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REGLAS PARA LA MAGIA

REGLAS PARA LA MAGIA [iXII]

REGLA UNO

El Ángel Solar se recoge en sí mismo, no disipa su fuerza, sino que en profunda meditación se comunica con su reflejo.

REGLA DOS

Cuando la sombra ha respondido, el trabajo prosigue en profunda meditación. La luz inferior es proyectada hacia arriba; la luz superior ilumina a los tres, y el trabajo de los cuatro prosigue.

REGLA TRES

La Energía circula. El punto de luz, producto de la labor de los cuatro, crece y aumenta. Miríadas se reúnen en torno de su calor resplandeciente, hasta que merma su luz y su fuego disminuye. Después será emitido el segundo sonido.

REGLA CUATRO

El sonido, la luz, la vibración y la forma se entremezclan y fusionan, y así el trabajo es uno. Prosigue de acuerdo a la ley, y nada puede impedir que avance el trabajo. El hombre respira profundamente. Concentra sus fuerzas y arroja de sí la forma mental.

REGLA CINCO

Tres cosas preocupan al Ángel Solar antes de que la envoltura creada descienda: la condición de las aguas, la seguridad de aquel que así crea y la constante contemplación. De ese modo están aliados para el triple servicio, el corazón, la garganta y el ojo.[iXIII]

REGLA SEIS

Cuando el ojo se abre, los devas de los cuatro inferiores sienten la fuerza, son expulsados y pierden a su amo.

REGLA SIETE

Las fuerzas duales son vistas en el plano donde debe descubrirse el poder vital; los dos senderos enfrentan al Ángel Solar; los polos vibran. Aquel que medita debe hacer una elección.

REGLA OCHO

Los Agnisurias responden al sonido. El flujo y el reflujo de las aguas. Que el mago cuide de no ahogarse en el punto donde la tierra y el agua se unen. El punto medio, que no es seco ni húmedo, debe proporcionar el lugar donde él asiente sus pies. Donde se unen el agua, la tierra y el aire, ese es el lugar en que debe hacerse el trabajo mágico.

REGLA NUEVE

Después sobreviene la condensación. El fuego y las aguas se encuentran; la forma se dilata y crece. Que el mago ubique su forma en el sendero apropiado.

REGLA DIEZ

A medida que las aguas bañan la forma creada, estas son absorbidas y utilizadas. La forma acrecienta su fuerza; que el mago continúe hasta que su trabajo sea suficiente. Que los constructores externos cesen su trabajo y los constructores internos inicien su ciclo.

REGLA ONCE

Aquel que trabaja con la ley, tiene ahora que llevar a cabo tres cosas: Primeramente, descubrir la fórmula que confine las vidas dentro de la muralla esferoidal; luego, pronunciar las palabras que le expresen a esas vidas qué deben hacer y dónde llevar lo (iXIV) que ha sido hecho; finalmente, pronunciar la frase mística que lo salvaguardará de su trabajo.

REGLA DOCE

La trama palpita. Se contrae y dilata. Que el mago se apodere del punto medio a fin de liberar a esos “prisioneros del planeta” cuya nota es correcta y está exactamente afinada con aquello que debe ser hecho.

REGLA TRECE

El mago debe reconocer a los cuatro, observar en su trabajo el tono violeta que evidencian, y así construir la sombra. Cuando esto ocurre, la sombra se reviste a sí misma y los cuatro se convierten en siete.

REGLA CATORCE

El sonido aumenta. Se acerca la hora del peligro para el alma valerosa. Las aguas no han dañado al creador blanco y nada puede ahogarlo ni mojarlo. Ahora amenaza el peligro del fuego y de las llamas, sin embargo se observa tenuemente el humo que se eleva. Que él, después del ciclo de paz, acuda nuevamente al Ángel Solar.

REGLA QUINCE

Los fuegos se acercan a la sombra, sin embargo no la queman. La envoltura del fuego se ha terminado de construir. Que el mago entone las palabras que fusionan el fuego y el agua.

de “TRATADO SOBRE FUEGO CÓSMICO"