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Las Siete Claves de los Métodos de los Siete Rayos


PRIMER RAYO

“Que las fuerzas se unan. Que asciendan hasta el lugar Elevado y desde esa prominente eminencia que el Alma observe al mundo destruido. Entonces que se emita la palabra: ‘Yo persistiré’”. [i417]

SEGUNDO RAYO

“Que toda vida sea atraída hacia el centro, y penetre así en el Corazón del Divino Amor. Luego desde ese punto de Vida sensible, que el Alma comprenda la Conciencia de Dios. Que se pronuncie la Palabra y reverbere a través del silencio: ‘No existe nada más que Yo’”.

TERCER RAYO

“Que las huestes del Señor respondan a la palabra, y cesen sus actividades. Que el conocimiento finalice en sabiduría. Que el punto vibrante llegue a ser el punto de quietud, y todas las líneas converjan en el Uno. Que el Alma conozca al Uno en los Muchos, y que la palabra se pronuncie con perfecta comprensión: ‘Yo soy el Trabajador y el Trabajo. El Uno que Es’”.

CUARTO RAYO

“Que finalice la gloria externa y que la belleza de la Luz interna revele al Uno. Que la disonancia sea reemplazada por la armonía, y desde el centro de la Luz oculta que hable el Alma y surja la palabra ondulante: ‘Belleza y Gloria no Me velan. Yo permanezco revelado. Yo Soy’”.

QUINTO RAYO

“Que las tres formas de energía eléctrica asciendan hasta el lugar de poder. Que las fuerzas de la cabeza y del corazón y todos los aspectos inferiores se fusionen. Luego que el alma observe el mundo interno de Luz divina. Que se difunda la palabra triunfante: ‘Dominé la energía porque Yo soy la energía misma. El Maestro y los enseñados son Uno’”.

SEXTO RAYO

“Que cese todo deseo. Que finalice la aspiración. La búsqueda ha terminado. Que el alma comprenda que ha alcanzado la meta, y desde ese portal que conduce a la Vida eterna y a la Paz cósmica, que se pronuncie la palabra: ‘Yo soy el buscador y lo buscado. Yo descanso’”.

SÉPTIMO RAYO

“Que los constructores cesen su trabajo. El templo ha sido terminado. Que el alma reciba su herencia y desde el Lugar Sagrado ordene que todo trabajo termine. Luego en el subsiguiente silencio que le sigue, que entone la palabra: ‘El trabajo creador ha terminado. Yo soy el Creador. Sólo permanezco Yo’”. [i418]