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LOS INTERVALOS Y LOS CICLOS

[i511]  Llegamos ahora a las cuatro reglas que conciernen al plano físico. En muchos aspectos la comprensión de esta regla es más difícil que las otras, de la misma manera que la aplicación práctica es mucho más difícil que la teoría. Con frecuencia, pensamos con claridad y deseamos correctamente, pero nunca es fácil elaborar las ideas subjetivas y realizarlas en el plano físico, de manera constructiva y de acuerdo a la ley. Sin embargo, el mago blanco inicia su verdadero trabajo precisamente en este punto, y es allí justamente donde fracasa y descubre que la captación interna de la realidad tiene como resultado necesariamente una actividad creadora correcta. En Tratado sobre Fuego Cósmico, hay ciertos puntos que sería de interés considerar y quisiera citar en pocas palabras algunos de ellos:

“Sería útil recordar aquí que, en el trabajo de creación, el mago blanco aprovecha la influencia del rayo en vigencia. Cuando el tercero, quinto y séptimo rayos se hallan en el poder, ya sea entrando en pleno cenit o saliendo de él, el trabajo es mucho más sencillo que cuando dominan el segundo, sexto o cuarto rayos. En la actualidad, como sabemos, el séptimo rayo está empezando a dominar rápidamente, y es una de las fuerzas con las cuales puede trabajar el individuo más fácilmente. Bajo la influencia de este rayo se podrá erigir una nueva estructura para la actual decadente civilización y construir el nuevo templo para el impulso religioso. Mediante su influencia, se facilitará mucho el trabajo de los numerosos magos inconscientes”. (1021-1022 e.i.)

Es evidente, por lo tanto, que el día de la oportunidad está con nosotros y que la generación venidera puede, si lo desea, efectuar el trabajo mágico con la mayoría de los [i512] factores actuales que traerán resultados satisfactorios. El quinto rayo está pasando, pero su influencia todavía se hace sentir; el tercer rayo está en pleno meridiano, y el séptimo rayo está entrando rápidamente en la actividad correcta. En consecuencia, muchas cosas ocurrirán hasta que el ser humano triunfe, siempre que pueda mantener constantemente una orientación correcta, pureza de móvil y de vida, un cuerpo emocional estabilizado y receptivo, y ese alineamiento interno que haga -de una personalidad- un verdadero vehículo para su alma o ego.

Una analogía muy interesante se presenta cuando estudiamos las palabras “La trama palpita. Se contrae y dilata”. La idea subyacente es la del latido, diástole y sístole, flujo y reflujo de la actividad cíclica, el día de la oportunidad y la noche de la inactividad, la absorción y la expulsión, y esas numerosas apariciones y desapariciones que marcan la corriente de la vida en todos los reinos y dimensiones. Este ciclo del día y la noche, que es la inevitable señal de la existencia manifestada, tiene que ser reconocido. Todo discípulo debe adquirir (poniendo la verdad en términos sencillos) esa sabiduría basada en el conocimiento de cuándo corresponde trabajar o no, y en la comprensión de esos períodos e intervalos que se caracterizan por la palabra y el silencio. Es aquí donde se cometen muchos errores y fracasan la mayoría de los trabajadores.

Esta regla podría darse en la siguiente paráfrasis que merece cuidadosa reflexión y que elucidaré en parte.

Dios respira y su vida palpitante emana de su corazón divino, manifestándose como energía vital en todas las formas. Fluye, palpitando en sus ciclos, a través de toda la naturaleza. Constituye la divina inhalación y exhalación. Entre esta exhalación e inhalación, viene un período de silencio y un momento de trabajo efectivo. Si los discípulos pueden aprender a utilizar estos intervalos, podrán liberar a los “prisioneros del planeta”, [i513] objetivo de todo trabajo mágico efectuado durante este período mundial.

Respecto a la manera en que trabaja la Vida Una del sistema solar, en estos grandes intervalos de silencio meditativo denominados técnicamente pralaya, no es necesario ocuparse. La actividad de la Mente Universal y su propósito comprensivo, solo pueden ser percibidos cuando cada hijo de Dios entra conscientemente en posesión de su herencia divina. El modo de trabajar, mediante el cual nuestra Vida planetaria utiliza los ciclos de silencio, concierne a Él únicamente, y hay que recordar que cada Logos planetario tiene una pulsación diferente, un intervalo periódico variable y su propio y único método de proceder.

A quien estudia estas instrucciones le interesa poder lograr una actividad definidamente constructiva en sus intervalos. Estos intervalos para los propósitos de nuestra consideración, caen bajo tres categorías:

1. Los intervalos de la vida, o esos períodos en que el ser espiritual está fuera de encarnación y se ha retirado dentro de la consciencia egoica. Prácticamente no existen para el que está poco evolucionado; pasan cíclicamente y con una rapidez asombrosa dentro y fuera de encarnación. La analogía en el plano físico de esta rápida actividad se encuentra en el intenso ir y venir del ser humano común a medida que enfrenta las exigencias de la existencia, y también la dificultad para obtener el equilibrio meditativo, evidenciada por la impaciencia y la expectativa. Durante el progreso, se alargan constantemente los períodos fuera de la encarnación, hasta el punto en que son mucho más extensos que los pasados en expresión externa. Entonces el intervalo domina. Los períodos de salida (exhalación) y entrada (inhalación) son relativamente breves y -el punto que debe recalcarse- ambos períodos están matizados y controlados por los propósitos del alma, formulados y registrados en la mente durante el intervalo entre dos etapas más activas de [i514] experiencia. La vida interna, lentamente desarrollada durante los intervalos cíclicos, llega a ser el factor dominante. El ser se hace gradualmente subjetivo en su actitud, y la expresión en el plano físico es principalmente el resultado de la vida mental interna, y no tanto el resultado de la reacción a los acontecimientos en el plano físico y a la inquieta naturaleza del deseo.

2. El flujo y el reflujo de la vida diaria, en una encarnación dada, también demostrarán sus intervalos, y el estudiante debe aprender a reconocerlos y utilizarlos. Además, ha de registrar la diferencia entre la intensa actividad saliente, períodos de retiro e intervalos, en que la vida externa parece estática y sin interés activo. Esto debe hacerlo si quiere aprovechar plenamente la oportunidad que la experiencia de la vida le ofrece. La totalidad de la vida no tiene que estar concentrada en un violento y continuo período de trabajo, ni tampoco ser comprendida como una eterna siesta. Tiene, normalmente, su propio latido rítmico y su vibración, y su propia pulsación especial. Algunas vidas cambian su ritmo y su modo de actividad cada siete años, otras, cada nueve u once. Aun otras actúan en ciclos más cortos con meses de esfuerzos enérgicos, seguidos de meses de aparente inactividad. Algunas personas están tan sensiblemente organizadas que, en medio del trabajo, de acontecimientos y circunstancias, se ven forzadas a un retiro temporal en el que asimilan las lecciones aprendidas durante el precedente período de trabajo.

Dos grupos de seres humanos trabajan aparentemente sin ningún flujo y reflujo en el plano físico, pero manifiestan un constante impulso para trabajar. Estas son personas tan poco evolucionadas, tan por debajo de la escala de la evolución (si puedo expresarlo así) y tan predominantemente animales, que no hay ninguna reacción mental a los acontecimientos o circunstancias, sino simplemente una respuesta al llamado de las necesidades físicas y la utilización del tiempo para la satisfacción de los deseos. Esto nunca cesa; [i515] por lo tanto, poco existe de lo que puede denominarse cíclico. Entre ellos están incluidos el trabajador inculto y el individuo sin civilización. También existen esos hombres y mujeres que se hallan en la escala opuesta, habiendo ascendido relativamente más alto en la escala del progreso. Se han emancipado completamente de lo puramente físico y perciben íntimamente la naturaleza de deseo, por lo cual, han aprendido a mantener una actividad continua -basada en disciplina y servicio-. Trabajan conscientemente con los ciclos y comprenden algo de su naturaleza. Conocen el divino arte de abstraer su consciencia en el alma en contemplación, y pueden controlar y guiar sabiamente su trabajo en el mundo de los seres humanos. Esta es la lección que todos los discípulos están aprendiendo y la elevada realización de los iniciados y trabajadores entrenados de la raza.

3. El tercer tipo de intervalo, que nos interesa primordialmente al considerar el trabajo mágico en el plano físico, es el logrado y utilizado mediante el proceso de meditación, y con el que el estudiante debe familiarizarse, porque de otra manera será incapaz de trabajar con poder. Este intervalo o período de intenso silencio se divide en dos partes:

Existe, ante todo, el intervalo denominado contemplación. Quisiera recordarles la definición dada en un libro de Evelyn Underhill, que describe la contemplación como un “intervalo entre dos actividades”. Este período de silencio sigue a la actividad (tan difícil para el principiante) de conseguir el alineamiento entre alma, mente y cerebro, aquietar el cuerpo emocional y lograr esa concentración y meditación que servirá para enfocar y reorientar la mente sobre un nuevo mundo, y ubicarlo dentro de la esfera de influencia del alma. Es análogo al período de inhalación. En este ciclo, la consciencia saliente se recoge y se eleva. Cuando este esfuerzo es coronado por el éxito, la consciencia entonces [i516] se desliza fuera de la llamada personalidad, el aspecto mecanismo, y se produce un cambio en la consciencia. El alma llega a ser activa en su propio plano y de esta actividad son conscientes la mente y el cerebro. Desde el punto de vista de la actividad de la personalidad, se produce un intervalo. Hay un punto de espera inspirada. El mecanismo está completamente pasivo, la mente firme en la luz, y mientras tanto, el alma piensa -como habitualmente lo hace- al unísono con todas las almas, extrayendo de los recursos de la Mente Universal y formulando su propósito de acuerdo al plan universal. Este ciclo de actividad registrada del alma es seguido por lo que podría llamarse el proceso de exhalación. El intervalo llega a su fin; la mente expectante vuelve a la actividad y, en la medida que ha sido correctamente orientada y mantenida en una actitud puramente receptiva, se convierte en intérprete e instrumento del alma, que ahora ha vuelto la “luz de su rostro sobre la personalidad atenta”. Por ese medio puede ahora desarrollar los planes formulados en el intervalo de la contemplación. La naturaleza emocional es arrastrada por el deseo de hacer objetivos los planes, con lo cual la mente reorientada trata de colorar sus experiencias, y luego el cerebro recibe la impresión transmitida, y la vida del plano físico es, entonces, reajustada para materializar debidamente esos planes. Esto, por supuesto, implica un mecanismo entrenado, ajustado y con una respuesta correcta, algo que raras veces se encuentra.

La segunda parte del intervalo solo llega a ser posible cuando se ha alcanzado el primero, o intervalo contemplativo. El discípulo que trata de cooperar con la Jerarquía de Maestros y lo manifiesta, mediante una activa participación en su trabajo en el plano físico, debe aprender a trabajar no solo a través de la realización contemplativa, sino también mediante la utilización científica de los intervalos, desarrollados por medio de la respiración, entre los puntos de inhalación y exhalación, en el sentido puramente físico [i517] del término. Esta es la verdadera ciencia del pranayama y su objetivo. La conciencia cerebral se halla necesariamente implicada. El intervalo entre respiraciones solo puede usarse correctamente cuando el ser humano ha alcanzado el poder de seguir el intervalo de contemplación que afecta al alma, la mente y el cerebro. Así como la mente se ha mantenido en la luz y receptiva a las impresiones del alma, del mismo modo el cerebro debe ser receptivo a las impresiones de la mente.

Por lo tanto, tiene lugar un intervalo (desde el punto de vista del alma unificada con la personalidad) después del período de inhalación del alma, cuando la consciencia que va hacia fuera se vuelve hacia dentro; el otro se efectúa al final, cuando el alma va de nuevo conscientemente hacia fuera, al mundo objetivo; la exhalación es reemplazada por la inhalación y esto también tiene su intervalo. El discípulo debe aprender a utilizar con facilidad estos dos intervalos del alma, uno de los cuales provoca efectos sobre la mente y el otro sobre el cerebro.

Hay una analogía en el plano físico de este proceso de inhalación y exhalación divinas, con sus dos intervalos de silencio y pensamiento. Permítanme repetir los efectos de estos intervalos. En el intervalo más elevado, el pensamiento abstracto o divino, impresiona al alma y es transmitido a la mente expectante; en el otro, por el pensamiento concreto y el intento de incorporar el pensamiento divino, la mente impresiona al cerebro y produce la actividad mediante el cuerpo físico.

Los estudiantes de ocultismo que han demostrado su devoción y equilibrio mental, y que (usando una fórmula antigua de las escuelas de meditación) han cumplido los cinco mandamientos y las cinco reglas, y han adquirido el correcto equilibrio, pueden comenzar a utilizar los intervalos entre los dos aspectos de la respiración física, con el objeto de desarrollar una actividad intensa y utilizar el poder de la voluntad para producir efectos [i518] mágicos. Enfocada la consciencia en el cerebro y habiendo participado en el trabajo de contemplación, pueden ahora continuar con el trabajo de materialización del plan, en el plano físico, mediante la energía enfocada de la voluntad, empleada en silencio por el ser consciente. Como puede verse, estos intervalos de respiración son igualmente dos, después de la inhalación y de la exhalación, y cuanta más experiencia tenga el discípulo, tanto más largo será el intervalo y, en consecuencia, mayor la oportunidad para el trabajo mágico centralizado y la pronunciación de esas palabras de poder que permitirán que se cumpla el propósito divino.

No sería correcto ni apropiado extenderme sobre la forma de utilizar estos “puntos medios”, según se los denomina en esta regla, de los cuales se apropia el mago y los emplea en el trabajo constructivo. En ellos utiliza conscientemente la energía, dirigiéndola de la manera que le parece más apropiada; entra conscientemente en contacto con esas fuerzas y vidas que puede utilizar, y les ordena aportar lo esencial para activar los propósitos espirituales y construir las formas y los organismos necesarios; con ellos lleva adelante el trabajo de liberar a los “prisioneros del planeta”, y se hace consciente de sus colaboradores, el grupo de místicos mundiales de la jerarquía de almas.

En instrucciones de esta índole, que leerá todo el público, sería imprudente dar direcciones más explícitas. Mucho no se ha dicho, a fin de que solo el estudiante que posee un profundo conocimiento, logre las necesarias correlaciones que le permitirá llevar adelante el “trabajo de los intervalos”, donde únicamente puede realizarse el trabajo mágico. Se preguntarán: ¿por qué? y ¿por qué los secretos de la respiración están tan celosamente guardados? Porque la eficacia de la magia negra se encuentra justamente ahí. Hay un punto en que ambas, la magia negra y la blanca, emplean necesariamente una etapa similar en el trabajo. [i519] Ciertos individuos, con fuertes voluntades y mentes claras y entrenadas, pero animados por propósitos estrictamente egoístas, han aprendido a emplear el más bajo de los dos intervalos del alma -el que concierne a la relación entre la mente y el cerebro-. Mediante la intensa aplicación y un conocimiento de la ciencia de los centros, pueden desarrollar sus planes egoístas e imponer su voluntad y autoridad mental sobre los “prisioneros del planeta”. De esa manera, han causado mucho daño. No desean participar en el intervalo superior, en el cual el alma está activa y la mente responde. La actividad intelectual y la respuesta del cerebro a las impresiones de la mente es todo lo que les concierne. Como puede verse, tanto los magos blancos como los negros emplean el intervalo inferior, y los dos conocen el significado de los intervalos de la respiración física. Pero el mago blanco trabaja desde el nivel del alma hacia fuera, en el mundo manifestado, y procura efectuar el plan divino, mientras que el mago negro trabaja desde el nivel del intelecto, procurando obtener sus propios fines separatistas. La diferencia no solo reside en el móvil, sino también en el alineamiento y su radio de consciencia y el campo de expansión. Por lo tanto, verán por qué todos los verdaderos instructores evidencian tan extremas precauciones, mientras se esfuerzan por enseñar la naturaleza del trabajo mágico. Solo quienes han sido puestos a prueba y son leales, desinteresados y puros, pueden recibir las instrucciones completas. A todos se puede dar información concerniente al intervalo mayor de alma-mente y mente-cerebro. Únicamente a unos pocos se puede confiar la información más importante concerniente a los intervalos menores, efectuados en el cuerpo físico entre una respiración y otra y en la conciencia del cerebro.

Otro punto podría ser de interés antes de hablar sobre los “prisioneros del planeta” y el trabajo que debe realizarse con ellos.

La humanidad está pasando actualmente a través de un ciclo de excesiva actividad. Por primera vez en la historia humana, [i520] esta actividad abarca a la humanidad en gran escala, en los tres aspectos de la conciencia de la personalidad. El cuerpo físico y los estados de conciencia emocional y mental están muy trastornados. Esta triple actividad unificada es acrecentada por un ciclo de una intensa actividad planetaria, debido a la entrada en una nueva era, al desplazamiento del sol a un nuevo signo del Zodíaco y a la consiguiente preparación que capacitará al ser humano para trabajar fácilmente con las nuevas fuerzas y energías que actúan sobre él. En el centro de la vida humana, el grupo integrador de los nuevos servidores del mundo debe enfrentar, por lo tanto, una verdadera necesidad. Su trabajo primordial consiste en mantenerse en estrecha unión con el alma de la humanidad, constituida por todas las almas en su propio nivel del ser, mediante la propia actividad del alma organizada, para que siempre haya quien “trabaje en los intervalos” y así permitir que progrese el plan y la visión ante los ojos de quienes aún no pueden penetrar en el lugar elevado y secreto. Como muchas veces he dicho, ellos deben aprender a trabajar subjetivamente a fin de mantener, en este ciclo de actividad y expresión exotérica, el poder -latente en todos- de retirarse al centro. Hablando simbólicamente, ellos constituyen la puerta. Las facultades y los poderes se pueden perder por no emplearlos; no deben perderse el poder de la divina abstracción y la facultad de hallar lo que ha sido llamado “el sendero dorado que conduce al claro estanque y de allí al Templo de Retiro”. Este es el primer trabajo del Grupo de Místicos Mundiales, y deben conservar abierto el sendero y el camino libre de obstáculos. De otro modo, la magia blanca podría dejar de existir temporalmente, y los propósitos egoístas de la naturaleza de la forma asumir un control indebido. Este lamentable acontecimiento ocurrió en los días de la Atlántida, y los que entonces formaban el grupo de trabajadores, tuvieron que retirarse de toda actividad externa y “abstraer los divinos misterios, ocultándolos de los curiosos y los indignos”.

[i521] Ahora se está haciendo un nuevo intento para liberar a “los prisioneros del planeta”. La Jerarquía, mediante el grupo de servidores del mundo, en proceso de formación, procura restaurar los misterios a la humanidad, a la cual realmente pertenecen. Para el triunfo de este intento es fundamentalmente necesario, a quienes han percibido la visión y han visto una parte del plan, dedicarse nuevamente al servicio de la humanidad, consagrarse al trabajo de ayudar, hasta el máximo de su capacidad (reflexionen sobre estas palabras y extraigan su significado) a todos los servidores del mundo y sacrificar su tiempo y dinero en acrecentar el esfuerzo de los Grandes Seres. Ante todo, no dejen de practicar la meditación, mantengan la unión interna, piensen en la verdad en todo momento. La necesidad y la oportunidad son grandes, y todos los que pueden ayudar son llamados al frente de batalla. Por lo tanto, todos pueden ser útiles, de alguna manera, si cada uno y todos comprenden la verdadera naturaleza del sacrificio, desarrollan habilidad en la acción y trabajan sin apegos.

Now a new attempt is being made to free the "prisoners of the planet".  The Hierarchy, through the Group of World Servers now in process of formation is seeking to externalise itself, and to restore the mysteries to humanity to whom they truly belong.  If the attempt is to succeed it is basically necessary that all of you who have sensed the vision or seen a part of the intended plan should re-dedicate yourselves to the service of humanity, should pledge yourselves to the work of aiding to the utmost of your ability (ponder those words and search out their significance) all world servers, and should sacrifice your time and give of your money to further the endeavor of the Great Ones.  Rest not, above all, from your meditation work; keep the inner link; think truth at all times.  The need and the opportunity are great and all possible helpers are being called to the forefront of the battle.  All can be used in some way, if the true nature of sacrifice is grasped, if skill in action is developed and if work without attachment is the effort of each and all of you.