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PRÓLOGO

PRÓLOGO

[iVII] El tema que se refiere a la Iniciación ejerce una gran fascinación sobre los pensadores de todas las escuelas de pensamiento, y hasta los escépticos y los dispuestos a la crítica, quisieran creer en la posibilidad de esta realización final. A quienes no creen que tal meta es posible, se les ofrece este libro por su valor y por la formulación de una interesante hipótesis. A aquellos que esperan tal consumación de todos sus esfuerzos se les ofrece este libro con la esperanza de que les sirva de inspiración y ayuda.

Los pensadores occidentales de la actualidad, sostienen una gran diversidad de puntos de vista sobre este trascendental tema. Algunos creen que no es de suficiente importancia inmediata como para merecer su debida atención, y que si el hombre común sigue el sendero del deber y le presta atención a todos sus problemas, con mente elevada, llegará a destino. Sin duda alguna esto es verdad; no obstante, a medida que la capacidad de servir acrecentadamente y el desarrollo de los poderes que deben emplearse para ayudar a la raza, constituyan la recompensa del hombre dispuesto a realizar el mayor esfuerzo y a pagar el precio que demanda la iniciación, quizás este libro sirva a alguien de acicate para la realización, que de otro modo hubiera ido hacia su meta lentamente y a la deriva. Así llega a ser dador y no el que recibe ayuda.

[iVIII] Otros consideran errónea la enseñanza expuesta en los distintos libros que tratan el tema de la iniciación. La iniciación ha sido presentada como algo fácil de lograr y que no exige tal rectitud de carácter como se ha creído. Los siguientes capítulos demostrarán que la crítica no es inmerecida. La iniciación es muy difícil de lograr; exige la estricta disciplina de la entera naturaleza inferior y una vida de renunciamiento y de abnegada devoción. También debe tenerse presente que la enseñanza primitiva es correcta en su esencia, aunque empequeñecida en su interpretación.

Aún hay quienes se interesan en ello, pero consideran que las posibilidades implicadas son demasiado avanzadas para ellos y que no deben tratarlas en esta etapa de su evolución. Este libro intenta poner de manifiesto que aquí y ahora, el hombre común puede comenzar a desarrollar el carácter y sentar las bases del conocimiento necesario para obtener la debida preparación, antes de poder hollar el sendero del discipulado. En esta forma todos los hombres y mujeres, si lo desean, pueden recorrer el sendero de probación a fin de prepararse para el discipulado.

Centenares de personas, en Oriente y Occidente, avanzan hacia esta meta y en la unidad del único ideal, en común esfuerzo y aspiración, se reunirán ante el único portal. Entonces se reconocerán como hermanos, separados sólo por el idioma y la aparente diversidad de creencias, pero teniendo fundamentalmente la misma y única verdad y sirviendo al mismo Dios.

ALICE  A. BAILEY

New York, 1922.