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II. Las Siete Leyes de la Vida del Alma o Vida Grupal - Parte 3

b. Métodos característicos que emplean los rayos para servir

¿Comprueba esta ciencia que los siete tipos de rayo emplean característicos métodos para servir?

A medida que transcurre el tiempo esto será definidamente comprobado y cada trabajador y servidor de rayo prestará servicio de acuerdo a sus líneas peculiares y específicas, las cuales le indicarán las líneas de menor resistencia y, en consecuencia, las más eficaces. Dichos métodos y técnicas constituirán la estructura interna de la futura ciencia del Servicio, y serán descubiertos cuando se acepte la hipótesis de los rayos y se analicen los métodos empleados por esos tipos y grupos aislados de rayo. Todas estas diversas maneras de servir se llevan a cabo de acuerdo al Plan y constituyen en conjunto un todo sintético. El rayo o rayos en manifestación, en cualquier momento dado, determinará la tendencia general del servicio mundial, y esos servidores cuyo rayo egoico está en encarnación y que se esfuerzan por dedicarse a una actividad correcta, hallarán que su trabajo se facilitará si comprenden que la tendencia de los asuntos mundiales está de acuerdo con ellos y que siguen la línea de menor resistencia de ese período. Trabajarán con mayor facilidad que los discípulos y aspirantes cuyo rayo egoico no está en manifestación. Tal reconocimiento conducirá a un estudio concienzudo de las épocas y estaciones, a fin de no desperdiciar los esfuerzos y aprovechar realmente las cualidades y aptitudes de los servidores disponibles.

Todo [i139] estará de acuerdo al Plan. La consideración de los rayos en o fuera de manifestación y el reconocimiento de los discípulos y servidores que están disponibles en el plano físico, en cualquier momento determinado, es parte del trabajo que deben realizar los Maestros de la Jerarquía.

La aparición del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo indica que hay suficientes tipos de rayo egoico en manifestación física y que innumerables personalidades responden al contacto con el alma, de manera que puede formarse un grupo que será definidamente impresionado como grupo. Esto ha sido posible por primera vez. Antes del siglo actual sólo podían ser impresionados los individuos de distintas partes del mundo y en épocas y períodos muy distantes. Hoy un grupo puede responder y su número es comparativamente tan grande que podría formarse en el planeta un grupo de personas de tan radiante actividad que sus auras podrían encontrarse y establecer contacto entre sí. Así un sólo grupo (subjetivo y objetivo) puede actuar.

Existen hoy muchos centros de luz diseminados por el mundo y tantos discípulos y aspirantes, que los pequeños haces o hilos de luz (hablando simbólicamente) que irradia cada uno de ellos, se encuentran y entrelazan formando una red de luz en el mundo, lo cual constituye el aura magnética del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. Cada individuo en el grupo es sensible al Plan, ya por el conocimiento personal obtenido en el contacto con su alma, o porque intuye lo que el grupo -que lo atrae- acepta como su tarea inmediata y es para él la verdadera y correcta, pudiendo colaborar y dar de sí lo más elevado y mejor. Cada individuo de ese grupo trabajará en su propio y particular ámbito, de acuerdo a su rayo y tipo de rayo. También estará coloreado por su raza y nación, pero el trabajo es más eficaz cuando las unidades del grupo satisfacen las [i140] necesidades de su propio ambiente, en la forma que para ellos es la más simple y mejor, pues pertenecen por hábito o entrenamiento a ese ambiente particular. Esto no debe olvidarse.

Cada uno de los siete tipos de rayo actuará de la manera siguiente. Los describiré brevemente, porque de otro modo limitaría la expresión de quienes no tienen el conocimiento necesario para discriminar sobre sus características, lo cual podría, indebidamente, calificar y colorar la experiencia de esos servidores que reconocen, como algunos ya lo hacen, a su rayo. Podrían, con toda buena intención, forzar a que predominen las cualidades de rayo de sus almas antes que el rayo de la personalidad sea adecuadamente conocido y controlado. Otros servidores confunden frecuentemente los dos rayos y creen que el rayo de su alma es de un tipo particular, en cambio no es más que el rayo de la personalidad al cual obedecen predominantemente y los rige preeminentemente. ¿No demuestra esto, acaso, el cuidado con que deben proceder los Instructores de estas verdades y los custodios de la revelación futura? Deben proteger a los aspirantes contra el conocimiento prematuro que podrían captar mediante la teoría, pero que no están aún preparados para aplicarla en forma práctica.

Primer Rayo. Los servidores que pertenecen a este rayo, si son discípulos entrenados, podría decirse que trabajan imponiendo la Voluntad de Dios sobre las mentes de los seres humanos. Lo hacen mediante el poderoso impacto de las ideas sobre las mentes de los seres humanos y acentuando los principios regentes que la humanidad debe asimilar. Cuando el aspirante capta estas ideas, obtiene dos resultados. Primero, inicia un período de destrucción y desintegración de lo antiguo y caduco que, luego, es seguido por el brillo luminoso y claro de las nuevas ideas y la consiguiente captación por las mentes de la humanidad inteligente. Estas ideas encierran grandes [i141] principios y constituyen las ideas de la nueva era. Por lo tanto, dichos servidores actúan como ángeles destructores enviados por Dios, destruyendo las antiguas formas, no obstante existir detrás de ello el impulso del amor.

Sin embargo, el aspirante común que pertenece al primer rayo, no actúa tan inteligentemente. Capta la idea que la raza necesita, tratando de imponerla como si fuera propia, algo que ha visto y captado y que impacientemente quiere imponer, según cree, para bien de sus semejantes. En forma inevitable destruye con la misma rapidez que construye y, finalmente, se destruye a sí mismo. Muchos valiosos aspirantes y discípulos que se entrenan para servir hoy, actúan en forma tan lamentable.

Algunos de los Maestros de Sabiduría y Sus grupos de discípulos están, en la actualidad, activamente empeñados en el esfuerzo de imponer ciertas ideas fundamentales y necesarias a la raza humana, y gran parte de Su trabajo es preparado por un grupo de Discípulos Destructores y también por un grupo de Discípulos Enunciadores, debido a que ambos tipos de trabajadores realizan su tarea como una unidad. La idea que ha de predominar en el futuro es enunciada por escrito o verbalmente, por un solo grupo. El grupo de Destructores la toma y comienza a destruir los viejos conceptos de la verdad para abrir el camino y dar lugar a la nueva idea emergente.

Segundo Rayo. Los servidores de este rayo piensan, meditan sobre las ideas nuevas asociadas con el Plan y las asimilan, y por el poder de su atractivo amor, reúnen a quienes se hallan en esa etapa de evolución que les permite responder a la medida y ritmo de dicho Plan. Por lo tanto, seleccionarán y entrenarán a quienes puedan introducir más profundamente la idea en la masa humana. No debemos olvidar que el trabajo de la Jerarquía en la actualidad y la tarea del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo se asocian primordialmente con las ideas. Los [i142] discípulos y servidores que pertenecen al segundo Rayo “construyen activamente las moradas para esas entidades dinámicas, cuya función siempre ha sido cargar dinámicamente los pensamientos de los seres humanos a fin de inaugurar esa mejor y nueva era que permitirá nutrir las almas de los seres humanos”. Así lo explica El Antiguo Comentario, aunque he modernizado su antigua terminología. Por medio de la comprensión magnética, atractiva y simpática, y la inteligente y lenta aplicación de la acción, basada en el amor, actúan los servidores de este rayo. Hoy su poder está llegando a predominar.

Tercer Rayo. Los servidores de este rayo tienen en la actualidad la función especial de estimular el intelecto de la humanidad, agudizándolo e inspirándolo. Actúan en la manipulación de ideas, a fin de que sean hoy captadas con más facilidad por la masa de hombres y mujeres inteligentes del mundo, cuya intuición aún no ha despertado. Se debe observar que los verdaderos servidores trabajan mayormente con las nuevas ideas y no se ocupan de organizar y censurar, pues ambos van unidos. El aspirante de tercer rayo toma las ideas a medida que surgen de la elevada conciencia de Aquellos para quienes trabaja el primer rayo; el trabajador de segundo rayo las presenta en sentido esotérico en forma elocuente, adaptándolas a la necesidad inmediata, y la fuerza del intelecto de los tipos de tercer rayo las plasma en palabras. En esto hay una sugerencia para muchas personas que pertenecen al tercer rayo y están trabajando hoy en distintos campos del servicio.

Cuarto Rayo. Este rayo no se halla actualmente en encarnación y, por lo tanto, pocos egos del cuarto rayo hay disponibles para dedicarse a servir mundialmente. Sin embargo, existen innumerables personalidades de cuarto rayo, y mucho podrán aprender si estudian el trabajo que realiza el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. La principal tarea del aspirante que pertenece al cuarto rayo consiste en armonizar las nuevas ideas con las antiguas, para que no se produzca una interrupción o grieta peligrosa. Hay quienes [i143] “contemporizan equilibradamente” y adaptan lo nuevo y lo viejo para que se conserve el verdadero canon. Se dedican a construir el puente, pues son los verdaderos intuitivos y poseen el arte de la síntesis, de manera que su trabajo puede ayudar definidamente a llevar a cabo la genuina presentación de la idea divina.

Quinto Rayo. Los servidores de este rayo están predominando rápidamente. Son los que investigan la forma a fin de encontrar la idea oculta, su poder motivador y, con este fin, trabajan con las ideas, comprobando si son verdaderas o falsas. Incluyen en sus filas a esas personalidades que pertenecen a este rayo y las entrenan en el arte de la investigación científica. Partiendo de las ideas espirituales presentidas, que están detrás del aspecto forma de la manifestación, de los innumerables descubrimientos sobre la actuación de Dios en el ser humano y en la naturaleza, de los inventos (ideas materializadas) y del testimonio sobre el Plan que la Ley representa, preparan ese nuevo mundo en el cual los seres humanos trabajarán y vivirán una vida espiritual más profundamente consciente. Los discípulos que trabajan hoy en cada país de acuerdo a estas líneas, están más activos que en cualquier otro momento de la historia humana. A sabiendas o no, llevan a los seres humanos hacia el mundo de significados; sus descubrimientos pondrán fin, oportunamente, a la presente era de desocupación; sus inventos y mejoras, anexados a la creciente idea de la interdependencia grupal (el principal mensaje del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo), mejorarán con el tiempo las condiciones humanas para que pueda sobrevenir una era de paz y sosiego. Observarán que no digo “sobrevendrá”, pues ni el Cristo Mismo puede predecir exactamente el límite de tiempo en que podrán producirse estos cambios, ni cómo reaccionará la humanidad a cualquier punto dado de revelación.

Sexto Rayo. El efecto que ha tenido la actividad de este rayo durante los últimos dos mil años ha sido entrenar a la humanidad en el [i144] arte de reconocer los ideales, los anteproyectos de las ideas. El trabajo principal de los discípulos de este rayo es aprovechar la tendencia que ha desarrollado la humanidad para reconocer las ideas y -esquivando las rocas del fanatismo y los peligrosos escollos del deseo superficial- entrenar apasionadamente a los pensadores del mundo en el deseo hacia lo bueno, lo verdadero y lo bello, de modo que la idea que debe materializarse en alguna forma en la tierra, pueda desplazarse del plano mental y revestirse con una forma en la tierra. Dichos discípulos y servidores trabajan conscientemente con el elemento deseo del ser humano y científicamente, a fin de evocarlo en forma correcta. Su técnica es científica porque está basada en la correcta comprensión del material humano con el cual tienen que trabajar.

Algunas personas deben ser energizadas por una idea para que entren en actividad. Para ellas el discípulo de primer rayo puede serles muy eficaz. Se puede llegar a otras más fácilmente por medio de un ideal, y luego subordinarán sus vidas y deseos personales a ese ideal. Con éstas trabaja con facilidad el discípulo de sexto rayo; debe tratar de hacerlo enseñándoles a reconocer la verdad, presentándoles constantemente el ideal y evitando que demuestren un interés demasiado enérgico y fanático, ante la necesidad de una ardua y prolongada tarea. Debe recordarse que el sexto rayo, cuando es el rayo de la personalidad de un ser humano o grupo, puede ser mucho más destructivo que el primer rayo, pues éste no contiene tanta sabiduría y, como actúa por medio de un tipo de deseo, sigue la línea de menor resistencia para las masas y, por lo tanto, puede producir con más facilidad efectos en el plano físico. Las personas de sexto rayo deben ser tratadas con cautela, porque están demasiado centralizadas, pues los deseos personales las dominan casi por completo; las personas que pertenecen a este rayo han estado evolucionando durante largo tiempo. Sin embargo, es indispensable el método de sexto rayo para evocar el deseo de materializar un ideal y, afortunadamente, tenemos muchos aspirantes y discípulos de este rayo disponibles en la actualidad.

[i145] Séptimo Rayo. Este rayo proporciona hoy un necesario y activo grupo de discípulos que ansían ayudar al Plan. Su trabajo lo efectúan lógicamente en el plano físico. Pueden organizar el ideal evocado que personificará la idea de Dios dentro de la medida capaz de evidenciar la época y la humanidad y darle forma en la tierra. Su trabajo es poderoso e imprescindible y exige gran habilidad en la acción. Este rayo está entrando en el poder. Ninguno de los que pertenecen a este rayo y participan en la actual cruzada jerárquica puede trabajar solo; tampoco grupo alguno puede hacerlo por sí solo. La diferencia que existe entre los métodos de la vieja y la nueva era es que, en el primero, subsiste la idea de ser guiado por una persona y en el otro por un grupo. La diferencia existe entre la imposición a sus semejantes de la respuesta de un individuo a una idea, y la reacción de un grupo a una idea, que trae el idealismo grupal y lo enfoca en forma definida, lo cual hace surgir la idea sin que predomine ningún individuo. Ésta es la tarea actual más importante del discípulo de séptimo rayo, y debe abocar toda la energía para lograr este fin. Debe pronunciar esas Palabras de Poder que constituyen un grupo de palabras, y encierran la aspiración del grupo en un movimiento organizado, que como se verá, es muy distinto de una organización. Un ejemplo sobresaliente del empleo de la Palabra de Poder enunciada por un grupo fue dado últimamente en la Gran Invocación, la cual ha sido empleada con marcado efecto. Se debe seguir empleando, porque es el mantram que inaugurará la entrada del séptimo rayo. Por primera vez ha sido puesto a disposición de la humanidad un mantram de esta naturaleza.

Todos estos rayos actúan actualmente para llevar a cabo la específica idea grupal de siete Maestros, que, por intermedio de Sus servidores seleccionados, participan activamente en el trabajo iniciático de séptimo rayo, que está también vinculado con la entrante influencia acuariana. Los Maestros [i146] y Su numeroso grupo de discípulos, actuando en los cinco planos del desarrollo humano, han estudiado minuciosamente a Sus discípulos aceptados, a los discípulos bajo su supervisión -que aún no han sido aceptados- y a los aspirantes del mundo. Ellos los han seleccionado y fusionado en un grupo en el plano físico externo, basando esta elección es:

a. La sensibilidad a la influencia acuariana.

b. La voluntad de trabajar en un grupo como parte integrante del mismo, sin tener ambición personal ni deseo de ser un líder. El discípulo que desea llegar a ser un líder, está automáticamente (aunque sólo temporalmente) descalificado para este esfuerzo particular. Podrá realizar un buen trabajo pero será secundario y estará más estrechamente relacionado con la era anterior que con el trabajo del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo.

c. La dedicación desinteresada que nada retiene de lo que le corresponde dar correctamente.

d. La inofensividad que, aunque imperfecta, existe como ideal, hacia el cual el aspirante se esfuerza constantemente.

Muchas personas pueden participar en este trabajo. La Ley del Servicio ha sido descrita así en un esfuerzo por aclarar en nuestras mentes una de las influencias más esotéricas del sistema solar. Los exhorto a servir, pero les advierto que el servicio aquí presentado sólo será posible realizarlo cuando tengamos una visión más clara del objeto de la meditación y aprendamos a mantener durante el día la actitud de la orientación espiritual interna. A medida que aprendamos a eliminarnos y a borrarnos de nuestra conciencia como figura central del drama de la vida, sólo entonces podremos estar a la altura de nuestra verdadera potencialidad como servidores del Plan. [i147]

4. La Ley de Repulsión

Debemos considerar aquí una ley muy interesante. Es una de las principales leyes divinas que rige al peregrino en su agotador y largo camino de regreso al centro. Es la cuarta ley que gobierna o controla la vida del alma.

Nombre Exotérico Nombre Esotérico Símbolo Energía de Rayo
4 La Ley de Repulsión La Ley de los Ángeles Destructores El Ángel de la Espada Flamígera La energía de rechazo del primer Rayo

 

Ante todo sería conveniente comprender que esta ley posee ciertas características y produce efectos básicos que pueden ser brevemente enumerados:

1. La energía desplegada tiene efectos disipadores. Esta ley actúa como agente disipador.

2. Cuando se expresa activamente causa dispersión o rechaza los aspectos de la vida de la forma.

3. Produce un contacto discriminador que conduce a lo que se llama esotéricamente “el Camino de la negación divina”.

4. Sin embargo, es un aspecto de la Ley del Amor, el aspecto Vishnu o Cristo y concierne a esa actitud del alma, cuya naturaleza esencial es amor.

5. Esta ley se expresa por medio de la mente y, en consecuencia, sólo puede hacer sentir su presencia e influencia en el Sendero del Discipulado.

6. Es el principal requisito para el verdadero autoconocimiento. Revela y al mismo tiempo divide o dispersa.

7. Actúa por mediación del amor y para bien de la unidad -la forma y la existencia, las cuales rechazan finalmente la forma.

8. [i148] Es un aspecto de una de las más grandes leyes cósmicas, la Ley del Alma, que es la Ley cósmica de Atracción, pues lo que es atraído, con el tiempo es automática y eventualmente rechazado por lo que lo atrajo en primer lugar.

Esta ley plasma primordialmente el propósito divino sobre la conciencia del aspirante y le dicta los impulsos superiores y decisiones espirituales que marcan su progreso en el Sendero. Demuestra la cualidad de primer rayo (la influencia del subrayo del segundo rayo), pues debe recordarse que rechazar una forma, una situación o una condición, puede evidenciar el amor espiritual del agente que rechaza. Esto nos lo describe muy bien el antiguo símbolo del ángel con la espada flamígera, que se halla ante el portal del paraíso para alejar a quienes buscan la seguridad imaginaria de ese refugio y condición. Este ángel actúa con amor, y así lo ha hecho en el transcurso de las épocas, pues el estado de realización que llamamos paraíso es esencialmente peligroso para todos, excepto para quienes han adquirido el derecho de alcanzarlo. El ángel no protege a ese estado, sino al aspirante que no está preparado y lo salvaguarda de los riesgos y peligros de la iniciación que debe recibir antes de poder pasar las cinco divisiones del paraíso, hasta llegar al lugar donde mora la luz y los Maestros de Sabiduría viven y trabajan. Esta idea subyace detrás del procedimiento masónico donde Tyler permanece ante la puerta de la Logia con una espada desenvainada a fin de proteger los secretos de la artesanía masónica de aquellos que no están preparados.

Quisiera recordarles también que, como esta ley es un aspecto de la ley fundamental del Amor, concierne a la psiquis o alma y, por lo tanto, su función consiste en desarrollar los intereses espirituales del ser humano verdadero y demostrar el poder del segundo [i149] aspecto, la conciencia crística, y el poder de la divinidad. “Rechaza lo indeseable a fin de encontrar lo que el corazón anhela, lo cual conduce al cansado peregrino a rechazar una cosa tras otra, hasta que infaliblemente toma la Gran Decisión”. Esto ha sido extraído del Antiguo Comentario.

Dividiré lo que tengo que decir, respecto al funcionamiento y efecto de la Ley de Repulsión, en tres partes:

  1. La Ley de Repulsión y la función y la cualidad del deseo.
  2. La Ley de Repulsión tal como se expresa en los Senderos del Discipulado y de la Iniciación.
  3. La Ley de Repulsión tal como “impele en siete direcciones y obliga a todo aquello con lo que entra en contacto a volver al seno de los siete Padres espirituales”.

Esta ley actúa por medio del alma en todas las formas. Literalmente no afecta a la materia, excepto en lo que puede ser afectada la forma, cuando el alma se retira u ocultamente repudia. Por lo tanto, se evidenciará que la comprensión de su actividad dependerá en gran parte de la medida de la fuerza del alma, de la cual podemos individualmente ser conscientes de la medida del contacto con el alma. El grado alcanzado en la escala de la evolución regirá la manipulación de esta ley (si tal término puede emplearse) que determinará la capacidad de ser sensibles a su impacto. Si somos incapaces de responder a su influencia en cualquier medida, basta para indicar nuestro desarrollo. A no ser que la mente esté activa y empecemos a emplearla inteligentemente, no hay medio o canal por el cual esta influencia pueda fluir o actuar. No debe olvidarse nunca que la influencia o ley de nuestro ser espiritual revela la voluntad, el plan o el propósito de la vida divina, al expresarse en el individuo o en la humanidad como un todo. Tampoco olvidemos que si no hay un hilo de luz que actúe [i150] como canal, lo que esta ley imparta será desconocido, incomprendido e inútil. Estas leyes rigen predominantemente a la Tríada espiritual, esa divina triplicidad que se expresa por intermedio del alma, así como los tres aspectos del alma se reflejan a su vez por medio de la personalidad.

Por lo tanto, todo lo que puede comunicarse en relación con esta ley puede ser captado solamente por el ser humano que ha empezado a despertar espiritualmente. Las tres leyes que hemos considerado conciernen a las específicas influencias espirituales que emanan de las tres hileras de pétalos que componen el loto egoico. (Véase el Diagrama IX en Tratado sobre Fuego Cósmico. pág. 655 Editorial Kier, edición inglesa pág. 823).

1. La Ley del Sacrificio.................... Los Pétalos del Sacrificio. La voluntad de sacrificarse del Alma.

2. La Ley del Impulso Magnético..... Los Pétalos del Amor.

3. La Ley del Servicio...................... Los Pétalos del Conocimiento.

Esta cuarta Ley de Repulsión actúa a través de la primera Ley del Sacrificio y le otorga al aspirante la cualidad, la influencia y la tendencia de la Triada espiritual, la triple expresión de la Mónada. Su fuerza puede ser sentida plenamente sólo en la tercera iniciación, cuando, por primera vez, el poder del espíritu es conscientemente sentido. Hasta ese momento lo que especialmente se había registrado era el creciente control ejercido por el alma. Tenemos por lo tanto:

1. La Ley de Repulsión Atma. Voluntad espiritual. Cuarta Ley. Esta influencia llega por medio de los pétalos egoicos de sacrificio y la Ley subsidiaria del Sacrificio.
2. La Ley del Progreso Grupal Budi. Amor espiritual. Llega Quinta Ley. por mediación de los pétalos de amor del loto egoico y la ley subsidiaria del Impulso Magnético.
3. La Ley de la Amplia Respuesta Manas. Mente espiritual. Sexta Ley superior, llega por medio de los pétalos del conocimiento y la subsidiaria Ley del Servicio

 

 

 

[i151]Estas leyes espirituales superiores se reflejan en las tres leyes espirituales inferiores, y llegan a la conciencia inferior mediante el loto egoico y el antakarana. Tal afirmación constituye el segundo postulado básico en conexión con el estudio de la Ley de Repulsión. El primer postulado que fue enunciado anteriormente expresa que si no hay un hilo de luz que actúe como canal, lo que esta ley imparta será desconocido e incomprendido.

Estas seis leyes nos dan la clave para el entero problema psicológico de cada ser humano, y no existe condición que no sea producida por la reacción consciente o inconsciente del ser humano a estas influencias básicas, las leyes naturales y espirituales. Si los psicólogos aceptaran las tres leyes básicas del universo y las siete leyes por intermedio de las cuales ellas ejercen su influencia, llegarían a comprender al ser humano mucho más rápidamente que hasta ahora. Las tres leyes principales, tal como han sido enunciadas en otra parte, son:

  1. La Ley de Economía, rige principalmente la naturaleza instintiva del ser humano.
  2. La Ley de Atracción, rige el aspecto alma en el ser humano y en todas las formas de vida, desde un átomo hasta un sistema solar.
  3. La Ley de Síntesis, regirá al ser humano cuando haya llegado al Sendero de Iniciación, pero poco significa en el actual estado de desarrollo del ser humano.

También existen siete Leyes menores que producen el [i152] desarrollo evolutivo del ser humano como persona y del ser humano como alma. Dichas leyes son:

  1. La Ley de Vibración, la ley atómica del sistema solar.
  2. La Ley de Cohesión, un aspecto de la Ley de Atracción.
  3. La ley de Desintegración.
  4. La Ley del Control Magnético, que rige el control de la personalidad por la naturaleza espiritual a través de la naturaleza del alma.
  5. La Ley de Fijación, por la cual la mente controla y estabiliza.
  6. La Ley del Amor, por la cual se trasmuta la naturaleza inferior de deseos.
  7. La Ley del Sacrificio y de la Muerte.

(Extraído del Tratado sobre Fuego Cósmico, págs. 569 edición inglesa).

Estas siete leyes se relacionan con el aspecto forma de la vida. A las diez leyes se deben agregar las siete leyes del alma que estamos considerando, las cuales comienzan a actuar sobre el ser humano y producen un desarrollo espiritual más rápido después que ha sido sometido a la disciplina del Sendero de Probación o Sendero de Purificación. Entonces está preparado para hollar las etapas finales del Sendero.

Estas siete leyes constituyen la base de la verdadera comprensión psicológica; cuando su influencia sea mejor comprendida, el ser humano llegará al verdadero conocimiento de sí mismo. Entonces estará preparado para la cuarta iniciación que lo liberará de la necesidad de renacer. Ésta es la verdad que subyace en la enseñanza masónica impartida en el simbolismo de los primeros dieciocho grados. Pueden ser divididos en cuatro grupos de grados: Aprendiz Aceptado, Compañero o Artesano (al cual sigue el grado de la “Marca”). Maestro Masón (al cual sigue la S.A.R. o H.R.A.) y los grados agrupados del cuatro al diecisiete en el Rito Escocés. 

Estos diecisiete grados preparan al ser humano para el cuarto grado [i153] o fundamental, aprobado por el Maestro Masón. Puede recibirse, únicamente, cuando el Maestro posee la Palabra Perdida. Ha resucitado de entre los muertos; ha sido admitido, aprobado y ascendido, y ahora puede ser perfeccionado, lo cual encierra un gran misterio. Los diecisiete grados que llevan a dar el primer gran paso (que dio el Maestro resucitado) están subjetivamente relacionados con las diecisiete leyes mencionadas. Existe un paralelismo digno de observarse entre:

1. Las dieciocho leyes:

  • a. Las tres leyes mayores del universo.
  • b. Las siete leyes menores del sistema solar.
  • c. Las siete leyes fundamentales del alma, además de lo que podríamos denominar la gran ley de la Deidad Misma, la ley del propósito sintético de Dios.

2. Los dieciocho subplanos a través de los cuales el ser humano abre su camino:

  • a. Los siete subplanos físicos.
  • b. Los siete subplanos astrales o los del deseo emocional.
  • c. Los cuatro subplanos mentales inferiores.

3. Los dieciocho grados de la masonería, desde el de Aprendiz Aceptado hasta el de iniciado perfecto del capítulo Rosacruz.

4. Los dieciocho centros de fuerza con los cuales tiene que trabajar el ser humano espiritual:

  • a. Los siete centros en el cuerpo etérico.
  • b. Los siete centros en el cuerpo astral.
  • c. Las tres hileras de pétalos del loto egoico.
  • d. La “Joya en el Loto”, en el corazón de la “flor del alma”, que es el décimo octavo centro.

Comprender estas relaciones simbólicas ayudará mucho a aclarar cómo actúa el alma en un cuerpo, y constituirá la base del verdadero estudio de la psicología esotérica.

a. La ley de repulsión y la ley del deseo

[i154]En esta parte nos ocuparemos especialmente del problema principal que enfrenta la humanidad. Sin embargo tocaremos el tema muy brevemente y trataremos en particular ese aspecto del problema que se transfiere del aspirante al discípulo. En todo el problema psicológico de la humanidad reside esa destacada tendencia a existir, caracterizada como Deseo. Todas las complejidades menores se basan en, están subordinadas o emergen de este impulso básico. Freud llama a este anhelo “sexo”, que sólo es otro nombre para designar el impulso atractivo del no-yo. Otros psicólogos denominan a esta actividad predominante, “vida de deseo” de la humanidad, y con ello explican todas las tendencias y características afines, todas las reacciones emocionales y las tendencias de la vida mental en términos de deseos latentes, anhelos y aspiraciones adquisitivas, como “mecanismos de defensa” o “vías de escape” de la inevitabilidad de las condiciones circundantes. Los seres humanos dedican su vida a satisfacer dichos anhelos y deseos y realizan la consiguiente tarea para lograrlo; esto se efectúa con el fin de satisfacer la necesidad sentida, de hacer frente al desafío de la existencia, demandando esa felicidad, cielo y logro eventual del estado ideal anhelado.

Todo está regido por cierto imperativo para lograr la satisfacción, y esto caracteriza la búsqueda del ser humano en cada etapa de su desarrollo, se trate del impulso instintivo de la auto-conservación, que puede observarse en el salvaje en su búsqueda por el alimento o en los problemas económicos del ser humano civilizado moderno; la procreación y la satisfacción del apetito demostrado hoy en la compleja vida sexual de la raza; el deseo de ser popular, amado y estimado; el anhelo de sentir [i155] satisfacción intelectual y la apropiación mental de la verdad; el deseo profundamente arraigado de lograr el cielo y el descanso que caracteriza al cristiano; la aspiración de obtener la iluminación que demanda el místico, o el anhelo de identificarse con la realidad que es el “deseo” del ocultista. Todo es deseo en una u otra forma, y la humanidad está regida y controlada por estos deseos; diría muy definidamente controlada, pues es simplemente un enunciado del caso.

La comprensión de esta inclinación fundamental o factor controlador del ser humano, subyace en las enseñanzas dadas por el Buda y personificada en la filosofía budista de las Cuatro Nobles Verdades:

a. La existencia en el universo fenoménico es inseparable del sufrimiento y de la aflicción.

b. La causa del sufrimiento se debe al deseo de venir a la existencia en el universo fenoménico.

c. La cesación del sufrimiento se logra eliminando el deseo de existir fenoménicamente.

d. El sendero que conduce a la cesación del sufrimiento es el Noble Sendero Óctuple.

La comprensión de la imperiosa necesidad del ser humano de ser liberado de su naturaleza de deseos condujo al Cristo a acentuar la necesidad de buscar el bien de nuestros semejantes, en vez del bien propio y aconsejó llevar una vida de servicio, autosacrificio, olvido de sí mismo y amor hacia todos los seres. Sólo así la mente y “el ojo del corazón” del ser humano pueden apartarse de las propias necesidades y satisfacer las demandas más profundas de la raza.

Hasta que el ser humano no recorra el Sendero de la Perfección, no podrá captar realmente la demanda imperativa de su propia alma [i156] para liberarse de la externa búsqueda de la satisfacción material y tangible y también del deseo. Tal demanda indica la necesidad del alma de encarnar y actuar durante un período determinado bajo la Ley de Renacimiento. A medida que se lleva a cabo el trabajo de depuración en el Sendero de Purificación, la demanda de liberación es cada vez más fuerte y clara y cuando el ser humano entra en el Sendero del Discipulado, la Ley de Repulsión puede, por primera vez, empezar a controlar sus reacciones. Al principio esto tiene lugar inconscientemente, pero es más poderosa y se aprecia más conscientemente a medida que el discípulo recibe una iniciación tras otra, agudizándose cada vez más su comprensión.

En este tratado no intento considerar el desenvolvimiento del ser humano no evolucionado ni desarrollado, en lo que a las Leyes del Alma concierne. Sólo trato de despejar el camino para el ser humano muy inteligente, los aspirantes del mundo y los discípulos mundiales. El progreso del ser humano no desarrollado y del ser humano común está detallado en las siguientes afirmaciones dadas a continuación en forma sucesiva, que describen las etapas de su progreso impelido por el deseo:

  1. El anhelo de experimentar, existir y satisfacer la naturaleza instintiva.
  2. La existencia, experiencia, captación, seguidas por la demanda de cumplir en forma más satisfactoria el designio o destino.
  3. La exigencia de la satisfacción, ciclo tras ciclo; el período de momentánea satisfacción, luego mayores demandas. Tal la historia de la raza.
  4. La experiencia, adquisición que se busca y persigue constantemente en los tres planos de la evolución humana.
  5. La misma experiencia, pero esta vez como personalidad integrada. [i157]
  6. La demanda satisfecha hasta llegar a la saciedad, pues con el tiempo todos los seres humanos logran lo que han anhelado.
  7. La exigencia de cumplir las demandas espirituales internas, la felicidad y la bienaventuranza. El ansia de alcanzar el cielo llega a ser poderosa.
  8. La vaga comprensión de que dos cosas son necesarias: la purificación y la facultad de elegir correctamente, que significa correcto discernimiento.
  9. La visión de los pares de opuestos.
  10. El conocimiento del estrecho sendero que se extiende entre estos pares de opuestos.
  11. El discipulado y la repulsión, o el repudio (durante un largo período) del no-yo.

Tal es, breve e inadecuadamente expresada, la historia del ser humano cuando va en busca de la felicidad, la alegría y la dicha o (expresado en términos de realización), a medida que progresa de la vida del instinto a la vida del intelecto, y de esta captación intelectual, a la etapa de la iluminación e identificación final con la realidad, de allí en adelante se libera de la Gran Ilusión.

Dos cosas determinan la rapidez con la cual él puede -en el Sendero del Discipulado- poner en actividad la Ley de Repulsión. Una, es la cualidad de su móvil. Sólo el deseo de servir es apropiado para lograr la reorientación y el sometimiento necesarios para la nueva técnica de la vida, y la otra, la voluntad de obedecer a toda costa la demanda de la luz que está en él y a su alrededor. El servicio y la obediencia son los grandes métodos de liberación y las causas subyacentes que hacen actuar la Ley de Repulsión, ayudando así al aspirante a alcanzar la anhelada liberación. El servicio hace que el ser humano se libere de su vida de pensamientos y determinaciones propias. La obediencia a su propia alma lo íntegra en el todo [i158] mayor donde sus propios deseos y anhelos son negados para bien de la entera vida de la humanidad y de Dios Mismo. Dios es el Gran Servidor y expresa Su divina vida por el Amor que siente Su corazón hacia la humanidad.

Sin embargo, cuando estas simples verdades son enunciadas y se nos pide servir a nuestro hermano y obedecer a nuestra alma, nos resulta tan familiar y tan poco interesante que evoca poca respuesta. Si se nos dijera que, siguiendo una forma de meditación prescrita, practicando una fórmula definida de respiración y concentrándonos regularmente sobre un centro específico, nos liberaríamos de la rueda de la vida y nos identificaríamos con el yo espiritual y el mundo del ser, seguiríamos las instrucciones con alegría, voluntad y gozo. Pero cuando se nos dice -empleando términos de la ciencia ocultista- que debemos servir y obedecer, no nos interesa. No obstante, servir es el método, por excelencia, porque despertar el centro cardíaco y obedecer, son igualmente poderosos para evocar de los dos centros de la cabeza la respuesta al impacto de la fuerza del alma y unificarlos en un sólo campo de reconocimiento del alma. ¡Cuán poco comprenden los seres humanos el poder de sus anhelos! Si el anhelo de satisfacer el deseo es fundamental en la vida de la forma del ser humano, el anhelo de servir es similarmente fundamental para el alma del ser humano. Esta afirmación es una de las más importantes de esta parte del tratado. Hasta ahora raras veces ha sido satisfecha. Sin embargo, siempre está presente hasta en los tipos de seres humanos más indeseables, y surge en los momentos más cruciales del destino o de la imperiosa necesidad, o suprema dificultad. El corazón del ser humano es sano, pero, por lo general, está adormecido.

¡Servir y obedecer! Ésta es la consigna de la vida del discípulo; palabras que han sido distorsionadas por la propaganda fanática que han hecho surgir fórmulas de filosofía y teología religiosas, fórmulas que han velado al mismo tiempo la verdad. Además fueron presentadas para que el ser humano las [i159] considere como devoción a la personalidad y obediencia a los Maestros y líderes, en vez de servir y obedecer al alma que existe en la totalidad. Sin embargo, la verdad emerge constantemente y debe inevitablemente triunfar. Una vez que el aspirante en Sendero de Probación ha tenido una vislumbre de ello (no importa cuán insignificante sea) la ley del deseo, que lo ha regido durante épocas, dará lugar lenta y seguramente a la Ley de repulsión que lo liberará a su debido tiempo de la esclavitud del no-yo. Esto lo conducirá a practicar la discriminación y el desapasionamiento, características del ser humano que está en el camino de la liberación. Recordemos, por lo tanto, que la discriminación basada en la determinación de ser libre y el desapasionamiento que indica un corazón duro, aprisionarán al aspirante en un cascarón cristalizado, mucho más difícil de romper que la prisión normal de la vida del ser humano egoísta común. Este deseo espiritual egoísta es por lo general el mayor pecado de los llamados esotéricos, y debe ser cuidadosamente evitado. Por lo tanto, el que es inteligente se dedicará a servir y a obedecer.

b. La ley de repulsión en los senderos del discipulado y de la iniciación

Cuando el sentido discriminador (la analogía espiritual del sentido del olfato, el último de los cinco sentidos que aparecen en el ser humano) está desarrollado adecuadamente en el aspirante y ha conocido los pares de opuestos y obtenido la visión de eso que no es ninguno de los opuestos, entonces puede entrar en el Sendero del Discipulado y emprender la ardua tarea de colaborar con las leyes espirituales, especialmente con la Ley de Repulsión. Al principio, difícilmente reconoce la influencia de esta Ley. Le es tan difícil llegar a comprender sus implicaciones y medir sus posibles efectos, como lo sería para el trabajador común, que posee mediana cultura y una total [i160] ignorancia del esoterismo, llegar a comprender el significado de la verdad oculta tal como está expresada en las palabras: “La construcción del antakarana entre manas superior y manas inferior, realizada por el divino Agnishvatta, el ángel solar, el cual actúa por medio del loto egoico en la tarea que debe realizarse durante la etapa contemplativa de la meditación”. Esta afirmación puede comprenderla intelectualmente con facilidad el estudiante común de ocultismo, pero carece absolutamente de significado para el individuo mundano. Análogamente la Ley de Repulsión es difícil que pueda comprenderla el discípulo que entra en el Sendero. Primero, debe aprender a conocer la influencia que ejerce esta ley y luego hacer tres cosas a través de:

  1. El servicio; aprender a descentralizarse constantemente y comenzar ocultamente a repeler la personalidad; cuidar que su móvil sea el amor a todos los seres y no desear su propia liberación.
  2. La comprensión de los pares de opuestos y comenzar esotéricamente a aislar el “noble sendero medio”, al cual se refirió el Buda.
  3. La comprensión de las palabras del Cristo, que exhorta a los seres humanos a dejar “que brille su luz”, el discípulo comienza a construir el sendero de luz que conduce al centro de la vida que lo guía de la oscuridad a la luz, de lo irreal a lo real y de la muerte a la inmortalidad. Éste es el verdadero sendero del antakarana que él va tejiendo internamente y exteriorizando (hablando en forma simbólica), análogamente a como la araña teje su hilo.

El servicio, la comprensión del Camino y la construcción de la verdadera línea de escape, constituyen la tarea que se ha de realizar en el Sendero del Discipulado. Tal el objetivo que tienen hoy ante sí los estudiantes de las ciencias esotéricas -siempre y cuando lo deseen suficientemente y se entrenen para [i161] trabajar en forma altruista en bien de sus semejantes. A medida que logran realizarlo y se acercan más a lo que no constituye los pares de opuestos (para llegar “al Camino Central”) la Ley de Repulsión empieza a actuar constantemente. Cuando se ha pasado la tercera iniciación, esta ley comienza a regir la vida en forma predominante.

La palabra repulsión tiene una acepción poco feliz para muchas mentes, y la aversión que existe hacia esta palabra indica la innata predisposición espiritual del ser humano. Repulsión es deseo de repudiar, y la actitud, las palabras y los actos, evocan en nuestra mente la repulsión de todo lo que nos resulta desagradable contemplar. Sin embargo, considerada espiritualmente y vista científicamente, la palabra repulsión indica simplemente “una actitud hacia lo indeseable”. Dicha actitud, a su vez (al tratar de determinar lo deseable), pone en actividad las 

cualidades de la discriminación, el desapasionamiento y la disciplina en la vida del discípulo, así como también el poder de descentralizarse. Estas palabras indican el anhelo de desvalorizar lo irreal y lo indeseable y de disciplinar la naturaleza inferior hasta que se hagan rápida y fácilmente esas elecciones que llevan a desechar lo que aprisiona y traba al alma. Los conceptos principales constituyen el camino o el procedimiento definido y cuidadosamente elegido que liberará al alma del mundo de las formas y la identificará, ante todo, consigo misma (liberándola así de la ilusión mundial) y, luego, con el mundo de las almas, que es la conciencia de la súper Alma.

No es necesario que me extienda aquí sobre la técnica por la cual se establece esta elección. La manera de discriminar el método del desapasionamiento y la disciplina de la vida han sido simplificados y aclarados por las enseñanzas de los últimos dos mil años, y por los libros dedicados a acentuar la enseñanza del Cristo y del Buda, que si se comprenden correctamente, pueden llevar a hacer una correcta elección y [i162] repeler lo que no se quiere ni desea. A muchos estudiantes sensatos (como los que leerán este tratado) les será útil anotar lo que han comprendido de las cuatro palabras siguientes:

1. Discriminación.

2. Desapasionamiento.

3. Disciplina.

4. Descentralización

Una sola página sería suficiente para definir cada una de estas palabras, y encerrará verdaderamente nuestro pensamiento más elevado. Los estudiantes comprenderán que a medida que practican estas cuatro virtudes, principales características de un discípulo, ponen automáticamente en acción la Ley de Repulsión que, en el Sendero de Iniciación, proporciona revelación y comprensión. Expresar esta ley en el Sendero de Iniciación está muy lejos de aquellos que aún no están versados en las discriminaciones fundamentales y en el desapasionamiento. Por lo tanto, ¿creen que es necesario explicar cómo actúa esta ley en la vida del iniciado? Creo que no. El discípulo procurará hallar, sin pasión, dolor o sufrimiento, la diferencia que existe entre:

  1. Correcto y erróneo.
  2. Bien y mal.
  3. Luz y oscuridad, entendido espiritualmente.
  4. Prisión y libertad.
  5. Amor y odio.
  6. Introversión y extroversión. Sería conveniente reflexionar sobre esta dualidad.
  7. Verdad y falsedad.
  8. Conocimiento místico y ocultista.
  9. Yo y no-yo.
  10. Alma y cuerpo.

[i163] Infinidad de dualidades podrían ser enumeradas. Habiendo descubierto la existencia de estos pares de opuestos, la tarea del discípulo consiste en descubrir aquello que no es ni uno ni otro. Constituye el camino central e intermedio revelado al iniciado por la actuación de la Ley de Repulsión que ocultamente le permite “con una de sus manos, alejar de su camino lo que obstaculiza y vela el camino central de luz. La seguridad del ser humano que busca el camino iluminado no está ni a la derecha ni a la izquierda”. ¿Significa realmente algo esta frase para la mayoría de nosotros? Tratemos de expresar en palabras las cualificaciones y el nombre de este tercer camino o central, que no es, por ejemplo, ni luz ni oscuridad, ni amor ni odio. No podemos ver con claridad lo que podría ser, ni lo veremos hasta que el acrecentado estímulo liberado en nosotros en el Sendero de la Iniciación efectúe su trabajo designado. Una idea de lo que esto significa aparecerá, aunque confusamente, ante nuestra visión al tratar la tercera parte.

 

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