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PREFACIO

PREFACIO

[ixvii] Cada vez que se publica un libro para los aspirantes vehementes, surge el interrogante: ¿Qué línea de instrucción se llevará a cabo para su entrenamiento con mayor rapidez? La rapidez es un factor esencial si se quiere aprovechar correctamente el desarrollo actual y aliviar la tensión y tirantez existentes en el mundo. La enseñanza que se va dar, deberá acrecentar análogamente la capacidad mental y conducir a esa estabilización del cuerpo emocional, que rápidamente los liberará para prestar servicio. Debe recordarse que el estudio constante sobre la Sabiduría Eterna, y la captación de sus enunciados por medio del oído y de la vista, sólo sirven para aumentar la responsabilidad, o bien producir cansancio mental y estancamiento, con la consiguiente rebeldía a las instrucciones. Únicamente lo que es aplicable en la vida tiene valor práctico y mantiene su vivencia. Aquellos que nos dedicamos a la enseñanza, buscamos inevitablemente sinceridad ante todo.

Quisiera aclarar a quienes leen mis libros que el principal resultado que espero obtener es la colaboración y la comprensión grupales y no el beneficio individual. Estudiando y leyendo detenidamente se establece una interacción y se logra una mayor integración del grupo, se vinculan más íntimamente los entes que lo componen y se fusionan más estrechamente con el Plan que los Grandes Seres están desarrollando. Construimos y hacemos planes para el futuro y la humanidad, y no para el desarrollo personal de determinado aspirante. El progreso individual no tiene importancia alguna. La formación y el desarrollo de un grupo de aspirantes consagrados y entrenados, para trabajar juntos y responder en forma unánime a la enseñanza, es de verdadera importancia [ixviii] para quienes somos responsables del entrenamiento y de la preparación del grupo de discípulos mundiales que actuará en forma libre y poderosa en un ciclo posterior. Ustedes sólo ven una parte ínfima del Plan. Nosotros vemos el Plan a medida que se va desarrollando durante una serie de vidas futuras, y hoy buscamos a quienes se les puede enseñar a trabajar en forma grupal y así constituir una de las unidades que estarán activas en los grandes acontecimientos venideros, vinculados con los dos tercios de la humanidad que entrarán en el sendero al finalizar esta era, y el otro tercio esperará un posterior desenvolvimiento. Entrenamos a hombres y mujeres en todas partes para que puedan ser sensibles al Plan y a la vibración de su grupo y colaboren inteligentemente con el propósito en desarrollo. Es un error creer que el Plan significa entrenar aspirantes para que sean sensibles a la vibración de un Maestro o a la de la Jerarquía. Esto es sólo incidental y de poca importancia.

Estos libros han sido escritos con el propósito de entrenar aspirantes a fin de que desarrollen la conciencia grupal. Reconocer claramente que usted personalmente no cuenta, pero que el grupo con toda certeza, sí. La enseñanza no se imparte con el único fin de entrenarlos y ofrecerles una oportunidad. Toda la vida es oportunidad y la reacción individual a esta oportunidad es uno de los factores que demuestran desarrollo del alma. Para esto la escuela de entrenamiento del mundo es suficiente.

Al impartir la verdad no se debe imponer autoridad alguna. Los aspirantes deberán sentirse libres para beneficiarse o no de la enseñanza; el trabajo espiritual debe progresar por la libre elección y el esfuerzo auto-iniciado por el estudiante. En mis libros se han trazado tres líneas fundamentales de enseñanza:

Primero, se han dado técnicas comparativamente nuevas sobre el control del cuerpo.[ixix]

Segundo, se ha divulgado la enseñanza sobre la formación del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo.

Tercero, se han tratado las líneas generales del trabajo mágico de la creación.

La primera línea de enseñanza concierne al individuo y su desarrollo; la segunda indica la naturaleza y los ideales del grupo, en el cual puede ingresar si ha asimilado las enseñanzas y aprendido a controlarse; la tercera, si pudieran comprenderla, detalla en cierta medida los métodos y formas de trabajo que se emplearán durante la futura nueva era.

Reflexionen sobre estos tres principales acercamientos a la verdad, y cavilad cavilen con lucidez mental. La apreciación mental de su importancia traerá comprensión y acrecentará análogamente la captación grupal de la enseñanza que he tratado de impartir. Todo estudiante que piensa con claridad y aplica la enseñanza en su vida diaria contribuye a acrecentar valiosamente la percepción grupal.

El aspirante se pregunta con frecuencia: “¿Sirvo para algo? ¿Cómo puedo servir al mundo en mi pequeña esfera?”. Permítaseme responder a estas preguntas diciendo que si llevan mentalmente el contenido de este libro a la mente del público, si explican a sus semejantes la enseñanza que imparte y si viven una vida de acuerdo a sus enseñanzas, su servicio a prestar es muy real.

Esto necesariamente implicará la consagración de la entera personalidad para ayudar a la humanidad y la promesa al Yo Superior de que hará el esfuerzo necesario para olvidarse del yo inferior al servir -servicio que se prestará en el lugar y circunstancias que el destino del ser humano y su deber le hayan deparado-. Me refiero a la renovación del esfuerzo para lograr la purificación de todos los cuerpos, de manera que el ser humano inferior sea un canal y un instrumento puros, a través de los cuales pueda fluir la fuerza espiritual sin obstáculos. Me refiero a lograr esa actitud [ixx] en que el aspirante nada desea para el yo separado, y considera que todo lo que posee puede ofrendarlo en el altar del sacrificio para ayudar a sus hermanos. Si todos los que leen este libro pudieran ver los resultados de este esfuerzo unido, surgiría una actividad grupal emprendida inteligentemente, que lograría grandes cosas. La mayor parte de las personas van de un lado a otro, detrás de uno u otro individuo, de un trabajo a otro y nada logran, ni obtienen resultados grupales, porque actúan sin coordinación inteligente. Pero un esfuerzo grupal unido traerá como resultado una inspirada reorganización del mundo entero, y la eliminación de obstáculos, se harán verdaderos sacrificios y se renunciará a los anhelos y deseos personales, a fin de servir a los propósitos grupales.

Ante todo se debe eliminar el temor. Este tema ya lo he expuesto extensamente en Tratado sobre Magia Blanca, y he dado ciertas reglas y fórmulas para dominar el temor. ¿Cuántos de los que han leído estas enseñanzas han asimilado la información impartida? Dado que el mundo demanda ayuda ¿no quisiera el lector eliminar el temor e ir adelante con determinación, alegría y valor hacia el futuro?

Tras todos los libros que he escrito, existe un propósito definido y una secuencia de enseñanza programada. Puede ser de interés para ustedes que los exponga:

El primer libro publicado fue Iniciación Humana y Solar. Estaba destinado al aspirante común para llevarlo de donde estaba a una visión de un grupo de instructores organizados que trataban de ayudar a la humanidad (e incidentalmente a él mismo), y darle alguna idea sobre la técnica de trabajo y modos de proceder.

En la obra Cartas sobre Meditación Ocultista se indicaba la forma de llegar a esos instructores y la disciplina que deben practicar en la vida para recorrer el sendero. Estos dos libros son especialmente para aspirantes.

[ixxi] El Tratado sobre Fuego Cósmico es de índole totalmente diferente. En último análisis, se trata de una guía para los iniciados del mundo, y apartará los ojos del aspirante de sí mismo y de su propio desarrollo y los dirigirá a una concepción más vasta y a un ideal universal. La característica del iniciado es la falta de interés en sí mismo, en su propio desarrollo y en su destino personal, y todo aspirante que llega a ser discípulo aceptado tiene que dominar la técnica del desinterés. También debe apartar sus ojos del grupo de trabajadores y de la jerarquía que constituyen y fijarlos en horizontes más amplios y en campos de actividad más vastos. Este libro trató del gran Plan creador, sus leyes y técnica de desarrollo y el trabajo de los Constructores del Universo. Surgiendo del cúmulo de hechos impartidos y subyaciendo en toda la enseñanza, existía la idea de una gran Vida con Su propia psicología e ideas. Fue un intento de dar una imagen sintética del desenvolvimiento de la Mente de Dios al idear sus Planes a través de los Hijos menores de la Mente. Por medio de símbolos y frases arcaicas velaba las verdades y principios que residen en la raíz del proceso creador, y están totalmente más allá de la captación del estudiante avanzado. Al mismo tiempo constituye un valioso compendio de información que servirá para trasmitir la verdad y desarrollar la intuición.

El último libro, Tratado sobre Magia Blanca, es un volumen paralelo al del Tratado sobre Fuego Cósmico. Así como el primero trataba de la psicología de la Deidad, la actuación del Macrocosmos y las leyes mediante las cuales actúa el Logos Solar, este libro constituye un tratado sobre la psicología de un Hijo de Dios y la actuación del microcosmos. Concierne íntimamente al lugar que Él ocupa en el todo mayor, y es de aplicación práctica a la vida diaria de ese todo.

También he ayudado a A. A. B. a traducir los Aforismos del Yoga de Patanjali, que es un libro de enlace (titulado La Luz del Alma) destinado a explicar al aspirante las reglas por las cuales puede ser desarrollada la luz que en él existe [ixxii] y el poder que la intuición puede ejercer sobre los problemas y los fenómenos de la vida misma.

Ahora daré cumplimiento a mi intención de escribir un libro sobre el tema de los Siete Rayos, tópico que siempre ha sido de interés para los estudiantes, pues poco se sabe sobre los rayos. Por La Doctrina Secreta sabemos que son fuerzas constructoras y la suma total de todo lo que hay en el universo manifestado, pero su efecto en el reino humano y su cualidad y naturaleza esenciales siguen siendo un misterio. Es necesario que omita la nota cósmica, si puedo denominarla así, porque quiero que la información sea de valor práctico para el estudiante y el lector inteligente. Por lo tanto encararé el tema desde el punto de vista de la familia humana y lo trataré en términos de valores psicológicos, sentando las bases para la tan necesaria nueva psicología, para así ocuparme principalmente de la ecuación humana. A continuación haré un comentario a fin de ampliar las palabras que aparecen en el prólogo de La Doctrina Secreta: “Todas las Almas son una con la Súper-Alma”.

Aceptaremos desde el principio la realidad de la existencia del alma. No consideraremos los argumentos en pro o en contra de la hipótesis de que existe un alma universal, cósmica y divina o individual y humana. Para los fines de nuestro estudio el alma existe, y se supone su realidad intrínseca como un principio fundamental y probado. Sin embargo, quienes no aceptan esta suposición pueden estudiar el libro desde el punto de vista de una hipótesis temporalmente aceptada, y tratar de reunir esas analogías e indicaciones que puedan sustanciar tal punto de vista. Para el aspirante y aquellos que tratan de comprobar la existencia del alma, porque creen en ella, en la tradición y en la expresión de sus leyes, en su naturaleza, origen y [ixxiii] potencialidades, se convertirá en un fenómeno que gradualmente experimentarán y profundizarán.

Las indicaciones y sugerencias que pueda hacer, les anticipo que serán demostradas científicamente durante la futura era acuariana. La ciencia, para entonces, habrá penetrado un poco más dentro del campo de los fenómenos intangibles, pero reales; habrá descubierto (quizás ya lo ha hecho) que lo denso y concreto no existe; sabrá que hay sólo una sustancia, presente en la naturaleza en diversos grados de densidad y actividad vibratoria, y que esta sustancia es impulsada por un urgente propósito que expresa la intención divina.

Trataré de evitar en lo posible esas vagas generalizaciones, tan penosas para la mente analizadora y académica, en las cuales el místico halla tanto alivio y regocijo. Sin embargo, quiero pedir a los que estudien este tratado que reserven su opinión y no se formen un juicio cristalizado hasta que no haya sido presentado el tema en su totalidad, percibido claramente su delineamiento y elaborado en cierta medida los detalles.

Será necesario presentar el tema sobre una base amplia y vincular lo individual con lo general; esto quizás parezca, al principio, un tópico muy extenso, una presentación demasiado especulativa y un delineamiento vago y nebuloso, pero no puede evitarse, porque el argumento -como en todo trabajo verdaderamente oculto- debe ser considerado desde lo universal a lo particular, de lo cósmico a lo individual. Debido a que los hombres todavía se interesan demasiado por lo particular e individual, hallan fácil aplicar el mismo interés al gran Todo en el cual “viven, se mueven y tienen su ser”. Ellos no poseen, como regla general, ese mecanismo interno de pensamiento y esa percepción intuitiva de la verdad que les permita captar fácilmente el significado de lo que subsiste en el simbolismo de las palabras, o ver con claridad el delineamiento [ixxiv] subjetivo que se esconde detrás de la forma objetiva. Pero el esfuerzo por comprender tendrá su propia recompensa; la tentativa por captar y comprender el Alma -cósmica, universal, planetaria e individual- conduce inevitablemente a un desarrollo del aparato mental (con el consiguiente desarrollo de las células cerebrales que se hallan aún inactivas), que oportunamente producirá la coordinación de la facultad pensante y la consiguiente iluminación.

Además se deberá considerar la naturaleza de nuestro universo septenario y observar la relación del triple ser humano con la Trinidad divina. Es de valor tener una idea general de todo el cuadro simbólico. Cada estudiante, a medida que emprende el estudio de los rayos, debe tener siempre en cuenta que él mismo -como ente humano- tiene su lugar en uno de estos rayos, y esto presenta un problema muy real. El cuerpo físico podrá responder a un tipo de fuerza de rayo, mientras que la personalidad, como un todo, puede vibrar al unísono con otro. El ego o alma puede pertenecer también a un tercer tipo de rayo, respondiendo así a otra modalidad de energía de rayo. La cuestión del rayo monádico en muchos casos introduce un nuevo factor, pero esto sólo puede insinuarse y no dilucidarse. Como he dicho repetidas veces, sólo un iniciado de la tercera iniciación puede llegar a hacer contacto con su rayo monádico, o con su aspecto de vida más elevado, pero el humilde aspirante no puede todavía saber si es una mónada de Poder, de Amor o de Actividad Inteligente.

Para finalizar, les pediría su sincera colaboración en el trabajo que hemos emprendido. Esta obra será de mayor valor general y público que cualquiera de mis otros libros. Procuraré que este tratado sobre el alma sea relativamente breve. Trataré de expresar dichas verdades abstractas de tal modo que el público en general, interesado en el alma, pueda ser atraído y adquiera una consideración más profunda de lo que todavía es una velada suposición. En la Era acuariana se demostrará la realidad del alma. Esto es sólo una tentativa llevada a cabo en medio de las dificultades [ixxv] de un período de transición que aún carece de la terminología necesaria para apoyar tal demostración.

Permítanme agregar también que la actitud que deberían adoptar ante las instrucciones impartidas es la del estudiante que busca esa verdad que pueda ser verificada y esa información que pueda ser aplicada a la vida diaria y probada en el crisol de la experiencia de la vida. Por ejemplo, si existen verdaderamente siete rayos que personifican siete tipos de energía divina, una persona debería ser capaz de reconocer estos tipos y energías en el particular campo de fenómenos en el cual desempeña su pequeña parte. Si la verdad que se imparte está velada con simbolismos y ofrecida como una hipótesis, debería ser al mismo tiempo suficientemente develada para que sea reconocible y también ejercer una atracción suficientemente inteligente como para justificar su investigación. Las palabras “todas las almas son una con la Alma Suprema”, creo que pueden personificar y personifican esa información fundamental y esencial, pero si no se evidencia en el mundo que está surgiendo una relación viviente entre los seres sensibles, tal afirmación carece de sentido. La realidad es que en todas partes se reconoce que existe y se está desarrollando la sensibilidad universal y la percepción general. El mundo está colmado de conocimiento que es, en último análisis, la respuesta sensible a las condiciones existentes de las mentes que están en proceso de desarrollo, pero que no lo han logrado aun totalmente. Se evidencia en forma gradual que bajo la diversidad reside una unidad fundamental, y que nuestra percepción es equitativa, veraz y correcta en la medida que podamos identificamos con esa unidad.

Para finalizar les pido a todos seguir adelante. Que nada del pasado -inercia física, depresión mental, falta de control emocional…- les impida comenzar de nuevo con alegría y dedicación y hacer el necesario progreso que les capacitará para servir en forma más útil y activa. Que nadie se vea inhibido por el pasado o el presente, sino que pueda vivir como observador, es la súplica constante y fervorosa de vuestro instructor.

EL TIBETANO