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3. Algunos Problemas Psicológicos - Parte 5

Esto me lleva al punto que deseo tratar: la [i512] extensa depresión que tan seriamente afecta a toda la humanidad. La vitalidad física de las razas humanas es muy baja o está siendo vapuleada para que esté en mejores condiciones, mediante la imposición de pensamientos e ideas. En lugar de extraer de las fuentes vitales almacenadas en el suelo, en el alimento, en el aire fresco y en las condiciones ambientales externas, los seres humanos comienzan a extraerla del cuerpo etérico, mediante el efecto energizante de dos cosas: de las ideas, tal como se las presentan, y así alinean la mente y el cerebro, estimulando incidentalmente el cuerpo etérico; del ímpetu de la masa o del contacto que impele al ente a ponerse en línea con la intención de las masas, abriendo, en consecuencia, los enormes recursos de la intención masiva. Esto le permite nutrir el cuerpo etérico, extrayendo del centro etérico de poder común, y está llevándose a cabo en las etapas iniciales, prácticamente en todos los países. Sin embargo, en el intervalo transcurrido entre el establecimiento de los medios para extraer a voluntad los recursos internos del estímulo vital y el cambio de antiguas condiciones, la masa humana no dispone de ninguna de las dos fuentes de sustento, disponibles para su ayuda, en consecuencia, están desvitalizadas, temerosas, y lo único que pueden hacer es estar alerta y esperar un futuro mejor para la próxima generación.

Durante este intervalo, se siente la enorme dificultad de la depresión, y constituye, en la actualidad, uno de los problemas más grandes que enfrenta la Jerarquía. ¿Cómo aumentar la vitalidad de la familia humana?, ¿cómo recuperar la antigua alegría de vivir, la agudeza de espíritu y la actividad eficiente que caracterizaba a las antiguas razas, en los albores de la civilización, a fin de que desaparezca la depresión e infelicidad de la humanidad?

Esta posición muestra el reverso de los problemas que presenta el estímulo, y constituye la mayor dificultad en la vida mística. De esto nos ocuparemos más adelante [i513].

Hasta ahora, no ha aparecido una solución que lo abarque todo, pero aparecerá inevitablemente; cuando ocurra, vendrá como resultado directo de la actividad del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. El proceso será lento, pues la humanidad está entrando en lo que podría denominarse una larga convalecencia, que se llevará a cabo de tres maneras:

  1. Mediante el descubrimiento de recursos aún no utilizados y reservas vitales de fuerza, latentes en el mismo ser humano.
  2. La difusión de verdades como el poder de la buena voluntad, por los miembros del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. El poder curativo de dichas realizaciones es inmenso.
  3. Por ciertas potencias y fuerzas externas que los miembros de la Jerarquía están ahora en proceso de invocar, a fin de ayudar a la humanidad.

Ahora hemos llegado a la parte más valiosa y práctica del estudio, sobre los efectos que producen los siete rayos de energía, a medida que hacen sentir su presencia en el ente humano y, especialmente, cuando afectan al aspirante, al discípulo y al místico. Durante las últimas tres décadas, se ha escrito abundantemente sobre la patología del místico y los trastornos fisiológicos que acompañan a la experiencia mística, e igualmente se ha investigado en relación con las características neuróticas que, a menudo, se encuentran en la persona espiritualmente polarizada y con las condiciones inexplicables que parecen existir -mentales, emocionales y físicas- conjuntamente con el profundo conocimiento espiritual, los fenómenos místicos definidos y la elevada aspiración de hacer contacto con lo divino, condiciones que aumentan con gran rapidez. Por ejemplo, un mayor número de personas están llegando a ser clarividentes y clariaudientes, y dichas reacciones al estímulo y manifestaciones de poderes innatos se consideran como evidencias de enajenación mental, fantasías, [i514] alucinaciones y, a veces, locura. Ciertos estados nerviosos que afectan a menudo los músculos y otras partes del cuerpo humano, oportunamente se sabrá que tienen su origen en el sobreestímulo; en lugar de aliviarlos (como se hace ahora), por medio del descanso, el empleo de soporíferos y otros tratamientos, se deben enseñar al paciente métodos para disociarse temporalmente de la fuente de su potencia mística o espiritual; o se le puede enseñar cómo desviar estas fuerzas que afluyen, a través de los distintos centros, hacia esos centros que puede manejar sin peligro, a fin de producir una distribución más equilibrada de la energía. También se le enseñará cómo aplicar la energía con eficacia, prestando servicio externo. Los distintos tipos de irritabilidad nerviosa y de neuritis se considerarán como síntomas del mal empleo dado a la energía disponible, en el equipo humano, o a su énfasis indebido. Se descubrirá el origen de ciertos desórdenes y se hallará que la dificultad radica en los centros más cercanos al órgano particular del cuerpo que parecería externamente responsable de la dificultad. Esto es notablemente verídico, respecto a ciertos tipos de dificultadas cardíacas y tensiones cerebrales y, lógicamente, en todos los casos de hipertensión. Es verdad análogamente, en lo que respecta al metabolismo del cuerpo, que puede ser seriamente desequilibrado por el sobreestímulo del centro laríngeo, con sus malos efectos consiguientes sobre la glándula tiroides, esa glándula maestra que se relaciona con la trasferencia de las distintas fuerzas (del cuerpo) a la cabeza. Existen dos centros principales relacionados definitivamente con la transferencia:

  1. El centro plexo solar, que transfiere todas las fuerzas que se hallan debajo del diafragma a los centros que están arriba del mismo [i515].
  2. El centro laríngeo, que transfiere todas las fuerzas que están arriba del diafragma a los dos centros de la cabeza.

Tres aspectos están relacionados con el tema de las enfermedades y dificultades de la vida mística, y sería bueno tenerlos presentes. Las personas que se ocupan de la educación y el entrenamiento de los niños, o del entrenamiento esotérico de discípulos y aspirantes del mundo, deberían estudiar el tema muy cuidadosamente, y también tratar de comprender las causas de la mayoría de los males nerviosos y de las condiciones patológicas que padecen las personas evolucionadas del mundo, más los problemas que surgen por el desarrollo prematuro de las fuerzas psíquicas inferiores, como también de las facultades superiores. Por lo tanto, el problema involucra a personas que se hallan en todas las etapas de desarrollo, y deben ser consideradas desde el punto de vista de la actividad de la energía; sobre esto, muy poco se ha hecho hasta ahora.

El primero de los tres aspectos citados podría explicarse de la manera siguiente: En la actualidad, estamos pasando por un período de transición en que se retiran las antiguas energías y entran nuevas influencias de rayo. Estamos en tránsito hacia un nuevo signo zodiacal. Por lo tanto, el impacto de las nuevas fuerzas, además del retiro de las antiguas, es capaz de producir efectos claramente percibidos en toda la humanidad, en los místicos y, particularmente, en los aspirantes, y traerán reacciones muy definidas, de las cuales nos ocuparemos al considerar la influencia que ejercen hoy los rayos en la Era acuariana. (Tratado sobre Siete Rayos, tomo III, y El Destino de las Naciones).

Segundo, el actual problema mundial, el temor y la profunda ansiedad, el dolor y el sufrimiento, tan prevalecientes, producen un resultado doble y mixto. Ambos resultados (y sus etapas intermedias) son [i516]:

  1. La extroversión de la conciencia de la masa.
  2. La introversión pronunciada del individuo.

Por lo tanto, tenemos un efecto masivo y otro individual, y ambos deben ser tenidos muy en cuenta. Puede observarse el desarrollo de dicho proceso de exteriorización, en el clamor y en la vehemencia, y a menudo, en la ruidosa psicología de los grandes movimientos y experimentos nacionales que actualmente se llevan a cabo en todo el mundo. Los individuos que pertenecen a estos países y prácticamente a todas las naciones, sufren, en forma simultánea, represiones necesarias (a veces por la fuerza), censura de la palabra y otras actividades restrictivas; la fuerza de las circunstancias los obliga a encerrarse en sí mismos y lo hacen tan intensamente que -si pudieran ver la actuación de las fuerzas, como lo observamos los que pertenecemos al mundo interno- se darían cuenta de los dos grandes movimientos que se llevan a cabo en los tres mundos del esfuerzo humano, como si fueran corrientes opuestas de fuerza:

  1. El movimiento dirigido hacia la extroversión o exteriorización de las grandes energías a las cuales responde la conciencia de las masas. Ella está siendo dirigida y forzada por la actividad desplegada de la energía de primer rayo, por eso, actúa mayormente en el campo político y en el sector de la voluntad de la masa. En estas etapas iniciales, observamos la evocación de la voluntad de las masas; es aún inculta, incipiente, versátil y fácil de persuadir, por la voluntad dirigida de un grupo que pueda demostrar, en cualquier país, poder suficiente para acaparar la atención de la masa. Lo antedicho también puede lograrlo una personalidad dominante y poderosa. El resultado neto que se obtiene (desde un amplio punto de vista) es hacer surgir a la superficie la conciencia profundamente oculta y sumergida de las masas, una fuerza hasta ahora silenciosa, inexpresada y desorientada, que, sin embargo, constituye una potencia en la vida planetaria [i517].
  2. El movimiento hacia la introversión o “a encerrarse en sí mismo”, desarrollado por las conciencias inteligentes (no por la conciencia de la masa) de todos esos hombres y mujeres, cuyas mentes van despertando y pueden actuar en forma creadora y activa, en los tres niveles de la percepción humana.

Estos dos movimientos -hacia lo externo y lo interno- constituyen el origen de gran parte de la actual crisis mundial. El efecto de esta “atracción” en dos direcciones, afecta seriamente a las personas sensibles. Son atraídas externamente por la atracción o tirón que ejerce la conciencia de la masa y por la fuerza de la vida política, económica y social de la raza; internamente, por el tirón del mundo de valores superiores, el reino de las almas y el trabajo organizado que realiza la Jerarquía espiritual ayudada por la milenaria conciencia religiosa.

Los psicólogos harían bien en analizar a sus pacientes, desde el ángulo de estas dos energías antagónicas. Así contrarrestarían la tendencia a la separatividad, lo que constituye una de las mayores preocupaciones de los Trabajadores espirituales en la actualidad. Debido a la tirantez y tensión de la vida moderna, los seres humanos propenden a creer que la tarea principal y el deber más importante es hacer la vida más llevadera y más fácil para la humanidad. Para la Jerarquía espiritual del planeta, la tarea principal consiste en proteger al género humano de manera que, al terminar este período de transición, cuando las fuerzas que están retirando su influencia, cesen totalmente de afectar a la humanidad, habrá fusión y no separatividad en el mundo. De esta manera, se fusionarán rápidamente en una doble expresión, el Reino de Dios y el reino de los seres humanos. Entonces, se estabilizarán las fuerzas entrantes y harán oír claramente su nota.

El tercer factor que debe considerar el ser humano que se esfuerza por lograr el bienestar de sus semejantes, es el estudio de los [i518] efectos que producen las fuerzas sobre el actual mecanismo del ser humano. Esto todavía no se practica, pero es un factor determinante para el buen desarrollo del ente humano, por lo tanto, es de vital importancia para los educadores, psicólogos, progenitores y esotéricos. Sin embargo, todavía no existe un verdadero reconocimiento de la realidad y de la urgencia de estas fuerzas entrantes, y tampoco se aprecia la potencia de las energías que emanan de:

  1. El signo del zodíaco en el cual estamos entrando.
  2. El efecto que produce la relación existente entre las fuerzas que emanan del signo de Acuario y el signo de Leo, su polo opuesto, estando, por lo tanto, íntimamente relacionado con él. La interacción de estos dos signos es, hoy, responsable de la aparición de los grandes y modernos movimientos humanos que involucran a un vasto número de personas, por lo general dirigidos por alguna personalidad dominante. También es responsable del intenso individualismo que se manifiesta en todos los sectores de la vida humana en la actualidad.
  3. El efecto que producen las nuevas influencias zodiacales sobre los otros once signos. Este tema es muy interesante y casi no ha sido considerado. ¿Qué efecto producirá la potencia del signo de Acuario (cuyo predominio aumenta en cada década) en la persona o nación regida, por ejemplo, por Tauro, Sagitario o Piscis? En los siglos futuros, adquirirá mucha importancia este aspecto de la ciencia de la astrología y será tenida en cuenta por quienes son responsables de criar y educar a los niños durante los siglos venideros. Será uno de los temas más importantes que se tratarán en todos los sistemas de psicología y del servicio esotérico prestado a la humanidad, lo que [i519] oportunamente traerá la reorganización de los métodos empleados hasta ahora, a fin de ayudar y liberar al ser humano. Esto lo elucidaré en el Tomo III de este Tratado y contribuirá a lograr un acercamiento totalmente nuevo.
  4. El efecto que produce la relación existente entre los siete rayos y las fuerzas zodiacales. Debe recordarse que se establece una estrecha interacción entre los siete rayos y los doce signos del zodíaco.

Otra tarea que les corresponde desempeñar a los psicólogos, es investigar el efecto o la relación entre los siete centros de fuerza que existen en el cuerpo humano, en la contraparte etérica del cuerpo físico. Muchas de las dolencias físicas modernas y la mayoría de las condiciones psicológicas indeseables serán ahondadas hasta su verdadero origen, que es el sobreestímulo más el subdesarrollo de los centros de energía que se hallan en el mecanismo humano y están estrechamente vinculados con el sistema endocrino. Esto forma parte de la nueva Ciencia de la Humanidad.

Por lo antedicho, observarán cuán vasto e intrincado es nuestro tema. Sólo puedo generalizar e indicar el camino que conduce hacia senderos o líneas más amplias de investigación, que el estudiante y el científico modernos harían bien en seguir. Quisiera recordarles, además, que el problema del ser humano es fundamental, y esencialmente, el problema de la conciencia o de la percepción. Los cinco aspectos del ser humano:

  1. el cuerpo físico,
  2. el cuerpo vital o etérico,
  3. el cuerpo astral,
  4. el cuerpo mental y
  5. el cuerpo del alma o el loto egoico,

son fundamental y únicamente puertas abiertas que conducen al todo mayor, del cual [i520] el ente individual es una parte. Ponen al ser humano en relación con la manifestación y expresión divinas, análogamente a como los cinco sentidos lo ponen en contacto con el mundo tangible y le permiten, así, participar de la vida general.

Muchos de los problemas actuales (que surgen de la vida espiritual y mística) y gran parte de las dificultades psicológicas tienen relación con este hecho. Muchas personas están super desarrolladas en cualesquiera de estas direcciones y, por lo tanto (debido a la sensibilidad desarrollada en algún aspecto del quíntuple mecanismo de contacto), son conscientes del reino de la conciencia y de los estados de percepción que no están capacitados para manejar, debido al poco desarrollo de su mente y a la falta de contacto con el alma.

4. Enfermedades y problemas de los discípulos y de los místicos

Clasificaré lo que tengo que decir, sobre este tema, en cuatro títulos:

  1. Problemas que surgen por el despertar de los centros. Éstos constituyen la mayor dificultad y, por lo tanto, se tratarán primero.
  2. Problemas que surgen por el desarrollo de los poderes psíquicos.
  3. Problemas vinculados con las condiciones y los problemas del grupo.
  4. Problemas relacionados con las fuerzas salientes de sexto rayo y las influencias entrantes de séptimo rayo.