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Introducción - Parte 1


[i311] He tratado ya uno de los problemas fundamentales que enfrenta hoy la raza. Intercalé mis comentarios sobre el tema del sexo como broche final de nuestro estudio de los rayos en conexión con el reino animal.

El ser humano es una entidad viviente, un consciente hijo de Dios (un alma) que ocupa un cuerpo animal. Esto es lo importante. Por lo tanto constituye un eslabón, que está lejos de ser el eslabón perdido. Unifica en sí mismo los resultados del proceso evolutivo tal como ha sido llevado a cabo durante épocas pasadas, y debido a esto puede poner en contacto un nuevo factor, el aspecto individual del conocimiento y sostenimiento de sí mismo. La presencia de este factor y aspecto es lo que diferencia al ser humano del animal. Este aspecto produce en la humanidad la conciencia de la inmortalidad, la autopercepción y la auto-centralización, lo cual hace que el ser humano sea a imagen de Dios. Dicho poder innato y oculto proporciona al ser humano la capacidad de sufrir, que ningún animal posee, y también lo capacita para cosechar los frutos de su experiencia en el reino del intelecto. Esta misma capacidad en embrión, está latente en el reino animal y en el dominio de los instintos. Tal propiedad peculiar de la humanidad [i312] le confiere el poder de percibir los ideales, registrar la belleza, reaccionar voluptuosamente a la música y gozar del color y la armonía. Ese algo divino convierte al género humano en el hijo pródigo, seducido por la vida mundana, las posesiones, la experiencia y por el poder de ese atrayente centro u hogar, del cual originó.

El ser humano se encuentra a mitad del camino entre el cielo y la tierra, con sus pies hundidos en el lodo de la vida material y la cabeza en el cielo. En la mayoría de los casos cierra sus ojos y no ve la belleza de la visión celestial, o los abre y los fija en el lodo y el limo que cubre sus pies. Pero cuando abre sus ojos y los eleva por un breve instante, ve el mundo de la realidad y de los valores espirituales, entonces comienza la vida turbulenta y azarosa del aspirante.

La humanidad es el custodio del misterio oculto, y la dificultad consiste en que lo que el ser humano oculta al mundo también se le oculta a él. Por eso ignora la maravilla de eso que contiene y nutre. La humanidad es la caja del tesoro de Dios (el gran secreto masónico), porque sólo en el reino humano, como señalaron hace tiempo los esotéricos, se encuentran juntas y en pleno florecimiento las tres cualidades divinas. En el ser humano, Dios el Padre ha ocultado el secreto de la vida; en el ser humano, Dios el Hijo ha ocultado los tesoros de la sabiduría y el amor; en el ser humano, Dios el Espíritu Santo ha implantado el misterio de la manifestación. Únicamente la humanidad puede revelar la naturaleza de la Deidad y de la vida eterna. Al ser humano se le ha otorgado el privilegio de revelar la naturaleza de la conciencia divina, y poner ante los ojos de los hijos de Dios (reunidos en cónclave antes de la disolución) lo que permanece oculto en la Mente de Dios. De allí el mandato (observado en las palabras del gran Instructor cristiano) de que debemos poseer “la mente de Cristo”, mente que debe morar en nosotros y revelarse [i313] en la raza humana cada vez con mayor plenitud. Al ser humano se le ha confiado la tarea de elevar la materia al cielo y de glorificar correctamente la vida de la forma mediante la manifestación consciente de los poderes divinos.

Explicar adecuadamente el maravilloso destino del reino humano está más allá de mi poder o de la capacidad de cualquier pluma humana, no importa cuán grande sea la realización del ser humano y su respuesta a la belleza del mundo de Dios; la divinidad tiene que ser vivida, expresada y manifestada para poder ser comprendida. Dios tiene que ser amado, conocido y revelado dentro del corazón y el cerebro humanos, para poder ser captado intelectualmente.

La Jerarquía de místicos y de los que conocen y aman a Dios, expresan hoy esta verdad revelada en los planos mentales y emocionales. Pero ha llegado el momento en que la manifestación de esta realidad puede, por primera vez y en verdad, expresarse en el plano físico en forma grupal y organizada, en vez de hacerlo por intermedio de unos cuantos inspirados hijos de Dios, que en épocas pasadas encarnaron como garantía de futuras posibilidades. La Jerarquía de Ángeles y Santos, de Maestros, Rishis e Iniciados, ahora puede empezar a organizarse en forma material en la Tierra, porque hoy la idea grupal está ganando terreno rápidamente y la naturaleza de la humanidad está siendo mejor comprendida. Puede verse que la Iglesia del Cristo, hasta ahora invisible y militante, se materializa lentamente y se convierte en la Iglesia visible y triunfante.

Ésta es la gloria de la futura era acuariana, de la próxima revelación del ciclo evolutivo y de la tarea del futuro inmediato. El drama real de esta triple relación (de la cual, como hemos visto, el sexo físico es sólo el símbolo) será representado, en gran escala en la vida del aspirante moderno durante los próximos cincuenta años. Lo que simbólicamente se denomina “el nacimiento del Cristo” o [i314] segundo nacimiento, tendrá lugar en muchas vidas y habrá nacido en la tierra un numeroso grupo de seres espirituales, formado por quienes han unido conscientemente y dentro de sí mismo los dos aspectos, alma y cuerpo, consumando así el “matrimonio místico”. Este conjunto de acontecimientos individuales producirá una análoga actividad grupal, y veremos el surgimiento “del cuerpo manifestado de Cristo” en el plano físico y la aparición de la Jerarquía. Esto es lo que está sucediendo ahora, y cuanto vemos hoy a nuestro alrededor en el mundo son sólo dolores del parto que preceden al glorioso nacimiento.

Estamos hoy en el proceso de esta culminación. De allí la dificultad y el sufrimiento evidentes en la vida del verdadero discípulo quien -habiendo incorporado en sí mismo simbólicamente, los dos aspectos padre-madre, espíritu-materia, y habiendo nutrido al niño Cristo durante el período de gestación- da ahora a luz al Cristo niño en el establo y en el pesebre del mundo. En la entera consumación de esta realización general el grupo también lo logrará y el Cristo aparecerá nuevamente en la Tierra, encarnando esta vez en los muchos, y no en una personalidad. Sin embargo, cada miembro del grupo es un Cristo en manifestación; todos juntos presentan el Cristo al mundo y constituyen un canal para la fuerza y vida crísticas.

Realmente vamos de gloria en gloria. La pasada gloria de la individualización debe desaparecer en la gloria de la iniciación. La gloria de la autoconciencia que surge lentamente debe perderse de vista ante la maravilla de la conciencia grupal de la raza, y hoy los más destacados pensadores y trabajadores lo desean ardientemente. La gloria que brilla tenuemente y la imperceptible luz que parpadea en la forma humana deben ser reemplazadas por la radiación de la gloria del evolucionado hijo de Dios. Sólo [i315] se requiere efectuar un pequeño esfuerzo y demostrar el poder de resistencia, que capacitará a quienes están experimentando en el plano físico para evidenciar la luz radiante y establecer en la tierra una gran estación de luz que iluminará todo el pensar humano. En el transcurso de las épocas siempre han habido aislados portadores de luz. Dentro de poco tiempo tendremos al grupo portador de luz. Entonces el resto de la familia humana (que aún no responde al impulso crístico) progresará más fácilmente hacia el sendero de probación. El trabajo todavía será lento y resta mucho por hacer; pero si todos los aspirantes y discípulos que trabajan en el mundo subordinan sus intereses personales a la tarea inmediata, tendremos lo que gráficamente podría describirse como la inauguración de una gran estación de luz en la Tierra y la fundación de una gran estación de poder, que acelerará grandemente la evolución y la elevación de la humanidad y el desarrollo de la conciencia humana.

En los círculos esotéricos se habla demasiado y se dicen muchas tonterías respecto al rayo a que pertenece un ser humano. La gente se entusiasma estúpidamente cuando se le dice cuál es su rayo, así como cuando se le dice qué eran ellos en encarnaciones pasadas. La “nueva enseñanza sobre los rayos” compite en interés con la astrología. Al igual que los atenienses, los seres humanos siempre buscan lo novedoso y lo extraño, y olvidan que toda nueva verdad y cada nueva presentación de una antigua verdad, lleva consigo una acrecentada responsabilidad. Sin embargo, resulta interesante trazar paralelos, pues es evidente para el concienzudo estudiante que las nuevas enseñanzas sobre los rayos han llegado a él justamente cuando la ciencia anuncia que no existe ni se conoce nada más que energía y que todas las formas se componen de unidades de energía y son, en sí mismas, expresiones de fuerza. [i316] Rayo es el término aplicado a una fuerza o a un determinado tipo de energía que pone de relieve la cualidad que exhibe esa fuerza, y no el aspecto forma que ella crea. Ésta es la verdadera definición de un rayo.

Los rayos y las razas

En las antiguas enseñanzas de la Sabiduría Eterna se ha dicho que el ser humano es un triple aspecto de energía y esencialmente una trinidad, como lo es la Deidad. Técnicamente lo denominamos Mónada-ego-personalidad, y lo definimos Espíritu-alma-cuerpo. Quisiera indicar que al estudiar a la familia humana como unidad y totalidad, también se descubrirá que es esencialmente una Mónada, con siete grupos egoicos, dentro de los cuales todas las almas (encarnadas o no) encuentran su lugar, y con las correspondientes cuarenta y nueve formas raciales, a través de las cuales los siete grupos de almas se expresan cíclicamente. Todas las almas cumplen su destino en todas las razas, pero ciertos tipos de almas predominan en ciertas formas raciales. Por lo tanto, ¿por qué razón existen predilecciones y antipatías raciales? Cuando se comprenda la Verdad de que todos alguna vez pasamos la experiencia de encarnar en cada raza, sabremos que sólo existe la unidad. El tema se aclarará si clasificamos la enseñanza y la relación que tiene en los rayos con las razas:

    Rayo

  Plena Expresión

 Mayor Influencia

1er Rayo de Voluntad.
Almas de 1er. Rayo

En la 7ª raza raíz.
Perfección del Plan.

1ª y 7ª Subrazas.

2º Rayo de Amor-Sabiduría
Almas de 2º rayo.

En la 6ª raza raíz.
Intuición Perfeccionada.

2ª y 6ª Subrazas.

3er. Rayo de Inteligencia.
Almas de 3er. rayo.

En la 5ª raza raíz.
Raza Aria [i317]

3ª y 6ª subrazas.

4º Rayo de Armonía.
Almas de 4º rayo.

En la 4ª raza raíz.
Raza Atlante.
Astralismo perfeccionado.
Emotividad perfeccionada.

4ª y 6ª subrazas.

5º Rayo de Conocimiento.
Almas de 5to. rayo

En la 3ª raza raíz.
Físico perfeccionado.
Raza Lemuria

5ª y 3ª Subrazas.

6º Rayo de Devoción.
Almas de 6to. Rayo

En la 2ª raza raíz.

6ª. y 2ª subrazas.

7º Rayo de Magia.
Ceremonial.
Almas de 7mo. rayo

En la 1ª raza raíz.

7ª y 1ª subrazas.

Recuerden que estas clasificaciones corresponden a los principales ciclos de rayo, y que en toda raza raíz hay una continua mezcla y entremezcla de rayos con lo que podría llamarse el rayo “constante” o predominante, que aparece y vuelve a aparecer más frecuente y poderosamente que los otros rayos. Existe una estrecha analogía entre ciertos rayos y razas, con sus subrazas, que están coloreadas por las predominantes influencias de los rayos. Es interesante interpretar estas influencias de rayo (como lo he expuesto) en términos de su cualidad, lo cual conduce a su objetivo, de la manera siguiente:

El primer Rayo de Voluntad conduce desde el propósito latente en la primera raza, hasta el Plan evolutivo ya realizado en la séptima raza.

El segundo Rayo de Amor-Sabiduría conduce desde el amor o deseo divino en la segunda raza, hasta la total comprensión intuitiva en la sexta raza.

El tercer Rayo de Inteligencia-Activa conduce desde la latente percepción mental del ser humano lemuriano en la tercera raza, hasta el desarrollo intelectual logrado en la raza Aria o quinta raza.

El cuarto Rayo de Armonía a través del Conflicto conduce, desde el periodo que produjo el terrible equilibrio de fuerzas en la Atlántida [i318] (la cuarta raza,) hasta la santificada y libre devoción unilateral en la próxima sexta raza, en la cual culminarán dos líneas de energía. Éste será el punto de realización de las Mónadas de Amor, que llegarán a expresar Amor-Sabiduría. La última raza señala el punto de realización de las Mónadas de Voluntad, así como la actual raza Aria señala y señalará la realización de las Mónadas de Inteligencia. Esto induce a la reflexión. Dicha realización es relativa, porque es la cuarta ronda, pero necesariamente existe un “punto máximo” de realización para cada ronda.

En las cuatro razas mencionadas ha tenido lugar un gran periodo de equilibrio de fuerzas para nuestra humanidad. El efecto de los otros tres rayos sobre la raza Lemuria y las dos razas anteriores amorfas no es necesario considerarlo. La naturaleza de la conciencia de las formas que se hallan en dichas razas y la presión ejercida sobre ellos por la Entidad que anima a la familia humana como un todo, son demasiado abstrusas para el lector común, que le interesan principalmente las razas aquí enumeradas, porque le resumen las realizaciones pasadas y futuras.

En consecuencia, cuando nos ocupamos de la familia humana debemos tratar de pensar en términos más amplios que cuando consideramos al individuo, tal como lo conocemos. Debemos mirar a la humanidad como una entidad integrada, un Ser, una Vida en la forma. Todo ser humano es una célula de esta Vida unificada en la forma; las siete razas constituyen los siete centros principales cuya polarización cambia constantemente a los centros superiores, y los centros inferiores se relegan a la pasividad, hasta que llegue el momento, al final de la era, en que los siete centros se coordinarán y energizarán. Podría hacer aquí la siguiente sugerencia (observen esta palabra) respecto a la relación que existe entre las razas y los centros del cuerpo de la humanidad. [i319]

 

Razas

 Centros  

  Expresiones

7ª y última raza raíz

Centro coronario

Voluntad. Plan.

6ª y próxima raza raíz

Centro ajna o entre las cejas

Integración intuitiva.

5ª y actual raza raíz

Centro laríngeo

Poder creador. Ocultista.

4ª y anterior raza raíz

Plexo solar

Sensibilidad psíquica. Mística.

3ª y 1ª razas humanas

Centro sacro

Apariencia física. Generación.

2ª raza, la etérica

Centro cardíaco o vital

Fuerzas coordinadas de la vida

1ª raza

Base de la columna vertebral

Voluntad de ser, de existir.

Consideraremos únicamente las cuatro últimas razas que están en evolución (las primeras cuatro en la clasificación dada), pues las tres primeras razas están lejos del alcance de los que están en grados inferiores al de iniciado para poder captar el modo en que se desarrollarán, y el tipo de conciencia y el procedimiento que emplearán para lograr la meta. Lo que trato de recalcar es la necesidad de ver el cuadro en su totalidad y no en forma individual.

Podría ser de utilidad si clasificamos ciertos aspectos referentes al reino humano como lo hicimos con los tres reinos subhumanos.

EL REINO HUMANO

Influencias:

Dos rayos de energía divina se ocupan en forma activa de traer a la manifestación a este reino, y son: [i320]

1. El cuarto Rayo de Armonía, belleza y unidad, obtenidas a través del conflicto.
2. El quinto Rayo de Conocimiento Concreto, o el poder de conocer.

El cuarto es el rayo por excelencia que rige a la humanidad. Existe una relación numérica que debe observarse porque la cuarta Jerarquía creadora de mónadas humanas y el cuarto rayo, en esta cuarta ronda, en el cuarto globo, la tierra, están extremadamente activos. Su estrecha interrelación e interacción es responsable del surgimiento prominente de la humanidad. En otras rondas la humanidad no ha sido la evolución dominante ni la más importante, pero en ésta lo es. En la próxima ronda, la evolución predominante será la de las almas en el nivel astral y el reino dévico. Hablando simbólicamente, nuestra humanidad deambula hoy en la Tierra a la luz del día y estos dos rayos fueron los responsables de que se iniciara la evolución humana en este ciclo mayor. Nuestro objetivo consiste en armonizar los aspectos y principios superiores y los inferiores en el individuo y en la totalidad, lo cual involucra conflicto y lucha, pero oportunamente produce la belleza, poder creador en el arte y la síntesis. Este resultado no hubiera sido posible sin la mediación del poderoso trabajo del quinto Rayo de Conocimiento Concreto que, en conjunción con el cuarto rayo, produjo ese reflejo de la divinidad que denominamos ser humano.

El ente humano es una curiosa síntesis, en el aspecto subjetivo de su naturaleza; produce la fusión de la vida, del poder, de la intención armoniosa y de la actividad mental. Debe observarse lo que viene a continuación, porque es de profundo interés e importancia psicológica:

Rayos I, IV y V . . . . Predominan en la vida de la humanidad, rigen con creciente poder la vida mental de los seres humanos y determinan su cuerpo mental. [i321]

Rayos II y VI . . . . . . . . Rigen poderosamente su vida emocional y determinan el tipo de su cuerpo astral.

Rayos III y VII . . . . . . . Rigen la vida física vital y el cuerpo físico.

Si se observa cuidadosamente tenemos un resumen de los rayos que rigen y diferencian la vida de la forma personal, introduciendo por lo tanto otros factores, que los psicólogos tendrán que considerar a medida que pasa el tiempo. Por lo tanto veremos que:

1. El alma humana o ego pertenece a algunos de los siete rayos y a uno de los siete grupos de rayos.
2. La mente y el cuerpo mental están regidos por los Rayos de Propósito, de Armonía o Síntesis, y de Conocimiento.
3. La naturaleza emocional y la forma están regidas por los Rayos de Amor-Sabiduría y la Devoción Idealista.
4. La vida vital y el cuerpo físico están regidos en la materia por los rayos de Inteligencia y de poder Organizador.

Pero en medio de esta complejidad de rayos y fuerzas, el tercero y el quinto mantienen el lugar preponderante y rigen los ciclos mayores del individuo, que no sólo está controlado por sus propios ciclos de rayo (determinados por su rayo egoico) y por sus ciclos menores de la personalidad, sino influido por los ciclos mayores y menores que corresponde a la vida de rayo que rige a la humanidad como un todo.

Resultados:

A través del trabajo activo de los dos rayos mencionados, hallamos que el cuarto rayo hace aparecer finalmente en el ser humano la intuición. El quinto rayo es responsable del desarrollo del intelecto en él. Nuevamente aparece en el ser humano su gran don de síntesis y su prerrogativa [i322] de unificarse, porque, como dije anteriormente, combina en sí mismo las cualidades de los tres reinos de la naturaleza, incluyendo al anterior y al posterior.

1.El reino de las almas ......................... Intuición.

2.El reino humano ................................ Intelecto.

3.El reino animal.................................... Instinto.

De aquí surge su problema y su gloria. Podríamos también decir que debido a la unión entre la intuición positiva y el instinto negativo nace el intelecto, porque el ser humano repite en sí mismo el gran proceso creador tal como ocurre en el universo. Éste es el aspecto interno creador de la conciencia así como poseemos el aspecto creador externo en la creación de las formas.

Proceso:

Debido a que en la familia humana existe en la forma física humana una entidad pensante denominada alma, el procedimiento que se aplica para obtener el control consciente es el de adaptación. Todas las formas en los tres reinos inferiores subhumanos están también sujetas a este proceso de adaptación, pero es una adaptación grupal al medio ambiente, mientras que en la humanidad es la adaptación del individuo a su medio ambiente. La persona que trabaja consciente e inteligentemente para adaptarse a esa situación y a las condiciones en que se encuentra, es relativamente rara. El poder de adaptarse conscientemente a las circunstancias es el resultado del desarrollo evolutivo. Las etapas mediante las cuales el ser humano adquiere esta capacidad pueden enumerarse de la manera siguiente:

1. La adaptación inconsciente al medio ambiente por el ser humano que es primordialmente un animal sin inteligencia. A esta clase pertenecen el salvaje y el campesino sin cultura. El ser humano en esta etapa es algo mejor que un animal, y lo rige totalmente el instinto. [i323]

2. La adaptación inconsciente al medio ambiente por el ser humano que comienza a tener débiles destellos de percepción mental. Esto es en parte instintivo y se basa en el creciente amor propio. Existe en él mayor conciencia del “Yo” y menor percepción instintiva grupal. Esta creciente autorrealización se halla entre los que moran en el bajo fondo, por ejemplo, el delincuente que posee bastante instinto y viveza que le permite vivir por su astucia, reacciona rápidamente y posee manos hábiles, etapa de la astucia animal.

3. La adaptación consciente y puramente egoísta al medio ambiente. En estos casos el ser humano percibe definidamente sus móviles, reflexiona conscientemente sobre ellos, los reconoce y “hace lo que puede en esas circunstancias”. Se esfuerza por vivir dentro de lo posible en armonía con su medio ambiente. Esto implica buenos móviles, pero está regido principalmente por el deseo de obtener comodidad -física, emocional y mental- a tal grado que se disciplinará y obtendrá la capacidad de adaptarse donde quiera se encuentre, y pueda llevarse bien con todos.

4. Desde esta etapa en adelante las diferenciaciones son muy numerosas y difíciles de seguir, y son derivaciones del egoísmo puro (desarrollado frecuentemente al máximo grado), de un creciente reconocimiento del grupo, de una incipiente comprensión sobre los derechos de los demás, del mismo derecho a gozar de la comodidad, de la armonía, de un constante esfuerzo para adaptar el temperamento y la vida personal a fin de que el interés puramente egoísta no dañe a los demás, hasta que llegamos a...

5. El ser humano común realmente bueno que lucha por adaptarse al medio ambiente, a las relaciones y responsabilidades de su grupo, a fin de poder expresar cierta [i324] medida de amor. No me refiero a ese amor instintivo por la familia, los niños y el espíritu de rebaño, que los seres humanos comparten con los animales, y que frecuentemente desaparece cuando los seres queridos se independizan. El vínculo no es suficientemente fuerte para retenerlos y el móvil es demasiado egoísta para resistir el tirón. Me refiero a ese amor inspirado que reconoce los derechos del semejante y conscientemente se esfuerza para adaptarse a esos derechos reconocidos; mientras se aferra tenazmente a los de la personalidad.

6. Luego tenemos el trabajo de adaptación, tal como lo llevan a cabo los aspirantes del mundo, que están teóricamente convencidos de su relación grupal y de su máxima importancia, de la necesidad que tiene toda personalidad de desarrollar al máximo sus poderes a fin de proporcionarle un valor real al grupo y servir adecuadamente la necesidad del mismo. En el verdadero esoterismo no existe el móvil de “matar a la personalidad”, o disciplinarla en tal forma que llegue a ser una pobre cosa muerta. El verdadero móvil consiste en entrenar la triple naturaleza inferior, la personalidad integrada, hasta demostrar sus poderes superiores latentes o en desarrollo, a fin de que esos poderes puedan ser aplicados para satisfacer las necesidades del grupo, y la personalidad del aspirante pueda ser integrada dentro del grupo. Mediante esto se enriquece la vida del grupo, aumenta su potencia grupal y se expande su conciencia grupal. Por lo tanto, lo que acontece en la vida del verdadero aspirante en la actualidad, (el acrecentado reconocimiento de la responsabilidad grupal) también puede observarse en los grupos, organizaciones y naciones. De allí el sin fin de experimentos. Se está sometiendo a todos los grupos, grandes o pequeños, a un proceso de limpieza y eliminación de todo el lastre dejado por las ideas antiguas y trilladas, y a un periodo de disciplina y entrenamiento [i325] que debe preceder a la verdadera vida grupal. Cuando este proceso finalice, veremos que los grupos se acercarán entre sí impulsados por un nuevo y verdadero espíritu de colaboración y de fusión religiosa, y una actitud internacional realmente nueva. Entonces tendrán algo más sólido y de mayor valor para ofrecer a la totalidad. Dentro de estos grupos que luchan por esta nueva realización e integración y expresan lo que podríamos llamar “la sexta etapa de adaptación”, se hallan aquellos que ya están en la séptima etapa.

7. Tenemos ahora la total y desinteresada adaptación a la necesidad y al propósito grupal. Los que han alcanzado este grado de evolución se han descentralizado en lo que concierne a la propia vida de su personalidad. Enfocan su atención mental en el alma y en el mundo de las almas. Su atención no está ya dirigida a la personalidad, excepto en la medida necesaria para obligarla a adherirse al propósito grupal o egoico. Estos servidores que expresan la radiación y el poder atractivo del alma, conocen el Plan y constituyen, en cada organización, el nuevo y lentamente creciente Grupo de Servidores del Mundo. La salvación del mundo está en sus manos.

8. El último grupo de esta escala de adaptación es el de los iniciados superiores, los perfectos Hermanos Mayores y los Grandes Compañeros. Se han adaptado mutua y perfectamente a Sus personalidades y a las condiciones mundiales; pero como grupo están aprendiendo la forma de adaptar las fuerzas de la naturaleza, las energías de los rayos y los poderes de los signos zodiacales a las necesidades y demandas mundiales en forma práctica y en un momento determinado. Es aquí donde el trabajo de los discípulos del mundo y de los aspirantes más evolucionados sirve de ayuda [i326] como campo de experimentación, y es en el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo donde se efectúa el proceso de adaptación.

He tratado de explicar las etapas del proceso de adaptación en términos de conciencia, encarando por lo tanto el tema en forma filosófica y psicológica. Se ha de recordar que este proceso, a medida que se desarrolla en la conciencia, produce, segura e inevitablemente, los correspondientes cambios en el mecanismo, en la estructura y en el sentido de percepción, a través del mecanismo del cuerpo. En este tratado no pongo el énfasis sobre estos cambios, pues la ciencia moderna se ha ocupado extensamente de ellos, y forja constantemente adelante la correcta dirección. Acentúo el aspecto conciencia como el factor predisponente y sobre el desarrollado sentido de percepción, que produce esa demanda interna para el mejoramiento del equipo. El mejoramiento del equipo, como resultado de la demanda de la conciencia, es el secreto del impulso evolutivo en el transcurso de las épocas. La demanda interna en el ser humano despierta los centros; el despertar de los centros determina la respuesta del sistema endocrino, gobierna al sistema nervioso en su triple capacidad y también a la corriente sanguínea. Por lo tanto, la forma externa o mecanismo, indica siempre el grado de evolución del ser humano interno subjetivo y espiritual.

El Secreto:

En esoterismo se lo denomina “el secreto de traslación”. Llevaré al nivel de inteligencia del estudiante común el concepto general que encierran estas palabras, diciendo que cuando un ser humano comprende realmente el poder de elevación que tiene la aspiración, puede comenzar a trabajar con el secreto de la traslación. Los estudiantes deben abandonar la idea tonta y equívoca que la aspiración es una actitud emocional. No lo es. Es un proceso científico que rige a la evolución misma. [i327] Cuando se deja actuar libremente a la aspiración y se la sigue, es el modo, por excelencia, en que el aspecto materia o la entera personalidad “es elevada al cielo”. Cuando el efecto de la ininterrumpida aspiración va seguida de la acción correcta produce tres cosas:

1. La estimulación de los átomos superiores en los tres cuerpos.

2. La eliminación, como resultado de este estímulo, de esas sustancias atómicas que (cuando existen) atan ocultamente al aspirante a la tierra.

3. El acrecentamiento del poder atractivo magnético de los átomos superiores, que atraen hacia sí átomos de alta vibración para reemplazar a los de baja vibración. Quisiera hacer aquí una aclaración a fin de corregir una errónea actitud mental y casi universal. Los átomos apropiados de alta vibración son atraídos al cuerpo o cuerpos del ser humano, por el poder de atracción conjunta de los átomos ya presentes, y no principalmente por la voluntad del alma, excepto en la medida que esa voluntad actúa sobre los átomos existentes de grado superior que responden a ella.

La aspiración, actividad de naturaleza oculta y científica, es instintiva en la sustancia. Esto debe ser puesto de relieve cuando se instruye a los grupos.

Un interesante enfoque respecto a la aspiración consiste en que el poder de levitar el cuerpo, actualmente tema de interés e investigación psíquica, depende de haber logrado un determinado alineamiento de la personalidad mediante la aspiración y un acto de la voluntad. Presupone que existe en los tres cuerpos cierto porcentaje de átomos de adecuada vibración y liviandad.

Este secreto de traslación es la causa que subyace en el sistema de castas y la casta es un símbolo de traslación. En último análisis, el alma pasa de una casta a otra a medida que se “trasladan” [i328] los cuerpos. La clave reside en que ningún acto de traslación implica un sólo cuerpo, y tampoco significa “avanzar y ascender” a otra dimensión, a otro estado de conciencia, o a “otra casta”, a no ser que se haya producido un alineamiento, por ejemplo, entre:

1. El cuerpo físico y el cuerpo emocional.
2. Entre ambos y el cuerpo mental.
3. Entre los tres y el alma.
4. Entre los cuatro y el Grupo de Servidores del Mundo.

En estos cuatro alineamientos tenemos los paralelos esotéricos de los cuales el sistema externo de castas es un símbolo prostituido. Reflexionen sobre esto, porque el sistema de castas es universal en el mundo. Cuando se ha alcanzado adecuadamente el tercer alineamiento y cuando la luz de lo que constituye el cuarto componente de la relación, domina la luz inherente en los otros tres, se logra el objetivo de la evolución del ser humano. Esto nos lleva a considerar el siguiente punto:

Propósito:

Este propósito es la transfiguración. Ésta es la meta esotérica para la humanidad. Éste fue el trascendental acontecimiento representado ante la humanidad por el más grande de los hijos de Dios en Su Propio Cuerpo, a quien yo y todos los verdaderos discípulos consideramos el Maestro de Maestros, el Cristo. ¿Qué podré decir acerca de este acontecimiento culminante que espera realizar la personalidad del ser humano? Esta tercera gran iniciación marca una crisis en el trabajo iniciático y produce otra síntesis que se experimenta en la vida del ser humano espiritual. Hasta la tercera iniciación el ser humano se ha ocupado del proceso de fusionar el alma y el cuerpo en una sola unidad. Después de esta iniciación, (y debido a que tiene lugar cierto acontecimiento), el ser humano [i329] trata y se ocupa de alcanzar otra fusión en la conciencia, la del espíritu-alma-cuerpo. Me refiero a la fusión dentro de la conciencia. La unidad siempre existe allí, y el ser humano en evolución está verdaderamente llegando a percibir lo que ya existe.

Divisiones:

Desde el punto de vista de este tratado sobre esoterismo las divisiones son cinco. Las expondré brevemente porque sería demasiado extenso dilucidarlas en forma detallada.

Divisiones raciales. Pueden considerarse de dos maneras:

a.    Desde el punto de vista de la ciencia esotérica moderna.
b.   Desde el punto de vista de La Doctrina Secreta, con sus divisiones septenarias del género humano y sus cuarenta y nueve subdivisiones.

División de la humanidad en siete tipos principales de rayos, que podrían enumerarse así:

a.    El tipo de poder……...…. de gran voluntad y capacidad de gobernar.
b.    El tipo de amor…..…...… pleno de amor y poder de fusionar.
c.    El tipo activo………......…. de gran actividad y energía manipuladora.
d.    El tipo artístico………..... de gran sentido de la belleza y aspiración creadora.
e.    El tipo científico……..….. en el que predomina la idea de la causa y el resultado. El tipo matemático.
f.    El tipo devocional……..… pleno de idealismo.
g.    El tipo comercial……….. de gran poder organizador. Inclinado a la ceremonia ritualista.

Los doce grupos astrológicos. Éstos los consideraré al tratar Los Rayos y el Zodíaco, por eso no me ocuparé aquí.

División de los seres humanos en tres grupos esotéricos:

a.    Aquellos que aún no han despertado la conciencia del “Yo”. Llamados esotéricamente “chispas oscuras”. [i330]
b.    Aquellos que han despertado la individualidad. Llamados “luces vacilantes”.
c.    Aquellos que han despertado el conocimiento del alma. Llamados “radiantes hijos de la luz”.

División de la humanidad en tres tipos de aspirantes:

a.    Aquellos que la Jerarquía guiadora vigila desde lejos.
b.    Aquellos que la Jerarquía ha despertado y atraído.
c.    Aquellos que, desde el ángulo de la personalidad, pertenecen al mundo de las fuerzas, pero son almas que han despertado y cuya conciencia se está integrando en la de la Jerarquía. Constituyen el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo.

A estos tres últimos grupos podría agregárseles el de la Jerarquía misma. Esta clasificación muestra las partes principales en que la psicología esotérica divide a la humanidad; si la estudian detalladamente observarán cuán omni-incluyente resulta. Recomiendo a los sicólogos modernos que la estudien.

Agente Objetivo:

En el caso del ser humano, cuyos sentidos están activos (y se desarrollan lentamente en los reinos inferiores) el agente externo, mediante el cual progresa, es el mundo de la experiencia, el mundo tangible en el plano físico.

Habita en la carne y constituye para el individuo el campo adecuado de desenvolvimiento; durante el proceso de desarrollo de la conciencia grupal descubre la multiplicidad de contactos necesarios para despertar su respuesta al medio ambiente, que es parte de la vida y expresión de la Deidad por cuyo intermedio llega a conocer algunos aspectos de la manifestación de Dios. Utilizando los cinco sentidos y trabajando con los elementos tierra, aire, fuego [i331] y agua, acopia todo lo que está disponible para su uso y trabaja en, con y a través del mundo externo de la vida diaria.

Agente Subjetivo:

La mente se emplea aquí como órgano sensorio, como sentido sintético o común y como instrumento de investigación, por cuyo medio el ser humano desarrolla la verdadera conciencia humana. Al utilizar la mente aprende a protegerse, a cuidar sus intereses y a conservar su identidad. Por el empleo de la mente comienza a discriminar y a cultivar gradualmente el sentido de los valores, lo cual le permite oportunamente acentuar lo ideal y lo espiritual y no lo material y lo físico.

Cualidad:

La cualidad es el desarrollo de sattva o ritmo en el reino humano. En realidad es la respuesta armoniosa a la vibración: conduce a la integración de la unidad en el todo, a lograr esa comprensión que permite al ser humano eliminar todas las barreras de su conciencia y, sencilla y naturalmente, a responder total y rítmicamente a todas las condiciones y estados de percepción. Debe siempre recordarse que el secreto de la cualidad humana (si puedo usar una frase tan engorrosa) es el poder de identificar la conciencia humana con todos los tipos de conciencia y de percepción, con todos los tipos de respuesta inconscientes e instintivos y con todos los tipos superconscientes, o sentido divino de ser. Esto puede finalmente realizarse a voluntad.