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LIBRO I - EL PROBLEMA DE LA UNIÓN - Parte 2


[i30] La palabra "tradicional" aleja el pensamiento del estudiante de lo que comúnmente se considera objeto de percepción sensoria y lo lleva al mundo de las formas mentales, a la "selva de la ilusión", construida por las ideas que tiene el hombre acerca de Dios, del cielo o del infierno. La sublimación de todo esto y su expresión más elevada, en los tres mundos, es el "devachan", meta de la mayoría de los hijos de los hombres. La experiencia devachánica debe transformarse, con el tiempo, en comprensión nirvánica. Será de valor que el estudiante recuerde que el cielo, objeto del deseo de aspiración, consecuencia de las enseñanzas tradicionales y de las formulaciones de los credos doctrinales, tiene para el ocultista varios significados. A fin de obtener una mayor comprensión, serán útiles las siguientes definiciones:

1. El cielo, ese estado de conciencia en el plano astral, concreción de los anhelos y deseos del aspirante por descanso, paz y felicidad. Se basa en “las formas que adopta el goce". Es una condición de gozo sensorio y es construido particularmente por cada individuo para sí, y tan variado como personas participen de él. Para alcanzar el cielo se debe practicar el desapego. Existe la creencia de que es disfrutado por el yo inferior y por el hombre despojado sólo de su cuerpo físico, antes de pasar del cuerpo astral al plano mental.

2. El devachan, ese estado de conciencia en el plano mental al cual pasa el alma desprovista de su cuerpo astral, actúa en su cuerpo mental o está limitada por él. Es de orden [i31] superior al cielo común; la bienaventuranza que en él se disfruta es más mental de lo que entendemos comúnmente por esa palabra; no obstante, se halla todavía en el mundo inferior de la forma y será trascendido una vez practicado el desapego.

3. El Nirvana, esa condición a la cual pasa el adepto cuando los tres mundos inferiores ya no están "apegados" a él, en razón de sus inclinaciones o karma, y lo experimenta después que
a. ha pasado ciertas iniciaciones,
b. se ha liberado de los tres mundos y
c. ha organizado su cuerpo crístico.

Estrictamente hablando, los adeptos que han obtenido el desapego, pero han decidido sacrificarse y morar entre los hijos de los hombres a fin de prestarles servicio y ayuda, no son técnicamente del Nirvana sino Señores de Compasión, comprometidos a “sufrir" y someterse a ciertas condiciones, análogas (aunque no idénticas) a las que rigen a los hombres apegados aún al mundo de la forma.

16. La consumación de este desapego da por resultado el exacto conocimiento del hombre espiritual, liberado de las cualidades o gunas.

El estudiante debería recordar algunos puntos cuando considere este aforismo.

1. Que el ser humano espiritual es la mónada.

2. Que el proceso evolutivo, llevado a su culminación, no sólo libera al alma de las limitaciones de los tres mundos, sino también al ser humano espiritual de [i32] todas las limitaciones, incluso la del alma misma. La meta es el estado amorfo, o la liberación de la manifestación objetiva y tangible. Su significado real se hace evidente a medida que el estudiante recuerda que espíritu y materia son uno en manifestación, por ejemplo, nuestros siete planos son los siete subplanos del plano cósmico inferior, el físico. En consecuencia, sólo en el "momento del fin" y en la disolución del sistema solar, quedará revelado el verdadero significado del estado amorfo.
3. Los gunas son las tres cualidades de la materia; los tres efectos producidos cuando la energía del macrocosmos, la vida de Dios que sobrevive independientemente de la apropiación de la forma, activa o energiza la sustancia. Estas tres cualidades o gunas, son:

1. Sattva .......... Energía del Espíritu…...... Padre .......... Ritmo o vibración armónica.
                            Mónada

2. Raja ............. Energía del Alma ............. Hijo ............ Movilidad o actividad.
                            Ego

3. Tamas ......... Energía de la materia ........ Espíritu Santo ..... Inercia.
                           Personalidad

Las tres corresponden a la cualidad de cada uno de los tres aspectos que expresan la Vida una.

En tan breve comentario no es posible extenderse sobre el tema, pero se obtendrá una idea de lo que significa la culminación del desapego aplicado al macro o al microcosmos. Se han utilizado los tres gunas, se ha adquirido plena experiencia por el empleo de la forma, se ha desarrollado conciencia, percepción o comprensión, mediante el apego a un objeto o forma, se han utilizado todos los recursos, [i33] y al ser humano espiritual (logoico o humano) ya no le sirven ni los necesita. Por lo tanto queda liberado de los gunas, de tomar forma, como resultado del apego, y puede entrar en un nuevo estado de conciencia, acerca del cual es inútil especular.

17. La conciencia de un objeto se obtiene concentrándose en su cuádruple naturaleza: la forma, por un examen de la misma, la cualidad (o guna), por participación discriminativa, el propósito, por inspiración (o beatitud), y el alma, por identificación.

Será evidente por lo tanto que la afirmación, "Como un hombre piensa, así es él" (Pro. 23: 7) está basada en hechos ocultos. Toda forma, de cualquier tipo, posee un alma, tal alma o principio consciente, es idéntica a la de la forma humana, idéntica en su naturaleza, aunque no en su grado de desarrollo y alcance. Esto atañe también a las grandes Vidas o Existencias de superhumanas, en las cuales el ser humano "vive, se mueve y tiene su ser" (Hc. 17:28) y cuyo estado de desarrollo el ser humano aspira alcanzar.

Cuando el aspirante selecciona con cuidado los "objetos" sobre los cuales va a meditar, construye por su intermedio una escalera, mediante la cual llega oportunamente a lo sin objeto. A medida que su mente asume progresivamente la actitud meditativa del alma, el cerebro también va siendo subyugado por la mente, así como la mente lo es por el alma. De esta manera el ser humano inferior se identifica gradualmente con el ser humano espiritual, quien es omnisciente [i34] y omnipresente. Esta actitud meditativa se alcanza por un cuádruple proceso:

1. Meditación sobre la naturaleza de una forma determinada. A medida que cavila sobre la fórmula, comprende que es sólo el símbolo de una realidad interna, pues todo mundo objetivo tangible está construido de formas de algún tipo (humanas, subhumanas y superhumanas), las cuales expresan la vida de una legión de seres sensibles.

2. Meditación sobre la cualidad de cualquier forma particular, a fin de llegar a apreciar su energía subjetiva. Debe tenerse en cuenta que la energía de un objeto puede ser considerada como el color de ese objeto, de allí que son iluminadoras las palabras de Patanjali (IV.17) y sirven de comentario a este segundo punto, al cual se lo denomina "participación discriminadora", y por su intermedio el estudiante llega a conocer la energía en sí misma, que es una con el objeto de su meditación.

3. Meditación sobre el propósito de cualquier forma particular. Esto implica la consideración de la idea que reside detrás de cualquier forma de manifestación o que subyace en ella, y el despliegue de energía. Esta comprensión lleva al aspirante hacia un conocimiento de esa parte del plan o propósito del Todo, factor motivador de la actividad de la forma. Así por medio de la parte se establece contacto con el Todo, y tiene lugar una expansión de conciencia, que implica beatitud o gozo. La beatitud sigue siempre a la realización de la unidad de la parte con el Todo. Al meditar sobre los tattvas, las energías o principios, o sobre los tammatras, o [i35] elementos componentes de espíritu-materia, se obtiene conocimiento del propósito o plan para las manifestaciones micro o macrocósmicas, y con este conocimiento llega la beatitud.
En los tres tipos de meditación tenemos la analogía de los tres aspectos: espíritu, alma y cuerpo, y es un estudio iluminador para el sensato estudiante.

4. La meditación sobre el alma, sobre el Uno que utiliza la forma, que la energiza hasta entrar en actividad y actúa de acuerdo al plan. Siendo esta alma una con todas las almas y con el Alma Suprema, se subordina al plan uno y es consciente del grupo. Así, mediante estas cuatro etapas de meditación sobre un objeto, el aspirante llega a su meta, al conocimiento del alma y de los poderes de la misma. Se identifica conscientemente con la realidad una, y lo hace en su cerebro físico. Descubre que él mismo es esa verdad, verdad oculta en cada forma y en todo reino de la naturaleza. Así obtiene oportunamente (una vez alcanzado el conocimiento del alma) el conocimiento de la Omnialma y llega a ser uno con ella.

18. Se alcanza otra etapa de samadhi cuando, mediante el pensamiento enfocado en una sola dirección, se aquieta la actividad externa. En esta etapa la sustancia mental o chitta, responde únicamente a impresiones subjetivas.

La palabra "samadhi" está sujeta a varias interpretaciones, y se aplica a las distintas etapas de realización yogui. Esto dificulta al estudiante común el análisis de los distintos comentarios. Quizás uno de los modos más fáciles para comprender su significado es recordar que [i36] la palabra "Sama" se refiere a la facultad que posee la sustancia mental (chitta) de tomar forma o modificarse, de acuerdo con las impresiones externas. Éstas llegan a la mente por conducto de los sentidos. Cuando el aspirante al yoga puede controlar sus órganos de percepción sensoria, de manera que no trasmiten a la mente sus reacciones a lo percibido, se producen dos cosas:

a. El cerebro físico se tranquiliza y aquieta.
b. La sustancia, o cuerpo mental (chitta), cesa de asumir las distintas modificaciones y también se aquieta.

Ésta es una de las primeras etapas de samadhi; pero no es el samadhi del adepto, sino un estado de intensa actividad interna, en vez de externa, una actitud de concentración en un solo sentido. Sin embargo, el aspirante responde a impresiones de reinos más sutiles y a modificaciones originadas por percepciones aún más subjetivas. Se da cuenta de un nuevo campo de conocimiento, aunque todavía no sabe qué es. Comprueba la existencia de un mundo que no puede ser conocido por medio de los cinco sentidos, pero que le será revelado por el correcto empleo del órgano de la mente. Llega a percibir lo que subyace detrás de las palabras de un aforismo posterior, tal como lo tradujo Charles Johnston, que expresa esta idea en términos particularmente claros:

"El vidente es pura visión. Ve a través de la vestidura de la mente" (Libro II. Af. 20).

El aforismo anterior trató de lo que puede [i37] denominarse meditación con simiente o con un objeto. Sugiere la etapa siguiente, meditación sin simiente o sin lo que el cerebro físico reconocería como un objeto.

Sería oportuno mencionar aquí las seis etapas de meditación tratadas por Patanjali, pues proporcionan la clave de todo el proceso de desenvolvimiento, del cual se ocupa este libro:

1. Aspiración.
2. Concentración.
3. Meditación.
4. Contemplación.
5. Iluminación.
6. Inspiración.

Sería de valor observar que el estudiante empieza por aspirar a lo que está más allá de su conocimiento, y termina siendo inspirado por lo que ha tratado de conocer. La concentración (o enfoque intenso) se convierte en meditación y la meditación florece como contemplación.

19. El samadhi descrito no va más allá de los límites del mundo fenoménico; tampoco va más allá de los dioses ni de quienes se ocupan del mundo concreto.

Debería notarse que los resultados logrados en el proceso descrito en los Afs. 17 y 18, sólo conducen al aspirante al borde del reino del alma, al nuevo campo de conocimiento, del cual ha llegado a ser consciente. Está aún confinado a los tres mundos. Lo único que ha conseguido es aquietar las modificaciones del [i38] cuerpo mental, de manera que por primera vez el individuo (en el plano físico y en su cerebro físico) llega a conocer lo que está más allá de esos tres mundos, es decir, el alma, su campo de visión y conocimiento. Todavía debe reforzar su vínculo con el alma (del cual tratan los Afs. 23-28), después de haber transferido su conciencia a la del hombre real o espiritual, debe empezar a trabajar desde un nuevo ángulo o punto de vista más ventajoso.

La idea ha sido expresada por algunos traductores como la condición donde el aspirante es consciente de la "nube de cosas cognoscibles”. La nube no se ha precipitado suficientemente para que el agua descienda de las alturas celestiales al plano físico, o para que las "cosas cognoscibles” sean conocidas por el cerebro físico. Se percibe la nube como resultado de intensa concentración y del aquietamiento de las modificaciones inferiores; pero hasta que el alma o Maestro no asuma el control, el conocimiento del alma no puede afluir al cerebro físico por medio del sexto sentido, la mente.

La ciencia del yoga es una ciencia real; sólo cuando el estudiante se acerque a ella, mediante etapas correctas, empleando métodos científicos, alcanzará el verdadero samadhi o realización.

20. Otros yoguis alcanzan samadhi y llegan a la discriminación del espíritu puro a través de la creencia, seguida de energía, memoria, meditación y correcta percepción.

Los yoguis, de los cuales ya nos hemos ocupado anteriormente, limitaban su percepción al mundo fenoménico, [i39] y por ello debe entenderse que abarcaban sólo los tres mundos: la percepción mental, la percepción astral y los sentidos físicos. Se establece contacto entre éstos y se conocen las energías que producen concreción y la fuerza motriz del pensamiento al producir efectos en el plano físico. Sin embargo, aquí el yogui se traslada a regiones más sutiles y espirituales y es consciente de lo que el yo, en su verdadera naturaleza, percibe y conoce. Penetra en el mundo de las causas. Podríamos considerar que el primer grupo comprende a todos los que huellan el sendero del discipulado, y abarca desde el momento de entrada en el sendero de probación hasta recibir la segunda iniciación. El segundo grupo comprende a los discípulos de grado superior, que habiendo controlado y trasmutado la naturaleza inferior, hacen contacto con su mónada, espíritu o "Padre en el Cielo", y disciernen lo que la mónada percibe.

El primer conocimiento llega a quienes están en proceso de sintetizar los seis centros inferiores en el centro coronario, mediante la trasmutación de los cuatro inferiores en los tres superiores, y luego el cardíaco y el laríngeo en el coronario. El segundo grupo -por el conocimiento de la ley- trabaja con todos los centros trasmutados y purificados. Sabe cómo alcanzar el verdadero samadhi, o estado de abstracción oculta, en virtud de su capacidad de abstraer las energías en el Loto de mil pétalos de la cabeza, y de ahí abstraerlas por medio de los otros dos cuerpos sutiles, hasta centrarlas y enfocarlas en el cuerpo causal, el karana sarira, el loto egoico. Patanjali dice [i40] que se lleva a cabo en cinco etapas. Los estudiantes deben tener presente que estas etapas se relacionan con las actividades del alma, el conocimiento egoico, y no con las reacciones del hombre inferior y del cerebro físico.

1. Creencia. El alma, en su propio plano, ensaya una condición análoga a la creencia del aspirante acerca del alma o aspecto crístico, pero en este caso, el objetivo es conocer aquello que el Cristo o alma trata de revelar, el espíritu o Padre en el Cielo. Primeramente el discípulo llega a conocer al ángel de Su Presencia, el ángel solar, ego o alma. Esto es la realización del grupo anterior. Entonces más tarde hace contacto con la Presencia misma, la cual es espíritu puro, el Absoluto, el Padre del Ser. Este grupo de iniciados ha conocido el yo y el no-yo. Ahora la visión del no-yo se desvanece y desaparece, y se conoce únicamente el espíritu. La creencia debe ser siempre la primera etapa. Primeramente la teoría, luego el experimento y finalmente el conocimiento.

2. Energía. Una vez comprendida la teoría, se percibe la meta, entonces se inicia la actividad -esa correcta actividad y empleo de la fuerza que acercará a la meta y convertirá la teoría en realidad.

3. Memoria o correcta recordación. Éste es un factor importante en el proceso, porque implica correcto olvido, es decir, eliminar de la conciencia del yo todas esas formas que hasta entonces han velado lo Real. Dichas formas son elegidas o creadas, por uno mismo. Esto lleva a la verdadera captación o habilidad de registrar correctamente lo que el alma ha percibido, [i41] y al poder de transferir esta correcta percepción al cerebro del hombre físico. A esa memoria se hace referencia aquí. No se refiere específicamente al recuerdo del pasado, sino que abarca el punto de comprensión y su trasferencia al cerebro, que debe registrarlo y oportunamente recordar a voluntad.

4. Meditación. Debe meditarse sobre lo que se ha visto y registrado en el cerebro, lo cual emanó del alma, y así entretejerlo en la trama de la vida. Por medio de la meditación las percepciones del alma llegan a ser reales para el hombre en el plano físico. Esta meditación, de orden muy elevado, viene después de la etapa contemplativa y constituye la meditación del alma a fin de eliminar el vehículo en el plano físico.

5. Correcta percepción. La experiencia del alma y el conocimiento del espíritu, o aspecto Padre, comienza a formar parte del contenido cerebral del Adepto o Maestro. Éste conoce el plan, tal como existe en las esferas superiores, y está en contacto con el Arquetipo. Es que, si puedo expresarlo de esta manera, este tipo de yogui ha alcanzado la etapa en que puede percibir el plan, tal como existe en la mente del "Gran Arquitecto del Universo". Ha logrado la armonía con Él. El otro tipo de yogui ha llegado a la etapa donde puede estudiar los anteproyectos del gran plan y así colaborar inteligentemente en la construcción del Templo del Señor. La percepción mencionada es de orden [i42] tan elevado, que resulta casi inconcebible para quien no es discípulo avanzado; pero, con la apreciación de las etapas y grados, el aspirante no sólo llega a la comprensión de cuál es su problema inmediato y del punto donde se encuentra, sino también a la apreciación de la belleza de todo el esquema.

21. Aquellos cuya voluntad está intensamente activa, alcanzan rápidamente la etapa de conciencia espiritual.

Esto lógicamente es así. Cuando la voluntad, reflejada en la mente, llega a predominar en el discípulo, éste despierta ese aspecto de sí mismo que está en armonía con el aspecto voluntad del Logos, el primer aspecto o Padre. Las líneas de contacto son:

1. Mónada o Padre en el Cielo, el aspecto voluntad.
2. Atma o voluntad espiritual, el aspecto más elevado del alma.
3. El cuerpo mental o voluntad inteligente, el aspecto más elevado de la personalidad.
4. El centro coronario.

Esta línea es seguida por quienes practican Raja Yoga, que lleva a la comprensión del espíritu y conduce al adeptado. Sin embargo, existe otra línea:

1. La mónada.
2. El Hijo o aspecto crístico.
3. El aspecto amor o aspecto sabiduría.
4. Budi o el amor espiritual, el segundo aspecto del alma.
5. El cuerpo emocional o segundo aspecto de la personalidad. [i43]
6. El centro cardíaco.

Ésta es la línea que siguen el bakti, el devoto y el santo, y lleva al conocimiento del alma y de la santidad. La primera línea es la que debe seguir nuestra raza aria. La segunda línea fue el sendero de realización para los atlantes.

Si los estudiantes consideran cuidadosamente las enumeraciones que anteceden, recibirán mucha luz. Será necesario poseer una voluntad fuerte y enérgica para estudiar el sendero de iniciación. Únicamente una voluntad de acero y una persistencia firme, constante o inquebrantable, llevarán al aspirante por esta senda a la clara luz del día.

22. Quienes emplean la voluntad difieren también, porque su empleo puede ser intenso, moderado o suave. Respecto al logro de la verdadera conciencia espiritual existe todavía otro camino.

Es conveniente aclarar los dos medios por los cuales el hombre alcanza la meta: el conocimiento de la vida espiritual y la emancipación. Tenemos el método de la yoga, descrito por Patanjali, mediante el cual, por el empleo de la voluntad, se aprende a discriminar entre el yo y el no-yo y se llega al espíritu puro. Es el método para la quinta raza o aria, aquellos cuya tarea consiste en desarrollar el quinto principio o mente, y así llegar a ser verdaderos hijos de la mente. Su función es convertirse en estrellas de cinco puntas, la estrella del ser humano perfecto en toda su gloria. Siguiendo este método se llegan a dominar los cinco planos de la evolución humana y superhumana, y atma (o la [i44] voluntad de Dios, el aspecto Padre) es revelado, por mediación de budi (o conciencia crística), que utiliza como vehículo a manas o mente superior.

El otro es el método de la devoción pura. Por la intensa adoración y total consagración, el aspirante llega al conocimiento de la realidad del espíritu. Constituye el camino de menor resistencia para muchos; fue el método de realización para la raza que precedió a la aria. Este método ignora mayormente el quinto principio y, constituyendo el sendero del sentimiento intenso, lleva a la sublimación de la percepción sensoria. Siguiendo este método se llegan a dominar los cuatro planos, y budi (o Cristo) queda revelado. Los estudiantes deberían distinguir claramente estos dos métodos, teniendo en cuenta que el ocultista blanco fusiona los dos; si en esta vida uno sigue el método de Raja Yoga con fervor y amor, será porque en otras vidas ha hollado el camino de la devoción y encontró a budi, el Cristo interno. En esta vida hará una recapitulación de su experiencia, además ejercitará intensamente su voluntad y el control de la mente, lo cual le revelará eventualmente al Padre en el Cielo, el espíritu puro. Los comentadores de este aforismo dicen que quienes siguen el método de Raja Yoga y utilizan la voluntad, se dividen en tres grupos principales, que a su vez pueden subdividirse en nueve. Un grupo emplea la voluntad tan intensamente que obtiene resultados excesivamente rápidos, pero acompañados de ciertos peligros y riesgos. Corren el riesgo de un desenvolvimiento desparejo, [i45] de la negación del aspecto cardíaco de la naturaleza y de que se produzcan ciertas destrucciones que más tarde deberán remediar. Otro grupo, cuyo progreso es más lento, es el de los aspirantes, que son los exponentes del sendero medio. Avanzan constante y moderadamente; se los denomina: "adeptos discriminadores", pues no cometen exceso de ninguna especie. Su método se debe recomendar a los seres humanos en este particular ciclo. El tercer grupo es el de las almas buenas, cuya voluntad se caracteriza por una tenacidad imperturbable y siguen adelante firmes y sin desviarse, llegando con el tiempo a su meta. Se caracterizan por su intensa obstinación, su progreso es lento y son las "tortugas" del sendero, mientras que los del primer "grupo" son las "liebres".

Algunos libros antiguos contienen descripciones detalladas sobre estos tres grupos de aspirantes, y los representan con los tres símbolos siguientes:

1. El grupo intenso está representado por la cabra; los aspirantes de este tipo frecuentemente encarnan bajo el signo de Capricornio.
2. El grupo moderado está representado por el pez; la mayoría de los que nacen bajo el signo de Piscis se encuentra en esta categoría.
3. El grupo de gente buena o lenta, está representado por el cangrejo; con frecuencia encarnan bajo el signo de Cáncer.

En estos tres grupos tenemos varias subdivisiones. Es interesante observar que, según los archivos de los Señores del Karma, la mayoría de los que están incluidos en estos tres grupos pasan al signo de Libra (o la balanza) al acercarse al término de su esfuerzo. [i46] Cuando encarnan bajo este signo, equilibran cuidadosamente los pares de opuestos, igualan su desenvolvimiento unilateral, modificando la desigualdad del esfuerzo realizado hasta entonces y empiezan a "marchar con paso parejo". A menudo entran en el signo de Acuario y se convierten en portadores de agua, teniendo que "llevar sobre sus cabezas el cántaro de agua viviente". De manera que deben modificar su rápido ascenso al monte de la iniciación, o si no "el agua se derramará y se romperá el cántaro". Debido a que el agua está destinada a saciar la sed de las masas, deberán acelerar su progreso, porque la necesidad es grande. Así "los primeros serán los últimos y los últimos los primeros”, y la liebre y la tortuga se unen en la meta.

23. Por la intensa devoción a Ishvara se alcanza el conocimiento de Ishvara.

Ishvara es el Hijo que se manifiesta por medio del Sol, el aspecto macrocósmico. Ishvara es el Hijo de Dios, el Cristo cósmico, resplandeciente en el corazón de cada uno de nosotros. La palabra "corazón" se emplea aquí en su significado oculto. Las siguientes analogías resultarán iluminadoras, y deben ser estudiadas con cuidado:

Aspecto                                                  Cualidad            Centro            Macrocosmos

Espíritu... Padre... Mónada.................... Voluntad .......... Coronario ..... Sol espiritual central

Alma....... Hijo..... Ego ............................. Amor ................ Cardíaco ....... Corazón del Sol.

Cuerpo.. Espíritu..Personalidad ...........  Inteligencia ...... Laríngeo .........Sol físico.
                 Santo                                          Activa

Ishvara es el segundo aspecto, por lo tanto, [i47] el verdadero significado de este aforismo es que, por medio del intenso amor y devoción a Ishvara, o sea el Cristo en manifestación, se puede conocer al Cristo o alma y establecer contacto con Él. Ishvara es Dios en el corazón de cada Hijo de Dios; reside en la caverna del corazón; se llega a Él por medio del amor puro y del servicio abnegado; al descubrirlo se lo verá sentado en el Loto de doce pétalos del corazón, sosteniendo en sus manos la "Joya en el Loto". Así el devoto encuentra a Ishvara. Cuando el devoto se convierte en un yogui que practica el Raja Yoga, entonces Ishvara le revela el secreto de la Joya. Cuando el Cristo es conocido como rey en el trono del corazón, revela al Padre a sus devotos. Pero el devoto debe hollar el Sendero de Raja Yoga y combinar el conocimiento intelectual, el control y la disciplina mental, antes de recibir la verdadera revelación. El místico debe convertirse oportunamente en ocultista y las cualidades de la cabeza y del corazón deben desarrollarse en forma pareja, pues ambos son igualmente divinos.

24. Ishvara es el alma, a ésta no la afectan las limitaciones y está libre de karma y de deseo.

Aquí tenemos la imagen del hombre espiritual tal cual es en realidad. Pone de manifiesto su relación con los tres mundos. Es el estado de maestro o adepto, del alma que ha entrado en posesión de su primogenitura y no está ya controlada por las fuerzas y energías de la naturaleza inferior. En este aforismo y en los tres siguientes tenemos el cuadro del hombre liberado, que ha pasado el ciclo de encarnación y, gracias a [i48] la lucha y experiencia, ha descubierto su verdadero yo. Aquí se describe la naturaleza del Ángel solar, el Hijo de Dios, el Ego o Yo superior. Se dice que:

1. Las limitaciones no le afectan. Ya no está limitado, encerrado ni confinado por el cuaternario inferior. Tampoco está crucificado en la cruz de la materia. Las cuatro envolturas inferiores (densa, etérica, emocional y mental) ya no constituyen su prisión. Sólo son meros instrumentos que puede utilizar o abandonar a voluntad. Su voluntad actúa libremente y, si permanece en la región de los tres mundos, es por propia decisión y su autoimpuesta limitación puede terminar a voluntad. Es amo en los tres mundos, un Hijo de Dios, que domina y controla las creaciones inferiores.

2. Se ha liberado del karma. Mediante el conocimiento de la ley ha agotado todo su karma, pagado todas sus deudas, cancelado todas sus obligaciones, respondido a todos los cargos hechos contra él y, por medio de su comprensión subjetiva, ha penetrado conscientemente en el mundo de las causas. El mundo de los efectos, respecto a los tres mundos, ha quedado atrás. De manera que ya (ciegamente y por ignorancia) no iniciará situaciones que produzcan efectos malignos. Actúa siempre con la ley; toda manifestación de energía (la palabra hablada y la acción iniciada) la emprende con pleno conocimiento del resultado a obtener. Por lo tanto, nada de lo que hace produce malos resultados ni implica karma. El hombre común se ocupa de los efectos y ciegamente se abre camino a través de ellos. El Maestro se ocupa de las causas y los efectos que [i49] produce al aplicar la ley no lo limitan ni lo atan.

3. Está libre de deseo. Ya no le atraen ni tientan las cosas que percibe sensoriamente, en los tres planos. Su conciencia asciende y va hacia lo interno, ya no desciende ni va hacia lo externo. Se halla en el centro y no le atrae la periferia. Ansía experimentar; el anhelo por la existencia en el plano físico y el deseo por el aspecto forma, en sus muy diversas y múltiples variaciones, ya no ejercen atracción. Ha experimentado, conocido y sufrido; se ha visto obligado a encarnar debido a la ansiedad del no-yo. Ahora todo ha terminado y es un alma liberada.

25. En Ishvara, el Gurudeva, el germen de todo conocimiento se expande al infinito.

En sentido macrocósmico, Dios es el Amo de todo y la total omnisciencia, constituyendo, como se comprenderá fácilmente, la suma total de todos los estados de conciencia. Es el alma de todas las cosas; el alma del átomo de la materia, así como las almas de los hombres son parte de Su infinita realización. El alma del ser humano es potencialmente igual; en cuanto la conciencia cesa de identificarse con sus vehículos u órganos, el germen de todo conocimiento empieza a expandirse. En el discípulo, en el Adepto, en el Maestro o Mahatma, en el Cristo, en el Buda y en el Señor del Mundo (llamado en La Biblia el Anciano de los Días), "este germen de total conocimiento" puede ser visto en diferentes etapas de desenvolvimiento. La conciencia de Dios [i50] le pertenece, pasando de una iniciación a otra. En cada etapa el ser humano es el amo, pero más allá del punto alcanzado siempre aparece la posibilidad de una mayor expansión, siendo el proceso siempre el mismo. Este proceso se puede compendiar como:

1. El anhelo o la determinación de lograr el nuevo conocimiento.
2. El mantenimiento de la conciencia en desarrollo y su utilización, y desde el punto alcanzado seguir hacia una mayor comprensión.
3. El vencimiento de las dificultades incidentales a las limitaciones de los vehículos de la conciencia y al karma.
4. Las pruebas esotéricas impuestas al aspirante cuando demuestra capacidad.
5. El triunfo del aspirante.
6. El reconocimiento de su triunfo y realización por los Guías de la raza, la Jerarquía planetaria.
7. La visión de lo que está por delante.

De esta manera prosigue el desenvolvimiento y, en cada ciclo de esfuerzo, el Hijo de Dios en evolución entra en posesión de su primogenitura y asume la posición de conocedor, "Aquel que escuchó la tradición, experimentó la disolución de lo hasta ahora poseído, vio lo que se oculta a quienes se apegan a la tradición, sustituyó lo nuevamente visto, donó las posesiones adquiridas a quienes le tendieron las manos vacías y pasó a las aulas internas del conocimiento".

Deberían estudiarse detenidamente estos pocos [i51] aforismos, relativos a Ishvara, teniendo en cuenta que se refieren al Hijo de Dios, la segunda persona de la Trinidad cuando se manifiesta por medio del sistema solar, es decir, el alma macrocósmica. El significado secundario se refiere también al divino Hijo de Dios, el segundo aspecto monádico cuando se manifiesta por intermedio del ser humano, es decir, el alma microcósmica. Serán de utilidad los siguientes sinónimos del aspecto Ishvara:

El Macrocosmos

Ishvara, el segundo aspecto ..............  Cuya naturaleza es amor.
El Hijo de Dios ......................................   El revelador del Padre.
Cristo cósmico ......................................   Dios en encarnación.
Vishnu ...................................................   Segunda persona de la Trinidad hindú.
El Alma de todas las cosas .................   Átomos y almas son términos sinónimos.
El Omni-yo ...........................................   La suma total de todos los yoes.
Yo soy Ése ...........................................   La conciencia grupal.
AUM ....................................................    La Palabra de la Revelación.
El Verbo ...............................................   Dios encarnado.
El Gurudeva .........................................   El Maestro de todos.
La luz del mundo .................................   Brillando en la oscuridad.

El Microcosmos

El segundo aspecto .......................      Amor-sabiduría.
El hijo del Padre ...........................       El revelador de la Mónada.
El Cristo .......................................         Cristo en ti, esperanza es de gloria.
El Alma ........................................          La conciencia.
El Yo superior ..............................        El señor de los cuerpos.
El Ego ..........................................          La identidad autorrealizadora.
El Verbo .......................................         Dios encarnado.
AUM  ...........................................          La Palabra de la Revelación.
El Maestro  ...................................        El yo en el trono.
El Augoeides radiante ..................      La luz interna.
El Ser Humano espiritual .............. Utilizando al hombre inferior. [i52]

26. Ishvara (el Gurudeva), como no está limitado por el factor tiempo, es el instructor de los Señores primitivos.

Desde que existen los factores tiempo y espacio hubo quienes alcanzaron la omnisciencia: aquellos cuyo germen del conocimiento fue sometido a un adecuado cultivo y se desarrolló hasta florecer en la plena gloria del alma liberada, lo cual fue posible por medio de ciertos factores:

1. La identificación de cada alma individual con el Alma Suprema.

2. La fuerza atrayente de esa Alma Suprema, cuando gradualmente atrajo hacia Sí al alma separada de todas las cosas, pues la fuerza de la evolución misma es el gran agente de atracción que hace retornar a su fuente de origen las exteriorizadas unidades de Vida divina, las unidades de conciencia. Ello implica la respuesta del alma individual a la fuerza del alma cósmica.

3. El intenso entrenamiento, próximo a la culminación, dado por la Jerarquía oculta, mediante el cual las almas reciben el estímulo y la vitalización que les permite progresar más rápidamente.

El estudiante de ocultismo debe recordar que este proceso se ha desarrollado en rondas y ciclos anteriores a nuestro planeta Tierra. Los Primitivos Señores o Sabios, son esos grandes Adeptos que, habiendo "pasado las experiencias" de acuerdo a la ley de renacimiento, fueron iniciados en los misterios por el único iniciador, el Representante, en nuestro planeta, del [i53] Alma Suprema, y se convirtieron a su vez en instructores e iniciadores de los misterios.

El Maestro único mora internamente; es el Alma, el Regente interno, el Pensador, en su propio plano. Es parte del Todo, de la Omnialma. Cada expansión de conciencia lograda por el hombre, lo capacita para ser Maestro de quienes no han obtenido una expansión similar. Por lo tanto, una vez lograda la maestría (hablando en términos del reino humano) sólo hay Maestros, que son también discípulos, todos aprendices e instructores, diferenciándose únicamente por su grado de conocimiento, por ejemplo:

a. Los aspirantes a hollar el sendero son discípulos de discípulos de grado inferior.
b. Los probacionistas que están en el sendero son discípulos de discípulos de grado superior.
c. Los discípulos aceptados son discípulos de un adepto o de un Maestro.
d. El adepto es discípulo de un Maestro.
e. El Maestro es discípulo de un Mahatma.
f. Los Mahatmas son discípulos de Iniciados de grado aún superior.
g. Éstos, a su vez, son discípulos del Cristo o de quien estuviera al frente del sector de la enseñanza.
h. Quien está al frente del sector de la enseñanza es discípulo del Señor del Mundo.
i. El Señor del Mundo es discípulo de uno de los tres Espíritus planetarios, los cuales representan los tres aspectos principales. [i54]
j. Éstos, a su vez, son discípulos del Logos solar.

El estudiante verá cuán interdependientes son y también se dará cuenta que la realización de uno afectará profundamente a todo el cuerpo. La palabra discipulado puede considerarse como un término genérico que abarca todos los estados o condiciones del Ser en el cuarto y quinto reinos (humano y espiritual), donde se producen ciertas expansiones de conciencia, mediante entrenamientos específicos.

27. La palabra de Ishvara es AUM (u OM). Ésta es el Pranava (Véase Libro I, Af. l).

Los estudiantes deben recordar que existen tres Palabras o sonidos básicos en manifestación, en lo que concierne al reino humano, y son:

I. La Palabra o nota de la Naturaleza, es la palabra o sonido de todas las formas que existen en la sustancia del plano físico, que comúnmente, como se sabe, lo emite la nota básica "FA". El ocultista blanco nada tiene que ver con esta nota, porque su trabajo no consiste en acrecentar lo tangible, sino en manifestar lo subjetivo o intangible. Es la palabra del tercer aspecto; el aspecto Brahma o Espíritu Santo.