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3. Enumeración de los Siete Rayos


Como parte del Plan original, la Vida Una trató de expandirse, y siete eones o emanaciones, surgieran del vórtice central y repitieron activamente el proceso anterior en todos los detalles. Aquellos también vinieron a la manifestación y, en la tarea de expresar la vida activa cualificada por el amor y limitada por la apariencia externa fenoménica, pasaron a una actividad secundaria y se convirtieron en los siete Constructores, las siete Fuentes de [i23] Vida y los siete Rishis de todas las antiguas escrituras. Estas entidades psíquicas originales tienen la capacidad de expresar el amor (lo cual implica aceptar el concepto de la dualidad, el que ama y es amado, el que desea y es deseado) y pasar del ser subjetivo al devenir objetivo. A estas siete Entidades las denominamos:

1. El Señor de Poder o Voluntad. Esta Vida resuelve amar, y utiliza el poder como expresión de la divina benevolencia. Para su cuerpo de manifestación utiliza ese planeta del cual el Sol es el sustituto esotérico.

2. El Señor de Amor-Sabiduría, personifica el amor puro; los esotéricos consideran que está tan cerca del corazón del Logos solar, como lo estaba el amado discípulo cerca del corazón del Cristo de Galilea. Esta Vida infunde en todas las formas la cualidad del amor, conjuntamente con la manifestación más materialista del deseo; constituye el principio atractivo de la naturaleza y el custodio de la Ley de Atracción, que es la demostración de la vida del Ser puro. Este Señor de Amor es el más poderoso de los siete rayos, porque pertenece al mismo rayo cósmico de la Deidad solar. Se expresa a Sí mismo principalmente a través del planeta Júpiter, el cual constituye Su cuerpo de manifestación.

3. El Señor de Inteligencia Activa. Su trabajo está íntimamente ligado con la materia y actúa en colaboración con el Señor del segundo rayo. Es el impulso motivador en el trabajo inicial de la creación. El planeta Saturno constituye Su cuerpo de expresión en el sistema solar, y por intermedio de la materia (que en forma benéfica obstruye y obstaculiza) proporciona a la humanidad un amplio campo de experimento y experiencia.

Quisiera indicarles aquí que al hablar en términos de [i24] la personalidad, forzosamente tengo que emplear el pronombre personal, en consecuencia no deben acusarme de personalizar dichas grandes fuerzas. Hablo en términos de Entidad, del Ser puro, y no en términos de personalidad humana. Pero aún persiste la limitación del lenguaje, y al enseñar a quienes piensan con la mente concreta inferior, cuya intuición está aletargada o sólo se manifiesta en forma de destellos, me veo obligado a hablar en parábolas y a emplear un lenguaje simbólico. Permítanme indicar también que todas las declaraciones que haga tienen relación con nuestro planeta y se exponen en términos que puedan ser comprendidos por la humanidad que nuestro planeta ha producido. El trabajo, según lo voy describiendo, constituye sólo una fracción del trabajo emprendido por dichos Seres; cada uno de Ellos tiene Su propio propósito y radio de influencia, y como nuestra Tierra no es uno de los siete planetas sagrados (ni el cuerpo de manifestación de uno de los siete rayos fundamentales), esos Seres tienen propósitos y actividades donde nuestra Tierra desempeña una pequeña parte.

4. El Señor de Armonía, Belleza y Arte. La principal función de este Ser consiste en crear Belleza (como expresión de la verdad) mediante la libre interacción de la vida y la forma, basando el canon de la belleza en el plan inicial tal como existe en la mente del Logos solar. No se ha revelado cuál es el cuerpo de manifestación de esta Vida, pero la actividad que de él emana produce una combinación de sonidos y colores y un lenguaje musical que expresan -en forma de ideal- lo que es la idea originadora. Este cuarto Señor de expresión creadora reasumirá Su actividad en la Tierra de aquí a seiscientos años, aunque ya se sienten las primeras débiles expresiones de Su influencia, y en el próximo siglo se verá el renacimiento del arte creador en todas sus ramificaciones.

5. El Señor de Conocimiento Concreto y Ciencia. Esta gran Vida está en íntimo contacto con la mente de la Deidad [i25] creadora, así como el Señor de segundo rayo lo está con el corazón de esa misma Deidad. Su influencia es grande actualmente, aunque no tan poderosa como lo será más adelante. La ciencia es el desenvolvimiento psicológico en el ser humano, debido a la influencia que ejerce este rayo, y recién ahora comienza a realizar su verdadero trabajo. Su influencia aumenta en poder, de la misma manera que disminuye la influencia del sexto Señor.

6. El Señor de Devoción e Idealismo. Esta Deidad Solar constituye la expresión peculiar y característica de la cualidad del Logos solar. No olviden que en el gran esquema del “universo universal” (no sólo nuestro universo), la cualidad de nuestro Logos solar es tan diferente y distinta como la de cualquiera de los hijos de los seres humanos. Esta fuerza de rayo, junto con el segundo rayo, constituye una verdadera y vital expresión de la naturaleza divina. Las cualidades de dicho Señor son: la centrada militancia sobre un ideal, la centrada devoción al impulso de la vida y la sinceridad divina, las cuales plasman sus impresiones sobre todo lo que existe dentro de Su cuerpo de manifestación. Los esotéricos avanzados discuten sobre si Marte es o no, el planeta a través del cual Él se manifiesta. Debe recordarse que sólo unos pocos planetas constituyen los cuerpos de expresión de los Señores de los rayos. Hay diez “planetas de expresión” (usando el término empleado por los antiguos Rishis), y sólo siete Vidas de rayo se consideran que son los Constructores del sistema. El gran misterio que finalmente será revelado en las iniciaciones superiores, es la relación que existe entre un rayo y un planeta. Por lo tanto, no esperen una información más completa por ahora. La influencia de este sexto Señor ya está pasando.

7. El Señor de Orden Ceremonial o Magia. Está ahora entrando en el poder, y en forma lenta y segura hace sentir Su presencia. Su influencia es muy poderosa en el plano físico, porque existe una íntima interrelación numérica entre el Señor del séptimo rayo, por [i26] ejemplo, y el séptimo plano, el físico, así como la séptima raza raíz estará en completo acuerdo y expresará perfectamente la ley y el orden. Este rayo de orden y su advenimiento es parcialmente responsable de la actual tendencia en los asuntos mundiales de implantar gobiernos dictatoriales e imponer el control de un grupo central de gobierno.

Será de valor el siguiente enunciado sobre la actividad o inactividad de los rayos, y quisiera que tengan en cuenta que se refiere únicamente a nuestra Tierra y sus evoluciones. 

Primer Rayo

Segundo Rayo

Tercer Rayo

Cuarto Rayo

Quinto Rayo

Sexto Rayo

Séptimo Rayo

No está en manifestación.

En manifestación desde 1575 d.C.

En manifestación desde 1425 d. C.

Vendrá lentamente a la manifestación después del año 2025 d. C.

En manifestación desde 1775 d. C.

Está saliendo rápidamente de la manifestación. Empezó a salir en el año 1625 d. C.

En manifestación desde 1675 d. C.

Por supuesto, éstos constituyen ciclos menores dentro de la influencia del signo de Piscis. Vemos que hay cuatro rayos en manifestación actualmente: segundo, tercero, quinto y séptimo.

Surge aquí la pregunta: ¿cómo puede ser que existan personas que pertenezcan a todos los rayos al mismo tiempo? La razón radica, como fácilmente puede verse, en que el cuarto rayo comienza a acercarse y el sexto se retira, lo cual permite que seis de esos rayos lleven a la manifestación a sus egos. Sin embargo, ahora hay muy pocos egos del cuarto rayo en la Tierra, y un sinnúmero de egos del sexto rayo, y pasarán más o menos doscientos años antes de que todos los egos del sexto rayo desencarnen. Respecto a egos de primer rayo, no existen tipos puros en el planeta. A quienes se los denomina [i27] de primer rayo pertenecen al primer subrayo del segundo rayo que se halla en encarnación. Un ego puro de primer rayo en encarnación actualmente sería un desastre. No hay suficiente inteligencia ni amor en el mundo como para equilibrar la voluntad dinámica de un ego que pertenezca al rayo del destructor.

Así como la familia humana tiene relación con el Logos planetario de la Tierra, lo cual se explica mejor diciendo que constituye Su corazón y cerebro, de la misma manera la suma total de evoluciones análogas dentro de todo sistema solar, constituye el corazón y el cerebro del Logos solar. La actividad inteligente y el amor son las características sobresalientes de un hijo de Dios evolucionado, mientras que sus reflejos inferiores –sexo y deseo- caracterizan las del individuo medio y las de los hijos de Dios que aún no han evolucionado.

Estas siete emanaciones vivientes y cualificadas que surgen del vórtice central de fuerzas, se componen de incontables miríadas de unidades de energía que son aspectos innatos e inherentes a la vida, dotadas de cualidad y capaces de adquirir apariencia. En lo subhumano esta triple combinación de vida, cualidad y apariencia, produce respuesta consciente al medio ambiente, la cual está compuesta de la totalidad de vidas, cualidades y apariencias, síntesis de los siete rayos o emanaciones de la Deidad, los cuales producen en el reino humano una percepción autoconsciente y en el superhumano una inclusividad sintética. Todas las mónadas humanas traídas a la manifestación por la voluntad y el deseo de algún Señor de rayo, forman parte de Su cuerpo de manifestación. Potencialmente expresan Su cualidad y aparecen fenoménicamente de acuerdo al grado de evolución alcanzado. “Como Él es, así somos nosotros en este mundo” pero todavía sólo potencialmente. La meta de la evolución radica en convertir lo potencial en real y lo latente en expresado. El trabajo del esotérico estriba precisamente en esto: extraer la cualidad oculta en lo que está latente.