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EL SENTIDO ESOTÉRICO

[i601] Llegamos, ahora, a considerar la última regla de la magia. A medida que pensamos retrospectivamente sobre esta larga serie de instrucciones, se destacan con claridad excepcional ciertas líneas fundamentales de enseñanza, colocando en segundo término las de menor importancia. Los estudiantes deben recordar que, al leer cualquier libro de texto (y este es considerado como tal), se debería adoptar un procedimiento definido. El estudiante debe leer primero todo el libro, a fin de captar sus puntos más importantes, sus principales líneas de enseñanza y las tres o cuatro proposiciones sobre las cuales está fundada toda su estructura. Después de captarlas, puede entonces comenzar a considerar y aislar esos puntos secundarios que sirven para dilucidar y esclarecer los puntos esenciales. Después de eso, puede ocuparse de los detalles. Por lo tanto, los estudiantes hallarán de interés repasar estas instrucciones y entresacar de ellas los puntos principales; luego, pueden recopilar las enseñanzas secundarias y ubicar, finalmente, los detalles bajo los distintos encabezamientos. Esto, una vez terminado, constituye una sinopsis del libro y fija en la memoria del estudiante el conocimiento que contiene.

Una de las principales enseñanzas que puede verse en todas las instrucciones de carácter realmente esotérico, concierne a la actitud del estudiante de ocultismo. Se supone que trata con cosas subjetivas y esotéricas, pues su propósito es trabajar en magia blanca. Por eso, debe asumir y mantener firmemente la posición del Observador, separado del mecanismo de observación [i602] y contacto; reconocerse a sí mismo como una entidad esencialmente espiritual, cuya naturaleza, objetivos y métodos de trabajo son distintos de los de los cuerpos que considera inteligente ocuparlos temporalmente y emplearlos. Debe comprender su unidad y sus líneas de contacto con todos los trabajadores similares, y así llegar a un conocimiento consciente de su posición en la jerarquía espiritual de Seres. Se ha difundido tanta información errónea y se ha puesto tan poco énfasis inteligente sobre el estado y la posición de lo que se denomina la jerarquía de almas, que los discípulos sensatos y equilibrados tratan ahora de dirigir sus pensamientos en otras direcciones y eliminar, en lo posible, todo pensamiento referente a grados y esferas de actividad. Posiblemente, en esta oscilación del péndulo, se tienda a ir demasiado lejos en la dirección opuesta y a no tener en cuenta estas etapas de actividades. Sin embargo, no me interpreten mal, no sugiero que se intente ubicar a las personas decidiendo dónde se hallan en la escala de evolución. Esto se ha hecho insensatamente en el pasado para desprestigio del tema, a tal extremo que, en la mente del público, este tópico está desacreditado. Si estas etapas son consideradas sensatamente por lo que son -estados de expansión de consciencia y grados de responsabilidad-, entonces, el peligro de reacciones personales hacia los términos “discípulo aceptado, iniciado, adepto, maestro”, sería insignificante y se evitarían muchas dificultades. Hay que recordar siempre que el estado individual debe mantenerse estrictamente para sí mismo, y el punto de evolución (que verdaderamente puede reconocerse como más avanzado que el de la persona común) será demostrado mediante una vida de servicio activo y altruista y por la manifestación de una visión iluminada que está por encima de la idea racial.

Al reunir hoy al Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, debe tenerse gran precaución. Cada servidor es solo responsable de sí mismo, de su servicio y de nadie más. Es prudente medir y [i603] tener una idea aproximada del estado evolutivo, no basándose en pretensiones sino en el trabajo efectuado y en el amor y la sabiduría demostrados. El fallo debe fundarse sobre un conocimiento evidente del plan, a medida que se desarrolla en una formulación inteligente del próximo paso para la raza humana, en un sentido esotérico manifestado y en una influencia o poder áurico, amplio, constructivo e incluyente.

Se me pide que defina más claramente lo que quiero significar por “sentido esotérico”. Significa, esencialmente, la capacidad de vivir y funcionar subjetivamente, poseer el contacto interno constante con el alma y el mundo en que se encuentra, y esto debe efectuarse en forma subjetiva a través del amor demostrado activamente; de la sabiduría constantemente difundida, y de esa capacidad de incluir e identificarse uno mismo con todo lo que respira y siente, una de las características sobresalientes de todo verdadero hijo de Dios. Por lo tanto, quiero significar que se debe mantener una actitud mental interna, que puede ser orientada a voluntad en cualquier dirección. Gobernar y controlar la sensibilidad emocional, no solo del discípulo, sino también la de aquellos con quienes entra en contacto. Por la fuerza de su pensamiento silencioso, puede llevar luz y paz a todo. Por medio de ese poder mental, puede sintonizarse con los pensamientos del mundo y el reino de las ideas; puede discriminar y elegir esos elementos y conceptos mentales que le permitirán, como trabajador del plan, ejercer influencia en su medio y revestir los nuevos ideales con esa materia mental que facilitará el reconocimiento de esos ideales en el mundo común del pensamiento y del vivir diario. Esta actitud mental capacitará al discípulo para orientarse hacia el mundo de las almas y, desde ese lugar de elevada inspiración y de luz, descubrir a sus colaboradores, ponerse en comunicación con ellos y colaborar unidos en el desarrollo de las intenciones divinas.

Poseer este sentido esotérico es la principal necesidad de los aspirantes [i604] en esta época de la historia mundial. Hasta que no lo capten y lo utilicen, en alguna medida, nunca podrán formar parte del Nuevo Grupo, ni trabajar como magos blancos, y estas instrucciones continuarán siendo teóricas y principalmente intelectuales, en lugar de ser prácticas y efectivas.

Para cultivar este sentido esotérico interno es necesario, en las primeras etapas de desarrollo, una meditación continua, pero a medida que pasa el tiempo y el ser humano crece espiritualmente, dará lugar forzosamente a una orientación espiritual constante, y entonces la meditación diaria, como la comprendemos ahora, no será ya necesaria. El desapego del ser humano por las formas que utiliza será tan completo, que vivirá siempre en el “sitial del Observador”, y desde ese punto y esa actitud, dirigirá las actividades de la mente, de las emociones y de las energías, que harán posible y útil la expresión física.

La primera etapa de este desarrollo y cultivo del sentido esotérico consiste en mantener una actitud de constante y desapegada observación.

El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo bien puede ser considerado, en las filas externas, como un cuerpo de observadores entrenados y organizados. Dividiré el grupo en tres, haciéndolo con el fin de que los aspirantes y chelas de todo el mundo sean guiados en su conocimiento, respecto al punto donde se hallan individualmente, y puedan, con toda sinceridad y verdad, empezar a trabajar inteligentemente. Así serán ayudados a conocer el lugar que les corresponde.

En primer lugar están los Observadores Organizados. Estos aspirantes aprenden a hacer dos cosas: practicar ese desapego que los capacitará para vivir como almas en el mundo de los asuntos cotidianos y comprender el verdadero significado de las palabras: trabajar sin apegos. Después, están además aquellos estudiantes de los asuntos mundiales, en uno de los siete sectores [i605] a los cuales me referí anteriormente al llamar la atención del mundo sobre el nuevo grupo. Estudian los signos de los tiempos. Investigan el gran drama de la historia, a fin de descubrir su tendencia principal y expresar a todo el mundo académico y a los pensadores de la raza lo que ven y comprenden.

A lo largo de toda la historia humana corre un triple hilo, y en la interacción de estos tres hilos se encuentra la historia de la evolución. Un hilo guía los pensamientos del ser humano mientras este se ocupa de desarrollar el aspecto forma de las tendencias raciales, y muestra que las formas de las razas, de los países, de la fauna y la flora de nuestra vida planetaria, han ido, sin desviarse, paralelamente a las necesidades de los hijos de Dios que emergen lentamente. El segundo hilo nos lleva a una comprensión del desarrollo de la consciencia, e indica la etapa emergente que va desde la percepción instintiva a la intelectual, y de ahí a la iluminación intuitiva, meta actual de la consciencia.

El tercer hilo concierne al Plan mismo, y aquí entramos en el reino de lo verdaderamente desconocido. Qué es el plan y cuál es su meta, es aún totalmente incomprendido, excepto por los adeptos más elevados y los hijos de Dios más excelsos. Hasta que la mente iluminada o el poder de la respuesta intuitiva estén desarrollados en la familia humana, no podremos captar los conceptos básicos que se encuentran en la mente misma de Dios. Hasta no haber escalado el punto más elevado del Monte de la Iniciación, es imposible visualizar la Tierra Prometida. Hasta no superar las limitaciones -las necesarias limitaciones- de los tres mundos y que el ser humano pueda actuar libremente como alma en el reino espiritual, lo que subyace detrás de ese reino debe permanecer oculto para el individuo, en la misma forma en que el estado de percepción del ser humano permanece como un libro cerrado para el animal. Esta es una lección saludable y necesaria que todo discípulo debería captar. [i606]

Pero los observadores de las temporadas y las estaciones pueden hacer rápidos progresos en el desarrollo intuitivo, si perseveran en su meditación, entrenan su intelecto y se esfuerzan siempre por pensar en términos universales. Que observen la historia retrospectivamente como parte de la preparación emergente que va a inaugurar el futuro. Que eleven su ánimo en el reconocimiento de que el reino de las almas está convirtiéndose paulatinamente en un fenómeno del plano físico (¿hablo, acaso, paradójicamente?) y será reconocido finalmente como un reino de la naturaleza y considerado así por los científicos antes de pasar dos siglos. Estos  “Observadores Organizados” forman el círculo externo del nuevo grupo y su nota clave es la síntesis, la eliminación de cosas no esenciales y la organización del conocimiento humano. Al trabajar en muchos campos de la percepción humana, se los distingue por un espíritu sin sectarismos, por la capacidad de ocuparse de las esencialidades fundamentales y de vincular los diversos campos de la investigación humana, en un todo organizado y unificado.

En segundo lugar está el sector del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo que corresponde a los comunicadores telepáticos. Estos son muy pocos y se distinguen por su relativa estrecha e interna relación. Son principalmente un grupo de enlace o puente. Son extraídos del círculo esotérico de los observadores organizados, pero con un alcance más amplio de servicio, porque trabajan en forma más esotérica. Están en contacto entre sí y con los observadores organizados, y también con el grupo de hombres y mujeres que se hallan en el mismo centro o corazón del grupo mundial. Su trabajo es triple y muy difícil. Deben cultivar constantemente el desapego, característica del alma que se conoce a sí misma. Continuamente obtienen el conocimiento y la información acumulada de los observadores organizados, adaptándolos a las necesidades mundiales y difundiéndolos como enseñanza. Trabajan en forma efectiva, [i607] pero siempre tras la escena, y aunque pueden ser conocidos en el mundo en esta etapa primitiva del trabajo del nuevo grupo, y reconocidos como instructores, escritores y trabajadores, posteriormente irán retrocediendo cada vez más hasta el trasfondo y trabajarán a través del círculo externo. Los inspirarán y pondrán una mayor responsabilidad sobre sus hombros; fomentarán el desarrollo del intercambio telepático en el mundo y así tejerán ese cordón que, con el tiempo, eliminará la separación actual entre lo visible y lo invisible, y hará posible el nuevo mundo, donde será abolida la muerte tal como la conocemos y se establecerá un entrenamiento universal en la continuidad de la consciencia grupal. Por eso, se acentúa el entrenamiento de la sensibilidad telepática de los miembros de este sector del nuevo grupo. A los miembros de este segundo círculo de trabajadores se les enseña a desarrollar la sensibilidad en tres direcciones: hacia los pensamientos de los humanos en encarnación física, hacia la mente de quienes han pasado al más allá y aún se hallan en cuerpos mentales y, tercero, hacia el grupo de Seres espirituales que son los custodios del proceso evolutivo, a través de cuyas manos pasan constantemente los tres hilos de la vida en desarrollo.

Su tarea es excesivamente difícil, más difícil que la del primer grupo, y más aún que la del último, porque carece todavía de ciertos poderes y de la experiencia necesaria. Su centro de consciencia es la intuición y no el intelecto sintetizador, y su estado de percepción es amplio e incluyente. Pueden sufrir más que la mayoría, pues la mayor parte de los que se encuentran en esta etapa son muy sensibles a su propio bienestar y responden demasiado a las vibraciones emanadas del aspecto forma en los tres mundos. Su estado de desapego no es todavía completo. Sirven de puente, por lo tanto, soportan infinidad de problemas, y responden al dolor mundial. Ven demasiado, si puedo expresarlo así, pero aún no tienen el privilegio de [i608] visualizar con claridad la meta que se halla doscientos años adelante. Perciben la necesidad actual. Responden a la nueva corriente de fuerza espiritual que está afluyendo. Llevan el peso de la humanidad sobre sus hombros, y como están coordinados en cierta medida, viven simultáneamente en los tres mundos, aunque pocos pueden hacerlo. Perciben la urgencia de la oportunidad presente y también la apatía de la mayoría, y por esas razones trabajan bajo una enorme presión.

En tercer lugar, el grupo más interno de todos está constituido por los miembros de la Jerarquía misma. No importa que estas almas liberadas sean reconocidas como Hermanos Mayores de la raza, Maestros de Sabiduría, la Nube de Testigos, Cristo y su Iglesia, como Superhumanos, o bajo cualquier calificativo impuesto por las tendencias heredadas, o la tradición de la humanidad. A Ellos no les interesa. Las disputas mezquinas respecto a su personalidad, sus nombres y su estado, no tienen ninguna importancia. Pero constituyen las fuerzas inteligentes del planeta; expresan, debido a su expansión de consciencia, la Mente de Dios; encarnan el principio inteligente, inmutable e inalterable, y a través de Ellos fluye la energía denominada Voluntad de Dios a falta de mejor comprensión. Saben mucho más del plan que los dos círculos externos del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, porque ven con claridad el próximo paso que guiará a la raza hacia la evolución planetaria, durante los próximos doscientos años. No se detienen en especulaciones ociosas respecto a la meta final, al término de una era mundial. Quizás esto les sorprenda en vista de las numerosas especulaciones de los no iniciados. Pero es así. Saben que hay un momento oportuno para todas las cosas, y mirando adelante y comprendiendo intuitivamente la meta de todos los reinos, en el futuro inmediato, todo su esfuerzo unido se halla abocado a un fin, el cultivo de la respuesta telepática intuitiva de los comunicadores, que son su punto de enlace [i609] con el mundo físico. Estos últimos a su vez tratan de emplear a los Observadores. Los Conocedores, Comunicadores y Observadores -que trabajan todos en estrecha unidad, a menudo sin darse cuenta- responden plenamente (según su grado) al impulso de la Mente y Voluntad del Logos, la Deidad solar.

Más allá de este triple grupo se hallan los Tronos, Principados y Poderes, de los cuales no es necesario ocuparnos. Al otro lado está la humanidad destrozada por los desastres de la pasada guerra mundial, perpleja por la presión social, religiosa y económica actuales, que responde y es sensible a las influencias y energías que fluyen de la nueva corriente de la era acuariana; al no poder comprenderla ni explicarla, solo es consciente del anhelo de libertad de expresión y de una condición física similar, aferrándose a cualquier oportunidad para adquirir conocimiento y proveer así un campo fértil donde este nuevo grupo pueda trabajar.

Hemos visto que el objetivo de todo entrenamiento interno es desarrollar el sentido esotérico y desenvolver esa percepción sensible interna que capacitará al ser humano para actuar, no solo como un hijo de Dios en encarnación física, sino como quien posee esa continuidad de consciencia que permite estar al mismo tiempo despierto internamente y activo externamente. Esto se logra mediante el desarrollo del poder que lo lleva a ser un Observador entrenado. Recomiendo estas palabras a todos los aspirantes. La persistencia en la observación correcta produce el desapego de la forma y el poder consiguiente para utilizarla a voluntad con el fin de acrecentar los planes jerárquicos y su utilidad derivada para la humanidad. Cuando se ha logrado, en cierta medida, este poder de observación, tenemos entonces al aspirante unido al grupo intermedio de comunicadores entrenados que se encuentra entre los ya mencionados (los grupos exotéricos y el grupo de trabajadores espirituales en el plano subjetivo), interpretándose mutuamente. Es bueno recordar que también los miembros [i610] de la Jerarquía se benefician con las opiniones y consejos de esos discípulos interesados, a los cuales se les puede confiar la interpretación y el reconocimiento correctos de la necesidad del momento.

Cuando un ser humano ha alcanzado esta etapa se halla en contacto consciente con el plan, entonces comienza el verdadero trabajo mágico. Hombres y mujeres que empiezan a vivir como almas, se encargan del trabajo mágico de la nueva era e inaugurarán los cambios y la reconstrucción que causarán la manifestación del nuevo cielo y la nueva tierra, y de ellos son testimonio elocuente las Escrituras del mundo. Pueden, entonces, trabajar con fuerzas en la materia etérica, produciendo esas creaciones y organizaciones, en el plano físico, que encarnarán más adecuadamente la vida de Dios en la era acuariana que está ahora entrando. La Regla XV se refiere a esta etapa.

Estas palabras marcan la consumación del trabajo mágico, y son las mismas para el trabajo mágico de un Logos solar, de un Logos planetario, de un alma encarnada o un ser humano avanzado que aprendió a trabajar como un mago blanco bajo el plan de la gran Logia Blanca. Se refieren, por supuesto, al trabajo de aquellos que, a través de la realización intelectual, aprendieron a trabajar como magos, pero sobre el aspecto negro, porque para los dos grupos rigen las mismas reglas del trabajo mágico, aunque difiera el impulso motivador. Con el trabajo del mago negro nada tenemos que hacer. Lo que ellos hacen es muy poderoso aunque de efecto transitorio, empleando la palabra transitorio en su sentido cíclico; pero estos efectos deben cesar a su debido tiempo y subordinarse a las demandas y al trabajo de los portadores de luz y de vida.

La etapa de la sombra constituye el período nebuloso e incierto, previo a la manifestación densa y concreta. Aquí no se refiere a la sombra como la contraparte de la manifestación física del alma, sino a una de las etapas intermedias del proceso creador. [i611] Es llamada técnicamente la “etapa creciente y menguante de las nebulosas”, y precede a la aparición más estabilizada y relativamente estática de la forma exotérica. En la formación de un sistema solar, esto es reconocido como un período preliminar y puede ser observado en el cielo estrellado. Indica la etapa en que el Gran Mago está en el proceso de llevar a cabo su trabajo; Él todavía no ha entonado esas místicas palabras o sonidos espirituales que producirán concreción y la aparición tangible de la forma.

La Doctrina Secreta hace referencia a los tres fuegos, y estos se han utilizado antiguamente; el Vishnu Purana da a estos fuegos exactamente la misma nomenclatura extraída por H. P. B. de los términos de la antigua escritura. Cuando el Fuego Eléctrico, el Fuego Solar y el Fuego por Fricción entran en conjunción, producen el macro y microcosmos manifestado, y a esta conjunción se refiere el libro Tratado sobre Fuego Cósmico. Estos fuegos son esotéricamente un fuego, el cual produce como efecto, según la consciencia que lo testimonia (ella misma en diferentes etapas del desarrollo evolutivo), la esencia ígnea diferenciada. Esta esencia ígnea puede ser conocida como la Vida misma o como la “Luz brillante del Ser”, o como la forma activa inherente a la sustancia específica, subyacente en todo fenómeno. En esta última regla para la magia, son considerados los fuegos de la materia misma que se acercan a la sombra y, como lo expresa simbólicamente El Antiguo Comentario, “se elevan desde la segunda oscuridad al llamado del espíritu de luz, y encuentran, en su lugar asignado, aquello que los absorberá y elevará al punto ígneo, de donde vinieron los fuegos de luz viviente y vida radiante”. 

A1
A2
A3
A4??