacer sentir su presencia, porque "la materia es el vehículo para la manifestación del alma en este plano de existencia, y el alma es el vehículo para la manifestación del espíritu en una vuelta más alta de la espiral. Estos tres son una trinidad sintetizada por la vida que los compenetra a todos". Para el hombre que ha realizado esto ya no hay renacimiento. Está libre y emancipado y puede decir con esa plena comprensión consciente del significado de las palabras:

"Mi vida (la vida física inferior) se oculta en Cristo (la vida del alma) en Dios (el espíritu)". (Col. 3:3).