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II. Las Siete Leyes de la Vida del Alma o Vida Grupal - Parte 4

c. la ley de repulsión y el peregrino en el camino de la vida

Fundamentaré mis conceptos en las palabras citadas anteriormente:

“La Ley de Repulsión impele en siete direcciones y obliga a todo aquello con lo cual entra en contacto, a volver al seno de los siete Padres espirituales”.

Voy a considerar definidamente el Camino de Repulsión, regido por esta ley, que es el camino o la técnica para cada tipo de rayo. Aunque puede observarse que la misma ley actúa en los siete casos y en las siete direcciones, los resultados diferirán sin embargo, porque la cualidad y la apariencia fenoménica sobre las cuales la ley de la voluntad divina hace su impacto, y la consiguiente impresión, difieren ampliamente. Por lo tanto, la complejidad del problema es grande. Estas siete [i164] leyes del alma están detrás de todas las diversas presentaciones de la verdad, tales como han sido dadas por los Instructores mundiales en el transcurso de las edades. No obstante, se requiere mucha visión interna espiritual para ayudar al discípulo común a comprender la analogía o la tendencia de las ideas que, por ejemplo, vinculan:

  1. Las beatitudes (enunciadas por el Cristo) y las siete leyes.
  2. Las etapas del Noble Óctuple Sendero y las potencias del alma.
  3. Los ocho Medios de la Yoga o unión con el alma, y el septenario de influencias.
  4. Los Diez Mandamientos de la religión semítica y las siete leyes espirituales.

Los estudiantes hallarán de interés poner a prueba su comprensión, acerca de las relaciones esotéricas que existen en este conjunto de enseñanzas, y ver si pueden, por sí mismos, desentrañar los significados básicos. A título de ilustración, trazaré e indicaré la relación que existe entre las siete leyes y los ocho medios de la yoga, porque esclarecerá la diferencia que existe entre los métodos de la yoga, tal como la entienden el yogui y el esotérico comunes, y como la comprenden el discípulo entrenado y el iniciado.

1. Los cinco Mandamientos. El deber universal La fuerza del segundo rayo La Ley del Impulso Magnético. Inclusión. Atracción
2 Las Reglas. Para el autoentrenamiento La fuerza del cuarto rayo La ley del sacrificio. “Muero diariamente”
3 Posición. Actitud equilibrada hacia al mundo La fuerza del sexto rayo La ley del servicio. Correctos ideales o relaciones
4 Pranayama. La ley del vivir rítmico La fuerza del séptimo rayo La ley del Progreso Grupal. La Ley del Desarrollo Espiritual
5 Abstracción. Pratyahara. Abstenerse de desear La fuerza del primer rayo Ley de repulsión. El repudio del deseo
6 Atención. Correcta orientación La fuerza del tercer rayo La Ley de la Amplia Respuesta
7 Meditación. Correcto empleo de la mente La fuerza del quinto rayo La Ley de los cuatro Inferiores: “El alma está en profunda meditación”.
8 Resultado Contemplación Total desapego espiritual

 

[i165] Un estudio minucioso de estas relaciones será sugestivo para el discípulo, e iluminador para el iniciado. Sin embargo, no se debe confundir iluminación con una nueva o brillante idea. Es algo muy distinto. La diferencia es comparable a la que existe entre la luz de una estrella y la luz de un sol, que aumenta constantemente. Una revela la realidad de la noche, la otra el mundo de la luz diurna y del Ser consciente.

d. Las siete direcciones de la ley de repulsión

Debe recordarse que la Ley de Repulsión, la Ley de los Ángeles destructores, actúa en siete direcciones, produce efectos sobre siete distintos tipos de seres y de seres humanos y, debido a su actividad, trae al Hijo pródigo de vuelta al hogar del Padre, lo cual hace que él “se levante y ande”. Debe recordarse que cuando el Cristo narró esta historia dejó bien aclarado que el peregrino no sintió el impulso de regresar hasta que volvió en sí y recobró su sentido como resultado de haber [i166] satisfecho los deseos de una vida licenciosa. Luego vino la consiguiente saciedad y el descontento, y un período de intenso sufrimiento y perdió la voluntad de ambular y desear. Un estudio sobre esta historia será revelador. En ninguna Escritura se explica la secuencia de estos acontecimientos (al hablar de la existencia del peregrino, su vida en un país lejano y su regreso), concisa y bellamente narrados como Él lo expresó. Estudien esta parábola en la Biblia y también la trayectoria del peregrino.

El efecto de la Ley de Repulsión, a medida que actúa en el mundo del discipulado y destruye lo que obstaculiza, hace que el peregrino regrese en forma apresurada y consciente por uno de los siete rayos que conducen al centro, lo cual no puede ser detallado aquí. Nuestra tarea actual es hollar el Sendero de Probación o del Discipulado, y aprender la disciplina, el desapasionamiento y las otras dos necesidades del Camino, discriminación y descentralización. No obstante, es posible indicar la meta y señalar la potencia de las fuerzas a las cuales estaremos acrecentadamente sometidos cuando entremos -como algunos de nosotros podemos hacerlo- en el Sendero del Discipulado aceptado. Esto lo impartiré en siete estrofas, que darán al aspirante un indicio de la técnica a la cual estará sometido. Si ha recorrido en parte el Camino, le impartirán una orden que como discípulo, con visión espiritual interna, obedecerá porque habrá despertado; si es un iniciado exclamará “Esto lo sé”.

La Orientación del Primer Rayo

“El jardín se descubre. En ordenada belleza viven sus flores y árboles. El zumbido del alado vuelo de las abejas y de los insectos se oye en todas partes. El aire está saturado de perfume. Los colores se revelan por el azul del cielo.

El viento de Dios, Su divino aliento, sopla a través del jardín... Marchita las flores. Doblega los árboles [i167] devastados por el viento. A la destrucción de la belleza le sigue la lluvia. Negro es el cielo. Todo es ruina. Luego, la muerte...

Después, ¡otro jardín!, que parece estar muy lejos en el tiempo. Se invoca a un jardinero. El jardinero, el alma, responde. Se invoca a la lluvia, al viento y al sol abrasador. Invoquen al jardinero. Luego dejen que continúe el trabajo. La destrucción precede siempre al reinado de la belleza. La ruina precede a lo real. El jardín y el jardinero deben despertar. El trabajo prosigue”.

La Orientación del Segundo Rayo

“El estudioso conoce la verdad. Todo le es revelado. Rodeado por sus libros y protegido por el mundo del pensamiento horada como un topo y abre su camino hacia la oscuridad; obtiene el conocimiento del mundo de las cosas naturales. Su ojo está cerrado. Sus ojos están ampliamente abiertos. Mora en su mundo con profunda satisfacción.

Detalle tras detalle penetra el contenido de su mundo mental. Acopia las pepitas del conocimiento del mundo, así como una ardilla almacena sus nueces. El depósito está colmado... Repentinamente desciende una azada, porque el pensador cuida el jardín de sus pensamientos, y así destruye los pasajes de la mente. Llega el desastre destruyendo rápidamente el depósito de la mente, la seguridad, la oscuridad y la calidez de la investigación satisfecha. Todo ha sido eliminado. Penetra la luz estival y los rincones oscuros de la mente ven la luz... Nada queda sino la luz, y ésta no puede ser utilizada. Los ojos están cegados y el único ojo aún no ve...

Lentamente debe ir abriéndose el ojo de la sabiduría. Paulatinamente el amor de lo verdadero, lo bello y lo bueno debe penetrar los pasajes oscuros del pensamiento mundano. Gradualmente la antorcha de la luz y el fuego de la rectitud deben consumir los tesoros acumulados durante el pasado, aunque demuestren aún su utilidad fundamental...

Los siete caminos de luz deben alejar la atención del estudioso de todo lo que ha descubierto, acumulado y utilizado. Él lo rechaza y halla su camino hacia el Aula de la Sabiduría, construida sobre una colina, no profundamente en la tierra. Sólo el ojo abierto puede hallar este camino”.

La Orientación del Tercer Rayo

“Rodeado por una multitud de hilos y encerrado en la infinidad de los pliegues de la tela está el Tejedor. Ninguna Luz llega [i168] donde Él se encuentra. Mediante la luz de una pequeña vela, ubicada en la cima de su cabeza, ve confusamente. Recoge un puñado tras otro de hilos y trata de tejer la alfombra de sus pensamientos y sueños, deseos y objetivos; sus pies se mueven constantemente; sus manos trabajan rápidamente; su voz entona sin cesar las palabras: ‘Yo tejo el diseño que busco y quiero. La urdimbre y la trama están planeadas por mi deseo. Recojo un hilo aquí y un color allá. Tomo otro allí. Mezclo los colores y fusiono los hilos. Aún no puedo ver el diseño, pero seguramente estará a la altura de mi deseo’.

Se oyen agudas voces y se percibe un movimiento fuera de la oscurecida cámara donde está el Tejedor, aumentando en volumen y poder. Una ventana se rompe y, aunque el Tejedor grita cegado por la fuerte luz, el sol brilla sobre su alfombra tejida. Así queda revelada su fealdad...

Una voz exclama: ‘Mira Tejedor desde tu ventana y observa el canon en los cielos, el modelo del plan, el colorido y la belleza del todo. Destruye la alfombra en la que has trabajado durante edades

No satisface tu necesidad... Entonces teje nuevamente Tejedor. Teje a la luz del día. Teje, como tú ves el plan’”.

La Orientación del Cuarto Rayo

“‘Tomo, mezclo y fusiono. Reúno lo que deseo. Armonizo el todo’.

Así habló el Mezclador, cuando permanecía en la cámara oscura. ‘Comprendo la belleza invisible del mundo. Conozco el color y el sonido. Oigo la música de las esferas, y nota sobre nota, acorde sobre acorde, me comunican su pensamiento. Las voces que escucho me intrigan y atraen y trato de trabajar con los veneros de donde surgen estos sonidos. Intento pintar y mezclar los pigmentos necesarios. Tengo que crear la música que atraerá hacia mí a aquellos que aman las obras pictóricas que ejecuto, los colores que mezclo, la música que evoco. Por lo tanto, es a mí a quien querrán y adorarán...’

Pero una nota musical estridente sobrevino, acorde que silenció al Mezclador de dulces sonidos. Sus notas parecieron dentro del Sonido y sólo se escuchó el gran acorde de Dios.

[i169] “Afluyó un haz de luz. Sus colores se desvanecieron. Sólo existía a su alrededor la oscuridad, pero a la distancia brillaba la luz de Dios. Permaneció entre la densa oscuridad y la luz cegadora. Su mundo en ruinas yacía a su alrededor. Sus amigos habían desaparecido. En vez de armonía había disonancia. En vez de belleza la oscuridad de la tumba...

Entonces, la voz entonó estas palabras: ‘Crea nuevamente hijo mío, construye, pinta y mezcla los tonos de la belleza, pero esta vez para el mundo no para ti. Entonces el Mezclador volvió a comenzar su trabajo y trabajó nuevamente”.

La Orientación del Quinto Rayo

“En la profundidad de una pirámide, cuyos contornos eran de piedra, y en la impenetrable oscuridad de ese maravilloso lugar, una mente y un cerebro -personificados por el ser humano- trabajaban. Fuera de la pirámide se estableció el mundo de Dios. El cielo era azul; los vientos soplaban libremente; los árboles y las flores se abrían al sol. Pero en la pirámide, en el oscuro laboratorio, un trabajador se ocupaba de su trabajo. Empleaba con destreza los tubos de ensayo y los frágiles instrumentos. Hilera tras hilera, ardían con sus llameantes fuegos las retortas para fusionar y mezclar, cristalizar y dividir. El calor era muy intenso, la tarea ardua...

Pasajes oscuros, en constante ascenso, conducían hasta la cima. Una amplia ventana, abierta hacia el azul del cielo y por ella descendía un claro rayo de luz hasta el trabajador que estaba en las profundidades... Trabajaba y se afanaba. Luchaba por lograr su sueño, el descubrimiento final. A veces encontraba lo que buscaba, otras fracasaba, pero nunca halló lo que podría darle la llave de todo lo demás... En profunda desesperación, pidió al Dios que había olvidado: ‘Dadme la llave. Nada bueno puedo hacer solo. Dadme la llave’. Luego reino el silencio..

A través de la abertura, en la cima de la pirámide, desde el azul del cielo cayó una llave a los pies del desalentado trabajador. La llave era de oro puro; la barra era de luz; sobre la llave un rótulo y, escritas en azul, se leía: ‘Destruye lo que has construido y construye de nuevo. Pero construye solamente cuando hayas ascendido por el camino ascendente, atravesado la galería de la adversidad y penetrado [i170] en la luz dentro de la cámara real. Construye desde las alturas y demuestra así el valor de las profundidades’.

Entonces, el Trabajador destruyó los objetos de su arduo trabajo anterior, reservando tres tesoros que sabía que eran buenos y sobre los cuales la luz podría brillar. Luchó para llegar hasta la cámara del rey. Y aún sigue luchando”.

La Orientación del Sexto Rayo

“‘Amo y vivo y vuelvo a amar’, exclamó el Seguidor exaltado, cegado por el deseo de llegar al instructor y lograr la verdad, pero sólo vio lo que estaba ante sus ojos. Llevaba a cada lado las anteojeras cegadoras de cada fanática aventura divina. Sólo el largo y estrecho túnel constituía su hogar y el lugar donde realizaba su elevado esfuerzo. No podía ver, excepto el espacio ante sus ojos. No tenía ningún alcance visual, tampoco altura, profundidad ni extensión. Solamente podía ir en una sola dirección, y en esa dirección fue solo, arrastrando consigo a quienes le preguntaban cuál era el camino. Tuvo una visión, que cambiaba y adquiría diversas formas; cada visión era para él el símbolo de sus sueños más elevados, la culminación de sus deseos.

Se precipitó a lo largo del túnel, buscando lo que había delante. No vio mucho, solo una cosa a la vez, ¡una persona, una verdad, una biblia o una imagen de su Dios, un apetito, un sueño, pero sólo uno! Algunas veces recogió en sus brazos la visión que tuvo, y descubrió que no era nada. Otras llegó hasta la persona que amaba y encontró que en lugar de la belleza visualizada era una persona como él. Y así siguió esforzándose. Se fatigó en su búsqueda; se azotó a sí mismo, a fin de hacer un nuevo esfuerzo.

La abertura oscureció su luz. Pareció cerrarse una persiana. La visión que tuvo ya no brilló. El Seguidor tropezó en la oscuridad. La Vida terminó y el mundo del pensamiento se perdió... Parecía estar suspendido. Pendía sin nada debajo, delante, detrás, ni arriba de él. Para él nada existía.

Desde las profundidades del templo de su corazón oyó una Palabra, que habló con claridad y poder: ‘Mira profundamente hacia adentro, alrededor y hacia todas partes. La luz está en todas partes, dentro de tu corazón, en Mí, en todo lo que respira, en todo lo que es. Destruye tu túnel, que has construido durante largas edades. Permanece libre, custodiando a todo el Mundo’. El Seguidor contestó: ¿Cómo puedo destruir el túnel? ¿Cómo hallaré la forma de hacerlo?’ La respuesta no llegó...

[i171] Ascendió otro peregrino desde la oscuridad y, a tientas encontró al Seguidor. ‘Guíame a mí y a otros hacia la luz’, exclamó. El Seguidor no halló palabras, ni Guía apropiado, ni fórmulas de la verdad, ni formas ni ceremonias. Se encontró a sí mismo como guía, y atrajo a los otros hacia la luz -la luz que brillaba en todas partes-. Siguió trabajando y combatiendo. Su mano sostuvo a los demás y en bien de ellos ocultó su vergüenza, temor, desesperanza y desesperación. Pronunció las palabras de seguridad y fe en la vida, en la luz y en Dios, en el amor y en la comprensión.

Su túnel desapareció. No sintió su pérdida. Sobre la arena del mundo permaneció con varios de sus compañeros abiertos a la luz del día. En la lejanía había una montaña azul, y desde su cima surgió una voz: ‘Avanza hacia la cumbre de la montaña y en su cúspide aprende la invocación de un Salvador’. A esta gran tarea dedicó sus energías el Seguidor, convertido ahora en guía. Aún continúa su camino”.

La Orientación del Séptimo Rayo

“Bajo un arco, entre dos habitaciones, permanecía el séptimo Mago. Una habitación estaba llena de luz, vida y poder, de quietud que era propósito, y de belleza que era espacio. La otra habitación era todo movimiento, sonido producido por la gran actividad, caos amorfo, y trabajo que no tenía verdadero objetivo. Los ojos del Mago estaban fijos en el caos. No le agradó. Daba la espalda a una habitación de intensa quietud. No lo sabía. El arco oscilaba sobre su cabeza...

En su desesperación murmuró: ‘Durante épocas he soportado y tratado de resolver el problema de esta habitación, para reordenar el caos de manera que pueda resplandecer la belleza y el objetivo de mi deseo. He tratado de tejer esos colores en un bello sueño y de armonizar los diversos sonidos. Falta la consumación. Sólo puede verse mi fracaso. Y, sin embargo, sé que hay una diferencia entre lo que tengo ante mis ojos y lo que comienzo a sentir detrás de mí. ¿Qué debo hacer?’.

Entonces sobre la cabeza del mago, y exactamente detrás de él, aunque dentro de la habitación de ordenada belleza, un inmenso imán empezó a oscilar…. Causó la rebeldía del ser humano dentro del arco, que tambaleaba antes de su futura caída. El imán hizo girar al ser humano hasta que enfrentó la escena y la habitación que antes no había visto...

[i172] Entonces a través del centro de su corazón, el imán proyectó su fuerza de atracción y repulsión. Redujo el caos hasta no percibir sus formas. Emergieron algunos aspectos de la belleza, no revelados. Una luz brilló desde la habitación y, sus poderes y vida obligaron al Mago a ir hacia la luz y abandonar el peligroso arco”.

Estos son algunos de los pensamientos traducidos de un antiguo y mesurado arreglo, que pueden arrojar cierta luz sobre la dualidad de la personalidad y el trabajo que deben realizar los seres que pertenecen al septenario de los rayos. ¿Sabemos dónde estamos? ¿Sabemos qué tenemos que hacer? Cuando nos esforzamos por alcanzar la luz, ningún precio será demasiado elevado para pagar esa revelación.

Hemos estudiado la interesante secuencia de las Leyes. En la primera Ley, surgen tres ideas principales:

Primero, el Eterno Peregrino, por propia conformidad y voluntad, prefirió ocultamente la muerte y adoptó un cuerpo o una serie de cuerpos, a fin de resucitar o elevar las vidas de la naturaleza forma que él personificaba. Durante el proceso de realizar esto murió, en el sentido de que para un alma libre, morir y tomar una forma y el consiguiente sumergimiento de la vida en la forma son términos sinónimos.

Segundo, al obrar así, el alma recapitula en menor escala lo que análogamente han realizado y realizan el Logos solar y el Logos planetario. Estas grandes Vidas aparecen regidas por las leyes del alma durante los períodos de manifestación, aunque no estén regidos o controlados por las leyes del mundo natural como lo denominamos nosotros. Sus conciencias no se identifican con el mundo fenoménico, mientras que nuestra conciencia se identifica con éste, hasta el momento en que nos rigen las leyes superiores. Por la Muerte oculta de estas grandes Vidas, todas las vidas menores viven y pueden vivir, ofreciéndoseles así una oportunidad.

[i173] Tercero, por la muerte se lleva a cabo un gran proceso unificador. En la “caída de una hoja” y su consiguiente identificación con el suelo, tenemos un pequeño ejemplo de este grandioso y eterno proceso de unificación, mediante el proceso de llegar a ser y morir, como resultado de llegar a ser.

En la segunda Ley el ente que se sacrifica -por propia elección y volición- queda bajo la influencia del método por el cual se produce esta muerte. Por el impacto de los pares de opuestos y por estar pendiente entre ambos, conoce la oscuridad externa que conoció finalmente el Cristo en la Crucifixión, donde pendía, simbólicamente, entre el cielo y la tierra, y la potencia de Su vibración y magnetismo internos ha atraído y siempre atraerá hacia Sí a los seres humanos. Esta es la primera gran idea que surge, y la segunda se refiere al equilibrio de las fuerzas que han podido ser dominadas. El símbolo de la balanza es aquí adecuado, y las tres cruces sobre el Monte del Gólgota son también símbolos de esta verdad. Libra rige esta ley, y ciertas fuerzas provenientes de esta constelación pueden percibirse cuando la conciencia del alma queda bajo la influencia de la ley. Estas fuerzas permanecen pasivas en lo que concierne a la personalidad; su efecto no es registrado, aunque está presente.

En la tercera Ley, el Dios que se sacrifica y el Dios de las dualidades queda bajo ciertas influencias que producen efectos fácilmente reconocibles. A través de la muerte y el triunfo de los pares de opuestos el discípulo llega a ser tan magnético y vibrante que sirve a la raza, convirtiéndose en lo que él sabe que es. Sumergido físicamente, desde el ángulo de la personalidad, en las aguas de la existencia terrena, sin embargo percibe conscientemente al mismo tiempo otras condiciones de su esencial propósito de morir por otras vidas y también el método que debe emplear para llevar a cabo el equilibrio liberador. Cuando estas ideas predominen en la mente, [i174] podrá servir a sus semejantes. Estas leyes producen efecto únicamente cuando surgen en la conciencia del ser humano que está construyendo el antakarana y aplicando la Ciencia de la Unión.

Cuando la cuarta Ley de Repulsión comienza a producir sus efectos, el discípulo se hace consciente del Ángel de la Espada Flamígera que se halla ante el portal de la iniciación. Por ese prodigio sabe que puede entrar pero, esta vez, no como un pobre y ciego aspirante, sino como un iniciado en los misterios del mundo. Esta verdad ha sido resumida en un Antiguo cántico que se acostumbraba a entonar en la antecámara de los Templos. Algunas de las palabras pueden más o menos ser expresadas así:

“Entra libre quien ha conocido los muros de la prisión. Entra en la luz con los ojos abiertos quien durante eones ha ido a tientas por el corredor oscuro. Sigue su camino quien ha permanecido durante edades ante una puerta herméticamente cerrada.

Pronuncia con poder la Palabra que abre de par en par el Portal de la Vida. Permanece ante el Ángel y le arrebata la espada, liberando así al Ángel para una tarea más elevada. Ahora él custodia el portal del Lugar Sagrado.

Murió. Entró en la lucha. Aprendió la forma de servir. Ahora permanece ante la puerta”.

5. La Ley del Progreso Grupal

Nombre Exotérico Nombre Esotérico Símbolo Energía de Rayo
5 La Ley del Progreso Grupal La Ley de la Elevación La Montaña y la Cabra La Energía Progresiva. Séptimo Rayo. El factor de la evolución

 

Esta ley comienza a actuar y a captarse en la conciencia personal cuando el aspirante ha llevado a cabo ciertas realizaciones definidas y reconoce que ciertos ideales son realidades en su experiencia. Esto podría enumerarse en forma muy simple [i175] y significaría para el estudiante superficial las realizaciones más sencillas en el Sendero de Probación. Sin embargo, sería conveniente captar con toda claridad que esta simple descripción de los requisitos y sus realizaciones en la conciencia del aspirante, se manifiestan como veladas y externas reacciones de su mente a algunas verdades cósmicas profundamente esotéricas. Este enunciado contiene la verdadera esencia del conocimiento esotérico. Las formulaciones muy comunes de la vida activa y del autosacrificio instintivo diario se empequeñecen debido a que son vitalmente familiares y sin embargo -si sólo lo comprendieran- apenas tocan los bordes de las verdades mundiales más profundas. Constituyen el abecé del esoterismo, y sólo por su intermedio se llegará a las palabras y frases que a su vez son la llave esencial para el conocimiento más elevado.

Un breve ejemplo servirá para ilustrarlo, y podrán considerarse algunos hechos simples que indican que el aspirante comienza a actuar como alma y está preparado para vivir conscientemente en el reino de Dios.

Al discípulo que se entrena para lograr estas realizaciones superiores, se lo exhorta a practicar la discriminación. A ustedes se les ha hecho la misma exhortación. La interpretación inicial y normal y el resultado inmediato de la práctica consiste en enseñar al discípulo a diferenciar entre los pares de opuestos. Así como el discípulo al comenzar su entrenamiento, descubre que el proceso discriminador nada tiene que ver con la capacidad de diferenciar entre lo malo -así llamado- y lo bueno, sino que se refiere más bien a los pares de opuestos más sutiles, el buen o el mal empleo del silencio, la correcta o la errónea palabra, la correcta comprensión y la correcta indiferencia y sus opuestos, así también el ser humano que reacciona a estas leyes superiores descubre que la discriminación a demostrar debe ser todavía más sutil, y para la mayoría de los aspirantes es aún hoy un objetivo sin sentido. Este tipo de [i176] discriminación no está ni siquiera siendo evocado. Esto es lo que debe demostrarse en conexión con los siguientes contactos sutiles:

  1. La vibración del alma.
  2. La vibración del grupo interno con el cual está afiliado, aunque sea inconscientemente.
  3. La vibración del Maestro como punto focal del grupo.
  4. La vibración de su rayo, tal como la siente por conducto de su alma y del Maestro.
  5. La vibración resultante de la interacción entre su alma y su personalidad.
  6. Las tres vibraciones distintas de su cuerpo vital, emocional y mental.
  7. La vibración de los grupos o del grupo, con el cual debe trabajar en el plano externo.
  8. La vibración del alma de otras personas con las cuales entra en contacto.
  9. La vibración de un grupo, como el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo.

Lo antedicho son algunos ejemplos del tipo de discriminación que se requiere. Esto se aprenderá a diferenciar instintivamente cuando se haya logrado una mayor evolución. Quisiera recordarles que cuando se trata de hacer una discriminación estrictamente mental, el problema parece ser insuperable. Cuando se hayan establecido firmemente la regencia y el reconocimiento del alma, los distintos reconocimientos se convertirán en reacciones instintivas. Respuesta instintiva es el nombre dado a la vida instintiva del alma, analogía superior de la vida instintiva del cuerpo humano. Los párrafos que anteceden encierran un sencillo resumen de algunos de los significados más profundos del conciso mandato: “Aprende a discriminar”. ¿Hemos comprendido verdaderamente este mandato? En forma intelectual la mente dirá que sí. En forma práctica, a menudo, las palabras no significan nada. ¿Significan acaso el poder que tiene el alma de dividir las vibraciones en distintas categorías? ¡Sin embargo se nos dice [i177] que el alma no conoce separaciones! Tales son algunas de las paradojas del esoterismo que se le presentan al no iniciado.

La Ley del Progreso Grupal puede comenzar a tener un efecto consciente únicamente en la vida del discípulo consagrado y aceptado. Cuando ha establecido ciertos ritmos, cuando está trabajando eficazmente en ciertas líneas grupales bien conocidas y cuando con definida y consciente comprensión se prepara para alcanzar las expansiones que otorga la iniciación, entonces esta ley empieza a influir sobre él y aprende a obedecerla instintiva, intuitiva e intelectualmente. En obediencia a esta ley el discípulo instituye esa preparación para la iniciación. La frase que antecede está redactada en tales términos, porque es muy importante que todos lleguen a comprender por sí mismos la necesidad de recibir la iniciación. ¿Comprenden la importancia que tiene esto? Se enumerarán algunos de los efectos mencionados al principio cuando se consideró inicialmente esta quinta ley. No olvidemos su significación esotérica e invisible:

1. El discípulo aprenderá eficazmente a descentralizarse. Esto significa que:

a. Nada exigirá para el yo separado. Se puede observar fácilmente por qué se les enseña a los aspirantes a ser leales con su Yo superior y a rechazar todas las exigencias del yo separado. También podrá observarse por qué muchos reaccionan contra ello. Es porque no están aún preparados y, por lo tanto, tal consagración actúa como gran agente discriminador. Para quienes es demasiado elevado el canon del altruismo, no lo comprenden ni lo desean. Por esta razón, los que no están preparados lo critican. Más adelante volverán y comprensivamente aceptarán esta obligación en la luz.

b. Fija la mirada hacia la luz y no hacia el deseo de hacer contacto con el Maestro. En consecuencia se elimina el egoísmo espiritual [i178] expresado por el deseo, innato y profundo de ser reconocido por uno de los Grandes Seres. Cuando se ha logrado esta liberación de las cosas personales, entonces el Maestro puede atreverse a entrar en contacto y establecer una relación con el discípulo. Sería conveniente meditar sobre esto.

2. Entonces ya habrá aprendido a servir instintivamente. Tendrá la necesidad, generalmente la tiene, de aprender a discriminar cuando presta servicio; pero la actitud que adopta hacia la vida y los seres humanos, es un impulso divino de ayudar, elevar, amar y socorrer.

3. Habrá aprendido a emplear la mente en dos direcciones, en forma acrecentada, a voluntad e instantáneamente:

a. Puede dirigir el faro de su mente hacia el mundo del alma y conocer y reconocer esas verdades que, para él, deben convertirse en conocimiento experimentado.

b. También puede dirigirlo hacia el mundo de la ilusión y disipar los espejismos personales. Cuando llega a hacerlo, comienza a disipar los espejismos mundiales, pues se está acercando a la iniciación.

a. El vínculo de los grupos mundiales

Podríamos continuar enumerando los distintos desarrollos que indican a la Jerarquía observadora cuándo un discípulo o un grupo de discípulos, está preparado para recibir “más luz”. Sin embargo, el principal indicio lo proporciona su reacción a la Ley del Progreso Grupal. Ésta es la nueva ley que vendrá y será presentida por los discípulos mundiales, siendo su eficacia cada vez más poderosa, aunque pasará mucho tiempo antes de que la humanidad la comprenda. Pondrá en actividad el trabajo de los grupos mundiales. En el pasado se han formado grupos para lograr beneficio, interés, estudio y fortalecimiento mutuos. Esto ha sido [i179] una bendición y también una maldición, pues por grandes y buenos que hayan sido sus móviles, estos grupos fueron básica y primordialmente egoístas, un tipo de egoísmo espiritual muy difícil de superar, lo cual exige la aplicación de la verdadera discriminación a la que me he referido anteriormente. Estos grupos siempre han sido el campo de batalla donde los menos aptos y menos integrados fueron absorbidos, estandarizados o regimentados; oportunamente han dominado los más poderosos y fueron eliminados y sosegados totalmente los indefinidos. El grupo que triunfó ha quedado compuesto por almas afines que piensan de la misma manera, porque ninguna piensa intuitivamente, pero están regidas por alguna escuela de pensamiento, o porque algún personaje central del grupo domina a todos los demás, los hipnotiza y lleva a una condición instintiva, pasiva y estática. Esto puede ser para gloria del instructor y del grupo, pero, ciertamente, no para gloria de Dios.

Los nuevos grupos vienen hoy lenta y gradualmente a la existencia y están regidos por estas leyes del alma. Por lo tanto, emitirán una nota distinta y formarán grupos fusionados por una aspiración y un objetivo unidos. Estarán constituidos por almas libres, individuales y evolucionadas, que no reconocen autoridad alguna, sino a su propia alma, sumergiendo su interés en el propósito egoico de todo el grupo. Así como la realización del individuo en el transcurso de las épocas ha servido para elevar a la raza, así también una realización paralela, en forma grupal, tenderá a elevar a la humanidad con mayor rapidez. De aquí que a esta ley se la denomine la Ley de la Elevación.

Ha llegado el momento en que se comience a poner a prueba este método de elevar a la raza. Quienes han entrado en el Sendero de Probación trataron de elevar a la humanidad, pero han fracasado. Los que han pasado al Sendero del Discipulado también lo intentaron y fracasaron. Aquellos que han dominado la [i180] experiencia y la ilusión de la muerte y, por consiguiente, resucitaron a la vida, pueden hoy intentar realizar dicha tarea en forma unida. Y triunfarán. Ya se ha hecho la demanda pidiendo que se desarrolle tal actividad unida y se los exhorta a hacer cualquier esfuerzo para resucitar el cuerpo muerto de la humanidad. La Logia de Maestros emprenderá inminentemente una grande y posible realización y todos los aspirantes y discípulos podrán reconocer sintéticamente el poder y la oportunidad.

La enseñanza sobre el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo se ha difundido ampliamente con este fin. Es la primera tentativa de formar un grupo que trabaje como grupo e intente realizar una tarea mundial. Podrá actuar como grupo 

intermediario entre el mundo de los seres humanos y la Jerarquía. Está ubicado entre lo que ocultamente se denomina el “Maestro muerto” y los “Maestros vivientes”. Los masones comprenderán lo que aquí se expone. El verdadero esotérico comprenderá también la misma verdad desde otro punto de vista.

Quisiera exponerles algunas ideas sobre los nuevos grupos que entrarán en actividad bajo la Ley del Progreso Grupal. Debe recordarse constantemente, cuando consideramos la venida de estos nuevos grupos, que constituyen principalmente un experimento en la Actividad Grupal, y no han sido formados con el propósito de perfeccionar a un miembro individual de cualquier grupo. Ésta es una enunciación fundamental y esencial si se quieren comprender correctamente los objetivos. En dichos grupos, los miembros se complementan y fortifican mutuamente y en el conjunto de cualidades y capacidades, deberán con el tiempo proporcionar grupos suficientemente capaces de expresar la espiritualidad en forma útil, y a través de los cuales pueda fluir ininterrumpidamente la energía espiritual para ayudar a la humanidad. El trabajo que debe realizarse se llevará a cabo mayormente en los niveles mentales. El campo del servicio diario, de los componentes de los nuevos grupos, continuará siendo lo que su destino e impulso interno le indican en el plano físico, pero -a los diversos [i181] campos del esfuerzo individual- se le agregará (y esto es lo importante) una actividad grupal que será un servicio unido y conjunto. Cada miembro de esos grupos debe aprender a trabajar en estrecha colaboración mental y espiritual con los demás, y esto toma tiempo debido al actual grado de desarrollo evolutivo de los aspirantes del mundo. Cada uno debe poner amor en todas las cosas, lo cual no es fácil. Cada uno debe aprender a subordinar las ideas que tiene sobre su personalidad y su progreso personal a los requisitos del grupo, pues en la actualidad algunos tendrán que apresurar su progreso en ciertas direcciones y otros reducirlo, como servicio prestado a los demás. Este proceso tendrá lugar automáticamente a medida que la identificación e integración grupales lleguen a convertirse en el pensamiento predominante en la conciencia grupal, y el deseo de progreso personal y satisfacción espiritual sean relegados a segundo término.

Esta proyectada unidad grupal tendrá sus raíces en la meditación grupal, o en la vida contemplativa (en la cual el alma se reconoce como una con todas las demás). A su vez, esto redundará en alguna actividad grupal, contribución que caracterizará a cualquier grupo determinado y elevará esotéricamente a la raza humana. En la vida grupal, quienes tratan de entrenar, enseñar y fusionar al grupo en un instrumento para prestar servicio, no se ocuparán del individuo en particular. Cada uno será considerado como transmisor de un tipo de energía, energía predominante de cualquier tipo de rayo, sean los rayos del ego o de la personalidad. Cada uno puede, a su debido tiempo, aprender a trasmitir al grupo la cualidad del rayo de su alma, estimulando a sus hermanos para infundirles más valor, clara visión, pureza de móviles y profundo amor, evitando no obstante el peligro de vitalizar las características de su personalidad. Ésta es la mayor dificultad. Para poder hacerlo en forma eficaz y correcta debemos aprender a pensar que cada uno es un alma y no sólo un ser humano.

[i182] Como postulados preliminares tenemos los siguientes objetivos en el trabajo grupal de la nueva era, ahora que se hallan en los procesos iniciales. Los objetivos posteriores y más esotéricos surgirán a medida que se alcancen los primeros:

Unidad Grupal. Debe lograrse aplicando el amor, que es parte de la práctica de la Presencia de Dios, mediante la subordinación de la vida de la personalidad a la vida grupal y a la vida de constante, amoroso y vital servicio.

Meditación Grupal. Estos grupos eventualmente conocerán el reino de las almas, y el trabajo que realicen será animado y llevado adelante desde los niveles mentales más elevados mediante la expresión de la vida contemplativa. Esto involucra la actividad dual de la vida del discípulo, en la cual actúa conscientemente como personalidad y alma. La vida de la personalidad debería ser de actividad inteligente; la vida del alma es amorosa contemplación.

Actividad Grupal. Cada grupo tendrá una característica distintiva, que estará dedicada a alguna forma específica de servir.

Cuando los grupos estén convenientemente establecidos (esto es inminente) y después que hayan trabajado juntos subjetivamente durante cierto y necesario período de tiempo (que será determinado por la cualidad de la vida de los individuos que lo componen, por su altruismo y su servicio), entonces comenzarán actuar externamente y su aspecto vida comenzará a hacer sentir su presencia. Las diversas líneas de actividad emergerán cuando la vibración grupal sea suficientemente fuerte para hacer un impacto definido en la conciencia de la raza. Por lo tanto, es evidente que los primeros y principales requisitos son la integridady la cohesión grupales. Nada puede [i183] realizarse sin ellos. El vínculo subjetivo que exista entre los miembros del grupo y el surgimiento de una conciencia grupal constituirá el objetivo vital de las próximas décadas. Así se establecerá una transmisión y circulación grupal de energía que será de gran valor para salvar al mundo. En lo que concierne al individuo debe recordarse que la pureza del cuerpo, el control de las emociones y la estabilidad mental son requisitos fundamentales y deberían ser la meta de la práctica diaria. Una y otra vez volveré sobre el tema respecto a los principales requisitos del carácter, por cansadora que resulte su repetición, por lo tanto los exhorto a que cultiven dichas cualidades. Por intermedio de estos grupos será posible restablecer ciertos antiguos misterios, y algunos de los grupos mencionados en el libro Cartas sobre Meditación Ocultista, se hallarán entre los emergentes grupos de la Nueva Era.